Reflexiones en un atasco (con enseñanza de mi profe Budista...)
Tenéis que leer la entrada anterior antes que esta, y luego decidme que al universo no le pasa algo "extraño".
Le hecho una pregunta al Muso, una muy importante.
La respuesta es "Respeto que la gente viva sus realidades".
La situación con conflicto es esta: imaginad que una persona me demanda algo. Si le digo que no, se enfada (inclusive, llora). A mí se me encoge el estómago. Pero es más, vamos a complicarlo. Imaginad que una persona me demanda algo, y si digo que no, esa persona se enfada, pero si digo que sí, se enfada otra. Esto es lo que se llama "doble vínculo". Lo vi una vez en el instituto, una sola vez, y mi ombligo dio un brinco (mi yo interior). Me siento en doble vínculo constantemente. Y la profesora dijo: "Ojo! esta situación un ser humano no es capaz de soportarla mucho tiempo". Hagas lo que hagas, pierdes. Seguro que eso explica mi sobresaliente en selectividad cuando tuve que detallar en el examen de economía la teoría de equilibro Nash, donde todos ganan si cooperan.
No sabéis lo que adoraba yo esa teoría en el Instituto. Actores que abandonan el escenario de pérdida máxima y beneficio máximo en aras de conseguir todos unos beneficios en posiciones intermedias. En fin...
Volviendo al tema, imaginad que la persona que se enfada falta al respeto. O se porta "mal". Y suponed también que contestas, o incluso que argumentas, pero si la confrontación ha sido grande... yo me siento mal, por la falta de armonía. Incluso, aunque prevalezca mi opinión. Porque entiendo la postura del otro. La entiendo de manera exagerada. A veces, me importa incluso más que a él o a ella. Por lo que tampoco es una visión adecuada. En ocasiones incluso el conflicto de otros, si soy testigo, me afecta.
La pregunta dirigida al profe de Dharma que tengo es: "¿Cómo lo haces tú?"
La respuesta es: "El enfado no es tuyo, es del otro".
Conducía por la carretera pensando: "oh, por favor, trata de entender esto que es lo más importante que tienes que aprender. O, al menos, una de las lecciones más importantes...".
Y de tanto intentar e intentar contactar con esa otra parte de mí que es la que hay que mover en un sentido u otro para que tu realidad cambie, por fin, "mi yo interior" me sugirió sin palabras: ¿para qué quieres saberlo?. A lo que yo pensé: "¿para qué? ¡Pues... para decidir, para vivir! ¡Para poder discutir con los demás sin sentirme mal y discrepar y...!" A lo que mi yo interior me preguntó si sabía las razones por las cuáles el conflicto me afectaba tanto. A lo que yo volví a contestar mentalmente: "No lo entiendes, esto lo necesito de verdad. Es muy útil...".
En la radio empezó a sonar(os lo prometo): Everyone wants to rule de world.
Sonreí.
"Todo el mundo quiere gobernar el mundo" -dice la letra.
¡jajajaj!
Sonreí más.
Me encontré con un atasco. Grande.
Fui despacio hasta dejar pasar un coche, frenando. Mi "yo interior" sin palabras señaló entonces que ese había sido un acto muy noble.
¿¿??
"Sólo le he dejado pasar..."
((..))
Esa cosa interior reincide en lo mismo. De paso, me pregunta que por qué lo he hecho.
"Pues porque podía dejarle pasar. ... No, no he ganado nada."
Sigo conduciendo, hasta llegar a la ciudad. Donde vuelvo e pensar de nuevo en que soy incapaz de comprender o aclararme con eso de "las realidades de los demás". Claro, todo el mundo tiene sus razones. Pero hasta los que van a cazar bebes de foca al polo norte... los que matan ballenas, los que hieren a otros. Un momento... mi profe de Dharma no me ha dicho que yo no lleve la razón. Lo que me ha dicho es que el enfado es del otro. Si ante un mismo acto el otro puede responder siendo un borde o acatando una orden, enfadándose o llorando, aceptando o gritando... si la variedad de respuesta ante un mismo hecho es amplia, eso significa que no está en mi mano la actuación del otro sea una u otra.
Pero esto no lo descubro en el coche.
"Me estoy liando muchísimo" pienso.
Y es entonces cuando ocurre lo que me hace escribir esta entrada. Empezó a sonar esto:
Es la canción de esta mañana.
Miré la radio perpleja.
¿¿¿...????? ??????????
Automáticamente la melodía barre todo el pensamiento. Y con todo me refiero a ... TODO.
Sólo ... conducir.
Las tres siguientes calles son... ¿os acordáis que os dije hace unos días lo que me pasó al conducir y todo parecía lo mismo?
Vi un semáforo verde a lo lejos que debería haberse cerrado pero sabía que no se iba a cerrar y no se cerró. Recorrí las siguientes cinco manzanas sin tener que detenerme, hasta que una furgoneta blanca estacionada se movió sin indicarlo y tuve que apartarme. Pité.
A lo que mi "yo interior" me pregunto: ((..)) (¿No te enfadas a pesar de que el otro haya actuado según su visión?)
"No, claro que no, porque he respondido sin dejar de seguir mi propio movimiento".
Y, sea lo que sea esa cosa, interior, no me ha vuelto a decir nada más.
Llegué al garaje. Aparqué de maravilla.
Ni un sólo obstáculo. Ni una sola duda. Sólo seguía la canción.
Voy a ver si medito y logro entender... la posición del que me enseña Dharma.
Es que ... le veo tan libre.
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