Aquí hay un fantasma.
Hoy me he levantado, he dormido poco pero me sentía descansada.
"¡Hoy voy a hacer un día detox!"
En lugar de bajar al supermercado, reviso en la alacena que tengo los ingredientes necesarios para una ensalada de una pasta que compré en el herbolario que parece pasta italiana pero en realidad está hecha con garbanzos.
"Sólo voy a comer el pan que me dijo mi compañero. Y para desayunar, empezamos con un vaso de agua y un té verde".
Me dio la idea de mezclar el té verde con la ortiga. Y me vino muy bien, porque la ortiga me molestaba en su bolsa de papel (estaba rota) y la lata del té verde es muy bonita (se la compré a una amiga mestiza, mitad española mitad china, casada con un japonés). La lata es preciosa.
Así que los mezclé.
Y me puse a meditar.
A mitad de la meditación se me fue bastante la cabeza a mil ideas. En realidad, a veces pasa, pero no es malo, simplemente, pasas un ratito contigo misma, con calma. Y tratas de volver a concentrarte cuando te desconcentras. No perseguir los pensamientos. ¿Os acordáis de Frodo y Gollum en el pantano que cruzan para llegar a Mordor? Gollum les dice: "¡No seguir las luces!" Pues con los pensamientos es un poco igual... lo sigues y de repente estás sumergido en ellos y te olvidas. Te quedas esa corriente mental. En cierto modo, meditar es casi como hacer gimnasia.
Ay.. que los sigo... ay, que no... ay, que me ha vuelto a pasar....
En fin. No siempre es así, claro. Si esperas lo suficiente, deja de haber pensamientos.
Pero al margen de eso, el caso es que en torno a las 15:17.. o quizás en el minuto 17:15.... pensé en un excursión. Y pensé esto:
"¡Vas a al super... y te compras un café de esos fríos que están tan buenos...! ¡Sí! ¡Y un Aquarius! ¡Claro! ¡Qué gran idea! Con eso y con una botella de dos litros de agua, ¡tendrás suficiente!..."
La idea era buenísima. De hecho, la tengo que apuntar. Café + bebida energética + agua.
"En lugar de tanta agua..."
De repente...
¡¡CHOFZUMM!
Abro los ojos.
"¡¡Ya estamos!!"
17:18 en el reloj.
"Uy... cielos, estaba en el supermercado"
jajajajajajaj.
Y pienso:
"La cocina... la ventana abierta... bueno, es normal... algo ha tirado algo. No pasa nada. Anda, sigue meditando".
Respiro...
Ese ruido.... tan.. suave....
Respiro....
Así como dulce.... solo para llamar la atención.... no suena a objeto entrando por la ventana abierta y derribando algo.
Eso no ha sido la cocina.
Ya sé qué ha sido. Ya sé lo que se ha caído. Y entiendo el ruido amortiguado.
"Verás tú.... "
Casualidad o no casualidad. Puede que todo el Cosmos funcione así.
Lo es y no lo es.
Acabo de meditar.
Me levanto, voy al baño... y ahí está.
La esponja...
De pie sobre sí misma.
-¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!
Mira, yo así no puedo.
Se ha caído y se ha quedado en medio del espacio blanco de pie sobre si misma.
-¡Jajajajajajja!
Mi querido fantasma... esto empieza a parecer Interestellar. Te agradezco... tus toques de atención. Pero deja de tirar cosas cuando me distraigo en la meditación. O cuando digo: "¡Si mi compañero no se va a enterar!" refiriéndome al compi de curro que me enseña cosas. Y entonces, sale volando media librería.
Yo no sé qué tratos te traes con mi compañero. Y está claro que él no puede lanzar esponjas a distancia.
Así que, una vez más, opto por la casualidad.
¡Chis pum! (como dice él cuando cierra un tema.)
Que tengáis un FELIZ día!! Muy tranquilo!! Y alegre.
9:24 | | 0 Comments
En el que todo está mal y todo esta bien.
Me levanto. Tengo que ir a la peluquería. Pero antes, medito.
Decido salir de casa a las 08:19... pensando que la peluquería abre a las 8:30 y, añadiendo mentalmente:
-Me da igual si abre antes, porque no voy a ir antes de las ocho y media.
Para mi desgracia, hay dos personas en lista de espera y tardo ¡una hora! en ser atendida.
Qué desastre.
A las once de la mañana sigo allí, pensando que igual hago la misma jornada laboral que la peluquera. Empiezo a estresarme.
"Pues a lo mejor C. te decía que no te hicieras mechas por eso", pienso en el sillón de lavado.
"Estoy por irme con la cabeza mojada con tal de salir ya de aquí..."
¡Jajajajaja!
¡Es una cárcel temporal! ¿Pero quién ha inventado este tormento?
Salgo como un rayo, no sin antes de que mi peluquera de confianza me peine a pesar de que le dije que no quería peinados. Yo sé que su profesionalidad le impide dejarme salir con la cabeza mojada como un pollo. Cual japonesa inclino la cabeza, dos tres, cuatro veces, mientras le doy una propina que espero le sirva para café, después de haberse enfrentado a mi melena leonina.
Que no elegí "Nelly", por casualidad.
Que tengo el pelo del Rey León y cuando era joven me tenía muy acomplejado el tema. Hasta tal punto que pensaba que jamás lo llevaría suelto. Y luego llegaron unos años en los que jamás lo llevaba recogido. Es lo malo de mi cerebro. Le da miedo cambiar. De joven suelto no funcionaba, de menos joven pero muy joven, suelto a todas partes.
¿Sabéis en realidad cuál es mi peinado más cómodo? El semirecogido.
Si me estreso... me hago una coleta. Y si me estreso mucho (en el trabajo) tras la coleta empiezo a zampar....
Salgo de la pelu completamente arrepentida de no haberme lavado el pelo la noche antes porque, claro, tengo dermatitis y yo sé que la peluquera lo ha notado. Cuanto más estrés, más dermatitis. "Esto no puede ser", me digo, "haz el favor de ir al supermercado y compras algo para desayunar porque eres un auténtico desastre, esta todo mal"
Lucho con ese está todo mal. Y al salir del super con mis bártulos en brazos oigo:
-¡¡Eva!! ¡Eva!!
Me giro.
Es mi amiga N. Llevamos dos días encontrándonos en todas partes.
N. me mira y yo me detengo. Le cuento lo que me ha pasado, me dice: ¡madre mía! ¡sin desayunar! Le pregunto si la acompaño hasta la mitad del camino a su casa, me dice que de ninguna manera. Vuelvo, subo, abro la puerta de mi piso y pienso:
"Esta todo mal".
Está oscuro, está mal decorado, está todo fatal.... Mi ropa también está mal, debería salir a la calle mucho más arreglada.
Me hago un café y unas tostadas. Me las zampo.
-Ains, ahora tengo que ir a la imprenta.
Miro a mi alrededor y me digo: "Oye, no está todo mal, ¿vale? Lo que pasa es que tienes hambre y llevas tres horas y media atrapada en una silla de peluquería".
Ir a la imprenta supone ir, volver y volver a ir. Es un encargo de mi hermano. Mientras camino, oigo al señor del quiosco hablar con un vecino:
-¡Pero qué le pasa al tiempo!
Esta mañana hacía un sol espléndido, pero a eso de las diez ha empeorado paulatinamente, hasta volverse un día frío y tormentoso. Los madrileños de mi vecindario, pobres ilusos, y yo, pobre ilusa, hemos salido "de verano" y ahora no veas la temperatura que hace. Suerte que cogí mi pañuelo y me puse un jersey al volver de la peluquería.
Sintiendo gran empatía por esos vecinos sigo mi camino y me da el sol en la cara y pienso: "Venga, da igual lo que hagas si lo enfocas con alegría. ¿Acaso crees que los demás no hacen las cosas con tanto esfuerzo como tú? ¡Lo hacen también!"
Y de pronto:
-¡¡Eva!! ¡¡Hola Eva!!
Me giro.
Es el cartero.
Con sorpresa veo al trabajador del servicio de correos con su uniforme de correos y sus gafas de sol.
Se me mezcla Nelly, el Blog, la Ciudad Imaginada, los cuentos y la Realidad.
El cartero me sonríe.
-¿Qué tal estás?
(jajajajajaj)
Es que estoy tan sorprendida que no sé qué contestar. Es decir... somos diez mil vecinos y se acuerda de mi nombre... ¿¿vosotros sabéis la cantidad de personas que viven en cinco o seis manzanas de Madrid??
-Bien... ¿y tú?
Tras este encuentro me siento de lo más afortunada y camino más sonriente hasta la imprenta.
-¿Puedes esperar y te hago el encargo ahora mismo?
Sorpresa.
Así no tengo que ir y volver y volver a ir.
Vuelvo a casa con en encargo hecho.
"¡Fíjate, está todo bien! ¡Mi pelo está bien! ¡Mi casa está bien! ¡La decoración está bien! ¡El día está bien y todo está requetebien!"
Moraleja: mi mente es un balancín. Sube y baja, sube y baja...
No sé si esta entrada va a servirle de algo a alguien... ¡¡¡Feliz día de todo bien!!!
ciau!!
13:06 | | 0 Comments
En el que me asusto.
Ayer me dijo mi compañero que yo no estaba meditando todos los días y que menos mal que no era mi maestro, porque mentir al maestro es una falta muy grave.
Y yo pensé... a ver, medito mal... Si bien, la mejor práctica es la que se hace (dice un vídeo). Pero me ha extrañado tanto que me lo haya dicho si no he faltado ni un solo día a mi práctica que me desanimé un poco.
El caso es que, al volver de un curso, comí, me eché un rato y antes de cerrar los ojitos (pensaba en intentar estar presente todo el tiempo) se me fue la pinza a este diálogo mental:
"Oh, pues como cuando meditas... intenta estar más presente, que las cosas cambian cuando estás presente lo sabes, y a lo mejor por eso él no te ve meditar... o mira, ¿sabes qué? ¡abandona y no medites! ¡Así de sencillo! Si lo haces tan mal o te dice que no lo haces, pues... "
En ese preciso momento, internautas, y no os miento, SUENA: ¡PLAON, PLONK, PLUNK, ... CATABUM!!!
Del susto, casi me subo a la lámpara.
A toda velocidad me levanto y no sé si ir primero por una escoba o prepararme para gritar: ¡intruso! ¡Fuera, tengo una escoba!
Pero, ¿por dónde? ¡Si vivo casi en el tejado!
Así que voy volando al estudio y...
-¿¿??¿?¿?????
En serio, ¿existen los fantasmas?
Toda la repisa de la estantería (una Billy baja y muy fuerte) , está por el suelo, el muñeco de madera para dibujantes tiene una mano en la cadera y la otra puesta en pose de chulería.
-¿¿¿???????
Tirado en el suelo, junto a un círculo de papel decorado que rueda hacia unas cortinas, los cuadernos, los libros de relatos y una estatuilla de "Premio Oscar" todo tirado.
Miro la ventana.
No.
Miro la estantería....
Y pienso....
"El Cuaderno de Alicia estaba ahí apoyado y yo esta mañana me lo llevé.... a las 9:00 horas. Son las 15:46 horas... es poco probable que las cosas hayan estado cayéndose durante seis horas..."
Más bien es inverosímil.
Nada ha golpeado la estatuilla de madera. Ni los libros. Ni cortinas, ni viento, ni un s...¡¡¡joer, ahora suena el móvil!!!
¡¡Y se apaga!!!
Es casualidad.
Ya está.
Casualidad. Seguiré meditando de la mejor manera que sé. Que compañero no me ve, vale. Al menos no se caerán cosas de las estanterías... ¿¿¿Pero cómo es posible que haya pasado????
A ver, tengo que ver de nuevo el estante...
Cielos, internautas, que no hay explicación lógica...¿Los cuadernos se han caído?
¿Y qué ha tirado los cuadernos?
Bueno, da igual.
15:57 | | 0 Comments
En el que me toca la lotería
No quiero que os pongáis nerviosos. Estoy hablando de diez euros.
Ayer.... bueno, yo ya sabéis que os digo siempre que hay algo más, que si mi compañero no se qué, que si las casualidades raras que si... ¿verdad? Que adivino cosas...
Este libro de aquí tiene capítulos titulados: "En el que...", y me hace mucha gracia porque yo lo leí siendo muy pequeña, pero ahora resulta que mi blog es así. Me encanta esa forma de titular, pero no es mía. Esta bella criatura del libro no sabía qué iba a ser de mayor, así que se hace bruja y se lo pregunta a su bola de cristal, en lugar de decidir y luego ser... primero es y luego decide para cumplirlo. Yo lo llamo "trabajar a la inversa". Funciona.
Para libros. Es decir, a veces le tienes que preguntar a tu mente el resultado y tratas de llegar a él. El libro es una "monada", la pobre tiene que aprender magia y superar un examen y todo esto porque seguía sin saber qué contestar a sus mayores... hasta que al final dice, ¡uy, pues miro en mi bola de cristal! y descubre que va a ser.... No os lo digo.
Habría sido mi compañera de Universidad, je je je, exactamente, en la clase de al lado.
Yo ayer salí a la calle, fui a preguntar una cosa al gimnasio... no sé si volver, y luego a desayunar pero cuando estaba cruzando un cruce lo vi.
Y brilló.
No es brillar la palabra es sentir diferente.
Un puesto de Loterías.
Yo, ya sabéis, hablo con un "algo" interior (o exterior) y, claro le pregunté.
(Sí)
¡Oh, contestó!
No con las palabras, justamente, es más... es más... es como... Sí.
Que no pierdas esa sensación es importante. Así que sin apartar la atención del puesto, pensé:
"¿¿Pero cuál?? ¿Un Rasca7? ¿un... hay cien mil boletos??? ¿cuál cuál cuál????"
(en el que te has fijado. El de los soles amarillos)
"¡Rasca siete! ¡Se llama... se llama "Rasca Siete!" o algo así!"
Me acerco, me acerco, me acerco.
-¡¡Buenos días!!
De cerca veo los boletos y eso "no" es un "rasca 7". Pero Coso dijo "en el que te has fijado"
Así que yo dije:
-¿¿Me da uno de esos... de esos de ahí....??
De esos, ya sabe, de esos. No sé que són. Pero tiene soles (uy, pongo tilde en palabras importantes, es inconsciente... je je je, acabo de acentuar "son") Je, je je... mira, lo voy a dejar, es gracioso.
No-sé-qué-son
(pero es)
-De eso de los soles.
Me da un boleto.
Me pregunto a mi misma: "¿Pero está premiado?"
(Sí)
La sensación no se va.
¡No se va, no se va!
(no lo rascas aquí)
¡Como la bola de cristal! ¡Al revés, al revés! ¡De atrás adelante, en lugar de presente a futuro!
Y entonces... me olvidé.
Iba a rascarlo con mi amiga N. en la cafetería. Me olvidé. Llegué a casa donde debería haberme acordado. Lo dejé en el bolso y me olvidé. Me puse a trabajar. Hice una hora extra. Era de noche, cerré la oficina virtual, eran casi las Once y me olvidé, me olvid...
-¡¡Ay va!! ¡El boleto!
Bien, lo busqué en bolso.
Pero... ¿va a estar premiado?
(((((sí))))))
Más débilmente, fue la respuesta.
Igual no lo está.
(((((ráscalo con una moneda de las que tienes donde meditas)))))
¡Vale!
Me acerco a la mesa y -a oscuras-, tomo una moneda de las de diez céntimos.
(((((((si la moneda es de cinco céntimos, tendrás un premio. La moneda es color cobre))))
Es de noche, estoy a oscuras y la moneda es de diez céntimos. Me digo "bah!" y voy a mi cuarto, enciendo la luz, me subo a la cama con el boleto y mi agenda y me apoyo y me digo: "Bah, ¿cinco céntimos? ¡Venga, qué absurdo! Ráscalo... si no va a tocar" Y miro en mi mano la moneda...
Ya es de cinco.
¡Jajajajajaj! Yo pensaba que había cogido una de diez céntimos. ¡Claro! ¡A oscuras!
"Pero... si ya es de cinco"
Rasco.
Primer juego, ... PREMIO.
¡¡¡¡Ay ay ay!!!!
Espera, ¿hay más? ¡¡¡Tiene más!!!!
Muy débilmente, me llega la respuesta (((sí)))
¡¡Ay, que voy a ser super millonaria!!!!
Jajajajajajjaja.
Olvidaos. Os lo he dicho, siempre son premios pequeños.
Segundo juego.... PREMIO.
-¡¡¡Halaaaa!!!!!
Si ya me toca el tercero....
... pero no.
Sé que vais a decir que no tiene relación, pero creo que no fue casualidad que sintiera eso al pasar por el puesto. No sé... iba contenta. No me refiero a ... feliz en plan risueño, más bien iba diciéndome a mi misma que tuviera menos agobios, que fuera más desprendida (flexible) y que disfrutara de la vida y el presente. Y entonces es cuando vi el puesto, "brillar".
Claro que... puede ser casualidad.
¡Saludos!
¿En qué me voy a gastar ahora mis diez euros? ¡A lo mejor en una entrada al gimnasio por los días que quedan de mes! ¡O en ir tres veces a la piscina! ¡Uy, no sé... jajajajjajajaja!
8:10 | | 3 Comments
En el que al final... no llevo braquets.
-Tus dientes están muy bien... lo que pasa es que tienes sobremordida. Se pasan el día trabajando, ¿estás en tensión durante muchas horas? Esto genera un gran desgaste... de ahí el problema que tienes.
-¿Yo?
jajajajajjajajajaj
-¿Estresada, yo? En tensión, ¿dice?
¿Se lo explico o mejor no digo nada?
-Podemos corregirlo con una ortodoncia invisible... de hecho, yo la recomiendo más que los braquets. La duración... puede ser de un mes o dos más que con braquets... pero no es significativo. Siempre y cuando seas una persona metódica.
¡Jajajajjaj!
-¿A qué se refiere?
-Si tienes que llevarlo 22 horas al día... tienes que hacerlo. Si fallas, entonces no funciona.
¿Alguno de vosotros juega al Secret Cat Forest?
¿Sabéis lo que pasa cuando conviertes objetivo en procedimiento?
No lo sabéis... ¿verdad?
Os cuento un secreto de escritor: somos seres que escribimos 300.000 palabras de UN MISMO TEMA.
Metódica, dice.
Tengo en el Secret Cat Forest acumulados doce mil ramas de madera... porque el objetivo no son los muebles, sino acumularrrrr...
El Mantenimiento, más bien. Corta madera, pesca. Corta madera, pesca.
Acabé una ortodoncia de tres años en uno.
Acabé un curso de mecanografía porque me salía de las tablas de medir, de tres años... a uno. El examinador dijo: "Ya está... se ha sacado primero, segundo y tercero en el mismo examen".
Que si soy metódica. Apenas.
-Lo soy -contesté-, ¿se refiere a que me lo ponga las horas que usted marca?
-Eso es. Si lo haces, todo irá bien.
Vale, creo que puedo. Creo eh?... a ver, no soy adivina. Solo digo que estoy contenta porque de lo braquets he oído que generan más molestias.
-¿Podemos empezar ya?
-Claro.
^^ Pues hala, ya está.
¡Resuelto!
12:08 | | 0 Comments
¡Jajajajajaj! ¡Jajajajaja! (En el que las gafas Aparecen)
¡Jajajajajaja!
Disculpad por arrancar así esta entrada.
Tras volverme absolutamente loca y mover muebles, vaciar papeleras, investigar el patio con prismáticos, avisar a mi familia, quitar todas las partes del sofá, volver a colocarlas, remover cajones, librerías, buscar sobre y detrás de los radiadores y todos aquellos otros lugares (incluidas plantas) que os podías imaginar, digo:
-Pues nada, el lunes voy a comprarme unas gafas.
-Vaya... seguro que acaban apareciendo.
-Ya, el problema es que con estas azules, ¡no veo! No están bien graduadas, están un poco desactualizadas y no puedo conducir así.
(Imprevistos) me digo.
Hoy me levanto y me pongo a meditar. Una meditación buena. Acabo y me digo:
"¡Venga! Lo primero, ponte las lentillas porque todo lo demás no lo estás haciendo porque te limita no ver".
Voy al baño y me pongo las lentillas que uso para la piscina.
"Así iré al óptico y podré probarme gafas"
Me miro al espejo.
-Cielo Santo -pienso-, si soy todo ojos.
Las gafas de miope hacen un poco más pequeños los ojos. Yo tengo 1,45 y 2,20 más o menos de miopía (más o menos), .... lo que he descuidado es que al llevar las gafas sucias y demás, pues en realidad tampoco es que vea todo con ellas. Con las lentillas quitas todos los obstáculos.
-¡¡Menudas ojeras!! ¡Has visto qué ojeras!
Crema hialurónica.
Y me fijo bien.
-Madre mía -me digo-, pero si soy guapísima. Es decir, no como una modelo joven ni mucho menos,....¿¿¿pero tú has visto qué ojos????
Es que son enormes. Azules. Enormes.
Una compañera que trabajó conmigo en una librería del centro, hace como dos décadas (soy relativamente mayor) dijo que si yo tuviera unos ojos como los tuyos, nunca me pondría gafas.
Creo que entiendo por qué lo decía.
"Es que casi estoy... por llevar lentillas y olvidarme de las gafas", pensé mirándome.
Pero no, no... no. Querré las gafas. Me gusta ir escondida y, además, la lentilla reseca el ojo y me es incómoda. Pero, ¡oye! ¡No sabía esto! -pensé-, ¡pero fíjate qué guapa eres!
A veces lo que nos falla, internautas, es la técnica. Ya sabéis, el estilo. No sé. Si te escondes, te pones ropa holgada y demás...
Total, que tras pensar eso, mirarme otra vez, pintarme los labios, cambiarme de jersey y decir: "Caray, a lo mejor deberías hacer esto todo los días", tras eso, me digo: "¡uy, la pastilla de la alergia!". Gracias a meditar tengo muy claro y estoy muy centrada y sé lo que tengo que hacer hoy. Cuando levanto las dos cajetillas de pastillas que dejé ayer a propósito delante del espejo... veo algo.
-¿¿¿Enantyum??? ¡Esto no es de la alergia! ¡Ni con las gafas de ayer lo veías! Anda, guarda esto...
Me agacho. Abro el mueble.
Tengo unas toallas apiladas junto a un neceser de flores y pajaritos.
"Anda que.... no ver que no era el Loratadine...." abro el neceser, dejo las pastillas.
Veo las toallas, en dos alturas y el secador.
"Mira que no ver las cos..."
transparentes
Junto al secador están las gafas.
-¡Jajajajajajajaj! ¡JAJAJAJAJAJAJ!
Es imposible que yo haya metido las gafas dobladas (es decir, cerradas) junto al secador.
-¡Jajajajajajajajjajajajajaja!
Podría entenderlo si estuvieran tiradas. Metidas entre las toallas (ya lo revisé) Caídas dentro del mueble.
Podía entender mil posiciones, menos esa.
Es que al cien por cien parece que alguien las hubiera dejado a propósito así, allí.
-¡Jajajajajajajjajajajaja!
Están guardadas delicadamente, cerradas, con cariño, junto al secador de pelo.
Mis adoradas gafas de profesora, con media montura casi al aire.
-¡Muy gracioso! -pienso.
Así que, a ver si lo he entendido, .... ¿todo esto era para que me diera cuenta de cómo soy sin las gafas?
Está bien, me pondré lentillas de vez en cuando.
En serio, en esta casa hay... magia.
9:46 | | 0 Comments
En el que pierdo las gafas.
No tengo muchas cosas relevantes para contar de ayer a hoy. Lo más "fastidioso" es que he perdido mis gafas. Mi compañero de trabajo tiene unas de montura azul, como yo, lo que pasa es que yo no me las pongo porque suelo llevar unas de montura semi-transparente. En realidad, tienen montura solo arriba. Las de montura azul se me resbalan porque están flojas y las de montura transparente me hacen hasta daño porque están prietas de más. Esas son las que he perdido.
Le dije a mi yo interior que no podía ponerme las azules porque, claro, iba a pensar el compañero que le copio. Y en realidad yo las tengo desde hace dos o tres años. Ahora bien, el pasado viernes -y recuerdo el momento por la alerta mental que me preguntó por el tema-, resulta que estaba haciendo una cosa y cuando esa alerta mental dijo algo sobre las gafas de montura transparente, yo contesté:
"Bah, no, ya las retomo luego, ahora lo importante es esto otro; si eso, me puedo poner las azules".
Dicha alerta mental a la que de ahora en adelante prometo hacer más caso me estaba, quizás, intentando evitar un problema. Y es que ahí yo sí sabía dónde estaban las gafas. Pero ahora, no.
Esa alerta mental transparente solo se activó una vez más en los días siguientes y fue cuando decidí sacudir el mantel por una ventana. Y, en esta ocasión, a la dudosa moralidad de mi acto (no lo hago casi nunca, quizás tres veces en más de una década) yo contesté: "Hombre, que ahí no molestas, que eso da a un patio y sólo hay migas de pan", pero mi querida alerta mental, viendo que con eso no me detenía, sugirió lo siguiente:
(¿Y si hay un objeto en el mantel?)
Yo, claro, pasé de largo, y me dije "no hay nada", sin comprobar si las gafas de montura transparente estaban y allá salió todo volando y allá me ha tocado hoy investigar con prismáticos el fondo del patio.
A veces, pienso: "Si alguien viera desde fuera sólo esto, ¿qué pensaría?"
Este recurso es narrativo... y ya hablaremos de ello. Cuando construyes muy bien a un personaje consigues que el lector pueda ver lo que es para otros, lo que es para el que le sigue. De manera que una auténtica "bestialidad", queda justificada. Pero esa es otra historia...
Me senté a meditar y pedí ayuda a Coso, si bien la respuesta fue si de verdad quieres usarlo para algo tan banal como encontrar unas gafas perdidas. Jobar, las necesito. Me va a tocar hacerme unas nuevas.
Mi meditación iba sobre la respiración pero de repente se convirtió en una película de mi vida.
Empecé a ver cosas, escenas, pequeñas, de personas que han dicho cosas que me han sorprendido muchísimo. Por ejemplo:
Escena laboral: los compañeros discuten por las vacaciones.
Mi premisa era: "cede todo porque apenas necesitas nada". Y me encontré con que los dos únicos días que quería no podía conseguirlos. No tenía con qué negociar. Una de las compañeras dijo: "Yo es que me he cogido todos los puentes, no los quiero, pero luego los cambio según me interese". Observando el percal, y yo tenía una compañera al lado que se fue anticipadamente del trabajo, dije:
-El año que viene elijo puentes yo... aunque no los quiera.
Mi compañera, mucho mayor que yo, se sorprendió.
-Para negociar -dije.
Y ella dijo:
-Pero eso es maquiavélico.
Veréis, lo que me impactó del tema no fue que me dijera que era "malo" tomar cosas que no quería solo para negociar. Lo que me impactó del tema fue que no fuera capaz de ver que yo había cedido todo con generosidad y eso no servía absolutamente para nada. Es decir, la más veterana negocia los puentes con los demás, los padres se enojan, la bronca es monumental... yo cedo todo para no molestar y el único día que necesito no lo tengo porque no puedo cambiarlo por nada.
Eso, que un jugador de ajedrez vería nada más estudiar el tablero va la compañera y no es capaz de verlo. ¡Hija, es lo que acabas de hacer con la veterana! ¡repartiros los puentes! Madre mía... es que estamos cegatos. Yo, de verdad, no lo entiendo.
La bronca por las vacaciones es monumental en mi empresa. Pero creo que pasa en todas partes.
Escena laboral: la luna.
Estoy saliendo del trabajo y voy hablando con una compañera. Todavía soy operadora, así de esto hace quizás ocho o más años. Más. Necesariamente, más.
Voy enfrascada en mi mundo de conversación y la compañera también. Voy hacia el tren (no tengo coche. El coche fue a resultas de una huelga salvaje, en la que tardaba dos horas y cuarto en llegar a mi casa) Voy caminando y de repente, al pasar por delante de la entrada del garaje, dos faros de luz y una voz.
Es el compañero.
-¡Mirad! -gritó-, ¡qué regalo de la naturaleza!
Así, sin más. Creo que no sabéis lo que es que interrumpan realidades de esa forma. Fruncimiento de ceño, ambas miramos arriba... Y veo una Luna Llena gigante.
Enorme. Brillante. Maravillosa.
-¡Veis!
Pero vamos a ver... ¿qué persona para su coche para señalar la Luna a dos compañeras que no le importan nada? Es decir...
Miro al compañero. Él señala la luna. Mi compañera se ríe. Yo miro la luna y al compañero y la luna y al compañero.
-¡Disfrutad este regalo de la naturaleza! -casi grita con su poderosa voz.
Y se va.
((¡Héme aquí, en estas soledades....!!!)
Perdón, es que me siento como Faramir muchas veces.
"¿Por qué está tan contento?"
Es lo que no acabo de entender. Veo el coche alejarse, mi compañera retoma la conversación, la Luna brilla en el cielo cual círculo gigante y todo lo que ocupa mi mente es esa pregunta a menudo repetida. ¿Por qué... siempre... es... feliz?
Y no confundáis felicidad con alegría, ni felicidad con ir sonriendo risueñamente por ahí. No.
Más bien es fuerza.
Poder, si queréis.
Y se va.
Todas estas cosas y muchas más desfilan por mi mente cual película, sin perder el foco en la respiración. Me doy cuenta de varias cosas... ¡¡¡¡pero sigo sin saber dónde están las gafas!!!!
toc-toc...tocotocot
Miro a mi izquierda. Se mueve una cortina.
-¿Te importaría ayudarme, por favor? ¡Necesito esas gafas!
TOCTOCO
Esos "golpes" no son más que algo... golpeando la barra de la cortina o el marco. No se suele dar, ya lo sé, es que hay brisa. Pero "toc toc" no es traducible al castellano.
¿Dónde-están-las-gafas? pregunto.
No hay forma.
No las encontraré jamás. Me tendré que hacer unas nuevas.
Os voy a contar una anécdota, como cierre.
Ayer visité a seres muy queridos para mí y me dijeron que en apenas una semana, se había roto la lavadora, el termo, la plancha y algo más. Todo junto.
Yo no quise decir nada, porque ya sabéis cómo soy.
El caso es que estamos comiendo y se cae un mueble.
-¡Pero bueno! ¿Quién lo ha tocado?
Estas son las cosas que yo le digo a mi compañero y él dice: "No, si no hay nada raro".
Me encojo de hombros y contesto:
-Bueno, será casualidad.
Y en ese momento se cae, jajajajaja... una muñeca de adorno de una pared. Es una muñeca llena de bolsas.
Nos quedamos todos en silencio.
-¿Ves? -digo con una sonrisa-, las cosas... se despegan y se caen, sin más.
La respuesta de una persona que no cree para nada en estas cuestiones es:
-Ese mueble lleva ahí desde 2016 y esa muñeca con su ventosa lleva 3 meses pegada en la pared.
Yo no digo nada.
Lo que sí agradecería, por favor, es encontrar mis gafas. Las necesito. Las azules se me resbalan sobre el puente de la nariz... son tan incómodas que acabaré con lentillas. Y yo me puse gafas a los 24 años, así que... ahora me da vergüenza llevar lentillas al trabajo. Necesito mis gafas.
¡Venga, espíritus familiares, una ayudita!
9:32 | | 0 Comments