En el que decido que él no tiene la culpa...
Audaz y estimado lector, que contemplas las visicitudes de la escritora de este blog como otros observan un arco iris en mitad de la tormenta, disfrutando de su espontaneidad inusual y volatil. Debo hacerte una advertencia, y es que me dispongo a encontrar una explicación lógica a todo este asunto que me trae de cabeza. Voy a analizar lo que está ocurriendo aquí para transmitir una conclusión clara e irrefutable: que la culpa de todo la tiene el Universo.
Esta mañana al sentarme en la oficina me di cuenta de que -aunque no existiera un enfado previo que lo impidiera- no tenía nada que contarle a esa persona que me enseña cosas del mundo. Era como si existiera una barrera invisible de normalidad y monotonía. "Nada".
A las once de la mañana, apenas terminado el café... seguía sin haber "nada".
"Pero es lo normal" me dije "¿Qué esperabas? No hay nada, el mundo es el que es" "Ni había nada que contar antes, ni lo hay ahora".
A las doce seguía sin haber nada pero además el mundo era un poco menos mágico. Bajé la mirada a mis cálculos y anotaciones y estiré los músculos del cuello, entumecidos.
Empecé a pensar en el pasado. "Igual antes tampoco había nada" me dije. Entre el millar de pensamientos que se me agolpaban en la cabeza destacaba un "pues echo de menos cuando el mundo era mágico", y cosas así, entrelazadas con "pues no hay nada que decir" o "¿qué esperabas?" "Mira a tu alrededor, no hay magia La vida es la que es y ya está". Decidí abrir un messenger (muchas veces lo abro y lo cierro) mientras me decía a mi misma: "Oh, adelante... busca algo que decir porque no hay nada. Ya no tienes nada que decir" Echaba algo de menos. Pero no sabía bien el qué.
Justo entonces me acordé de cierta frase horrible que él me dijo.
"Yo no creo que quisiera enseñarte" me aclaré mentalmente "yo más bien creo que eras una pesada lunática y él te dejó muy clarito..."
Mi taza de té estaba allí, detrás de la pantalla del ordenador, con la bolsita tan hundida como mi ánimo. Tomé un sorbo. Entonces volví a mirar la pantalla y el cuadro de messenger donde con gusto habría escrito: "¡Pues yo también te odio!" de no ser porque en ese instante caí en la cuenta de que el día anterior no lo odiaba. Me reí divertida al recordar la historia de un hombre que, ensimismado en sus pensamientos, contesta mal a otro cuando acude a pedirle ayuda.
"Lo que ayer era bueno o neutro hoy es malo" pensé "¿Cómo es posible?"
Escribí en la hoja: relativismo.
"Bienvenida al mundo de Einstein" le dije a mi cerebro garabateando. Y me pregunté: "¿Es bueno? ¿Es malo? ¿Existe una verdad o lo que yo crea es lo que es? Si pienso que era bueno y me enseñaba el mundo es bueno, y tal parece que lo es. Pero si desconfio entonces era una mentira y el mundo es un lugar horrible".
Silencio. Ese momento de profunda tristeza y confusión se detuvo cuando alcé la vista. Y allí estaba. Tuve que mirar dos veces. Sí, era él. "Tierra trágame" pensé, fijando mis ojos mudos en los suyos.
Una cosa estaba clara: lo que fuera que se estaba formando en mi cerebro, ese ánimo tormentoso con forma de nube, no era real. Se evaporó en un instante. Como quien piensa que fuera hace un día de granizo y al levantar la persiana se encuentra con un tiempo diferente.
Son ... esas las cosas extrañas que ocurren con él. Y más extraño aún es que pensara que lo hacía a posta.
"Es pura casualidad", me dije. De eso no hay duda. Pero al verle se me pasó un poco el nubarrón. Bueno, se me pasó del todo. Y me alegré mucho de que se me pasara.
Se fue. Seguía sin haber nada que decir. Pero había evaporado la energía que se estaba adueñando de mi estado de ánimo. Lo que agradecí inmensamente.
Y me olvidé del asunto.
Un rato más tarde, me pidieron ir a donde él estaba (que es, digámoslo así, otro espacio en una gran oficina). En realidad no hacía falta, yo creo, pero bueno, me daba igual. Así ponía a prueba mi templanza. No estaba allí para distraerme, no estaba allí para ponerme nerviosa, estaba allí para trabajar.
A fin de cuentas, la gente está fuera y nosotros (cada cuál) estamos dentro. Dentro y a salvo en nuestra burbuja maravillosa de individualidad.
Todo fue fenomenal. Y me levanté para irme y entonces alguien dijo algo de un refrán. Y esa persona a la que me refiero dijo: "¡Ah, no!, ¡el pájaro siempre volando, nunca enjaulado!". Mira, yo pienso igual -me dije recogiéndo mis cosas y guardando el portátil-, pobre pájaro. Jamás encerraría a un pájaro. Es terrible. Es que le estás quitando lo que... le hace ser lo que es.
Un compañero le replicó algo y él volvió a contestar. Yo estaba allí, de oyente, el asunto no tenía nada que ver conmigo.
"Tampoco estoy de acuerdo con más vale malo conocido que bueno por conocer...". La persona con la que hablaba lo contradijo y él a su vez defendió su postura en un tono que yo ya voy a llamar "tono de enseñanza". Es ridículo pero recogiendo mis cosas pensé "vete rápido, porque si lo está diciendo por ti..."
Y lo repitió.
"Vete rápido antes de que las palabras te alcancen..."
Pero ya era tarde.
Al salir me esperaba una compañera. Una de las cosas que más rabia me da es estar con gente y que los pensamientos me arrastren a otro lado. Una cosa es ser despistada, y la otra no poder atender a lo que está pasando en ese momento. Te quedas ausente. Y subí en el coche pensando: "Da igual lo que te haya dicho. ¡Porque no te conoce! ¿Vale? Si te dice que lo que esta por llegar es nuevo y maravilloso en verdad esto no es cierto, es mentira".
Es posible que sea un poco dura conmigo misma.
Decidí centrarme en mi amiga, la conductora. Tenía una cita, empezamos a hablar de cosas y me preguntó si yo había mirado qué autobús podía llevarme a casa, dado que tenía que dejarme en un lugar nuevo. Sentí un momento breve de terror a lo desconocido. Y luego me dije: "bueno, tranquila". Saqué el teléfono móvil para buscar un bus.
- Podía haber vuelto en tren -dije.
- ¡Oh, no, pero mujer... cómo vas a hacer eso! El tren da mucha vuelta, ¿por qué vas a volver en tren?
- ¡Porque es un camino conoc....! -me quedé sin palabras en ese instante.
...que uno nuevo por conocer.
"¿Por qué siempre....?"
De pronto la idea de aprenderme un nuevo camino se me antojó maravillosa. Y ¿veis? es como si te quitaran una piedrecita del corazón. "¿De dónde me saco yo la creencia de que todo lo nuevo es malo?"
Así pude ver,
de pronto,
la verdad de lo que estaba pasando.
Cada vez que esta persona dice algo y ese algo surge poco después en mi camino yo me pongo muy nerviosa. Pero sentada en el autobús me di cuenta de que igual no era culpa de él. Era una especie de danza universal en la que estábamos los dos atrapados y que yo no entendía.
Bajo mi punto de visa, existían dos opciones. Una, la primera, agarrarme a la ciencia con todas mis fuerzas y negar sucesos extraños y evidentes como que alguien te diga: "Deberías ir al gimnasio" cuando tú llevas ocho horas pensando si ir o no pero no se lo has dicho a nadie. Y entonces dices: "Cómo sabes..." y la respuesta es "Porque lo sé..." y eso, aunque espléndido y deslumbrante, no deja de ser algo que provoca miedo.
Opción dos, ver un poco más allá y no darle importancia. Esa es la única manera de aprender. Si me empeño en controlarlo o entenderlo, me voy a volver loca y me voy a enfadar mucho. ¿Y si pruebo a escuchar sólo? Aunque a veces no lo entienda. Es como Einstein y el zapato que encontré en mi portal. Se trata de mirar al universo de soslayo.
Y se trata, una vez más, de la puñetera casualidad. Sigo pensando eso y siempre lo pensaré. Ese zapato en el portal no era más que el resultado de un montón de cosas que nada tenían que ver con Einstein, con mi sueño, ni con la comprensión del Universo. Pero allí estaba. Justo en medio, como si fuera un chiste.
Se trata de una fuerza oculta e invisible, que está en todas partes.
Como la gravedad, jajajaj!
Saludos!!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Me alegra saber que hayas sabido solventar tan bien la situación...
Si te digo que el dia que contaste lo del zapato en el portal y al dia siguiente mi suegro me contó que mi hija (2 años) robo un zapato de la zapatería el dia anterior (usease el mismo dia de contar tu experiencia) lo creerias?
Y te aseguro que mi suegro no le tu blog 🤣🤣🤣
Este universo es un vacilon de tres pares. No se quién, pero alguien se está echando unas risas a costa de nosotros jajajaja
jajaja!!
Publicar un comentario