Pesadillas.

No veáis la pelí de Stephen King. O más bien, ¿por qué puñetas veo una pelí de Stephen King? Me ha dado pesadillas.
Y eso que luego vi la de Top Gun.
Bueno, a ver, os cuento, la de Stephen King no da miedo, realmente. Es más una mezcla de Buffy Cazavampiros con diez minutos finales de El Resplandor. A mí lo que más me ha gustado fue la telepatía, y que al terminar, un grupo de extraños nos quedamos hasta el final y yo llevaba en el whasap una foto de la pantalla en blanco. Creíamos que salía algo más, una escena extra pero no fue así, y lo que pasó es que se puso de nuevo la misma pantalla en blanco, y yo dije:

- ¡Eh, mirad! ¡Esta pelí acaba como empieza!

Y una chica del grupo de extraños se echó a reír (y mis amigos también, yo soy muy "payasa" cuando me lo paso bien, empiezo a hacer bromas de todo).

Llegué a casa (nos invitó a cenar alguien que se dejó una tabla de embutidos a la mitad) tuve dos momentos raros al entrar en un bar. No, en serio, ¿qué ve la gente cuando me mira? Ya me pasó en el metro. Pero en el metro lo entendí porque yo miraba a una pareja y le dije a mi "yo interior": "Míra, se quieren" y al girar la cabeza una chica con un pañuelo en el pelo me sonrió como si me conociera.

Debo de ser muy transparente, yo creo.

En el bar fue diferente. Primero la chica que se dejó la tabla de queso y jamón (estaba sola, bebía vino), y luego un chico con barba. Yo no sé qué piensan ellos pero... es que tampoco sé porqué me miran así. En fin, da igual, mis amigos y yo nos ventilamos el jamón, nos bebimos unas cervezas y nos estuvimos riendo un buen rato. Sobre todo porque nos daba apuro comernos la tabla de embutidos, pero empezamos de modo tímido y acabamos super-animados comiendo y riendo.

El chico de la película que acabábamos de ver, cuando era niño lleva un ... pijama que.... me causó una sensación extraña. Cuando yo era pequeña tenía un muñeco que tenía el cuerpo hecho de arco iris. Pero esa tela y ese pijama me... trasladaron a otro recuerdo de muy niña, un recuerdo anterior, que no supe ubicar. Tras un rato con esa sensación, decidí desecharla. Era una certeza tremenda pero no ubicar un recuerdo tan cierto y ... bueno, decidí desecharlo.

Es curioso cuando vuelves atrás con tanta... no sé siendo tan claro y a la vez... tan raro. Es como mi recuerdo de mi cartera (la tela) rosa. Yo tenía una cartera de cierre metálico sobre tela rosa. Y recuerdo el "clic" del cierre, igual que recuerdo lo muchísimo que me costaba abrir un monedero azul con dos gatos dibujados a cada lado. Años después vi el monedero... y pensé: ¿¿en serio?? Me cabe en el dedo gordo. ¡ajajaj! No podía abrir ese cierre y no hace falta fuerza niguna.

Bueno, el caso es que tras ver la película, vi otra, me olvidé de ella. Me fui a dormir. Y pensé en lo que habían dicho mis amigas: "¿¿en serio puedes ver películas de terror y dormir tú sola??"

Pues sí. 

En fin, la trama de cazavampiros monstruosos no asusta a nadie y el hotel encantado... por favor. 

"Es que no sé qué miedo te puede dar algo aquí. Si además yo creo en la ciencia... Y desde luego eso no es para asustarse", pensé.

Mi "yo" interior me hizo una pregunta:

(¿Estas sola aquí?)

Se refería a en la habitación.

Pues hombre.... sí, claro.

((¿Seguro?))

La... la verdad es que... se... se notaba.... como... ejem. Si tú notas como una presencia... uuuuu!

(¡jajaja! Pues mira, como si está el fantasma Perico, no me pienso levantar)

(pero lo sientes)

"Oh, sí, claro. Lo siento... siento muchas cosas... otra cosa es que les haga caso. Y, repito, no me pienso levantar. Ya puede venir el monstruo de las cavernas y agarrarme de un pie que te aseguro que no pienso levantarme. Ya hemos pasado la época de sustos y miedos. Vete a engañar a otra...."

Me dormí. Puse un par de vídeos de Youtube y me dormí.

Bueno, agarraros que vienen curvas. Al menos para mí:


"Soñé con un autobús. Y estaban mis compañeros de trabajo, y estaba el Muso. Veréis, yo llamo Muso a una persona que admiro profundamente, pero que además "me mueve". Un Muso inspira a un autor. Por lo que te lleva a una acción, de ahí la etiqueta. Es un hombre real, un ser humano, que sabe mucho, pero soy plenamente consciente de que no soy objetiva con él, ¿de acuerdo?. Bien, dicho esto, lo malo de este sueño es que él era... otra cosa. Lo que -analizado con perspectiva-, nos lleva a que por un lado tenemos a un ser humano, por otro lado, lo que yo veo, y ahora el problema está en ¿¿qué puñetas era en este sueño?? Que por cierto mi mente se ha esmerado mucho en borrar al despertar.

Por algún motivo incomprensible, me enfada muchísimo con él. No os podéis ni imaginar. Él estaba... hablando con un compañero que además es mi amigo. Pero... yo me ponía de los nervios:

-¡MIENTE! -pensé-, ¡Le está mintiendo! ¡TODO LO QUE DICE ES MENTIRA!

Ufff. Madre mía.

Me puse en pie y me acerqué a ellos pero... tampoco quería intervenir. Y he aquí que había un personaje invisible que hablaba conmigo:

-¡Le va a engañar! -yo miraba a mi amigo, que por cierto aprecio mucho, y sabía cómo se estaba sintiendo al hablar con él y estaba enojada.

-Pero Nelly, tendrás que dejar que hable con otros seres humanos.

-¡Es un mentiroso! ¡Le está engañando! ¡Le está engañando!

-A ti también te enseña...

-¡YO NO LO NECESITO! ¡YO NO NECESITO A NADIE! ¿Entiendes? ¡No necesito aprender nada! ¡Ni confío en él! 

Si soy sincera, no sé si quiero contar este sueño.

Me senté, me crucé de brazos, estaba fatal. Sentía creo que es "desprecio". Odio no. Pero... no era bonito lo que sentía.

Y llegamos a un sitio, muy raro, y yo seguía hiper enfadada, ... que todo era mentira, que hacía confiar a los hombres y era mentira, esto era mentira, lo otro era mentira... yo no necesito a nadie... De repente:

-Nelly, ¿tienes 27 monedas de céntimo?

Alcé la cabeza y dejé de rumiar mi enfado por un momento. Era una compañera de trabajo.

-¿Qué?

-Que si tienes 27 monedas de céntimo.

-¿Para qué?

-Es que vamos a jugar al oeste americano. Y necesito cambio.

-¿¿??

(¿Es una cafetería nueva eso o qué? pensé)

Abrí la cartera. ¡Vaya! las tenía.

De hecho había una moneda diminuta, y le pregunté a mi compañera que qué era eso, y me dijo: "aah, que mona, es una moneda de medio céntimo".

No existen las monedas de medio céntimo.

-¿Son cincuenta céntimos de céntimo? -pensé de nuevo-, ¡¿qué monedas tan raras llevo?!

-Sí. Vale la mitad de un céntimo. Eso da para mucho en otras épocas.

Me estaba distrayendo de mi enfado, así que conté monedas pero cuando iba por la once o la doce, le dije: "Oye, ¿no te vale que te de 27 céntimos y ya está?" 

-No, es que lo necesito en monedas de 1.

-¿¿?? 

Vuelta a contar. 1, 2, 3....

Y entonces llegó otra compañera, también de curro, y dijo:

-Chicos, vamos a sortear las materias.

¿¿??

Al parecer cada uno de nosotros tenía unas materias de enseñanza. ¿Qué éramos, profesores? y ella no estaba conforme con la que le había tocado, no le gustaba. Así que decidieron devolverlas y que las sortearan. A mí me daba igual, estaba demasiado enfadada. 

¿Sabéis quién las sorteaba? El Muso.

-Toma, aquí está mi sobre... 

Pero yo no bajo, pensé.

Yo no me acerco al Muso. Ni de coña. 

Me fui a sentar en una plataforma sobre un mar embravecido lleno de olas y junto a una montaña de sillas apiladas... a punto de caerse. Era una imagen muy extraña. 

-¿Qué puñetas es esto? -pregunté mirando las sillas.

-Al que le toque infraestructuras y puertos va listo -dijo alguien a mi lado.

Debía de ser el que se encarga de las sillas. Y de los mares.
Yo no bajo. Pensé. No bajo. Es todo mentira. 

Entonces dijeron mi nombre.

Te están llamando...

"Qué estupidez!" me levanté. Me daban igual las materias, me daba igual todo. Él decía mentiras.

Pero cuando fui a por mi sobre el muso no estaba, y el sobre no estaba tampoco. Me dieron una pista para encontrarlo. Me encantan las pistas y me encantan los juegos así que sonreí un poco. Mi sobre estaba pegado debajo de una especie de torre de las que conducen electricidad. Lo abrí. Saqué el papel.

Eran ciencias naturales. Todo lo que allí había escrito era sobre la Naturaleza.

¿Me tocaban las ciencias naturales? El Universo, ... la vida en la Tierra, la naturaleza, los ríos. Las estrellas.

"Vaya".

- Esta cosas te gustan.

-Sí, mucho.

-¿Y que no te haya dado el sobre en mano y que sea un juego... no te parece un detalle de su parte?

Sí, lo era.

-¿Y ese gesto no te parece suficiente para.... confiar de nuevo en él?

Me desperté.

Y pasaron dos cosas. La primera es que Puca se puso a hablar, pero no como ayer, sino más bien un "buenos días tímido". Yo estaba muy agitada a nivel de emociones, sentía no sé si dolor o más bien presión en el corazón y el sueño no había sido nada bonito. Pero me sorprende que mi mascota sabe cuando me despierto y duerme en otro cuarto. Pero lo sabe. Llevo años queriendo saber si me escucha los latidos del corazón o qué pasa. Porque os aseguro que no hacía ni un ruido durmiendo. Hay días que puedes hacer ruido pero hoy no. 

En segundo lugar, pensé: "Me he dejado una puerta abierta".

Me vino esa neura a la mente y no hubo forma de calmarse hasta comprobar que la casa no tenía puertas abiertas.

Luego me pregunté sino tendría algo que ver con la pesadilla.

Mi consejo: no veais a Stephen King. No tiene nada que ver con la película pero la culpa es suya, SEGURO. ¡Jajajja!

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