La desescalada y yo.

 
Ayer consulté con una experta en psicología.
Veréis, no estoy llevando bien la desescalada.
 
Quizá cuando todos nos encerramos, y dado el miedo de la semana previa, los positivos en el trabajo, y la incertidumbre... quizá esa parte la llevé mejor.
Lo que ocurre es que durante el encierro murió un compañero. Dejé de hacer deporte. Me llevé un tremendo chasco con quien ya sabéis, y tras dos meses de confinamiento, cuando de repente dicen que se puede salir, la incertidumbre es aún mayor.
 
¿Qué se puede hacer y qué no?
¿Y si contagio a alguien?
¿Cómo se vuelve al trabajo?
¿Hay o no hay virus?
 
Y, ¿dónde está él?
 
En medio de este maremágnum, escribí a una amiga. Yo no soy de grises. Lo mío es o no. Pero el "tal vez" lo llevo fatal.
´
Mi amiga me dijo: "¿no tenías por ahí una psicóloga? No se trata de ese chico, sino de la situación que nos rodea. Habla con ella. Estamos todos igual".
 
No lo dijo así, lo dijo mucho mejor. De hecho, esta amiga es psicóloga también. Y dos días después releí su respuesta y vi que había contestado "mitad profesional", mitad amiga, porque mi mensaje no era tampoco... de amiga del todo, era más como... un grito de socorro.
 
Así que -aunque le tenía miedo al trabajo on-line-, pues la llamé.
 
Bien, ya podemos decir que el trabajo on-line funciona.
 
Le expliqué lo del actor y le dije: "Y claro, el pobre, se cansa..." (ella reprimió una sonrisa), "... porque, ¿quién podría salir con alguien bipolar que cada 24 horas cambia de opinión?" (no sé, me dio la sensación de que su sonrisa se hacía mayor), "...y ahora te quiero y ahora no, y ahora te quiero pero déjame, y ¡ay socorro! que sí pero que no... Pero te quiero, pero te odio, pero déjame, pero quiéreme."
 
-¡Es que acaba agotado!
 
No sé, me dio la sensación de que su cara decía "sí, qué me vas a contar...".
 
Pero yo sé que en el fondo esta mujer me adora. Me lo ha dicho. Una vez. Dice que le encanta trabajar con gente así. (¿Cabezota y testaruda?). (¿Tercos como mulas?). Con miedo.
 
-Te voy a explicar por qué te pasa lo que te pasa... -dijo.
 
Y arrancó un discurso científico sobre el cerebro.
 
Veréis, una vez me dijo que si no empezaba por lo empírico, que si hablaba de emociones directamente, yo me iba. Puede que sea verdad. No es la primera vez que, sencillamente, me marcho de la consulta. Así que, y desde la experiencia de profesora que me hace ver que una explicación introductoria suele terminar en un ejemplo útil, reprimí un par de "¿Qué tiene que ver eso con todo lo demás?" y "¿para qué me cuentas esto? ¿Qué hora es?" "Va despacio ese reloj..." Cosas de esas.
 
Hasta que, claro, enlazó con lo emocional.
 
Y ahí yo levanto muros, barreras, tensión, etc. Espadas, escudos. Arco, flechas... todo eso.
 
Dijo una frase... que desde mi perspectiva de dar clase, y esto es curioso, sé que la dijo como hay alternativas, pero que no era una frase, para mí, errónea en absoluto. Es como si le dices a alguien: "tú has aprendido que el Real Madrid es el mejor equipo del mundo". Y el fanático que tienes enfrente, piensa: "eso no es una aprendizaje, es la verdad". Y sabes -porque das clase-, que la persona que tienes enfrente lo dice como que hay un mundo fuera. Pero... ¿está segura de eso? Porque la premisa que dijo es una verdad como un templo.
 
Y luego recordando estos meses, me dijo que puntuara, en una escala de 1 a 10, lo que me hacía sentir mayor... bueno, digamos miedo, o enojo, o frustración... o momentos malos. Elegí tres.
Hicimos unos ejercicios que no vienen al caso. Pero tuvo su gracia cuando dijo.
 
-¿Y el peor momento de todos?
 
-Este.
 
-Puntúalo en la escala.
 
-Cero.
 
(…)
 
-¿Cero? -me mira sorprendida-, ¿cómo que cero?
 
-Cero.
 
-Algo te molesta mucho y es un ocho, te molesta menos y es un tres... y ¿lo peor de todo es un cero?
 
Consulté a mi yo interior. Que estaba... a tres metros de mí. Perfectamente compartimentado. Estaba allí como en plan tienes acceso a esta información. Y debajo la información. Cero emociones.
 
-¿Me preguntas que qué siento ahora al cerrar los ojos y pensar en ese momento?
 
-Sí.
 
-Cero.
 
Quería ser honesta con ella. Recordaba el momento, claro, perfectamente. Lo recordaba como... un episodio de algo.  
 
-¿Te das cuenta de lo que me dices, no?
 
Pues sí. Cielos. Me daba.
 
-Lo has bloqueado.
 
Y tanto. Y es lógicamente adecuado.
 
Y entonces entendí buena parte de un sinfín de procesos que, en muchos casos, tienen que ver con dejar que se me acerquen otros. "Tú no me conoces" le dije al actor. En realidad, le decía: no tienes ni idea de lo triste que puedo llegar a estar y de los esfuerzos que tengo que hacer para salir de esos agujeros.
Si no puedes o no quieres... verte en esa situación, ¿qué se hace? 1) Se evita la situación. Ok, ahora cambia situación por "enamorarte de alguien" jajajaj, ya veréis lo divertido que es. 2) Si la situación llega, te desconectas de ella. Antes de que llegue: echas a la gente de casa a escobazos.
 
Lo que viene siendo, "déjame en paz, que no quiero sentir esto" (eso te lo dices a ti misma) y sí, claro, la emoción pasa. Tarde o temprano. Pero no has arreglado nada. ´Tarde o temprano, vuelve. Por otro motivo. Y como no sabes hacer otra cosa que no sea apretar ese interruptor que la bloquea (la apaga, más bien), pues... te vuelve a ocurrir. Y así te puedes pasar toda la vida en ese círculo sin fin, en el que tratas por todos los medios de no sentir intensamente, … porque no tienes ni puñetera idea de cómo gestionarlo. Un día ese algo surge, no lo soportas, lo bloqueas... y vuelta a empezar.
 
Y esto, señoras y señores, es el cerebro humano.
 
Una guerra constante.
 
Es como...  tratar de evitar todo el tiempo (y es normal) cosas que sabes que te pueden llevar a otras que no puedes controlar.
Cuando la opción que te están ofreciendo otros es: atrévete un poco. No tengas miedo.
 
ñal sfjñalshfjañsfkljal!!!!
(eso es descargar mi frustración con el teclado)
 
Saludos !!!!
 
 
 
 


4 comentarios:

Davidel dijo...

"Consulté a mi yo interior. Que estaba... a tres metros de mí"
Yo tengo "yo" interior...pero lo imagino como un ser, que sabe más que yo, pero esta en mi interior.
Esto es muy curioso. Mi "yo interior" soy yo pero mas listo o coherente...no se supone que soy yo? O se supone que realmente somos asi, sabiendo que es lo que habría que hacer en cada momento, pero nos encanta no hacerlo y dar vida a este ser?
Dios, me va a explorar la cabeza!!! Jajajaja

Nelly dijo...

Este yo interior viaja... Y esta en todas partes 🤣🤣🤣🤣🤣🤣 y en ninguna

Davidel dijo...

... Eso me pasa por preguntar.

Nelly dijo...

Jajajaj!

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