Canta - película de animación.


Hace poquito pude ver esta película y le voy a hacer una breve reseña. Es una historia bastante sencilla, de hecho, ese es el punto que menos me ha gustado. Al tratarse de una "historia coral" (tramas protagonizadas por varios personajes con la misma relevancia dentro del argumento), apenas da tiempo a conocerlos. Te dan las pinceladas justas para que sepas quién tiene problemas familiares, quién de autoestima, quién está aburrida de su vida... y quién está buscando su camino.

La historia -y perdonad que la destripe, os podéis saltar este párrafo aunque el propio trailer ya te lo cuenta-, se resume a: "Soy un director de espectáculos arruinado -quiero montar un concurso musical- pierdo el teatro-lo monto igualmente". Ya está. No tiene más. 

Lo único que realmente me ha gustado de la película es la "cerdita". Ese personaje cotidiano, una mamá que lleva una monótona vida de ama de casa, y se pone de pareja con ese otro.. jajaja! coreógrafo loco, que no tiene voz, porque realmente no tiene voz, pero el director del musical dice: "tú y tú, juntos. Porque ella tiene la voz, pero le falta atreverse. Y el cerdito está ...absolutamente loco". Su número final es lo mejor de la pelí.

Es recomendable si os gusta la música. Porque la gracia del film, (y a lo que dedican más tiempo), es a que veas a personajes animados e inesperados con voces de grandes artistas. Vamos, que te va a gustar si te gustan los musicales, pero la trama -en mi opinión-, es muy simple.

¡Mañana reseño otra!
Salu2!!!

Los Piratas del Caribe - La Venganza de Salazar.



Hace poco fui a ver esta nueva entrega de una de las sagas más famosas y rentables de aventuras que existen: Los Piratas del Caribe (La Venganza de Salazar). Bien, la película es muy entretenida y tiene momentos verdaderamente geniales (el mejor, el de la guillotina). Aunque debo señalar que para mí no hay un film más acertado que el primero (quizá porque no se esperaban el éxito que tuvo y era una historia redonda con personajes muy, muy bien definidos, y originales). Y también destaco que existe un error de argumento ya que la manera en que llega la brújula a Jack parece contradecir lo que se dijo en otra de las películas cuando la bruja aquella que inexplicablemente se convierte en cangrejos y  se deshace le dice: "¿Qué pasa, Jack? ¿La brújula que te malvendí no puede enseñarte el camino?". Bien, si la brújula se la "malvendió" la señorita cangrejo, otrora diosa del mar, desde luego el capitán no pudo obtenerla como se dice en esta película que la obtiene. Algo falla.

Quitando eso, ... el resto está muy bien. El barco del villano es original, tiene momentos que no vienen a cuento y están hechos solo para hacer reír, de nuevo, repito, lo de la guillotina a mí me recordó al Parque de Atracciones y me hizo reír mucho... jajaja! ya lo veréis. En fin, le doy un 8. 7 tirando a 8. 

Al aparecer una "segunda generación", esto hace también que los nostálgicos de la primera nos emocionemos más al ver personajes "antiguos", cuyas historias conocemos bien. Pero, fijaros, ¿el esquema de la trama no termina igual que la primera entrega?  Fijaros bien. ¿Por qué me gusta tanto La Maldición de la Perla Negra? Fuimos al cine y elegimos esa película en verano de 2003 porque no había nada más. Y salimos todos del cine encantados. Yo, desde el momento en que Jack echa a correr por el puente con las manos por delante... jajajaj! jajajaja!!! me quedé impresionada por el personaje. ¡¡Menudo tío más loco!! pensé. 

Pero ya no es eso, es Norrintong (el personaje noble, y sus frases: "ah, ... no sé porqué esperaba que fuera de madera") y las frases de Jack: "lo único que de verdad importa es lo que un hombre puede hacer, y lo que no puede hacer".  Esa primera historia está llena de momentos maravillosos, y es tan, tan, TAN SIMPLE, en apariencia. Me encanta. Y el final es como debe de ser: un final que cierra el círculo (no estaba preparada para continuar con más tramas): Jack consigue su barco, lo que anhela. Elizabeth y William se casan (no sin antes descubrir él sus orígenes), el malo maloso muere (los gestos de Barbosa son sensacionales), y Norrintong concede ventaja al pirata (este sería un personaje obsesionado por las leyes). Es todo genial. Norrintong me llamaba mucho la atención. "Prefiero ver el barco en el fondo del mar que en manos de un pirata". Las leyes, las leyes... siempre las leyes. ¿Y Jack? Jack se rige por otras jajajajaja!!!

Bueno, lo dicho, que quitando la primera entrega que es única y fabulosa e irrepetible, ahora tenemos esta que no está mal. Es muy entretenida y es buena elección para ir la cine.

Ahora, como la primera, ninguna...

Yo creo que la Maldición de la Perla Negra está a la altura de Indiana Jones y las pelís de Regreso al Futuro. Son geniales. ¿Os acordáis de aquello de... "Sin duda sois el peor pirata del que he oído hablar" ? y el otro contesta: "ah... pero habéis oído hablar de mí"  jajaja! O lo de: "si no deja supervivientes... ¿esas historias quién diablos las cuenta?" JAJAJAJ!

Me encanta.
Saludos!!!


La Bruja de Tolkien- Cuentos del niño mensajero.


A raíz del accidente que había sufrido Nelly en carretera (por una vía que llevaba a otra dimensión), la Ciudad de los Cuentos sufrió un brusco cambio.
Se elevaron algunas casas modernas en un distrito nuevo. La Ciudad Modernizada. Y cuando, al día siguiente del golpe, el niño mensajero acudió a la casa consistorial, se encontró con que había una bruja con los brazos en jarras, parada justo delante de la puerta.

- ¡Y eso ya lo estás quitando de ahí! ¿Me oyes? -decía Nelly a un ordenanza del servicio de limpieza de la urbe-. Y aquello lo colocas donde te dije...

- Psss... -dijo el niño mensajero-. Psss... Nelly...

La Alcaldesa dejó de refunfuñar y le miró.

- Que aquí no hace falta que hagas eso -respondió el niño- aquí somos todos "amistosos". Y te vemos. Y te escuchamos. La ciudad entera.

Nelly suspiró.

- No me ven -dijo-. El coche no me vio, mi compañero de tertulias no me vio (sí, también sale en esta historia). Los del foro literario cambian el contenido de mis post porque no me ven.... ains.

- ¿Qué has aprendido de todo esto?

- ¡¡A ser una bruja!! -dijo la Alcaldesa enarbolando su escoba.

Así, toda vestida de negro, y con ese sombrero puntiagudo daba un poco de pavor. Si no fuera porque el dolor en el cuello la obligaba a sentarse entre arrebato y arrebato, más de uno habría abandonado la ciudad aquel día.

- Esto no es justo. ¡No es justo! -dijo al cartero-. Creemos que es Dios quien hace las cosas pero somos nosotros mismos. ¿Lo entiendes, verdad? 

- Lo entiendo.

- Y cada acción que hacemos cuenta. Cada buena acción. Es muy relevante y tiene sentido.

El cartero hizo una mueca. "Antes pensabas que ser buena no tenía valor..." le dijo.

- ¡Oh, sí que lo tiene! ¡Lo tiene! -dijo Nelly-. Ser amable y querer compartir alegría es algo necesario. Lo que pasa es que al que vuelva a pisarme... ¡¡le daré un escobazo!!

- Nadie te ha pisado, a posta...

Nelly frunció el ceño. 

- No me ven.

- No te dejas ver.

- Genial. ¡Pues ahora van a ver a una bruja! Ya verás...

El cartero sonrió.

- No eres, exactamente, una bruja...

- ¿Ah, no? Sí lo soy. Una bruja marimandona y organizadora.

- Bueno, eso... un poco sí. 

- ¡Exacto! Y brillo. El Muso debería decirme que brillo toooodos los días.

- Y adorarte...

- Exacto! Eso es. 

- El Muso te aprecia.

- También le aprecio yo a él. De hecho, empiezo a apreciar el personaje de Gandalf y sabes que de pequeña me caía muy mal. Ahora es el que más me gusta... casi.

- Y Trancos.

- Sí. Trancos me caía incluso peor cuando leí la novela. Menudo tipo. 

- ¿Qué personaje crees que serías tú en la historia de Tolkien?

La Alcaldesa se quedó pensativa. Le encantaban los elfos. Como a Sam. Pero Sam le parecía aburrido. Su personaje favorito era Légolas. Y su momento favorito el diálogo de Faramir. 

- ¿Sería Frodo?

- ¿Por qué?

- No tengo ni idea, pero cuando se levanta en el concilio de Elrond le entiendo muy bien. Yo es que tampoco sé de qué sirve discutir y discutir. Lo veo todo desde fuera y nunca me entero de nada. 

- Los personajes discuten para defender su espacio. 

- Ya.  

Hubo un silencio.

- ¡Pues entonces no voy a ser Frodo nunca más!

El cartero se echó a reír. 

- ¿Quieres discutir como ellos?

- ¡NooooOOooooo!!! Quiero ser como el Muso. El Muso no discute: da su opinión. 

- Pues entonces ya está. Da tu opinión, pero no te enfades. 

- Voy a ser una bruja -advirtió la Alcaldesa poniéndose en pie-. Una auténtica bruja. Borde, despótica... ya verás.

El niño se encogió de hombro.

- No hace falta que hagas eso.

- ¡Enséñame a ser una bruja! -pidió la Alcaldesa-, ¡una bruja digna de Tolkien! De esas de capa oscura que dan mucho miedo.

- ¿Con arañas venenosas?

La Alcaldesa palideció.

- Hombre, tanto.. tanto no. 

- Qué tal si te enseño cómo publicar tu siguiente novela...

Y así fue como Nelly y el niño mensajero entraron en la casa consistorial, donde la Alcaldesa de la Ciudad imaginada pasó la tarde, muy entretenida en el desarrollo de argumentos e ideas para nuevas historias. Mientras buscaba además un editor para su novela espacial...

FIN
(de momento...) 

¡Vaya semanita!

Me habría encantado reseñar películas pero no he podido hacerlo porque el pasado miércoles un conductor no vio mi coche, y se me echó encima en la carretera.
Como consecuencia lo he pasado fatal por el periplo médico y la falta de información posterior al accidente. Ello me ha llevado a tomar una serie de decisiones, algunas relacionadas conmigo, otras relacionadas con el mundo que me rodea (decisiones a adoptar).

He aprendido de la peor manera posible que el hospital no se hacer cargo de los accidentes de tráfico y también qué prevalece sobre qué, si el accidente de tráfico o el accidente laboral. Y me he dado cuenta de que el trato humano es muchas veces lamentable. Verdaderamente lamentable. Lo que me hace valorar más a aquellas personas que quieren ayudar al resto.

He confirmado también lo que ya sabía: la información es poder. El no saber de algo te vuelve terriblemente vulnerable. Pero cuando no sabes, tienes que preguntar. A veces se aprende así, te pasa una mala experiencia, y la siguiente vez ya lo sabes y no sólo tienes más información sino que puedes ayudar a otros si ves que les va a pasar lo mismo.

Por estos motivos no he reseñado películas, como dije que iba a hacer. Pero lo haré pronto. Porque por fortuna no ha sido nada grave (podría haber sido muchísimo peor). Sólo alguien que no me vio e invadió mi carril. Golpeando mi coche y casi sacándolo de la carretera. Mala suerte.

En fin, que toca cuidarse.
^_^
Saludos internautas!!!



"Déjame Salir" - Película.

pixbay CC 

¡Comenzamos una ronda rápida de reseñas cinematográficas con el estreno reciente de la película "Déjame salir" que está ahora en cartelera!


Es recomendable para ir a ver al cine, donde te vas a asustar más a causa de los efectos sonoros, o la puedes ver en casa porque tampoco cuenta con grandes efectos especiales imprescindibles de visionar en la gran pantalla. La película es entretenida y la temática original. Pero mi valoración no supera el 7 (dentro del género "thriller" o suspense. ¡Ojo, que no es terror!). 

^-^ Puntos a favor: durante dos... casi tres cuartas partes de la película el suspense está bien llevado. Y quieres saber qué pasa así que esperas algo sorprendente.

=P En contra: no tiene tanto mérito un "thriller-thriller..." como un "thriller-meto-algo-de-ciencia-ficción-para-resolver-la-trama". ¿Por qué? ¿Qué pensáis? ¿Qué es más difícil... mantener un argumento realista o terminar una historia de suspense con un "ah, bueno, han sido los marcianos..."? jajaja!! (...) No estoy destripando nada. Sólo digo que tiene algo que no es posible en nuestros días. Y como no es posible, científicamente hablando,... para mí pierde un poco la gracia. Ahora bien, ¡¿¿podría haberse resuelto el argumento sin ese final??! Sí. Por tanto... es una opción de argumento como cualquier otra. Demasiado "vintage", quizá. Esa estética de casa enmoquetada que de tan pulcra da mal rollo. En algunos puntos previsible. La tele del final me recuerda al super agente 86. Por eso la valoro con un 7 (y siendo benévola).

Mañana otra pelí! (o pasado) 
Saludos cinéfilos! posdata: si la habéis visto, vuestra opinión es bienvenida =)

En el que echo de menos a mi abuela... y otras reflexiones extrañas


Es curioso como funciona la mente.
Ayer estaba poniendo la ropa a secar. Era una bonita noche de las que anuncian la llegada del bueno tiempo y, como siempre, me gusta mirar para arriba y ver el trozo de cielo con un par de planetas brillantes y -si tengo suerte-, parte de la constelación de Orión.
(..ahora los más estudiosos estarán pensando, ¿hacia dónde está orientada la casa de Nelly, situada en el hemisferio norte?)

Justo colocaba una pinza sobre una camiseta cuando, al mirar hacia arriba, vi una de esas estrellas brillantes y me dijo: "lo más probable es que sea Marte o Venús". Y entonces, en ese momento, me acordé de mi abuelita. 

Es curioso, digo, porque murió hace unos meses, y me acordé con una claridad tremenda de la noche aquella en que subía yo las escaleras hasta el porche de su casa y le pregunté: "¿Qué haces?" y contestó: "Saludo a mi estrella".

Esa respuesta, en una mujer pragmática y luchadora, una mujer de las que sacan adelante la economía familiar con un huerto y lo que hoy (jajaja!) se llamaría "agricultura ecológica" y mucho esfuerzo. Esa respuesta me llamó la atención. 

- ¿Tu estrella? -le pregunté.

- Sí, mira, está ahí todas las noches. Y es la misma. ¿La ves?

Claro que conocía aquella estrella. La conocía porque como romántica empedernida venida de la ciudad, me pasaba las noches mirándola y mirando el monte que había bajo ella. Y mirando el mar. Ahora, que la mirara yo que venía de una urbe de hormigón y humo... vale. Pero que la mirase mi abuela ya.... era una novedad. A fin de cuentas, yo me escapaba por la ventana para ver la lluvia de las Perseidas... pero dudo mucho que aquella mujer fuerte, trabajadora y luchadora, entendiera de cosas que yo pensaba que eran cursis y mías. 

- Es mi estrella -dijo- Todas las noches la saludo y hablo con ella. Y siempre está ahí.

"Para empezar" pensé, "es un planeta y no una estrella. Y en segundo lugar, se mueve, eso seguro. Porque yo sé que el firmamento cambia y las estrellas se mueven". Abrí la boca con intención de decírselo a mi abuela pero no salió de ella una palabra. ¿Acaso no me quedaba yo también embobada mirando la estrella? Planeta, o lo que fuese...

- Es muy bonita -le dije.

Ese recuerdo estúpido, de hace una docena de años, me golpeó ayer la nariz como si fuera una pelota de bolei ball. Pero metí la cabeza dentro de casa, con la ropa y la pinza (antes de que se me vaya, pensé, jajajaj). Y... como que sacudí la cabeza diciendo: "¿a qué viene esto ahora?". Tomé otra prenda de ropa... y buah!, ¡tengo que verlo otra vez!. Asomé la nariz al cielo y allí estaba brillando ese planeta, ese Venus, ese Marte... lo que sea y pensé: "Fíjate, ahí está. Hay que ver. Le estrella de mi abuelita".

La estrella está pero mi abuela no. No sé, fue un momento raro. De verdad, raro. Muy raro.

Pero no le di importancia.

Esta mañana me levanté y preparé el desayuno. Estaba terminando un bote de cola-cao, y tuve que abrir uno nuevo. Tal que lo abro, pienso: "¿Y si hiciera lo que cuando era pequeña?"

Cuando era pequeña, en casa de mi abuela (donde pasaba los veranos), metía la cuchara en el cola-cao y me la llevaba a la boca mientras ella preparaba el desayuno. Siempre me decía a mi misma: "¡esta vez no voy a toser!" Y cuando el cola-cao me salía por la nariz y me hacía estornudar, yo sola tosía, me partía de risa y me iba hasta el grifo más cercano. Y me reía más.

Tal que meto la cuchara en el bote nuevo de cola-cao y me la meto en la boca, ....¡viajo en el tiempo!.
Pero viajo en el tiempo de verdad. ¿Recordáis vuestro cuerpo con 9 años? Lo fácil que era todo, lo cerca que estaba el suelo, lo fácil que era correr... aquellos veranos, la misma sensación.

Toso. ¿Pero qué pasa aquí? Toso con el cola-cao, saco la cuchara de la boca y en vez de reírme, como cuando niña, me digo: ¿¿qué está pasando??.

Es como si mi abuela estuviera de visita en casa. Primero, la estrella. Ahora los desayunos.

De todos modos, la mente es extraña. Porque ayer y anteayer también, pensando, me acordé de una frase:

- ¿Quieres que te traiga algo de Irlanda? -le pregunté al Muso.
- No, gracias -contestó-. Tengo un cuerpo humano. Todo lo que necesito en esta vida.

¿Veis que frase tan sencilla?
Ya.
Pues cuando te das cuenta de ella en medio del silencio... se vuelve curiosamente importante. 
Saludos!!!!




Curso con los bomberos (extinción de incendios y combustiones)

https://www.tumblr.com/search/fuego%20gif



Hemos tenido un curso hoy con instructores de bomberos. En un centro en el que se entrenan. Lo hemos llevado a cabo en TEPESA (http://conduccion.ilunion.com/instalaciones) y lo reseño aquí porque hemos aprendido muchas cosas y hemos tenido la experiencia práctica de enfrentarnos a fuegos de distintos tamaños, en un lugar abierto, y en un lugar cerrado. Esta segunda opción, la llevamos a cabo con el rescate de una persona. 

Pero antes de vestirnos con el traje de bomberos empezamos por la teoría. El fuego se compone de cuatro cosas: combustible, comburente, energía de activación y reacción en cadena. 

Todos sabemos lo que es un combustible: la madera, la ropa, la piel desgraciadamente, el papel, un corcho, un ordenador... lo que sea que arda. Y en cuanto al comburente, es el oxígeno del aire. Una vez leí en un libro científico ("Una breve historia de casi todo") que la Tierra era muy curiosa porque teníamos una atmósfera rica en Hidrógeno y Oxígeno. Decía que sí, que todo muy bonito pero que de cuando en cuando el aire explotaba jajajaj!!! Lo decía de una manera que me hizo reír porque lo que damos por sentado, lo natural, visto desde los ojos de alguien que no fuera de este planeta era ridículamente gracioso. "Visiten la Tierra. Aire límpio, cielo azul... ¡ah, por cierto!, cuidado porque la atmósfera de este planeta contiene oxígeno y resulta que es altamente inflamable jajajaja..."

Bien, el oxígeno en el aire está en torno al 21%. El ser humano no puede sobrevivir en situaciones con oxígeno por debajo del 19%.  ¿Eso lo sabíais? ¡Porque yo no! ¿Sabéis cuanto necesita el fuego para seguir ardiendo? Un 14%. Por tanto... antes de que el fuego se extinga estamos muertos por falta de oxígeno. ¿No me digáis que esto no sirve para una historia de ciencia ficción?

Pues esperad que continuo: resulta que lo que arde no es lo físico. Lo que arden son los vapores de los combustibles. Es decir, si yo cojo una cerilla y la meto en un frasco lleno de gasoil... no arde. ¡No explota! ¿Sabéis por qué? Porque el gasoil tiene una temperatura de ignición de 55 º (centígrados).
La temperatura de ignición es aquella en la que el combustible arde sin necesidad de que le aplique una fuente de energía externa.

¿¿¿Sabéis la temperatura de ignición de la gasolina????

-34º centígrados (menos treinta y cuatro). A ver cómo lo digo: la gasolina arde cuando el agua está congelada. ¡Por tanto, no puedo apagar un incendio sobre gasolina con agua! ¡va a seguir ardiendo! ¿No es extraño????

Bien, una vez que descubrimos que la gasolina que tenemos a nuestro alrededor podría echar a arder en cualquier momento...hicimos unos experimentos con tipos de combustiones. Resulta que las vallas de hierro al aire libre, cuando se oxidan, son una combustión. A decir verdad...si todo se oxida, bien podríamos decir que el elemento "fuego" esta bastante presente en nuestra vida.

Luego está la combustión lenta: tiene llamas, tiene fuego, tiene calor. La vemos cuando los gases se vuelven incandescentes (eso es una llama) A ver, dicho de otro modo: lo que hacemos al encender la chimenea es aplicar una energía a la madera para que esta se vuelva gaseosa. El fuego es alterar la composición química del combustible para que pase a vapor. Y ese vapor...si se inflama... son llamas. Es curioso, siempre pensé que el fuego eran las llamas... y el fuego no es eso. El fuego es pasar un material de sólido a gaseoso. Es convertirlo en vapor. Y por encima de cierto grado de energía, aunque retires la fuente de activación, esa "cosa" que hayas elegido por combustible seguirá transformándose sola...a su vez contagia esa energía a lo que tenga encima...y arde. Arde el bosque entero.

Bien, aprendimos muchas más cosas, por ejemplo, si estas en una habitación con suficiente gasolina en suspensión y enciendes un cigarrillo no explota (porque puede haber demasiada, mucha gasolina y poco oxígeno). Pero si aireas el cuarto y la habitación tiene los vapores adecuados (las condiciones necesarias se dan) y explota.

Vimos como se mueve la onda expansiva.  ¿Sabéis qué hace el fuego cuando se le acaba el oxígeno porque llega al final de un pasillo cerrado?... VUELVE HACIA ATRÁS.

Es increíble. Vimos como la explosión volvía con tanta fuerza hacia el punto que la originó que apagó el mechero, el matraz y de paso explotó.

Vimos una detonación. 

Y luego pasamos a ponernos el equipo de bomberos.

Bien. A los pocos minutos bajo el sol, apagando fuegos con extintores de diferente tipo (¿¿¿sabíais que los de C02 te congelan la mano????? el gas sale a -54 grados bajo cero!!!!!!) Los de C02 sofocan el incendio eliminando el oxígeno. No sé por qué me llamaron muchísimo la atención. Muchísimo. Pero... cuando nos contaron que respirar un 1% de C02 durante un minuto es mortal... ufff. Un minuto. Solo un 1% de concentración en el aire. Y sólo un minuto.  Madre mía. La naturaleza me resulta de lo más... fascinante.

El caso es que a los pocos minutos bajo el sol, con el casco y simplemente el traje de bomberos noté una contractura en el cuello. De las que te dan cuando trabajas mucho en el gimnasio. Pero yo no estaba en una clase de alto rendimiento. "Solo estoy de pie, vestida de bombero". Nada más.
Lo que pesa el casco.  A los quince minutos comprobé que efectivamente era un tirón en el trapecio y las cervicales. Increíble. Como para subir escaleras con un equipo de respiración.

Me saltaré la parte de cómo controlar mangueras, como moverte con los compañeros, qué hace un primero, un segundo, un tercero, etc. etc.

Vamos a la parte de: "entrad ahí y rescatar al que está herido".

Bien. La situación empezó con algo parecido a esto:

- ¡¡Fuego!! ¡¡Fuego!!

Lo primero, apunta con la manguera a la puerta del la estructura herrumbrosa de dos plantas que tenía delante.

- Lanza un chorro -dijo la monitora-, si sale vapor, ese no es el punto de entrada.

Lance un chorro.

- Bien -dijo la monitora-. Ahora lánzalo a la puerta.

¡¡Jajajajaj!!! No sé, me dio por apuntar al tejado. Bueno,...apunté a la parte de arriba, al dintel. Me pareció que si iba a salir vapor saldría por allí arriba. Pero no salió.

- ¡¡Adelante, agachados!!

Vale, entras en la casa prefabricada (escaleras, un almacen, dos puertas, ventanas cerradas y un entorno así como herrumbroso y oscuro. Al fondo ardían unos pales de madera. ¿Sabéis qué? No tiene gracia verlo de cerca. No era una hoguera... era un incendio).

- ¡¡Agachados, agachados!!

Yo iba en primera posición, era la que controlaba el chorro de agua.

- ¿Bien? ¿Qué veis? -dijo la monitora.

Porque lo preguntó... que si no... no veo al herido. Yo solo veía fuego delante de mí y un lugar cerrado. Llamas en un punto, madera ardiendo y algunos focos más a la izquierda.

(Ostras, que esto es muy realista)

Cuando dijo: ¿qué veis? y se movió... vi al herido.
Lo primero que me sorprendió: no le habría visto. "Madre mía. Un ser humano inconsciente (era otra instructora) a dos metros y soy capaz de pasar por al lado y no lo veo".

- ¿Qué hacemos cuando vemos a alguien? ¡Se avisa al equipo de rescate!

Nosotros no éramos. Era el equipo dos.

- Pero ¡espera! -dijo la instructora-. No abrimos el agua todavía. No la abrimos -gritó-, porque si la abrimos vamos a empeorar mucho las condiciones del rescate.

Vamos a ver... llevo 3 minutos en un edificio ruinoso que se me va a caer encima y yo solo veo fuego, calor y tengo una manguera... que no la abra, que no la abra... ¡¡señora, tenemos prisa!!!!! tengo agua, allí hay fuego... ¿¿¿¿está segura??????

La instructora que nos dio la clase era divertidísima y tenía eres aire de mujer dedicada al mundo de las emergencias. ¿Os imagináis una mujer policía alta rubia, delgada, en forma... o una mujer militar? Pues era así. Y enseñaba muy bien. Por eso no abrí la manguera. Sabía de lo que hablaba, en serio.

- ¡¡Rescaaateee aquí hay alguien!!! -nos pusimos a gritar.

- Esto... con decir ¡Equipo dos! habría bastado -dijo la monitora.

(jajajaj!!)

- Bien, ahora -una vez a salvo la persona herida, nos indicó que podíamos empezar a apagar.

Vale. Abrí la manguera. Dirigí la manguera a la fuente del fuego pensando: "te vas a enterar....".
Bien.
Y entonces el fuego fue... y se vengó.

Sí... algo debimos apagar. Pero no pude verlo. Tal cual eché el chorro encima de los pales, y eso que yo estaba a unos tres metros, de repente todo... y cuando digo todo es TODO...se volvió humo. Lo vi venir... vi la nube venir... pero ya no vi nada más.

- Nos hemos equivocado -dijo la instructora.

Tampoco sé qué más dijo. No podía respirar. ¿Sabéis? cuando ves una noticia "chunga" en la televisión sobre gente que muere en un incendio y piensas: "¿por qué no se agacharon? ¿Por qué no se pusieron un pañuelo? ¿Por qué no fueron a gatas hasta la salida?..." y todos esos porqués que no son más que deseos de salvarlos a todos...(lo digo porque una amiga salió de Titanic contándome mil modos de rescate... en el fondo eso es que... lo ves y jobar... intentas buscar una solución, aunque ya haya pasado). Bien, pues... ¿¿¿sabéis por qué no??? ¿sabéis por qué la gente se muere?
Yo os lo diré.
Porque en la segunda respiración... la segunda. La segunda desde que vi la nube, la segunda desde que abrí la manguera y el agua apagó las llamas, en esa segunda.... me vi en apuros.
De verdad que sí.

- Acércate al chorro del agua -me dijo la instructora-. Vamos a tener que salir. ¿Estás bien?

No. No... no lo sé. No, supongo. Me lloraban los ojos, no podía respirar y tenía el humo metido en la garganta... todo era humo. Lo malo es que tampoco podía retroceder. Quizá por no abandonar el ejercicio, quizá porque con lo que pesaba el traje, el casco y el mareo que me estaba entrando... ufff, me habría metido yo dentro del chorro de agua. Tardamos unos minutos y cuando salí de allí no sabéis la alegría que sentí. En el tercer turno del ejercicio dos del equipo salieron llorando y también lo pasaron fatal. Pero fatal.

Y al quitarnos el equipo en el vestuario (y repito que no íbamos con botellas) ¡de repente me sentí... increíblemente ligera!


Conclusión: cuando escuchas que mueren 7 personas en un albergue porque simplemente un tubo de la caldera se abrió y empezó a echar C02 en la habitación y piensas: ¿¿¿por qué no se dieron cuenta??? ¿por qué no había una ventana abierta??? ¿¿¿qué les pasó por la cabeza???
Bien pues, ya os lo digo yo: es que no puedes hacer nada. Es que te mueres. Así, sin más. Por algo tan absurdo como un 1%.
Y cuando una explosión arranca la fachada de un edificio... eso es ciencia.
Estamos viendo ciencia. Todo el santo día a nuestro alrededor.

Ya sé que diréis... "qué tontería, Nelly, incendios ha habido toda la vida, ¿o qué te pensabas?".
Pues me pesaba que el humo no afecta y que si sales agachado o actúas deprisa puedes evitar cualquier desastre. Pero luego te ves en medio de un incendio (uno de mentira), con un traje que pesa siete kilos, con un dolor de cabeza terrible porque acabas de tragar humo y tienes las piernas paralizadas y no sabes ni por donde salir porque la oscuridad es casi total y entonces te dices a ti misma... ¿¿Y junto a esto me pongo yo a leer calentita en invierno mientras tomo un té y me digo "qué bonita es mi chimenea"???

¿Os dais cuenta? La llama de un mechero para la cocina alcanza los 640º centígrados.
640. Y yo me dedico a quemar papeles para que el fuego arda sin tener la menor idea ni siquiera de lo que es. Igual si alguien me hubiera explicado que lo que arde es la madera al convertirse en vapor... me habría preocupado más de calentar el tronco antes de.... empeñarme solo en que esas bonitas llamas no se apaguen.

Todo es ciencia. ^_^ Me ha gustado mucho investigar el mundo de los bomberos.

Y es curioso porque instalaron extintores hace pocos días en mi portal. Y pensé: "Mira qué es raro eso de tener elementos de emergencia y no usarlos, no saber usarlos hasta que un día los necesitas. ¿Sabría accionar un extintor cuando hace falta sin haber tenido oportunidad de ensayar antes? Y si todos los seres humanos estamos así (pensé), estos elementos son de un-solo-uso-cuando-lo-necesitas-de-verdad."

Y toma, cinco días después un curso para usarlos. Pero no debería extrañarme porque escribí la entrada anterior y tuve un curso (que... de ese no hablo porque no lo disfruté tanto), donde se ponía a prueba la autoestima y explicaban bien el ambiente hostil de los que intentan hundirte sin más. (O para trepar).

Será todo casualidad.
Saludos!!!

Ayuda para tratar con cierto tipo de personalidad.

No me gusta nada, desde que salió, el empleo generalizado y popular de la frase "gente tóxica" por un hecho muy sencillo, todos dicen conocer a gente tóxica pero nadie me dice serlo. Así que si conozco a mil personas que viven juntas en tu pueblo y las mil me dicen "fíjate, los demás son gente tóxica y yo no"... en fin, ¿no os parece que falla algo?
Pues claro, que seguramente todos seremos tóxicos para los demás en algún momento.
Esa es mi humilde opinión. 

Me conozco lo suficiente para saber que yo me rallo y me enfado por muchas cosas. Pero también me conozco lo suficiente para saber que mi problema es que no me valoro lo bastante, que no me veo, que me oculto por no herir a los demás, por miedo, y que en el aspecto enfado soy como una niña. Cuando pasa tiemblan las paredes y todo es un drama pero a los tres días vuelvo a estar sonriendo y no guardo rencor. No lo puedo evitar, soy como un muelle.

Hecha esta pequeña presentación, pido ayuda al ciberespacio para saber como tratar con un tipo de personalidad que me he encontrado en muchos ámbitos y que me causa problemas: el inseguro que te ataca.

Lo vamos a llamar así.



Imaginaros que estoy sentada en una mesa y digo a mi jefa: "Oye, te he traído estos informes pero necesito que me digas hoy si damos el ok o no".

Y automáticamente salta alguien: "Yo también he hecho informes".

(¡¡¡!!!)

Ahì me salta la primera alarma dentro del cerebro. ¿Por qué esa persona me interrumpe de esa manera para decir lo que ella ha hecho? Esto me pone muy a la defensiva porque, en el trabajo no me ha ocurrido pero me preocupa, en ámbitos sociales sí que me ha pasado que tras esto viene un ataque directo. Ahora ya no tanto, pero antes me pasaba mucho. Ejemplo: estrenas un vestido o vas peinada de peluquería, un amigo te suelta un cumplido y automáticamente una supuesta amiga contesta: "ya, eso es que no la has visto con gripe el otro día". O "Sí, bueno, el vestido es lindo pero a ella no le queda con su estilo".

Bien, con eso tengo un problema. 

Lo he tenido siempre. Y normalmente, me quedo callada. Y tacho a esa persona de mi lista de amigos pero me gustaría saber cómo tratar con personas a las que parece que tu sola presencia ya es una amenaza. Porque deben de estar viendo algo que yo no veo. Es verdad que me gusta ser la reina de Saba jajajajaj (jajajaj!!) A mí me gusta brillar, hacer las cosas bien, con entusiasmo. Pero jamás voy a decir: "mira que bonito es esto y que fea y ordinaria eres tú". Porque no lo pienso, creo que todos tenemos cualidades y el resto de gente, siempre que no me haga nada, es maravillosa.

¿Por qué voy yo a atacar a alguien que no me ha hecho nada? Bueno, pues se ve que los demás no es así. Tengo comprobado científicamente que un chico que a veces me mira raro, cuando tiene un mal día, me insulta. Comprobado. En cuanto se estresa viene a decirme que he cogido peso. Una vez le dije: "gracias, eres como una chica, siempre hablando de mi ropa y mi peso", y ahí se quedó un poco contrariado. Por cierto, mi constitución es normal. No penséis que puede usar eso como algo que vaya a herirme de verdad. 

Si os soy sincera cuando pasan estas situaciones a mí me da la sensación de que las otras personas tienen pocas luces. De verdad. Lo que me hace gracia es que, si te quedas callada, no te ven. Se van a sus casas pensando que de verdad a ti el vestido te quedaba mal y que ellos y ellas son perfectas a pesar del "rum rum" interno de infelicidad que les carcome toda la vida. Luego "algo no encaja" y no lo encuentran. Pues claro, ¡muchacho o muchacha! Es que insultando a los de fuera tú no te vas a sentir mejor. Al menos eso creo yo. No entiendo, de verdad que no, los mecanismos humanos. A veces me siento de otro planeta. 

Una vez una amiga me dijo: "Por qué menganita, que es gorda y más fea que yo, tiene novio, y yo no". 
Toma ya. 
O sea: por qué esa chica gorda y fea tiene un novio y yo no... la respuesta que se me ocurre es: porque esa chica seguramente no tiene un problema consigo misma y ¡Por Dios Santo! ¡Porque el valor de una persona no va en función de su peso o su belleza!

¡¡Jo***!! de verdad!!¡ ES QUE ME ENFADO!!!
Me enfado. Me enfada la estupidez supina que veo a a veces.

Y por eso pido ayuda. 

Necesito aprender a tratar con inseguros. Porque yo también soy insegura y no sé si mostrarme de verdad tal y como soy (y soy competitiva, soy de ¡¡¡mira hemos conseguido esto!!!! lo cuál no significa que sea más que los demás, LO QUE ME GUSTA ES MI VALOR INTRÍNSECO!!)
Esa soy yo. Me encanta organizar, mandar, cohesionar, me encanta que haya armonía. 
Pero no consigo armonía. Sólo veo una panda de tigres arañando cada uno en una dirección.

Y cuando pasa eso... me aíslo. Me dedico a hacer mi vida y imaginar una burbuja. Una dentro de la cual puedo hacer las cosas y sonreírme,... pero no dejo entrar a nadie. Porque entrar para echarme encima tus porquerías psicológicas... como que no. Que se busquen un bosque y planten árboles a ver si se les pasa la tontería.

Lo malo es que no se les pasa. Ni siquiera se dan cuenta.

Tengo la opción dos. La opción dos me pasa de cuando en cuando, pero muy poco. Y consiste en decirle a la otra persona: "¿perdona, sabes con quién hablas?". Esto ocurre cuando yo me enfado mucho y la otra persona come tanto espacio que ya no la quiero tener al lado. Es cuando aguantas, aguantas, aguantas y aguantas hasta que un día dices: "sí, vale. Ok, eres un super heroe perfecto y te pasas el día hablándome de lo que eres, de cómo te sientes, de tus logros, de todas las mujeres que están enamoradas de ti... ¿sabes qué? me tengo que ir, tu ego y yo no cabemos en este cuarto" o "tienes toda la razón, eres perfecta y yo no te merezco de amiga, es mejor que aparte mi ser mediocre de tu esplendor cegador..". Y ahí se acaba la relación. Porque yo no vuelvo. No me aporta nada.

Me ha pasado también con el tema de libros.  A veces he tenido que poner a la gente en su lugar con los libros. Pero afortunadamente, encontré buenos amigos, humildes y con carrera profesional muy potable. Nos vemos poco pero el entorno que se crea en las tertulias de escritores de verdad es distinto.  

Sin embargo, os diré que existen dos tipos de escritores cuando te mueves por ámbitos de páginas de quedadas: los de verdad, que no suelen ir presumiendo. Y cierto tipo de persona que jamás publicará pero que se conduce como si fuera el rey del mambo. O que están con editoriales muy pequeñas, o están autoeditando.  A mí no me importa que una persona autoedite, escriba, le ponga ganas, hable de sus siguientes pasos o te cuente sus novelas. Lo que me fastidia es que me vendan la moto. Sobre todo si van de soberbios. Repito que conozco escritores que jamás han publicado y son buenísmos, y conozco gente en distintos momentos de su carrera pero no me refiero a eso. Me refiero a la actitud. Ahora lo veréis: 

En una tertulia literaria un joven hablaba de sus obras, de que eran lo mejor del panorama editorial y lo estafado que se había sentido por el sector. Allí, todo vestido de negro y siendo ese tipo de personalidad del que os hablo, de "el mundo contra mí porque yo soy la releche", me lo creí.
Tiendo a creer en la gente. Igual ese es el problema.

Al terminar su monólogo alguien debió comentar que yo también escribía. Él se acercó, él, y su aura de "yo soy la caña de España", y me dijo: "Así que escribes..."
No sé, como si en el Universo solo le pudiera albergar a él.
- Sí -contesté, tímida y de mala gana.
- ¿Y qué tal?
- Pues muy bien -le dije-, yo estoy muy contenta con mis editores. ¿Tú con qué sello estás?

Y aquí el señor "yo soy la caña", "mi novela es la releche", etc. etc. Me mira con cara de besugo y contesta:

- ¿Sello?

((¿¿¿???))

- ¿Qué es un sello? - me pregunta.

(("Agárrate. JAJAJAJAJ!!! JAJAJAJAJAJ!!!"))

- Un sello... editorial. -contesto pasmada- Ya sabes. Tu editor, ese con el que estás tan enfadado, ¿quién es?

- ¡Ah, no! ¿Tu has publicado con editor? Es que yo me autopublico los libros. Me refería a que el sector está fatal, me he sentido muy engañado...

No puedo. No puedo, de verdad que no puedo. Se me llevan los demonios. 
No puedo con esto.
((¡¡Pero qué sector, melón, SI NI SIQUIERA LO CONOCES!!!!)))


Pero claro, un observador externo solo vería que yo sonrío, pongo cara de "ajá, ajá... uy me tengo que ir". Y me voy. 

Bien, ahora imaginaros que no puedo irme.
Imaginaros que estoy con esas personalidades y tengo que convivir con ellas. 

Necesito que me deis algún consejo. El consejo no puede ser: "cede terreno con paciencia". Porque ya lo he hecho, y no lo ven. Al día siguiente siguen siendo los mejores escritores del mundo aunque te pregunten qué son unas galeradas... son personalidades que critican mucho a los demás. Se les reconoce por eso también.

¿Qué hago con esos caracteres? 
A mí lo que me sale del corazón es huir de ellos. De ahí que mucha gente me considere esquiva. ¡No soy esquiva! ¡Es solo que con tanta FALTA DE INTELIGENCIA no puedo! Y mira que yo tengo carencias a nivel inteligencia emocional PERO AL MENOS TRATO DE VER SI EL PROBLEMA LO TENGO YO. 

Acabo de caer en algo. 
No, pero no lo veo claro. Creo que si cambio algo de mis creencias lo que puedan hacer o decir otras personas no va a afectarme. 
¡Vale, ya lo descubrí! Pero me viene bien si me recomendáis algún libro (en serio, es importante).
Gracias!!!
(posdata: tener un blog ayuda también) 

Cuento Zen - Los 4 monjes y el voto de silencio

(este no es mío, os lo cuento porque lo escuché y me hizo reír. Lo he adaptado a mis palabras)

Érase una vez cuatro monjes que se fueron a un monasterio de un lugar remoto a meditar. Habían realizado un voto de guardar silencio durante todo el retiro espiritual así que practicaron horas y horas sin pronunciar palabra.
Finalmente, al caer la noche, las lámparas de aceite estaban a punto de agotarse y uno de los monjes no pudo aguantar más y dijo a un sirviente:
- ¡Por favor, muchacho, recarga esa lámpara!
Acto seguido, otro de los monjes, dijo:
- ¿Qué has hecho? ¡Has roto tu voto de silencio!
- ¡Idiotas! -dijo el tercero-, ¡se supone que no podéis hablar!

Y el cuarto monje añadió:

- Sólo yo he cumplido con lo de no pronunciar palabra.


CLIC A LA FUENTE



Noche de películas.

Puede que el problema fuera este:

foto by Nelly.

Que ayer había una luna llena de lo más...redonda y poderosa.  Ayer llegué a casa y a diferencia del cielo de la foto (que corresponde a una luna llena muy anterior) la noche era blanca. Me encantan las "noches blancas". Desde que lo leí en un libro siendo niña y me dije: "¡anda! Mira, llama "blanca" a la noche el escritor. Ninguna noche es blanca de por sí, qué tontería..."
Luego vi una noche blanca y me dije: "jobar, sí que es blanca, jajajajajaj!!"
No me refiero a las "blancas" de San Petersburgo. Lo he visto usado en términos literarios para referirse a las noches en las que hay mucha luz, y las nubes blancas reflejan mucha luz, de manera que está el cielo azul oscuro pero...no son noches normales.
Luego están las "noches en blanco", pero eso es otra cosa...

De cualquier modo, en vez de dormir, me puse a ver películas. Concretamente, un trozo de La Princesa Mononoke (pero poco, el sonido no funcionaba bien) y Shutter Island. Esta última me gusta mucho y es posible que la haya visto unas 3 veces. Y me enganché a verla, no por el personaje principal, sino por todo el elenco de secundarios y los pequeños gestos que significan otras cosas distintas de las que el espectador cree... porque a priori el espectador se va a poner del lado del protagonista. Qué tramposos los escritores, jajajajaj!!
No, en serio, esta película se disfruta mucho cuando ya la has visto. Desde el gesto inicial del compañero del prota cuando "intenta quitarse el arma del cinturón" al llegar a la isla (fijaos en la cara del guarda. En el primer visionado parece que dice: "ufff, como me molesta que estéis aquí". En el segundo sabemos que significa: "madre mía, qué pantomima tan estúpida, ¡como se nota que no eres poli de verdad!".
¿Veis?
Y así es toda la pelí. Cuando el médico contesta al protagonista: "Aquí está pasando algo que ni siquiera usted comprende". Y claro... en el primer visionado dices: ¡lo admite! ¡Esta admitiendo la conspiración! Y en el segundo piensas: "ay, madre, cuanta paciencia". jajajaj! Y la pelí es la misma. 
Por eso me gusta Shutter Island. Pero tampoco es que la vea demasiado ya que el tono es muy dramático. Está bien, para verla de vez en cuando. Leonardo actúa genial.

Al terminar la película, la mar de feliz, me di cuenta de que no tenía sueño.

Y lo más curioso de todo es que mi mascota, un conejillo de indias rockero llamado Puca, tampoco. Me asomé a su cuarto. Y allí estaba, mordiendo la jaula. Normalmente, eso solo lo hace cuando quiere algo. Por ejemplo, si me ve poniéndome los zapatos para que no me vaya sin dejarle algo de comer. Es listo el animal porque si no lo hiciera se quedaría sin comida. Ya os he contado que una vez alguien me dijo: "Uy, qué mirada inteligente tiene ese bicho". Y yo contesté: "¿Puca? Sí, claro, si además habla. Mira. ¡¡Puca!!". El conejillo saltó de la jaula, dio dos pasos en la alfombra, levantó la cabeza, nos miró a todos y dijo:
- ¿Cui?

¡Jajajajajaj! jajajajaj!! ¡¡Pero si habla!! 
Jo que si habla. 

Y el otro día cuando un amigo le vio mordiendo la jaula (a prudente distancia, dice que le da respeto), me dijo: "Yo creo que te está telegrafiando algo"

JAJAJAJAJAJ!! jajajajaj! Ahí me dio la risa a mí. ¿Os imagináis que supiera morse? Eso era una genialidad. 

Anoche, con la luna llena, me acerqué a la jaula y dejó de morderla. Me miró. Yo le miré. Y le dije:

- Hola.

Y Puca se quedó inmóvil.

- ¿Qué haces despierta? (o despierto, su género es confuso)

Puca bajó de su atalaya (el techo de su casa) y se acercó a los barrotes con la intención de morderlos.

- ¡Ni se te ocurra! -le advertí.

Se quedó parada y acercó la nariz.
Abrí la jaula.

Mimos. Quería mimos y caricias. OOOOOOhhhh!!!! ¿También te afecta la luna llena eh? Y entonces, tras darle comida y mientras hacía ese ronroneo característico de las cobayas (suena algo así como "prrrrrrrr prrrrrrrrr!" y vibran, es genial. Parece un Furby. Una señora en un parque nos preguntó si "eran de verdad" o iban a pilas. Nos partimos de risa) me di cuenta de que no tenía agua.

- AAAaaaaahhhh!!! -le dije.


aaaaaaahhhh. Tenemos "noche de fiesta" porque no tiene agua. Vale. Le di agua y se puso a dar saltitos por la jaula y a beber. Decidí que era hora de irse a la cama. De lo contrario nos daría el amanecer sin sueño.

Vamos a reseñar otra cosa de Puca porque me resultó curiosa. Muerde la jaula cuando yo estoy nerviosa. Lo raro, es que estoy nerviosa en otra habitación. De verdad, lo tengo comprobado. Y lo más gracioso de todo fue un día que estaba viendo una película de miedo. En otra habitación. De estas que empiezas a ver diciendo: "bah. Qué tontería, bah..." y de repente me empecé a asustar porque me puse a pensar cosas deprimentes... pero ya no de la película. A lo mejor la película lo propició... pero el caso es que empecé a asustarme y de repente... jajajajaj! JAJAJAJA! Veréis, cuando Puca se asusta se esconde en su casa pero arma tal escándalo que asusta a todo el mundo. Son "escapadas" que tiene de cuando en cuando pero tan exageradas que das un bote. Así que en mitad del silencio y mientras yo me dejaba arrastrar a cada vez más miedo...de repente se oye: ¡RASSS, ZAM BUUUUMMMM!!"
Di un bote en el sofá.
No os podéis ni imaginar. Es como si se te cayera la casa encima, ese sonido. Suena a "se están derrumbando las ventanas" o algo así. Y en medio del silencio tiene un efecto todavía mayor. Acto seguido, al darme cuenta de lo que había pasado, grité: "¡¡¡¡PUCAAAAA!!!"

Pero me hizo reír. Y qué curioso, se me pasó todo el miedo. 
Ahora digo yo: ¿puede la cobaya sentir mi miedo cuando estoy en otro cuarto? ¿Y cómo? ¿por qué hace ruido a los pocos minutos de que me despierte y no antes? Hum. Qué de misterios. Casi como en Shutter Island. 

Soujiro y mi teoría

Ayer por casualidad topé con una imagen en la televisión que me hizo pararme unos segundos. Porque aseguraría que era "Megumi", personaje japonés de dibujos animados de mi juventud...pero en versión persona real.
No me quedé a ver la película pero sentía muchísima curiosidad. Así que avisé a mis amigos. Y me dijeron que, efectivamente, El guerrero samurai, tiene películas. Películas con actores reales.

La serie está más que superada (el manga en general, desde "Monster" de Naoki Urasawa y "El Almanaque de mi padre", no encuentro nada que me atrape. Ya pasé una época muy "otaku" hace quince años... y al final era todo lo mismo). Me quedo con La Dama de Faris porque los dibujos parecen grabados franceses (de novela del Club Dumas, quiero decir...supongo) y ya.

Ahora bien, eso no significa que no siga apreciando la construcción de personajes. Y hoy quiero hablar del que era mi favorito en la serie, con el que ayer, por cierto, se metieron un poco.
Bien, aquí a la izquierda tenemos a Soujiro.
Y le veis sonriendo, como siempre. 
Soujiro es uno de esos supuestos villanos muy, muy fríos. Y muy eficientes. Todo son sonrisas y matar objetivos. No hace nada más. 
A mi me encantó desde la primera vez que lo vi. 
Lógicamente, a Kenshi no le gustó tanto. Los personajes buenos le tenían terror. Jejejeje!! Es genial porque Soujiro es muy eficiente.
En fin.
Como personaje, está a las órdenes de otro, al que idolatra. No voy a entrar en detalles pero es un forajido disfrazado de momia (jajajaj!!). Creo que se llamaba "Shishio" o algo así. El manga está muy superado ya...pero quedaros con el fondo y olvidemos las vendas y los ojos grandes. Imaginaros que hablo de una pelí o un libro más realista. Las series basadas en mangas, además, son demasiado melodramáticas. Es un formato para transmitir que en su día me gustó pero ahora de verdad no me paro a verlo. Me aburre.

Sin embargo, ¿por qué Soujiro me sigue gustando? En el final de esta saga (de esta temporada) se enfrenta a Kenshi. Y también conocemos la historia de Soujiro. Veréis, el muchacho vivía con una familia que lo maltrataba. Pero mucho. Ni siquiera creo que fueran su familia de verdad, yo creo que era adoptado o algo así. No habría sobrevivido mucho tiempo, porque le trataban muy mal. 
Un día, siendo él muy niño, se topa con Shishio y le ayuda a esconderse de la policía. Y no me acuerdo muy bien de la historia pero acaba teniendo un enfrentamiento con su familia esa noche. Cuando Soujiro esta acorralado y no puede más porque su propia familia quería matarlo, reacciona y los mata él primero. Imagino que la espada se la regaló Shishio por ayudarle.

Hablamos de un niño de unos nueve u once años.

Así que tenemos una escena de tormenta, un niño aterrorizado y un forajido lleno de vendas que le da la primera lección que se convertirá en creencia y que moldea a Soujiro durante los siguientes quince años: "Sólo los más fuertes sobreviven. Este mundo es así: el débil muere, el fuerte sobrevive".

Luego le pregunta si está llorando, y aquí el buen amigo sonríe como siempre hace y dice: "¡na! ¡Todo va fenomenal!".

¡No pasa nada! 

Y crece. Crece con esa idea. No es que Soujiro sea malo. Es que Soujiro se toma aquella verdad a pie de la letra: "los débiles mueren... porque es como debe de ser". Por eso es tan frío. Él no considera que esté haciendo nada malo, considera que el mundo funciona así.

Hasta que aparece Kenshi. 

Lo bueno de la historia es que en el enfrentamiento final Soujiro no se concentra. No puede concentrarse. Le duele la cabeza, no es tan rápido como lo es siempre (el arma era la velocidad). ¿Qué puñetas le pasa? Se pone a hablar con Kenshi, y te das cuenta de que quiere matarlo porque realmente considera que Kenshi está equivocado. Él con la espada ayuda y protege. Mientras que Soujiro tiene una teoría de vida muy distinta. Lo que me gusta es que la existencia de Kenshi echa por tierra la visión de Soujiro del mundo. Es decir, Kenshi no le convence con palabras. Mientras que él le reprocha que hubiera intentando salvar a una de sus víctimas. Es como: ¿pero qué haces? El mundo no funciona así... Y el hecho de que Kenshi exista... su presencia, es ya prueba irrefutable de que se equivoca.

Y no puede con eso. Al final, en un momento que me pareció de lo más... yo diría tierno, aunque casi es desesperado, Soujiro le grita a Kenshi: ¿¿Y dónde estabas cuando te necesité yo??

Jo. No me digas que no es para sentir compasión. Luego Kenshi hasta se plantea porqué no le ayudó a él pero me parece surrealista: niños maltratados por el Japón meiji seguro que había muchos, ¡a saber dónde estaba Kenshi cuando Soujiro le necesitaba! 

El problema de Soujiro es que encontró un "profesor" erróneo siendo muy joven. A partir del enfrentamiento con Kenshi abandona todo y se va, de viaje, a buscar la verdad porque se siente muy confundido. A mí este personaje me gusta mucho, también porqué oculta lo que siente. Lo que más me gusta es que no se le convence con palabras. Es un personaje que no consigue encajar la existencia de otro porque su existencia echa por tierra su teoría. ¿Nunca os ha pasado eso? Tú piensas que el mundo es de una forma. Y encuentras pruebas de que es así... hasta que de repente llega alguien, o algo, y no hace falta que diga nada, es su ejemplo, su existencia lo que hace que te replantees tus creencias.  

 Esto sería una buena idea para un libro...  

La herencia de Sara - Un cuento para cada día.


No cabía duda de que los demás vecinos del pueblo pensaban que yo llevaba una vida ociosa y regalada, al ser la nieta de Abraham Tate. Y mientras ellos se mataban a trabajar de la mañana a la noche, yo gozaba de paseos en bicicleta por los alrededores de Kinvara, disfrutando de los campos de color esmeralda y las vistas del castillo de Dunguaire. 

Lo más fácil era creerse esa apariencia idílica de familia bien con una única heredera, con pájaros en la cabeza, destinada a conseguir un montón de dinero y mudarse, quizá -quién sabe-, a Dublín o a Bostón, donde se hablaba más el gaélico que su propio país.

Lo cierto era que mi abuelo, Marcus Abraham Tate, era un tirano de la peor clase. De los que ahogan rabia y resentimiento y nunca están de humor para hablar de ello. 



- ¿Puedo ir a Galway con mis amigas este fin de semana?

- ¡No seas ridícula! ¿Para qué quieres ir allí?

- Pero abuelo, van a ir todas mis amigas...

- ¿Sabes lo que hay en esa caja? -me preguntó de repente- ¿La que tienes justo detrás? 

Ni lo sabía, ni me importaba. En aquel momento le odiaba demasiado.

- Son postales de Europa y Asia. De las que me enviaba tu madre cuando estaba viva. ¿Por qué no las lees y las ordenas cronológicamente? ¡Eso es más interesante que ir a perder el tiempo a Galway!

Ojalá pudiera decir que las cosas mejoraron con los años. Pero en verdad fueron a peor. Cuando cumplí los dieciséis pasaba la mayor parte del tiempo sola. Si hubiera tenido hermanos al menos habría compartido aquella existencia atormentada con alguien pero al ser la nieta de Abraham Tate no tenía muchos amigos en el pueblo que pudieran comprender mi situación. Todos me veían como una privilegiada.

- Tu abuelo nos ayudó mucho durante la gran hambruna -me dijo una vez el alcalde-. En vez de marcharse, como hicieron tantos otros, se quedó aquí y gracias a él Kinvara prosperó. Deberías estar orgullosa.

No, no lo estaba. Al llegar a casa cada día se me hacía insoportable el ambiente opresivo que proyectaba su figura y solía escaparme al río, donde me sentaba a pensar o a leer. Lo que me hizo ganar fama de "chica rara" y distraída. 

Un día de mayo mi abuelo me llamó y me dijo que quería hablar conmigo de algo muy importante. Le encontré en la biblioteca de casa, de pie junto a su mesa, sobre la que había una carpeta de cuero abierta con algunas hojas y su firma. 

- Quiero hacerte una pregunta y quiero que seas honesta, Sara -me dijo-. Si te diera todo mi dinero ahora mismo, ¿qué harías con él?

- Me marcharía de este lugar -contesté.

Con dieciséis años, no podían culparme de dar esa respuesta. 

- ¿Por qué no nos vamos a vivir a Dublín? ¡Es una ciudad fantástica!

Mi abuelo pensaba en otras cosas y no contestó. 

- ¡¿Por qué te parecen mal todas mis ideas?! -pregunté directamente-, ¿por qué estás siempre tan enfadado con todo?

De pronto, dijo:

- He decidido donar toda mi herencia al pueblo, Sara. Cuando yo muera, Kinvara se quedará con el dinero de la familia.

Me alejé un paso de él.

- ¿Quieres decir que me desheredas?

- Siempre haré todo lo que pueda por ti, y lo sabes. Aunque no mereces tener el patrimonio de esta casa, ni del apellido Tate.  

- ¡Tú estás loco! ¿Le vas a dar el dinero al alcalde? ¿Qué crees que hará con él? ¡¿Haces todo esto solo para fastidiarme?!

- Sara -dijo, escogiendo sus palabras con cuidado mientras toqueteaba el testamento sobre la mesa- ¿sabes qué es lo más valioso de este pueblo y de toda mi herencia?

La pregunta me desconcertó un poco.

- Voy a darte el dinero que me pidas ahora y si en tres días me traes algo verdaderamente valioso volverás a ser mi heredera. Pero ten cuidado con lo que eliges porque lo que tú consideras valioso puede no serlo para mí. Si compras algo que no es de mi agrado, entonces mantendré mi postura.

- ¡Menudo juego absurdo! Si te conocieran en el pueblo dirían que estás loco -tuvo el atrevimiento de sonreír ante mis palabras-. ¡Está bien, traeré algo de valor para que puedas dejarme en paz para siempre!

- Como quieras -dijo mi abuelo.

Y me dio el dinero que le pedí. Nunca había visto tanto dinero junto. Lo primero que pensé mientras contaba aquellos billetes fue en comprarle un reloj con joyas incrustadas o quizá una reliquia familiar de algún noble de Irlanda. Algo que fuera escandalosamente caro.

Antes de que me fuera me llamó de nuevo:

-  Recuerda, si no fuese importante para mí...

No acabó la frase.
Tomé un autobús a Galway ese mismo día. Y al siguiente fui de compras por Dublín. La verdad es que fueron dos jornadas maravillosas pero no logré encontrar lo que buscaba. Nada me parecía lo bastante bueno para contentar a ese hombre exigente y severo, al que todo le parecía mal. 

El tercer día regresé a Kinvara con las manos vacías. Estaba a pocas horas de quedarme sin herencia. ¿Qué haría entonces?, me pregunté. Supongo que trabajar de maestra, me dije, siempre me había gustado la enseñanza...

Volví a casa temprano para sacar del cobertizo mi bicicleta y dar un paseo por los alrededores del pueblo y el río. Mi abuelo dormía, ajeno todavía a mi fracaso. Estuve varias horas dando vueltas, admirando la belleza de aquel paraje hasta que me entraron unas ganas terribles de llorar. Llorar de rabia y de frustración por los juegos a los que me sometía aquel anciano. 

Pero entonces me di cuenta de algo. Me sequé las lágrimas y regresé a casa en torno al mediodía, con mis botas de lluvia y unas flores silvestres que había recogido por los caminos. Estaba muy disgustada. Nada más entrar mi abuelo se sorprendió. Sentado en su sillón favorito de la biblioteca tenía un libro abierto entre las manos y me miró con sorpresa mal disimulada.

- ¿Ya has vuelto? ¿Has traído el objeto valioso?

Di un golpe en la mesa.

- ¡Yo soy lo más valioso que tienes y tú me tratas como si fueras un tirano! -exclamé-. No hay nada en el mundo que sea más importante que tu nieta. Y para mí no hay objeto más valioso que mi bicicleta y mis paseos, así que ¡toma! -arrojé las flores a sus pies y allí quedaron sobre la alfombra-. ¡Ahí tienes mi respuesta! ¡Me traigo a mi misma y esas flores silvestres que son gratis!

Hasta ese momento pensaba quedarme con el dinero que me había dado y usarlo para alquilar una habitación y empezar a trabajar al día siguiente, de lo que fuera. Me había resignado a vivir sola, sin familia, sin apellido, y enfadada con el universo, tal y como me parecía que estaba enfadado él. Sin embargo, mi abuelo en ese instante se levantó del sillón, dejó a un lado el libro con ceremoniosa lentitud y sin mediar palabra se acercó a mí y me dio un abrazo.

- Por fin has descubierto lo más valioso que hay en esta casa -me dijo-. Lo más valioso de mi herencia eres tú, Sara Tate. Ahora sí estás lista para tener todo lo demás. Siempre que lo aceptes. 

Decidí quedarme en Kinvara. Decidí ayudar al pueblo como lo había hecho él y seis meses más tarde, cuando murió, comprendí por qué me había planteado desafío con su herencia. Ocupé el lugar que había ocupado él en la comunidad y también estudié para ser maestra. Ahora cuento su historia a mis alumnos, de modo que la vida de Abraham Tate no caerá en el olvido.


FIN.  


Cuaderno de Viaje: Dublín, Galway y los Acantilados de Moher (Irlanda)


foto by Nelly

No va a ser fácil hablar de una tierra tan hermosa en un formato que se queda tan corto para describirla.. pero lo intentaré

Aunque el plan inicial era viajar a Brujas, finalmente decidimos visitar Irlanda. Esta república que forma parte del Reino Unido se compone de cuatro provincias, de las cuales recorrimos tres, gracias a una excursión a los Acantilados de Moher, que se pueden ver arriba. El paraje es espectacular, y es probable que suene a los nostálgicos del cine de aventuras de los ochenta porque por allí subía el gigante Fezzik con Buttercup a cuestas, en La princesa prometida
Sí, amigos, Los Acantilados de la Locura existen. No podía creerlo. Y no lo sabía, así que el viaje ha sido toda una sorpresa para mí. 

Pero no adelantemos acontecimientos. Lo primero que hicimos al aterrizar en Irlanda fue comprobar nuestros teléfonos móviles dado que allí es una hora menos que en España. Y queríamos saber si el dispositivo se había actualizado solo a la hora local, o no. Lo segundo fue buscar el autobús que lleva al centro de la ciudad de Dublín, y que cuesta 6 € (7 con descuento que se queda en 6). Este autobús es una alternativa al taxi, que te puede rondar los 30 €.

Tengo una foto preciosa nada más bajar a la calle de Dublín pero no la voy a colgar por aquello de la privacidad. Básicamente, refleja mi cara de felicidad al comprobar el concepto de ciudad que se abría ante mis ojos. Una ciudad diáfana. Una ciudad ordenada. Asequible. En el sentido que le doy yo, que significa que "es amistosa". Que se puede recorrer... que no te abruma como París. Es una ciudad anglosajona, de casas de tres alturas. Espacios amplios. Y las calles brillan por su limpieza (ya quisiera yo ver Madrid así). No digo que toda la ciudad esté impecable, por supuesto que no, pero puedes recorrer calles y calles sin ver un papel en el suelo. 

Y llegamos al hotel:


No me andaré con rodeos: reservamos en Butlers Townhouse.
Es un hostal. Pero cuenta con wifi gratis, agua mineral en las habitaciones, servicio de limpieza diario, biblioteca, desayuno (opcional, por 15 €), productos de baño, secador en los cuartos y recepción 24 horas. Además de juegos como el dominó o el Monopoly, y té y café gratis en las cantidades que te apetezcan. 
Las habitaciones son pequeñas y tiene muchas escaleras, pero son cómodas y el baño es privado. Con la ventaja adicional de que está a 2 kilómetros del centro de Dublín y del río Liffey, que atraviesa la ciudad.

He cruzado los puentes de Praga y tienen mucha fama pero del que no me voy a olvidar es del Puente del Medio Penique (half penny brigde). Y no me preguntéis el porqué. Ya que no tengo la menor idea del motivo de la simpatía y comodidad que me despiertan esas calles. He cruzado el Rialto de Venecia, he cruzado el Sena de París... Y sí, muy bonitos (Venecia de hecho me encantó), pero os digo que ...la dichosa Dublín tiene algo. Es igual que Roma. A mí Roma me fascina, y el puente de Saint Angelo al atardecer es... mi foto favorita (de todas las que he hecho y con la salvedad de un delfín asomando la cabeza del agua en Tenerife, que por algún motivo incomprensible también es...bueno, esa foto es especial para mí).

No empecé a entender lo de Irlanda hasta el segundo día de viaje. El primero lo empleamos en darnos una paliza monumental andando, del Trinity College al Saint Sthepen Green (un parque, uno de los dos que recomendamos mucho, junto con Merrion Square). De allí a Saint Patrick y la Crhist Church... viendo monumentos, visitando la Casa de Oscar Wilde, posando junto a su escultura donde todo el mundo se hace una foto, subiendo O´Connell Street, buscando el puente del medio penique, intentando localizar Temple Bar y visitando a Molly Mallone.

Por cierto, a la estatua de Molly dicen que hay que tocarle un pecho para volver a Irlanda. Así que se pasa todo el día con turistas alrededor, posando junto a sus encantos (que son, por cierto, bastante generosos).

esta es Saint Patrick. De las iglesias hablaré luego...

El porqué Irlanda tiene algo especial yo creo que lo vimos el segundo día. O al menos, eso me pareció. Contratamos una excursión a Galway, que está justamente en la otra orilla de la isla. Lo primero que le llamó la atención a uno de los guías (que era español) fue que normalmente con un autobús iban muy holgados a dicha excursión... y esta vez le hicieron falta dos. Nos preguntó qué había pasado en España para que todos decidiéramos visitar Dublín en estas fechas. Y fue gracioso porque, realmente, paseando por la calle oías más español que otra cosa. En muchos puntos. El guía nos dijo que éramos más de cien personas apuntadas. La excursión parte de un hotel en O´Connell Street a las 7,30 a. m.  y te deja una hora libre en Galway en torno a las 10:00. 


Llegas al parque natural de Burren, que es una zona pedregosa de piedra caliza con 21 especies de orquídeas y otras tantas de mariposas. El guía dijo: "a la misma latitud que Moscú, tenemos orquídeas...) por eso es parque natural. Debido a la piedra caliza, hay animales y flores que viene entre las rocas que normalmente no se encontrarían en un clima tan frío.

A medio camino pasamos por Kinvana y vimos un castillo anglo normando que a mí personalmente me impactó bastante. 

Y entre medias, durante las 9 horas restantes de autobús, ¿qué se podía ver? Esto: 





Campos verdes. Toda la isla es verde. Verde oscuro, verde claro, verde esmeralda, verde hoja, verde amarillo. ¿Cómo puede ser un lugar tan verde? ¡Preguntádselo a Irlanda!. Y ahí fue donde empecé a notar algo muy raro. Cierta familiaridad. Como si Irlanda se te metiera dentro del corazón y no se fuera a marchar nunca con tanto y tanto y tanto verde.

Intrigada, me puse a pensar a qué podía deberse aquello y llegué a una conclusión: se parece (o debe de parcerse) mucho a Galicia. Al norte de España. De hecho, me empezaba a sentir igual. Y también pensé que si los irlandeses eran como yo pensaba que eran... al marcharse fuera debían añorar mucho su casa.

Y podéis creerme, que no conozco a ningún irlandés. Así que todo esto es un suponer. Pero con una tierra así, lo más normal es echarla de menos. 

El guía nos dijo que habían sido muy pobres. Que ahora destacaban en tecnología por las grandes empresas que se habían instalado allí, pero que no tenían una gran cultura gastronómica. Y que en la isla lo que había era ricas y sabrosas patatas. Y poco más.

Nos habló de sus historias. La cantidad de leyendas que tienen. Y muchas de ellas no son ciertas. Es como si en toda gran hazaña hubiera por medio un irlandés. Y realmente no es así. Pero les gustan. Eso nos dijo el guía. 


Al volver aprovechamos para hacer compras. No os lo he dicho, pero el primer día visitamos también The Old Librery. Junto con los acantilados fue uno de mis momentos favoritos del viaje. Nunca he visto nada así: miles y miles de libros en un edificio de bóveda de madera... descomunal. Se encuentra en el Trinity College. Vale 11 € entrar y sí, es caro,... es caro pero tenéis que entrar. Es impresionante. 

El último día probamos el estofado irlandés (yo realmente pedí otra cosa) y visitamos iglesias. Antes os he dicho que dejaría las iglesias para el final. ¿Por qué? Bueno, hay dos muy conocidas: San Patricio y la Iglesia de la Trinidad. Ya las he nombrado antes. Veréis, la Iglesia de la Trinidad tiene unos suelos preciosos, no os voy a engañar, pero la cripta a mí no me gustó. Si vais, acordaros de mí. A mi compañero de viaje le encantó lo que exponen ahí abajo (que apareció dentro de un tubo del órgano), pero a mí no me hace ni pizca de gracia. Es más... si me descuido tengo que salir fuera a tomar el aire porque me parece... bueno, absurdo. Y me dieron nauseas. 
Pero sí, el edificio es precioso y ese puente que enlaza con "Dublínia" es sensacional.
(*dublinia es una atracción interactiva, un museo que está -dicen- muy bien. Nosotros no lo vimos).

La segunda gran iglesia, o casi más bien la primera, es San Patricio. Es catedral y por dentro asombra bastante. Me encantan las banderas, las vidrieras... el corte medieval. Todo es como muy caballeresco. Precioso.

Pero, para mí, la más especial fue San Auden. 
A la que inexplicablemente no he sacado fotos por dentro.

Veréis, es pequeña, es gratuita y es medieval. Tanto, tan antigua... que tiene la primera calle de Dublín con adoquines, expuesta al público. Tiene un camino más viejo que todo lo que hay alrededor. Y está medio derruida. De hecho, es la iglesia más antigua de Dublín.
Dentro tiene una roca. "La Roca Afortunada... la Roca del Irlandés..." algo así nos dijo el que nos recibió en la entrada. Por algún motivo me dio por buscar la roca. Me dio por sacar la mano izquierda del bolsillo y ponerla sobre la roca. Y me dio por pensar: "cuéntame".

"Cuéntame qué has visto", le dije aquella roca mugrienta de aspecto celta. Y sí, los primeros treinta segundos no pasó nada. Pero os prometo que luego la roca me habló de noches frías. De noches heladas. De hace muchos, muchos, muchos años. Y de todo lo que había visto. 

Así que separé la mano de la roca y leí el cartel que había al lado con la leyenda aquella que dice que la han robado varias veces pero la dichosa roca se apaña siempre para volver a su lugar en el Templo. Una de las veces comenzó a pesar tanto que el caballo de los ladrones no pudo más y se "colapsó" mientras tiraba de ella. Y la roca volvió al templo. En serio, es una vida muy divertida para ser una roca de mil y pico años. 

Encantada con aquella tontería y al abrigo de ojos de otros turistas pues estaba sola, entré en el templo. Mi compañero de viaje estaba sentado justo detrás de un señor de pelo blanco que cabeceaba un poco. 

Me senté detrás de mi amigo. Al lado no, detrás. No sin antes escribir en el libro de visitas: "The stone is magic!!". Una margarita, mi nombre y mi país. Nos quedamos un rato en silencio y mi amigo salió del templo poco después. A saber porqué no nos habíamos sentado juntos. Fue raro porque le vi tan en silencio que pensé en quedarme yo también callada detrás. Pasados unos segundos me levanté, absolutamente encantada con ese lugar, y antes de irme di un par de pasos hacia lo que podría haber sido el altar. Me llamó la atención una escultura blanca con dos escenas y un par de calaveras debajo. Calaveras en una iglesia, pensé... "¿de qué avisaban?". Di dos pasos hacia allí pero, por alguna razón, antes de sobrepasar al hombre de pelo cano que estaba callado y sentando sin hacer nada, me detuve. Me dio algo así como respeto. Así que avancé pero... despacio, y como si pidiera permiso para pasar. Finalmente, me atreví a llegar hasta las placas conmemorativas colgadas al fondo y al darme la vuelta...me encontré de frente con sus ojos. Nos miramos a posta. Nos miramos un rato. Lo que yo pude aguantar porque bajé al cabo de unos segundos los ojos. Y observando el suelo, me deslicé hacia el fondo del templo (donde estaba la roca). He aquí lo que pasó después y que me intriga. Antes de salir miré de nuevo al hombre de pelo cano, en silencio. No me fui.
No sé porqué no quería irme de allí. 
El hombre seguía sentado en el mismo banco, dos filas por delante de la que ocupara mi amigo. ¿Quién era ese hombre? ¿Sería un turista? ¿Qué hacía allí?

Y entonces ocurrió. El señor meneó la cabeza como si dijera: "no, no puede ser..." y siguió allí parado. Dicho de otro modo, miró al cielo con la cabeza ladeada y luego la bajó y negó en silencio. Como diciendo "es imposible".

Y yo parada de pie le observaba desde el final del pasillo, absolutamente quieta y sin nadie más alrededor.

Todavía esperé unos instantes a ver si salía, si se daba la vuelta, si me decía: "eh! Katy!" o algo así porque de verdad, de verdad, parecía que fuera a decirme algo. Pero ni pío.
Así que me fui, pensando: "piedras mágicas y ancianos misteriosos... anda!! Nelly!!! que se te va la pinza!"

Y salí y vimos la segunda planta y cuando bajábamos me di cuenta de que la iglesia tenía otra puerta (en verdad era la del fondo que había visto antes, con las placas conmemorativas).

- Espera un momento -dije a mi amigo.

Me asomé una vez más y vi que el hombre se levantaba y se ponía una boina de lo más irlandesa. Pero por algún motivo di media vuelta y salí como un rayo del templo.

Es de suponer que viniera detrás pero, ¡sorpresa! No le volví a ver.

Pero esto hace que San Audoen sea mi iglesia favorita de todas las que he visto. Sinceramente, creo que es mágica, jajajaja!!!

Y hasta aquí este cuaderno de viaje!!
Espero que os haya gustado!!!!
Os aseguro que Irlanda hay que verla. Ha sido una sorpresa maravillosa. Este viaje ha sido muy especial para mí, lo voy a recordar siempre. 


 

 

 

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