Activo la aplicación del móvil que descubrí hace poco y dejo que suene de manera aleatoria Rob Simonsen. 

Tras leer la respuesta de una editorial e investigar los canales que propone para el envío de un manuscrito, hago una pausa para meditar un rato.

Los quince minutos me vienen fenomenal. Ni siquiera tengo que quitar la música, simplemente encaja con todo lo demás. Tras varios "mudras" o posiciones de manos... mi irritante tos me abandona, mi malestar a causa del catarro me abandona, y al pasar a mi mudra favorito (tras una curiosa punzada de dolor en la cabeza, cambio de manera involuntaria mi postura corporal, y respiro bien) ¿Quién necesita frenadol cuando puedes meditar? ¡jajaj!

Vuelvo a sentarme frente al ordenador, una vez más me sorprende que la música que escucho sea de este compositor. No tenía ni idea.

Dejo a un lado el manuscrito del Muso (ya lo pensaré después, la editorial es Random. Si un día publico con Random... voy a tener que hacer algo especial como agradecimiento).

Abro la escaleta del segundo libro de la colección actual de mi actual editor.

Y del capítulo 1 al 3, los cambios surgen sin esfuerzo. Las ideas... están ahí, sólo hay que seguirlas.

Y mientras las bandas sonoras de películas basadas en novelas se suceden en el móvil, continuo trabajando... un rato más.

=) Día provechoso.

Aunque con catarro.