Mi extraño viaje por Florencia (II)

Nuevamente, me levanto a las 6,29 para quitar la alarma del reloj antes de que suene. Recojo a mi compañero de viaje y tras un fuerte desayuno, nos ponemos en marcha hacia la Academia. Al llegar estamos los terceros de la fila, lo que hace que podamos ver El David, sin nadie en la sala, salvo otros cuatro turistas madrugadores.

Ante la imagen siento mucha paz, porque esta muy bien situada. 


Es una imagen de un hombre joven... Pero al dar la vuelta a su alrededor veo dos cosas que no sabía. Primero, lleva algo en la mano que mantiene en alto y segundo, sus ojos,... lo más interesante de todo, pues parece estar a punto de enfrentarse a un gran desafío. Esa mirada me hace sacarle muchas fotos. "¿Quién es? ¿Y qué está a punto de hacer, que mira de esa forma?" luego me senté y mi compi viaje me dijo que era David, a punto de enfrentarse a Goliat.

Aaaah!!

No tengo en el móvil la foto de sus ojos pero merece de verdad mucho la pena. Una visita estupenda.

Después visitamos la Capilla de los Medicci. Al ver las tumbas me pregunté qué pensaban al encargarlas. Parecen de faraones egipcios o de extraterrestres. La capilla es obra de Miguel Angel. 

Al salir de allí, callejeamos hasta la sinagoga. Mientras algo interno me decía (o cuestionaba) si era o no adecuado entrar en ese edificio, resultó que mi amigo recordó algo importante. Era Sabbat. No podíamos entrar. Y me pareció bien porque me sentía un poco inquieta.

Callejeamos hacia La Ilglesia de la Santa Cruz. Qué techo tan bonito tiene. Pero no sin antes pasar por debajo de un puente donde había algo del revés escrito. Y no me refiero a una palabra del revés, sino a una frase con las letras invertidas. ¡Pensé sorprendida que la única manera de leerlo era a través de un espejo! Mi amigo dijo que ponía "Vía de estudiantes". Estaba escrito en pequeño, con un rotulador. Pero me llamó mucho la atención.




Yo reflexionaba sobre la sociedad y los esfuerzos de la época en levantar las iglesias y catedrales que ahora veíamos. En la búsqueda de la belleza. Meditaba sobre el cerebro humano y la oxitocina. Imaginaba museos del futuro con móviles que serían cosa del pasado. Entonces vi los "relicarios" con dedos y huesos en las iglesias y se me revolvió el estómago. "Estamos todos locos" pensé, saliendo al claustro de la basílica. Allí era todo paz y silencio.


A diferencia de París, que me resulta hostil y grande, las ciudades de Italia (solo he estado 3 veces, en Roma, en Venecia y en Florencia) me parecen asequibles en su tamaño y amistosas para el que las contempla. Si bien el suelo empedrado de Florencia requiere calzado cómodo.

Tras cruzar el Arno y comprar algunos recuerdos pequeños (bolis), llegamos a la trattoria que buscaba mi amigo y la cocina estaba cerrada.

Tuvimos que volver al hotel. Con más de 15 kilómetros de paseo, empezábamos a estar cansados. Y aún nos quedaba la tarde.

Mejor hacer una parada técnica para descansar...

CONTINUARÁ...



Descansamos más de lo previsto y al volver a salir ya por el horario del vuelo solo daba tiempo a acompañar a mi amigo a por un bocata con fama internacional. Sólo que yo no tenía hambre. Al pasar por la plaza del Palacio Viejo se celebraba una recepción. No se podía entrar pero el Palacio estaba precioso. Mi amigo me dijo:

-¿Sabes lo que simboliza la estatua de Perseo?
-¡Sí! Leí en la guía de viaje que era una advertencia a los que desafiaran el poder de los Medicci... ¡¡Qué le cooooorten la cabeza!!!!!
Buscad la estatua y lo entenderéis. Sujeta la cabeza decapitado de Medusa.
Mientras hacía cola esperando a mi amigo en la tienda de bocatas, yo compré una chocolatina. Me llegó el olor de tabaco que no era tabaco y al girarme vi a dos personas fumando. Una de ellas llevaba el pelo de todos los colores del espectro.
Miré al frente y recordé el claustro. Recordé la frase que me dijo mi amigo. Señaló un cartel y dijo "Mira, pone NO CORTAR LAS ROSAS" y yo me reí.
-¡Chs! ¡¿Qué rosas?!
Allí solo había un pozo y una turista pidiéndole a su esposo que le sacará fotos, de un modo extraño posando como si quedarán bien, cuando todo estaba desangelado. A todas las flores les habían cortado la cabeza. Salvo a...
-Ah, sí... Hay quedan dos.... Blancas.
Y en otro rosal había 3 de un rojo oscuro, bien feas.
De pie en la cola de la tienda de bocatas tuve un momento de iluminación.
La catedral a rayas, la torre loca, la estatua del sombrerero en el mirador, la turista asiática con la falda de la Reina de corazones, el palacio, que le cooooorten la cabeza, prohibido cortar las rosas (salvo las blancas) , la frase al revés que hay que leer a través de un espejo... Y dos personas fumando envueltas en humo, una de ellas con el pelo de colores.

¿Soy yo... O esto es "Florencia y el País de las Maravillas"????
Todo el viaje ha estado lleno de "cosas" de ese libro. Salvo la llave... Y las dos puertas.
Llegamos al hotel, me despido de Florencia. No he comprado nada para cenar pero sobre un mostrador hay una jarra. Pone Té.
Y aquí estoy, con él en la mano y un trozo de chocolate en la otra.

Maravilloso viaje y maravillosa ciudad.
Tenéis que verla.
FIN

Mi extraño viaje por Florencia (I)

No sé vosotros, pero yo paseaba por la Galería Ufizzi y me paré a sacarle esta foto a un cuadro porque se me parece mucho a Keanu Reeves...

El viaje en avión comenzó a ser espectacular al atravesar en Mediterráneo, dejar atrás un golfo y empezar a contar barquitos mercantes que seguro que pesaban más de cuarenta toneladas. Desde allí arriba, pegada a la ventanilla, vi llegar tierra y tras un giro descubrí asombrada unas cumbres nevadas que me dejaron ojiplática. Qué montañas tan imponentes. Y tras estas, nos acercamos a una tormenta, cuya parte superior era un mar de nubes increíbles, de esas que se alzan en primavera como enormes bolas de helado de nata. Ya sabéis, nubes blancas de algodón que parece que están estallando como palomitas y se hacen cada vez más grandes. Al atravesarla el avión tembló como un caballo molesto y justo debajo... Todo gris y oscuro como la boca de un túnel de tren, con rayos y truenos. 
Eso me dio que pensar. "Arriba tan bello y pacífico y debajo tan oscuro y apesadumbrado". Si supiéramos lo bellas que son las tormentas en lo alto, igual no nos pondrían tan tristes. Me dio que pensar. 

Llegamos al aeropuerto de Florencia. El contacto con la estación central de tren era simple y fácil de recorrer. Un tren ligero por superficie, como los tranvías. Pero más moderno. 

Llegamos al hotel, descanso de media hora y salimos para Pissa. Del hotel me encantó la llave. Una llave de las de verdad, con llavero de bronce ovalado y un número escrito. Si lanzó ese llavero y le doy a alguien le hago un chichón grande. No es que tuviera intención de hacerlo pero me gusta que una llave de hotel parezca una llave de hotel y no una tarjeta de crédito. Además, la calefacción estaba a tope y te regalaban zapatillas. Yo me había resignado a andar con calcetines pues mi maleta es pequeña. El detalle y el olor del champú me encandilaron.

Atentos a esto: montamos en el tren, el cielo se pone negro, más que llover, jarrea. Salimos del tren, escampa y brilla el sol. 

Subimos hasta ese recinto de Pissa donde se ve todo. Por el camino mi compi viajero me pide parar en un sitio de bocatas. Estamos sin comer desde el café de las 9 de la mañana así que me parece buen plan. Hasta que veo la tienda y los bocatas. Eso no es un bocata es un dinosaurio entre dos barras de pan. Uno de los dueños me da a probar un tipo de carne que asegura hace él mismo. Al probarlo mi mente puñetera sugiere eso está hecho de trozos... idea que me pone mala en la misma medida en la que a mi compañero de viaje le fascina el sabor. Resultado: pido un bocadillo vegetal con queso, tomate, albahaca y berenjena. Madre mía que rico está.

Al llegar al recinto del bapisterio, la torre y la iglesia me quedo impresionada. Muy impresionada. Pasamos de las fotos (hicimos un par, pero sin detenernos demasiado) y luego se me ocurre la feliz idea de invitarle a subir a la torre inclinada. Hasta que veo el precio. Entonces, como él ya ha subido y yo sigo infartada de lo caro que es, decido no hacerlo. Pero mi yo interior da saltitos y brincos en plan "tienes que subir", cuando contesto mentalmente que seguro que no es para tanto, mi yo interior añade un "¿seguro? No vas a volver nunca..." que me pone de los nervios y subo.

Entro en la torre, subo un par de peldaños y entonces siento algo muy extraño. "Algo va mal aquí". Me mareo. No un poco, no algo sutil. Me siento tan mareada como cuando vas en el barco a Vigo y hay galerna. Igual. ¿PERO QUÉ PASA? Cuando noto algo así, incómodo, yo acelero el paso. De manera que subí la dichosa torre en tiempo récord, sintiendo que me caía al vacío o que estaba sobre la cubierta de un barco a punto de zozobrar. Y justo cuando no podía más me pregunté si a la escalera de caracol le quedaban muchos peldaños y bajaron dos turistas de habla inglesa diciendo: twenty one, twenty two..

Bien. Si van en sentido contrario y han contado 22 escalones es que estoy muy cerca. Los subí veloz. Al llegar arriba el viento me empuja contra la reja y me pone la capucha del abrigo. "Ya basta" me digo. Ni vistas, ni fotos, ni nada. Pensar que he pagado 18 euros por subirme a una torre loca. Aún así, trepo los últimos peldaños al campanario. Lo miro, deseo tocar la campana intensamente pero me contengo. A veces me gusta tocar cosas como rocas o árboles. Con la mano izquierda, no sé por qué. Ahora igual. Pero no. Bajo las escaleras a toda velocidad (soy la que baja antes) y aquí viene lo gracioso, cuando llego al último escalón, poso los pies en el suelo y me voy directa contra la pared contraria del torreón. Igual que si me meciera un barco. Un turista que me ve se echa a reír como si me comprendiera.

Yo no entiendo cómo me estoy mareando en llano, ni que fuerza me ha empujado contra la otra pared. Salgo de la torre de Pissa. Una y no más, Santo Tomás. Es una torre completamente loca. 

Pero el lugar es muy bello. De vuelta en el tren a Florencia me quedo dormida. Llueve, bajamos del tren, escampa.

Antes de retirarnos visitamos una plaza y vamos a ver Santa María de Fiore, la Plaza del Duomo (luego reviso si lo he escrito bien). Al llegar a la catedral no puedo creer lo que ven mis ojos. Es el gato de Alicia.


Mi compañero de viaje cree que me he vuelto loca. Pero yo le pregunto si le parece normal encargar una catedral a rayas. Y encima blancas y negras... ¡Y rosas! Ante las puertas del paraíso del bapisterio interpreto el momento del encargo de los Medicci de una catedral.... A rayas! Mi compañero de viaje me mira patidifuso explicándome la lógica humana que sostiene tal decisión.

Pasamos por la plaza junto al Palacio Viejo, y me maravilla las estatuas. Todavía riéndome de la catedral y la soberbia de los Medicci me admiro de las estatuas de Neptuno y Perseo. De Neptuno especialmente al estar desnudo y bañado por luz ultravioleta que lo hace brillar.

Cenamos pizza en un restaurante italiano cercano. De vuelta al hotel me doy tres duchas. La primera era un tímido "refresco con agua". La segunda un intento de no estropearme el alisado pues el pelo se alborota en Florencia. La tercera fue un "todo me da igual, a la porra el pelo y el peinado". Pijama. Dientes. A dormir.

Me despierto a las tres de la mañana. Jarrea. 

A las seis y media mi reloj interior fastidia el sueño de super héroes que estaba teniendo. Media hora después, estoy en el pasillo donde debería recoger a mi compañero de viaje. Es raro que no esté allí. Le hago una llamada perdida. No contesta. Pego mi oreja a la puerta. Esta roncando. Me da la risa, vuelvo a la habitación y encuentro sentido a la frase que me dijo la recepcionista. A veces pasan cosas que luego te hacen falta. Nos dijo, sin venir a cuento, como llamar a otra habitación. Le llamo, le despierto, desayunamos más deprisa de lo normal (pan sin sal) y salimos del hotel hacia la Academia. 

Al salir jarrea, ponemos un pie en la calle, escampa y hace sol. 

Entramos en la Academia: diluvia. 

Salimos tras disfrutar de Boticcelli, escampa y hace sol. 

De camino a la catedral paramos a tomar el mejor café del mundo. Nada más entrar, se pone a llover. Al salir, solo tenemos un paraguas, deja de llover y sale el sol. 

Esto empieza a ser raro. 

Vemos la catedral, hablamos dos horas contemplando la bóveda de Brunelleschi. Salimos y vamos a comer. Mi compañero se parte de risa porque pido un filete de kilo y medio y cuando le digo a la camarera que queremos dos quedo el ridículo y pone cara de que estoy loca. Añade una nota sobre el mantel indicando el peso del filete florentino. Mi amigo se parte. "Ya verás, te va a llover al salir y solo yo tengo paraguas" pienso. 

Cómo sin pan, no porque no haya, sino porque estoy saciada. La berenjena está de muerte. La carne es excesiva. Hablamos de comida y de toros. Nuestras sensibilidades son distintas. Salimos del restaurante. Empieza a llover. Lo sabía, pienso. De repente la camarera abre la puerta y le regala a mi amigo un paraguas. Noto que hay una enseñanza ahí pero se me escapa. Es un paraguas mejor que el mío, que está roto. Él se ríe. Yo pienso que es mejor que no se moje. Acto seguido deja de llover, la camarera sale de nuevo y le quita el paraguas... Pues no era suyo y se ha confundido. 

23.489 pasos después hemos visitado un mirador, la estatua de un sombrerero, he visto una turista japonesa con una falda de reina de corazones, un palacio y el centro histórico... Hemos sido testigos de un rescate en el río Arno. O quizá sólo unos ejercicios de los bomberos. 

Y así transcurre día y medio en Florencia. 

Por cierto, ya no llueve. 

CONTINUARÁ... 



Así que la plaza del Doumo con lluvia, lluvia, lluvia.

Muy bien, cerebro, ya sé qué día estaba visualizando (ver entrada del domingo) . Lo que yo me pregunto es "¿por qué tengo que levantarme tan pronto?" Si estaba soñando con que formaba parte de una liga de héroes extraordinarios que se enfrentaban a villanos que podían alterar la materia y gran parte de la trama consistía en averiguar la identidad de cada villano, en función de sus ataques, para así poder derrotarlo. Pero eso no era lo mejor del sueño. Lo mejor del sueño es que yo besaba a Patrick Jane!!! Que era otro súper héroe y se supone que es mago, pero no lo es... Y mientras él intentaba reproducir el ataque del malo diciendo que todo era un truco yo trataba de explicarle que no. Que algunas cosas parecen trucos y no lo son. Y si queremos salvar la Tierra, añadí, hay que espabilarse.
Y todo esto a pocas horas de ver una galería con cuadros de Botticelli. 
A cien metros del Arno. 
Tras sobrevolar la Toscana. 



Dios existe y me manda audios...

Aquí lleva un tiempo sucediendo cosas raras.
Juzgad vosotros:

El pasado sábado me llegó un audio de YouTube (faltaría el niño mensajero entregándomelo cada noche), titulado "La culpa". Dado mi feliz estado emocional... Y que este es un tema ya hablado hace unos meses con una experta en psicología... lo desprecié. No le hice caso. Lo ignoré completamente. El Universo se equivoca. No va a acertar siempre. No tiene por qué hacerlo.
Ese vídeo no es para mí, no lo necesito (ya me sé esa lección) y paso... 
Al día siguiente tuve una gran discusión con seres muy queridos, sobre el ego y las creencias erróneas, y el concepto de inteligencia. Me acusaron de ser ingenua. Porque yo no creo en una sola inteligencia. Además, para mí, sí me fuerzas a darte una respuesta, diría "Capacidad del ser humano o cualquier animal, para enfrentarse a un problema nuevo". Luego en realidad... Lo estoy enfocando mucho a creatividad. También es capacidad para comprender. Pero la inteligencia tiene muchos aspectos. Ningún ser humano es superior a otro. Uno igual es un genio en mates y el otro un experto conductor. 
El lunes, refunfuñaba para mis adentros cuando abrí YouTube y el audio que aparecía en primer plano ponía "La Inteligencia". Vale, un guiño que se puede explicar fácilmente con que Google o los teléfonos nos espían.
¿Y lo de La Culpa? Casualidad. Ya que ese día mis palabras más pronunciadas eran feliz, vestido y fiesta. Yo no usé la palabra culpa en más de diez semanas... Dejé de usarla hace meses. Es una lección aprendida. 
Tras comenzar el audio fui a trabajar. Tres ordenadores no funcionaban. Entre medias, yo respiro hondo y antes de morir el penúltimo ordenador me muestra una foca bebe dormitando sobre el hielo con una sonrisa poco menos que budista. Tras este salva pantallas fundido a negro y el ordenador se rompe. 
"Vale, je je. Ya lo pillo. Es una prueba para que no me estrese". Donde hace meses habría tenido un enfado considerable, ahora no me afecta. Abro por fin los sistemas en otro PC, abro el Excell y comienzo a atender muchas demandas muy rápido, desoyendo mis advertencias internas sobre que me estaba agobiando. Al final, intento poner orden. Hay 3 personas pidiendo cosas, así que derivó a la tercera a mandar su petición por mail. Esta tercera persona se equivoca de botón, pierde lo que necesita, se levanta y me echa la culpa a mí por no haberla atendido de inmediato. Pensad en esto, yo soy su jefa, no su secretaria. Pero lo peor es que lo que ella pedía es un "atiendeme puedas o no". Sonriente, traté de decirle que eso que le había pasado con el botón le pasa a más gente y que no se preocupara. Pero de algún modo inexplicable ella me echaba a mí la culpa de haber borrado sin querer una campaña. Es como "me salto un semaforo, pero la culpa es del que se ha tropezado conmigo en el ascensor". 
Y yo me enfadé.
No poco, sino mucho. Tanto como para preguntarle si lo que quería era que no atendiera a nadie más que a ella. Y a mí tener que ponerme así no me gusta. 
Rápidamente otro jefe medió y le quitó la razón de inmediato. Yo entiendo que ella estaba enfadada por su situación, pero eso no le da derecho a culpar de esa situación a los demás. Menos aún, a los que queremos ayudar.
Casi de inmediato, los 6 excels que tenía yo abiertos dejaron de funcionar. Informes, Word, pantalla... Se colapsó todo. 
Me subió la tensión y las pulsaciones. 
No soporto estos disgustos. 
Mi ordenador estaba congelado. 
Me había alterado y había contestado con enojo. Ella pronto cambió la versión de sus palabras hacia mi. Encima, mintiendo. 
Pero el daño ya estaba hecho y era un daño sobre toda la humanidad. 
Pasamos de "vivo en un mundo donde confío en la armonía" a "vivo en un mundo donde tengo que defenderme de visiones erróneas y ataques". 
Obviamente, eso cambia las cosas. 
Y recurrí al Muso. Antes de hacerlo, debatí internamente pues... ¿Cómo trasladarle lo que había pasado sin soltarle un rollo tremendo que además a él no debería importarle? (mi yo interior dice que a no ser que algo cósmico haya de por medio.. A saber que significa "algo cósmico". ¿Una ley universal? Jajajja).
Decidí resumir en "tengo un disgusto tremendo". 
Y mira tú, contestó. 
Y cuando me di cuenta de que el vídeo del sábado era sobre la culpa y lo deseché... Nos reímos. Tanto él como yo. 
Sí, es raro. 
Es como que Dios te de un paraguas y tú lo desprecies y luego jarrea. 
Pero más raro aún es lo siguiente. He llegado a casa, me di una ducha. Me sentía fatal. No tuve un buen lunes. Sigue siendo el problema de siempre. Tratas de ayudar y es peor. Eres buena y es peor. Cada uno ve solo lo suyo. En este mundo, ¿qué pasa, que hay que defenderse todo el tiempo? ¿Es mejor ser malo y fuerte? Me llega un SMS por Twitter del Dalai Lama, lo ignoro. Pienso "sí, esta todo muy bien hasta que alguien viene con un palo. Entonces o lo paras o...".
Sentada en la cama, antes de dormir, atribulada, confusa, triste y enojada... decido atreverme a abrir YouTube. 

¿El título del vídeo?
" Las emociones negativas". 

Y ahora decidme, si todo esto estaba solo en mi cabeza... Como sabe el puñetero YouTube lo que tiene que enviarme. 




Las 3 alarmas y el cambio..


Esta mañana me he despertado como si me hubiera pasado por encima un camión. Últimamente me pasa mucho, no es que duerma, es que me desmayo. Lo achacaba al frío y a mis sábanas de invierno... Pero es que he cambiado las sábanas y me ha pasado exactamente lo mismo. He tenido que mover los dedos para comprobar si todavía era capaz de hacerlo. Y me parecieron lentos, torpes y gordos.

Lo primero que pensé al despertar fue, "¿Sigo siendo yo?".

Rápidamente, me di cuenta de que sí. Abrí los párpados, me estiré y busqué el teléfono móvil.

"Mira tus mensajes".

Lo primero que miré fueron los mensajes, lo segundo, el tiempo.

"¡Lluvia! 90% de posibilidad de precipitación."

Tengo que ir a un sitio, e Internet lleva muchos días anunciando que llueve.

"Oh, no. ¡¡Lluvia!! ¿Y ahora qué? ¿Y si no puedo ver el sitio? ¿Y si hace frío? ¡¿Por qué tengo tan mala suerte?!".

Meeeec.

Ese "meeec" es una alarma mental. Se me disparó una cosa dentro -os lo prometo-, muy rara. Y me di cuenta de que estaba visualizando la plaza que quería ver con tanta fidelidad que estaba allí, bajo la lluvia, en ese momento. Y hablamos de un sitio muy lejano.

Esa alarma y esa visualización me asustaron y me paré a pensar:

"Ah... que estoy visualizando el futuro. Es verdad. Se me ha ido la pinza por completo. ¡Venga, fuera esa imagen! Deja de preocuparte. Se puede viajar con lluvia. La gente viaja... y se moja. ¡Deja de pensarlo y deja de ver el sitio!".

La imagen se deshizo y (se evaporó) y la alarma se apagó. Pero eso no duró ni un minuto. Otra nueva idea me abordó igual que los piratas abordarían el barco de un pescador despistado. Esta nueva creencia me hacía sentir muy mal. 

"Mira lo que te ha pasado... ¿por qué te habrá pasado esto? ¡Seguro que lo has hecho mal! ¿Por qué tienes que sentirte así en vez de...?"


Meeec!

Bueno, ¿otra vez? De nuevo esa alarma interior. ¿Y ahora qué ocurre? Me quedé en silencio, y la respuesta me llegó clara:

"tómalo como una prueba, además, ¿te pasa siempre o sólo te ha pasado en esa situación? Si no te pasa siempre, ¿entonces eres tú o hay algo en el entorno que lo causa?..."

Ay va, qué razón tiene. 

La alarma se apagó.

Y ese instante, visualicé de nuevo el viaje con frío y lluvia.

"¡Tengo que hacer algo para controlar el tiempo...!"

Meeeec!

"Pero bueno, ¿otra vez?"

Qué extraña cosa interna tan persistente. Habían pasado 3 minutos desde que abrí los ojos y esa cosa interior no hacía más que dispararse. Y, por cierto, que tiene que ver con la meditación. Estoy segura de que esa alarma está ahí porque yo hago meditación. 

De nuevo estaba en un lugar que no era ni el aquí ni el ahora, estaba en el futuro. Lo visualizaba tan claro que lo que tenía delante -la cama-, ni siquiera parecía real. Lo que parecía muy real era una ciudad gris, bajo el frío y la lluvia. ¿Para qué comprar un billete de avión? Yo ya estaba viajando....

Pero la alarma me hizo darme cuenta y pensé:

"¿¿¿Qué quieres???? ¿que deje de pensar en el futuro? ¡VALE! No hay futuro (la cama y la habitación se volvieron consistentes de nuevo) Ya está. ¡No hay futuro! ¡El futuro no existe! (eso no es verdad) Me quedo en el presente, ¿vale? La cama, el cuarto, tocar la sábana con esta mano..."

Y la alarma se apagó.

¿¿??

Y junto con la alarma... se fue ... cómo decirlo; se fue una sensación que normalmente me acompaña mucho. Y al verme libre de esa sensación pensé: "ay va". Porque... estoy tan acostumbrada a esa sensación que yo creo que forma parte de mí. Y sin esa sensación, no me sentía del todo yo. Por supuesto, a nadie le gusta andar preocupado siempre. Es sólo que... es que no sé qué va a pasar porque todo esto es algo nuevo.

Si esa alarma funciona cada vez que mi mente se dispara hacia algo que me provoca angustia, y lo corto, nos encontramos ante una manera de percibir el mundo, totalmente nueva, lo que me puede llevar a resultados no planificados. Y aunque no lo creáis, una parte de mí me está diciendo que seguro que eso es un desastre y que mejor volver a los viejos y conocidos patrones de conducta. 

¿Qué hacer?

Saludos !!!
FELIZ DOMINGO!!! 


Las colonias...

He decidido comprarme una colonia.

Sé que puede parecer algo poco relevante para una entrada, pero es que he descubierto que las colonias dicen mucho de la gente (antes pensaba que eran sus zapatos). Las colonias son aún más efectivas que lo que llevan en los pies.

Normalmente, es un regalo que le pides a alguien. Pero es que no hay forma de que una colonia "cara" me guste durante todo lo que dura el frasco. Y eso es algo muy raro. La gente dice que mi piel es muy suave (eso me lo dicen desde niña) y sé que los olores se le pegan mucho. A cambio es una piel que si se le posa una mariposa, le deja marca. 

Volviendo a las colonias... ayer estaba en una fiesta (a mí la ley de la atracción no me funciona, si pienso que lo voy a pasar mal me lo paso bien y al revés... nunca me salen las cosas como las tengo previstas, motivo por el cuál siempre pienso en lo peor... así atraigo lo contrario... Al menos eso creo). Bueno, ayer contra todo pronóstico, me reí mucho. Y estando sentada en una cafetería, escuchando a otra persona que había estado becada en el Instituto que da los Premios Nobel, pensé en su colonia. Su colonia decía: 

"Viajo mucho por el norte de España".

Sí, ya sé que es raro que una colonia diga eso. Pero era algo así como me gusta La Rioja e ir de cañas...

¿¿??

-Tienes una hermana -dije de pronto.

Mi interlocutor puso ésa cara rara que me pone a veces la gente.

-¿Mayor...?

-Más pequeña... ¿y tú cómo sabes eso?

Casualidad. La hacía mayor así que no tengo tanta intuición...

Luego en la cena... todo eran colonias maravillosas. Algunas decían, me gusta el campo y los animales. Otras decían soy jefa. Algunas olían a rosas, otras a sándalo. Algunas a madera, pero las menos. Recordé un día, muchos años atrás, en que el Muso pasó por mi lado y yo le tuve mucha envidia (ahora os cuento por qué). Su colonia decía vengo del gimnasio.
Os lo prometo, decía eso. 
Y me dio envidia ((acaban de llamarme al timbre y no veáis qué susto... y era por error))... se me ha ido el hilo... Me dio envidia porque.... porque.... Caray, se me ha ido el hilo completamente. 
Bueno,.... sigamos.

Quitando la marca Don Algodón... yo no encuentro una colonia que me guste. Según el día el olor cambia, y así no hay quién se aclare, ni quien pueda pedir una como regalo. Esas cosas, son caras. Igual debería ir yo a la tienda y pensármelo bien antes de elegir. Busco una un poquito sofisticada. 

Y lo que busco es no tener que echarme encima diez litros porque estoy nerviosa... que eso también lo hago. No es que sea necesario, es una distracción. 

Por último, para terminar, la colonia de un amigo decía algo extraño. Decía vengo a darlo todo pero estoy escondiendo una preocupación muy grande.

-¿Te preocupa algo? -le pregunté.

-Sí... bueno, ya lo sabes -me contestó.

-No, pero no es eso -le dije-. A ti te preocupa hoy otra cosa. Algo que no le has dicho a nadie.

Mi compañero de curro arqueó las cejas. Sorprendido.

-Nelly, que buena observadora eres. 

Me complacieron esas palabras. Tened en cuenta que he guardado el café molido en la nevera por error, y una vez puse el parasol al coche dentro de un garaje. De verdad, si me pongo nerviosa no sé ni donde tengo los pies. Eso hay que arreglarlo.

^_^ Luego me pasaré a ver qué colonias hay en la tienda.
Aunque algo interior me dice que con elegir una marca fashion no va a ser suficiente... 

Primero igual tengo que decidir qué mensaje quiero lanzar al mundo. Bueno, ya lo pensaré... 



Lo comparto.


Dos cosas, primero, yo no creo en la Ley de la atracción. Me regalaron el libro de "El Secreto" hace años y lo regalé. Me pareció la chorrada más grande del mundo.
Segundo, después de enfadarme mucho porque hoy una persona me ha propuesto una... técnica de meditación (visualización), que está bastante más atrasada y superada en mi lista de herramientas y recursos.... llegué a casa enfurruñada.

Y tanto me enfadé (porque encima, el vestido brilli-brilli que iba a llevar a la cena de esta noche me parece que es demasiado corto y me va a hacer sentir incómoda) que decidí echarme una siesta. Estaba demasiado... la palabra sería "revuelta" pero... Digamos que las cosas son de una manera, y nadie tiene que venir a decirme como reordenarlas. Yo ya llevo años probando distintas combinaciones. Sé que funciona y que no.

Y pensé que echarme era una buena idea y me dije: "bueno, voy a seguir con ese audio de Las Decisiones" que empecé ayer. Porque ese hombre sí que me cae bien. No como otras... que no es que me caigan mal pero me ponen nerviosa.

Al abrir Youtube me encuentro con este vídeo que no es que estaba viendo anoche (justo lo dejé cuando pone el ejemplo de leer un libro y ver que si no te gusta, lo abandonas y no pasa nada, como diciendo "no le des tanta importancia a todo". Pero me quedé ahí y quiero ver si realmente dice eso), pero como decía en vez de ese, me encuentro otro que a continuación os pongo.

Estuve a punto de cerrar Youtube. De verdad. Pero esa cosa que a veces se siente, que sabe de qué color son las bolas de un cajón cerrado, o que te va a tocar la lotería (reintegro) si juegas en tal sitio... bueno, esa "cosa" estaba ahí. Muy débil. Como un "confía".

Y por esa "cosa" misteriosa, decidí confiar y ponerme con ese vídeo. Pensé, "es absurdo que el azar me mande este, pero al menos me duermo..." y oh, sí, me iba durmiendo... hasta que empezó a decir unas cosas que me despertaron mucho.


Muchísimo.

Y luego... ataque de risa.

Y luego... llega ese momento en el que merece un lugar en el blog, porque supera mis expectativas.

(es relevante)




"No te sientes a esperar creyendo que sólo con la visualización vas a conseguir algo.."

... GRACIAS!

A eso me refería yo esta mañana. Con las inquietudes que tengo yo que me digas que imagine un refugio es algo ya "muy pasado de moda". Ya tengo un refugio, y además estudio budismo. Vamos a la parte en la que aprendo algo que no sepa o puedo modificar mis... (hum... no sé si debo estar enfadada o no)

 Y en segundo lugar... yo no lo llamaría ley de la atracción a eso de lo que habla el vídeo, es otra cosa. Es más como una sintonía. Tiene que ver con las casualidades que pasan cuando quieres que pasen.

Pero bueno, me extiendo, y yo en realidad cuelgo el vídeo porque me he reído muchísimo con lo de "me imaginé con cantidades enormes de dinero..." o ¿¿¿para qué las quieres??? jajaj! Ay, me parto con eso y con lo del ego...

¿Y quién diantres es el japonés que nombra?

En fin, ahí lo dejo. 
Saludos!! 

¡Esta cobaya tiene telepatía!


Anoche antes de dormir estaba viendo una película y mi recién bien entrenado cerebro me advirtió diciéndome que por qué veía esas cosas tan tarde si sabía que su efecto sobre mí no iba a ser bueno. La temática del film, aunque fuera ficción, me ponía triste.

Yo me contesté, pensando y muy velozmente, "bah, qué más da, si es una película. Ni siquiera una muy violenta y, además, todo el mundo las ve...". Sutilmente, mi pensamiento me contestó: "bueno... tú sabrás.... pero puede que sea hora de hacer otra actividad que no sea tragarse la basura que echan por la televisión".

Decidí perseverar, pero justo antes de que el protagonista matara a todos los de la escena, Puca comenzó a llamarme:

- Cuíiiii, cui, cui ¡¡¡cui, cui, cui!!! cu-cu-cui.

Hum.

"¿Qué querrá ahora?"

Bastó ese milisegundo de prestar atención a otra cosa para que mi bien entrenado cerebro tomara el control, apagara la tele y me llevara hasta un cuarto distinto, con un ambiente distinto, y un bicho punky de ojos negros que reclamaba... ¿qué? ¿mimos? ¿comida? ¡Pero si tenía de todo!

-Aaah, mi pequeña guardiana... -murmuré, sentándome a su lado y acariciándole el lomo.


Prrrrrr- Prrrrrrrrr -contestó la cobaya.


Esto no sería más que una anécdota, de no ser porque hoy... me ha pasado algo muy raro. Iba a prepararme un té, pero como siempre, mi atención se quedó enganchada a otra cosa. "Los cristales están sucios, debería limpiarlos", pero antes de conseguir un trapo, otra cosa captó mi atención. Así que al volver al salón, me dije: "Pero bueno, ¿qué ha pasado con el té?". Vuelta de nuevo a por el té a la cocina (que está lejos del cuarto de Puca), pensé lo siguiente: "Luego le daré a Puca como premio, un buen montón de verduras frescas. Pero no ahora, sino luego... "

Y os prometo que la cobaya, que estaba metida en su casa y dormía, comenzó:

- ¡¡¡cuicuicuicui!!! ¡cui-cui-cuicuicui!!!

"¡Cielo santo, si está en otra habitación! ¿¿¿¿¿¿Cómo sabe que estoy pensando en ella?????"

Me asomo con cierto recelo al salón, y de allí husmeo lo que hace. La cobaya está en alerta como diciendo: "Sí, sí, dame".

¿¿??

Empiezo a preguntarme si será una cobaya. El Muso me dijo una vez que en realidad era su primo.

Claro que también me dijo que en otra vida se lo comió así que lo más probable es que estuviera quedándose conmigo.... 

No me quedó más remedio que ir a la cocina, abrir la nevera, sacar la bolsa de ensalada variada, volver y darle al animalico su festín, que agradeció con el típico prrrrr-prrrrrr, mientras yo me preguntaba cómo puede este ser diminuto leer mentes humanas. Igual antes era un mago.

Por cierto, que se acercan fechas de regalar y me veo en la obligación de decirlo. Mi cobaya es adoptada. Y es una responsabilidad tener un ser al que cuidar. Tuve otra antes que murió de un resfriado. Y me dio mucha pena. Pero Puca no. Puca es muy guerrera y desde chiquitita habla. Tanto es así que un familiar dijo: "¡Puca!" ella salió de la casa y contestó: "¿Cuí?" y el familiar dijo: "¡Cielos, que ojos inteligentes tiene este bicho!".
Pues sí, es muy lista.
Aunque de joven tenía muy mal genio.
Tuvo una novia cuando ya era bastante mayor. Al principio Puca mandaba, pero al final -pese a ser más pequeña la novia-, tenía que aguardar a que ella comiera para poder hacerlo él. Nunca entendí esta actitud, la cobaya mayor era mucho más grande. La otra me recordaba invariablemente a una gamba. Tenía el morro afilado y los ojos negros y saltones. Como una gamba. Y era mucho más cotilla que Puca, que pronto adoptó manías similares a las mías (le encanta su casa-caja).
Ambas meditábamos a la vez. Eso no lo entendí tampoco. Yo meditaba y Puca se quedaba inmovil como una piedra, mirándome. 
La novia murió con mucho dolor, a pesar de que la operé y traté de salvarla, pero son animales muy delicados. Le dio una indigestión a los 3 años (un cólico) y se murió.
Presté atención a Puca por si estaba triste, pero no parecía incómoda al volver a tener la casa para ella sola. Y, desde entonces, ha viajado más de 4.000 kilómetros y ... sigue haciendo cosas bastante sorprendentes.

Dicho esto, me voy a tomar por fin mi té.


Noches de jazz y swing


Ayer por la tarde fuimos a bailar. Aunque primero vi Serendipity. Esa película no me gustaba pero ayer la vi y me hizo mucha gracia. Va de una chica que ve señales en todas las cosas (teniendo en cuenta lo que me pasa a mí últimamente...) Y me reí mucho, pero casi me identifiqué más con él que con ella. Luego la forma de ridiculizar al novio de ella y las new age y esas cosas... 

Y luego, ¿soy yo o el mensaje es confuso? Es decir, tanto se juntan cuando se tienen que juntar, como se separan por casualidades igual de puñeteras. Yo añadiría, ¡no es justo! Pero es que.... es que cuando el otro abre el regalo (y se lo da su prometida) y...; esas son las cosas que digo yo. 

Tras acabar la película, mis amigos y yo quedamos en zona desconocida para ir a un lugar donde había una fiesta de swing. Yo iba pensando en el budismo y en la pelí. Llegamos a la zona, una calle oscura del Madrid de hace cien años, con casitas bajas, muy cercana a Bravo Murillo que es calle transitada y ruidosa. 

"Tiene que gracia que hayas visto Serendipity cuando estás tan obsesionada con las señales que el universo te pueda mandar, para que aprendas cosas que tienen relación con el budismo...." pensaba yo.

El móvil zumbó. Me había pasado del número. Yo marqué número 6 y lo que buscábamos estaba en el 4.

-¡Perdón, perdón! ¡Nos hemos pasado! Iba distraída -dije-. Tiene que estar.... (miré a ambos lados, y no vi nada), ¡pues tiene que estar ahí pero... yo no veo nada! ¡Como no sea un portal de esos...!

-Chicos, debe de ser aquí -dijo una amiga-, donde las banderas negras.

Entre las casitas viejas, subiendo la calle, se alza un edificio un poco más alto.
Al leer el rótulo me dio la risa:

El Templo.
un lugar de magia, conocimiento y serenidad.

jajajajaj!
((¡basta!)) pensé. 
No fastidies que en un lugar perdido de Madrid, vamos a un concierto de swing y el sitio tiene nombre y formas budistas

-Es una escuela de danza y artes escénicas -dice una amiga.

Nada más asomarme, veo unas escaleras hacia un interior donde destaca una estatua gigante de un meditador.
"El budismo me persigue". O yo lo persigo a él, no está claro.

La verdad es que el plan fue estupendo. Pero me pongo hiper-nerviosa bailando. Yo sólo bailaba bien con mi novio, cuando teníamos 18 años. Lo primero que me dijo, la primera vez que me sacó a bailar, fue: "Mírame a mí, no los pies, a mí". Sinceramente, no se puede bailar mirando los pies. Aquella vez bailé bien. Pero... luego ya, de bailes nada.

Así que pasamos 4 horas comiendo, tomando refrescos (aquello parecía un cumpleaños) y aprendiendo el paso básico de swing. Hablamos con algunas alumnas y alumnos. Todos decían: "Lo importante es que sientas la música y te dejes llevar".

Y entre una cosa y otra, lo que vimos en algunas canciones podría catalogarse de exhibición. 

-Me encantan como bailan los chicos -dije a mi amigo, que estaba enfadado porque ellos cobraban más protagonismo que ellas.

Hacían gestos como de gánster y... tenían una mezcla de pasos raros. Algunos pasos decían: "estoy en la calle bailando para divertirme, y vengo de la vieja Irlanda..." mezclados con otros tipo "vamos a la pista que voy a demostrar lo que valgo"

Yo estaba encantada, claro.

Y una chica me dijo: "También al mirarlos ves si se entienden o no. Cuando dos bailarines se comunican, bailan bien, pero si no se comunican, entonces ves que no se entienden,... y cuando no se entienden, se ríen".

Aaaah!

Ya. Pues... mirando al suelo es normal no entenderse con ninguno, jajjaaj!

Luego regresamos a casa. 
Tenía mucho sueño, pero me apetecía mucho mi momento de vídeo con "cuento" y enseñanza. Así que abrí Youtube:

21 días

Ese era el nombre del vídeo que el Universo me enviaba. "Está bien, vamos a escucharlo..."

Hice la meditación previa.... el vídeo comienza hablando de un cambio....

Y han pasado diez  horas y me he despertado muy bien, con el móvil casi bajo la nariz. Así no se puede. Os aseguro que yo... creo... me dije: "oh, estoy cansanda" y aparté el móvil, los cascos... he debido soñarlo.
Allí estaba, el vídeo finalizado, yo que no me había enterado de nada, y el reloj que marcaba una hora más de sueño de lo habitual, y un sueño reparador tremendo. 

- ¿¿??

Y justo leo mis mensajes: "Oye, que sí que quedamos a desayunar. Te espero a las 11 donde siempre".

Cielos, eso me daba menos de una hora.

Me he desperezado, le di de comer a doña Puca (en realidad es don, pero como engañó al veterinario haciendose pasar por Doña y fue bautizada con nombre de hembra, pues la cosa ha quedado en que te puedes dirigir a ella como si fuera chica...) y me puse a ordenar pensamientos en el blog, como siempre.

Saludos y buen domingo!!!
Como mañana me han cambiado el turno no podré aprender con el Muso, pero como hay que fluir... supongo que tengo que amoldarme. 

posdata dos: ¿qué le pone el señor de internet a los audios guiados que caigo dormida y esto no me pasa nunca con ninguna otra cosa? 





¿Por qué meditando se arreglan los problemas?



Anoche Youtube me envío el mismo vídeo que ayer. El don de fluir.

Decidí escucharlo otra vez, pero sólo hasta la primera parte. Casualmente, me escribió a la vez El Viajero. Pero tenía tanto sueño que le pregunté por una meditación especial y luego me dormí...

Por la mañana, me levanté y puse en práctica algunos consejos o pautas de "autocuidado" que recomienda y enseña XX (la experta en psicología). Teniendo en cuenta que el día anterior, cabreada, tras ver a mis amigos me fui al gimnasio a darle golpes a un saco de boxeo... era fácil suponer que estaba un poco molesta.

Antes de dormir me dije sino sería por la manía de usar siglas para designar personas, como reduciéndolas a una clasificación, pero una parte de mí me preguntó que por qué entonces me gustaban tanto otras siglas, que me definen casi como un nombre en el trabajo. Es una de las cosas que yo llamaría "incoherencia". Aunque, más bien, en este caso es que el motivo de mi enfado seguía sin estar claro para mí.

Al día siguiente, mientras recogía la casa, me di cuenta de que podía esforzarme en planificar un montón de cosas que me estresaban, para que dejaran de darme estrés. Yo creo que esto es "meter en cajas", pero... igual me equivoco.

"Pues si esto es lo que yo hago mejor, ¿por qué iba a estar mal hacerlo? A mí me gusta planificar y hacer cajas con las cosas... Es mi manera de ser".

Tras recoger la casa, limpiar y usar algún cosmético especial, (de ahí lo de autocuidado) decidí sentarme a meditar. Me hacía falta.

Pensé en hacer la meditación shiné, que es sencillamente estar sentado, atento a tu respiración. Nada más sentarme y relajarme, me vinieron a la mente 2 frases de dos personas distintas. Ambas frases hacían referencia a mi uso del lenguaje. Una era un cumplido "Tienes el don de la palabra. Aunque no siempre lo usas" y la otra la dijo XX (la especialista en conductas etc. etc.) ayer cuando me enfadó tanto: "Te defiendes hablando mucho, esa verborrea es una defensa". Bien. Allí sentada me di cuenta de que estaba cabreada con XX. Y su estúpida sesión. Pero en vez de entrar a eso... Lo que me di cuenta en ese momento es que ambas cosas eran ciertas. Pero yo podía elegir. Un enfoque lo veía como algo maravilloso, y el otro enfoque lo veía como si hablar bien fuera un problema.  

Yo sé que lo malo se nos queda más y nos duele más. Pero es que, sentada en meditación sobre mi cojín, de repente ambas verdades eran igual de ciertas, y podía elegir. Obviamente, me quedé con la primera. Sí, tengo el don de la palabra. Sí, sé usarlo como defensa en ciertas ocasiones. También puede mucha gente. No es motivo de censura. Habría que ver qué motivación se esconde detrás de soltarme una frase así, porque lo más probable es que fuera desestabilizarme. Quizá por otro motivo.

Pero volví a centrarme en la meditación. Respirar, el silencio.... 

Me di cuenta de que tenía muchas ganas de saber muchas cosas pero que era un apego perjudicial. Si quería aprender, tenía que tranquilizarme e ir despacio.

Seguí respirando. Salvo momentos puntuales, no había pensamientos molestando. Y si surgía alguno, era muy claro y conciso. Como este que apareció al cabo de un rato:

"Si estoy metiendo las cosas en cajas otra vez..., y me siento bien organizando mi vida, a lo mejor es que no soy buena en eso de fluir".

Visualicé el árbol, el agua, el discurso del río, y el tronco. El vídeo de ayer, que yo adapté a mis palabras, pues el que lo narra usó otras.

"Porque desde luego no he estado tranquila hasta que no he previsto cómo llegar al sitio en el que tengo que dar formación... lo que requiere una planificación previa.... si planifico, ¿ya no estoy fluyendo? Porque a mí lo que me gusta y me calma es planificar. Si planifico, ¿no fluyo?"

Un algo interior me llevó la contraria

(aceptar)

Me quedé en silencio (mental).
Fue todo cuanto dijo ese algo. "Aceptar". Una idea. Una sugerencia.

¿Aceptar?

"Sí, bueno claro... para planificar primero tengo que aceptar lo que ocurre,.... me estoy liando".

Silencio mental. 

Y tras un buen rato de silencio mental, y respiración tranquila... pensé en el Muso.

"En realidad estás eligiendo su enfoque" me dije, yo le hablo a esa cosa interior, que en realidad supongo que soy yo "porque yo aprendo de él cosas, incluso aunque no diga nada. Me fijo en él. ¿Por qué te fijas en algo cuando no es perfecto y la gente ve otras cosas?"

Aquí si obtuve una respuesta clara. 
Esa "cosa interior" me preguntó que qué era el Muso para mí. Y yo dije: pues para mí un maestro, pero para el resto del mundo no lo es. Te parece maestro una persona que no es perfecta. Y eso es un error muy grande. Él mismo te diría que no es perfecto. 

Y aquí viene la respuesta de mi cerebro por la que he parado la meditación (ya me parecía suficiente):

"Einstein dice que dos tiempos son iguales y sin embargo, diferentes, a la vez. ¿Pueden dos tiempos ser iguales y diferentes a la vez ... y no puede una persona ser maestro para ti y ser diferente para otros?"

¡jajaja! ¡Hombre, si me lo comparas con el tiempo!
Sí, es verdad. El tiempo es igual y no lo es, a la vez. Según la velocidad de los sistemas, ¿no? Mis dos años en la Tierra y tus dos años viajando a la velocidad de la luz son diferentes, sin embargo, son dos años para ambos. Lo que es un embrollo muy grande.

Ahí paré la meditación.
Porque me tengo que ir a hacer otra cosa. 

Saludos!! 

24 horas que parecen el doble.


Llevo un día un poco raro.

Anoche al llegar a casa, abrí Youtbe a ver qué se atrevía el universo a enviarme. Cuando leí el título del vídeo, no daba crédito a lo que ponía.

El don de fluir.

Es una temática tan arraigada en el budismo, tan relacionada con ese tema, que algo en mi interior dio un brinco, de la misma forma que da un brinco cuando estoy en la presencia del muso, al que me gustaría considerar mi maestro, si bien es humano y eso no hay que perderlo de vista. Todos los humanos, empiezo a pensar que sin excepción, somos incoherentes. Y tiene gracia porque hace dos días estaba junto a una cafetería y una mujer arremetía en ese momento contra una conocida de ella a la que tildaba de incoherente. Su amiga, allí presente, le preguntó: "¿Pero qué es incoherente para ti?". A mí eso me arrancó una sonrisa. Yo estaba de pie, esperando en la cola de un cajero. Incoherencia, para la mujer, era decir una cosa y hacer otra. Supongo que es bastante acertado. Yo me refiero además a las contradicciones de nuestra vida. A ser ecologista pero conducir un coche de gasoil o gasolina. A llorar ante el sufrimiento de un ser pero pasar por encima del sufrimiento de otro, o incluso provocarlo. Hay que tener mucho cuidado con las incoherencias, porque si buscas la perfección absoluta, en este mundo humano no vas a encontrarla, y dando por perfecto lo que no lo es, vas a sufrir mucho. Esa es una gran verdad. Y no es culpa del otro, sino de nuestra percepción. Los que estamos equivocados somos nosotros, por no ver algo como es. 

Sobre el tema de "fluir" yo solo tengo una pista. Hace mucho tiempo, guardé un mail del Muso que decía:

"Primer piensa lo que es fluir en tu vida. Luego (no recuerdo que palabra iba aquí)"

Era un texto muy breve. Lo guardé, como tantas otras cosas. Pero no lo entendí. 
"Fluir".
A menudo mucha gente, incluso seres muy cercanos, me dicen: "No dejas que las cosas fluyan". Y yo no sé de qué hablan. Me lo dijo el creador de este blog hace tiempo, y un ser muy querido cuando se detuvo a hablar conmigo un rato. Yo no sé qué es fluir. ¿Qué puñetas significa eso?


En este vídeo, el autor comienza por preguntar si las cosas te salen siempre como planeas.

Respuesta "Sí".

¿De veras?

"Mayormente sí. Me gusta planificar, y soy buena haciéndolo. Y muy realista y pragmática".

El que narra los audios, siguió hablando en estos términos:

Voy a explicarte lo que es un fluido según la ciencia. Los gases y los líquidos son fluidos. Se llaman así porque fluyen, pero su característica fundamental es la escasa fuerza de atracción que existe entre sus moléculas. De manera que, cuando se enfrentan a un obstáculo, automáticamente se amoldan y adaptan a él. Adoptan así la forma del recipiente que los contiene, sin oponerse a dicho recipiente. Sus moléculas no están tan apegadas como en los sólidos, y por eso pueden hacerlo... 

Pensé en un fluido.

Y me dije, a oscuras, de noche, mentalmente: "¿Debe parecerme bien todo lo que ocurra, entonces? ¿Me debe dar igual todo?"

A lo que añadí, mientras el autor hacía un silencio: "Este vídeo no es para mí. Entre otras cosas, porque consulto una experta en comportamientos humanos que asegura que estoy absolutamente desconectada de mis emociones y de lo que deseo. Si el vídeo lo que pretende es que me adapte más, mal vamos..."

Voy a contarte un secreto que igual no sabes.

Los gases ceden a la presión. Pero los líquidos son distintos; hagas lo que hagas, los presiones tanto como los presiones, jamás pierden el espacio que ocupan. Esto es ciencia, es la mecánica de fluidos...

"No esta hablando de dejar de ser yo..." pensé "No está hablando de dejar de ser uno mismo".

Imagina un bosque, con un río. En el río hay un tronco de árbol. El tronco recuerda con orgullo cuando estaba de pie en el bosque, majestuoso. Pero ahora flota por el río igual que el agua. Bajan juntos en una misma dirección. El agua, cada vez que encuentra un obstáculo, un meandro, un salto, una piedra, un estrechamiento o un lugar tranquilo, fluye. El tronco, que baja rígido, se va golpeando con todo a su paso y cada vez que lo hace, sufre una herida.

La palabra "herida" me afectó mucho. Y eso que era un cuento.

Bien, dime, ¿tú quién prefieres ser? ¿Quieres ser como el agua... o mejor como el tronco inamovible?

Contado así.... la respuesta es obvia.

Por la mañana, precisamente me tocaba hablar con esta experta psicóloga clínica. Pero, sinceramente, fue un día malo de trabajo. No había más que interrupciones, el móvil, la puerta, el mensaje, el no se qué... Y además nada más verla, sentí una gran compasión y empatía porque sé que estaba cansada y llevaba una semana muy mala.

Desde que salió la palabra "compasión" en nuestras sesiones, y teniendo en cuenta la ... vamos a decir "el bagaje" que tengo yo con la práctica del budismo, todo era como muy ... como si una cosa te preparara para otra.

Ella me acusó de no querer trabajar. Lo que invariablemente me puso en una alerta muy cercana al estrés que siento en el trabajo. Tuve que traer a mi mente su motivación, pues de lo contrario mi respuesta habría sido enfadarme. Y no había que enfadarse, había que entender lo que quería hacer ella. 

Otra cosa es que consiguiera hacerlo.

Luego expuso una teoría.
Y me llamó PAS.

Yo ya escuché el término PAS en otros ámbitos. Mi amiga actriz de doblaje es PAS. La hermana de un amigo es PAS. Cada vez que alguien es sensible, es "PAS".

Siempre pensé que PAS ES UNA TONTERÍA.

Pero es culpa mía porque cuando una amiga ligada al arte me dijo: "Uy, mira, soy PAS". Yo lo deseé también, y ahora, ¡toma! Por desearlo. ¿No querías que te redujeran a siglas? ¡jajaja!

Para un psicólogo un PAS es una "persona altamente sensible". Me hizo un test, mientras yo recordaba el que hice en casa en su día en el que salió que lo era. Y efectivamente, saqué 7 puntos por encima del mínimo para no serlo.

Y me enfadé.

Porque lo siguiente que quiso hacer fue un test de Cociente Intelectual. Y me enfadé más y me negué. 
A la vista de esto, sacó una serie de cosas que yo le había contado y me señaló: "Para que pase esto y esto... siendo tan niña, mi teoría es esto y esto otro".

Yo escuchaba. Escuchaba porque no se le podía llevar la contraria. 

Y más o menos a mitad de debate, algo me advirtió.

"Corta esta conversación".

Fue algo interno y claro. Corta esta conversación, ya. No quiero hablar de esto. Y salí, lógicamente, cabreada. Y confusa.

Volviendo a casa mi cabreo fue en aumento hasta que me desahogué con mis amigos. Entre medias, tuve la mala suerte de que me llamaron del curro para indicarme una serie de cambios, y como era mi día de vacaciones, y los cambios fueron seguidos de la palabra: "Bueno, pero tú tranquila. Te aviso con tiempo para que así te hagas a la idea, y no te pongas nerviosa".

Qué pesados con los nervios y la sensibilidad.

A ver, que soy una persona sensible, ya lo sabemos. Que me fijo en detalles también. Desde bien niña, cuando viendo una película decía a mis padres: "fíjate, esa tubería es para esto y aquello". A lo que mi padre contestó: "Caray, qué cosas ve esta niña...".

Los detalles me gustan, me encantan de hecho. Voy en el metro imaginando la vida de la gente según cómo es la suela de sus zapatillas o qué llevan en la carpeta rotulado. A esto, el Muso lo llama cotillear.

Y empiezo a pensar que buena razón tiene.

Una vez, supe de dónde era un señor, cómo había llegado a Madrid, y a qué evento iba, solo porque caminó delante de mí doce metros en el suburbano. La verdad es que para mí fue genial, pero seguro que el que me enseña budismo, si se entera, se enfada (o no se enfada, pero gracia no le haría...)

También sé que mi hermano mayor me compara con Lui, el vampiro jajjaja, al que yo en cierto modo entendí cuando dice su mentor dice aquello de: "Lo sientes todo más que ninguna otra criatura porque eres un vampiro..." Y yo sé que ciertas frases se me quedan grabadas (frases muy tontas) porque enseñan algo... vale, no digo que no. Soy sensible.

Pero es que... eso de PAS me sigue pareciendo una estupidez.

(Por favor, voy a ser políticamente incorrecta, y alguno se enfadará). Me parece una forma absurda de decir que hay cosas que te cuestan más que al resto de seres humanos. No me vale que alguien sea asocial por completo y me digan: "ah, mira, es que es PAS". O que viva en una cueva rodeada de objetos frikis y le digan: "Sí, mira, es que es muy sensible". No, perdona, yo soy muy sensible en un atasco pero soy la reina del hablar en público. Y el que conduce sin ponerse de los nervios no consigue pronunciar palabra si le pones delante de un atril.

No sé si me explico bien.

Claro que, si disfrutas el arte, te gusta meditar, levantas el teléfono justo cuando suena, la música te traslada a otros universos, recibes mucha información del entorno y te saturas, y no puedes ver ciertas cosas porque aunque son seres que no conoces te hacen llorar... (yo no puedo ver las noticias), entonces eres PAS. Tú y cien trillones de personas en el mundo.

Me gusta más la teoría de cambia el discurso que aprendí en los vídeos que casualmente me llegaron por Youtube. ¿Tienes miedo a esto? Cambia el discurso. ¿Aquello te cuesta? Cambia el discurso. ¿El Muso brilla? Aquí da igual que cambie el discurso o no... algunas cosas no sabes ni porqué las sientes ni lo que son. 

Pero nada de esto explica por qué una niña pequeña intenta desesperadamente controlar su entorno y que todo sea seguro. 

Nuestras cabezas son, para mí, como un castillo hecho de cartas. Sobre las cartas de abajo, ponemos las de arriba (fijaos que elijo unas cartas porque cada dos por tres se caen y te toca montar el castillo de nuevo, eso nos ocurre. Aprendemos todos los días).

Pero la verdad es que no tengo una respuesta que darle cuando me pregunta: "¿por qué tienes tanto miedo a sentir?"

Y ella tampoco la tiene.

Su teoría es, creo, que a lo mejor siento demasiado. Lo que solo decirlo, me cabrea.
Siento igual que todo el mundo. 
Todos sentimos igual. Es lo común.

Creo que estoy enfadada porque no tengo una respuesta.

Ahora me toca investigar si unos seres humanos sienten de manera diferente a otros. O con umbrales distintos, o vete tú a saber qué...

Salu2!! 

Uffffffff!!!!! En dónde me quedé dormida y si es significativo...



Anoche Youtube me mandó este vídeo: Autosabotaje.

Al verlo me eché a reír y pensé: "¡No! ¡Eso no voy a escucharlo! Yo no necesito escuchar eso... yo no hago esas cosas".

Vi una película. Apagué el televisor, leí prensa virtual. Cerca de la una de la madrugada me dije: "bueno... voy a ponerlo, por curiosidad".

Sé que os puede parecer que era tarde, pero no lo era. Mis horarios varían por el trabajo, y es normal necesitar un par de horas para desacelerar el cerebro. Así que puse el audio y empecé a reprocharme: "no sé para qué hablas de los audios en el blog, si alguien lo escucha pensará que estás loca... Claro que por otro lado este señor tiene más de ciento cincuenta mil seguidores... ¿y qué si a mí me gusta escucharlo?"

Tenéis que entender que a veces las emociones me parecen... debilidad. A decir verdad, muchas veces. Lo malo es que cuanto más empujas una cosa hacia abajo, más explosiva es luego.

Como siempre, el vídeo comienza con una relajación. No le presto atención porque me dan vueltas pensamientos sobre el trabajo y otros menesteres. Y me digo: "Pues hoy no me voy a dormir, así que tan mágico no es". 

Tras la relajación comienza a hablar... 

El comienzo del discurso lo escucho. Habla de un muro, habla de no hacer las cosas, habla del miedo al cambio.
De repente, abro los ojos.
El narrador decía en ese instante:
"Cuidándote: cuidando tu mente, tu cuerpo y tu espíritu, no porque lo diga yo... es lo que dice toda la comunidad científica del mundo..."

Y me desperté: ¿qué? ¿qué?¿? ¡CIENCIA! ciencia!

¿¿??

¿Quién ha dicho ciencia? ¿qué ha pasado?

Miré el reloj. Las dos de la madrugada. ¿¿?? ¿¿Me dormí?? ¡Vaya, otra vez!

Aparté el móvil, sobre la mesita de noche. "Este hombre mete subliminales en los audios, seguro... una onda rara que duerme seres humanos, porque si no.. no lo entiendo".

Llega la mañana. Voy a comprar. Pienso en el editor y en la presentación a la que no puedo ir, porque .. jajaja! en fin, es complicado. Me digo a mi misma que (aunque mis amigos no lo entienden) se trata de mantener la magia para el lector. Si fuera yo, se rompería el hechizo. Es como ... ver una pelí y estar presente mientras la realizan. Obviamente, luego no lo vas a ver igual. Es uno de esos libros en los que el prota es "el autor". Y vamos a dejarlo ahí, está teniendo mucho éxito, pero... nadie quiere verme a mí, quieren ver al protagonista. La historia la ha escrito nadie.

No sé, si me atrevo, quizá me siente en la última fila. Pero siempre pidiendo permiso al editor. 

Y desde luego para la protagonista sería un honor conocerme y para mí sería un honor conocerla a ella.

Bueno, a lo que iba.

Tras hacer la compra, vuelvo a casa, me pongo a barrer... Pero hay algo...  Siento que tengo que escuchar ese audio de día. ¿Por qué hablaba de la ciencia?

Lo busco en Youtube. Aquí está: "Autosabotaje". 

Es curioso, al igual que cuando recuerdo sueños, mi mente me lleva hasta el momento en el que el narrador hablaba de crear un muro. Eso lo voy recordando, y es parecido a recordar un sueño.

Lo que viene después, me deja sorprendida.

"Vamos a ver los motivos..."

Absolutamente toda esa parte, toda, no la recuerdo. Me dormí en cuanto el hombre dijo: "Sabes que pasa esto, pero... vamos a ver porqué te pasa".

Y eso no es justo. 
No es nada justo. Porque significa que mi... mente o cerebro (no sé bien la diferencia aún, entiendo que nuestro cerebro es donde está nuestra mente, ¿no? Y el concepto de mente me parece más un sentir común que no digo yo que no esté realmente vinculado a los demás y al resto del universo. Pero es que científicamente cuesta mucho imaginar que le sobrevivimos al cuerpo)

Aunque ese es otro tema....

El narrador hablaba de creencias. Y de distorsiones. Habla de que nadie en el mundo te puede convencer de algo, si las huellas que tu vida te han ido dejando te han hecho surgir hábitos tanto de conducta como de pensamiento.

Proponía romper esos hábitos.

Al tener yo una manía muy marcada y muy centralizada en el tiempo y el espacio, y saber perfectamente lo que es enfrentarte a eso y no poder romperlo, escuché en silencio (dejando a un lado la escoba) y pensando: "Si yo sé lo que dice pero... ¿cómo vences esa ola de pánico?" Y justo el autor del vídeo dijo entonces:

-Sí, ya sé que lo que te estoy diciendo no es fácil.

Ya.

Tiene gracia jajajaja! ¡estoy pensando cosas y me contesta un vídeo de Youtube!

"Presta atención a lo que te dices en esos momentos y date cuenta de no es cierto. Tu mente te está engañando... Cambia tu discurso"

Sí, ya. Pues podía irse a engañar a otro.
No puedo cambiarlo, tengo miedo.

"Tu mente es muy buena creando hábitos, así que si quieres vencerlos, vas a tener que empezar a cambiar en la práctica las cosas... entonces verás que creas un hábito nuevo... Pero hasta que no seas consciente de lo que te dices y te des cuenta de que es un engaño de la mente, nada se moverá"

Uff.

Empiezo a entender que me quedara dormida.


En fin.

Me voy a prepara un café... mientras lo pienso.

 

 

 

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