Una clase de escritura

 Nunca he recibido clases de escritura. Y, de hecho, me lo han preguntado muchas veces

Resulta que ayer me puse triste, muy triste, luego vi Glee, luego jugué una divertida partida de rol on line que jamás habíamos hecho. Y el master dijo:

-Sois muy buenos jugadores, porque os habéis metido muy rápido en la historia.

Yo la iba viendo como una película y apuntando cosas para mi nuevo libro. Más que rol, eso era contar una historia, elegir libremente, y de vez en cuando el master lanzaba un dado y decía: "pues te sale bien" o "¡Fuera de aquí ahora mismo o llamaré a la policía!".

Al acabar, comencé a ver Drácula pero me deprimí tanto que me fui a dormir.

Por la mañana mandé un whasap al actor. El primero era de céntrate en lo tuyo, no quiero molestar.

El segundo: todo es una tragedia griega...

El tercero: ¡ya está, ya está, se acabó!

Y de esto que empiezas a empacar las cosas: guardo en mi maleta el "oh! qué triste estoy", junto a los calcetines añado el sombrero de "¡pues el resto de tu vida será...!", amplio con un "¡esto te pasa por no hacerme caso!".

Y entonces suena el teléfono.

-¿Cómo te sientes con eso de huir siempre de las cosas?

Puede que no sea la frase exacta. 

-Eh...bueno, yo...

Qué decir. En esos momentos una "se dirige" a su "yo interior". Pero el yo interior está escondido detrás de una columna, y apenas asoma la nariz. ¡Pues cuando más falta hace se queda sin palabras!

-¿Te sientes bien luego con eso? -insiste el actor.

Que si me siento bien...

Repaso mi vida .... Hombre, sí..

(¿sí?)

A ver... es lo que se hace, ¿no? Te asustas, te escapas. Luego todo encaja en "el mundo es peligroso" y ...

(¿eso es sentirse bien?)

Es... lo que hay. Me digo. Le digo a mi pensamiento. En voz alta, sólo acierto a decir:

-Yo.. supongo... bueno...

Y entonces... llega una clase, de lenguaje y narrativa. De palabras, de su uso, de recursos...

De un montón de cosas que yo sé, sin saber que las sé, pero que jamás había visto expresadas de esa manera. 

Hablamos de libros, de personajes, me ejemplos y autores. 

Y llegamos al punto en el que nadar, respirar, escribir y no atreverse = se unen.

¡Ay va! Pienso.

De cómo un largo de piscina, es lo mismo que acariciar y es lo mismo que escribir y es lo mismo que no atreverse sería algo complicado de contar.

De porqué me bloqueo con los personajes.

Con las historias.

-Pero -me oigo preguntar-, ¿y si eres tú misma, y si te atreves... y te rechazan?

-Bueno, es que eso es lo normal.

Miro hacia mi interior pensando: "¿soportarías algo así?" Y me pongo en situación. Cientos de veces puede un editor decirte que no, me ha pasado, pero jamás me ha afectado. ¿Por qué? Porque estaba en la norma. Cuando yo escribo, no escribo yo sola, vamos a decir que son dos partes de la mente. Una conoce la norma, lo políticamente adecuado, y piensa en el mensaje bajo el punto de vista de la estructura formal (un producto), la otra parte es una parte de "vaya usted a saber qué es" sumada a sin palabras, impulsiva, sin limitaciones, donde todo es relevante y susceptible de ser valioso.

Esas dos partes, hablan. Yo le pido una novela, esa otra parte me la da, y yo me encargo de ponerla bonita y convertirla en un libro, siempre siguiendo unas pautas. 

A la parte que escribe le importa un comino que le digan que sí o que no. Sólo por ser, es legítimo. No necesita nada más,... que existir...

Y la otra parte sabe lo que es el mundo editorial.

Ahora bien, la parte formal no hace más que poner limitaciones:

"Este personaje no puede ser así..."

"Piensa en el lector..."

"Esto no le va a gustar a nadie..."

"Esto es genial...."

Especialmente problemático son los personajes:

-¿Cómo pueden los personajes ir más allá del autor?

Y eso.. era importante. El silencio en la línea telefónica se prolongó unos instantes.

La pregunta es muy relevante.

Y había respuesta.

Sorprendida, someto la respuesta a una "validación" interior. "¿Se equivoca? ¿No se equivoca?"

-Haz esto... y los personajes se moverán solos.

Pero, ¿buenos y malos?

-Todo el mundo tiene.....

Vaya.

¿Tod@s? ¿Él? ¿Yo? ¿En África, en Singapur...?

Común a toda la raza humana.

Jamás había empatizado tanto con los personajes, mis personajes son sencillos.

¿Y si escribo el nuevo libro infantil (que es fácil) partiendo de lo que él me ha dicho?

Puedo hacerlo como ejercicio, y ver qué ocurre con los personajes.

De todos modos, no sé si es correcto escribir tan expuesta. 

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