Magia!!
fuente de la foto: wikipedia (clic) |
Mañana me pongo a trabajar en los libros, llevo mes y medio parada. Como vacaciones, ya está bien.
En otro orden de cosas -leer a Cunningham es una buena fuente de inspiración-, esta tarde subía yo en un ascensor e iba rumiando mi enfado por una serie de cosas que realmente no tienen importancia, pero yo se la doy. Y llevaba una energía un tanto mala, y os prometo que de repente ha empezado a sonar una alarma.
Yo tengo una pesadilla recurrente con un ascensor, y aunque normalmente los utilizo, que de repente no sepas si se mueve o no, a la par que cambian los números, me provoca un estado mental que no le deseo a nadie. Así que espantada miré esa pantalla y pensé: "¡Vale, vale, vale... pero por favor que se se mueva!". No era ... la alarma en sí, era no saber si se movía o no. En mi pesadilla el ascensor no va donde debe... o lo que es peor, llega a pisos que no existen.
Bien, entro en casa, descuelgo el teléfono, llamo a alguien para despotricar y desahogarme. Tal cual empiezo a contar mi enfado... la línea se va.
-¿Pero qué...? ¡Hola! ¿Hola? ¿Estás ahí?
Y no hay forma. No hay manera de que el dichoso teléfono funcione hasta que pasa un buen rato y me he distraído con otra cosa. "¡Esta bien!" pienso, "¡dejo de refunfuñar y molestar a otros con mi enfado!".
La línea telefónica vuelve. Esto empieza a ser raro pero sigue en el abanico probable de la casualidad.
No pasa nada, esto ocurre por azar, el significado lo pones tú, no existe en el Universo. Sólo te parece a ti que las cosas ocurren por algo.
Unas horas después me iba a poner a meditar (porque se lo dije al que me enseña Dharma o budismo, que meditaría) pero estoy cansada y me llama más la televisión. "Solo un ratito" me digo. Levanto el mando, pulso el botón, la tele se enciende... Me doy la vuelta y la televisión, os lo aseguro, se apaga sola.
Unas horas después me iba a poner a meditar (porque se lo dije al que me enseña Dharma o budismo, que meditaría) pero estoy cansada y me llama más la televisión. "Solo un ratito" me digo. Levanto el mando, pulso el botón, la tele se enciende... Me doy la vuelta y la televisión, os lo aseguro, se apaga sola.
Me siento delante de la pantalla de color negro "un poco mosca". Sí, es la hora de meditar. Sí, de acuerdo... pero yo quiero ver la tele. La enciendo otra vez. Sólo un rato... Al final se me va la pinza y medito media hora menos de lo que me habría gustado.
Leo. Preparo algunas cosas y se me echa la hora encima, mientras me estoy alisando el pelo (que no ha quedado especialmente liso pero es lo que hay) y mientras estoy sentada, con la plancha del pelo en alto pienso que no me está saliendo todo justamente como lo tenía preparado pero, me digo: "¿Acaso no es eso lo que debía de pasar? No sé... ganar un poquito de flexibilidad".
No acabo de pensar esa palabra, flexibilidad, cuando el grifo del baño se abre SOLO.
Del salto que doy, ... en fin, casi llego al techo. A ver, yo sé que ese grifo tiene hipo. A veces le da, no hay más que hablar. Pero es extraño. Es como el cuadro aquel que se caía de la pared en momentos raros.
Eso, sumado a una serie de ironías del destino y a una extraña serie de extrañas casualidades, me preocupa un poco. Por poner un ejemplo, estaba sentada justo antes de meditar mirando noticias en Internet (apagué la tele y me pasé al móvil), y pensando: "jobar, es que no suelto la dichosa pantalla. Qué enganche... Venga, leo una noticia más y lo dejo. Odio las cosas que me crean adicción" y ojo que os digo PENSANDO esto. No diciéndolo en voz alta, ni buscando palabras en Google. Y justo abro Youtbe y los audios super-interesantes que yo escucho y aparecen aleatoriamente justo cuando los necesito (de la temática que tengo en mente), va y pone: ADICCIONES....
¡jajaja!
Y allí estoy yo, sentada en mi cojín de meditación, diciéndome a mi misma que el dichoso móvil es un enganche y justo el Audio (de los doscientos que tiene publicados este señor) se titula "Adicciones!". Y habla entre otras de Internet, claro.
Yo lo veo raro. Casualidades raras.
Pero en fin. Eso y lo del tren... creo que la mayor casualidad de este año ha sido ese tren. jajaj! Se lo conté a un compañero de trabajo y me dijo: "Venga ya, no te creo..."
Feliz noche!
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