El pasado sábado fui a una discoteca. Y estuvo bien. Música y baile y tal... pero al rato de bailar... no sé, como que me faltaba algo.

"Así que este es el método de ligoteo nacional" me dije. ¿En qué momento me volví yo tan sosa? Y es que la época de discotecas ya pasó... ¿qué tiene de malo las terracitas con una buena conversación?

En estas reflexionaba mirando la copa con muy, muy poquito alcohol. Es curioso que haya esquivado la adolescencia casi sin excesos. Tuve mucha suerte con eso porque si no te gusta la coca-cola y no te gusta el alcohol... bueno, la verdad es que no sé cómo lo hice. 

Al día siguiente fui al Cine Doré.

Es la llamada Filmoteca nacional. 

Y antes entré en una tienda repletísima de libros.

"¿Por qué aquí sí soy feliz?". 

Ni idea. 

La pelí de la filmoteca se llamaba "Hasta que llegó su hora". Sinceramente, no iba muy entusiasmada a verla. Más bien era el plan de tomar un té y entrar en un cine antiguo lo que me interesaba. Pero empezó la película... esa película que echan en la tele cualquier sábado en la sobremesa y cambias diciendo "por favooorrrr, menudo rollazo". Si suena a "antiguo" -te dices a ti misma-, si ... si es un rollo, si...

.... si me quedé embobada en la primera escena.

No tiene nada que ver a verla en el cine y prestarle toda tu atención.

El uso del sonido, diez minutos sin que pase nada y luego esos primeros planos.

Y el humor. Y la música.

- ¡Kill Bill se basa en esta película! -exclamé.

- Muchas pelís están basadas en esta película -me contestó un amigo.

"Sweetwater" es el nombre del pueblo de WestWorld. 

Ed Harris imita a Henry Fonda.

La escena de El Regreso al Futuro III, el pueblo vaquero, está copiada de esta película.

La música es Kill Bill, absolutamente.

Y luego sale Armónica y ... cómo puede alguien aguantar esos primeros planos. 

Intrigada, me pregunto si la gente sabe de dónde vienen las cosas. Porque parece que las cosas surgen sin más y luego... todo viene de algo anterior. Es alucinante.

"¿Y qué pasa con El Pistolero?" pensé.

Stephen King escribió una saga de un pistolero. "¿Por qué sabiendo hacer esto no lo han imitado?" Roland de Gilead es... un pistolero y ahí no sale. En su película. Podrían haberse basado en esta historia porque está llena de pistoleros. Y luego pensé en la escena de la taberna... "me parece a mí que son todos muy machos" y me entró la risa. Todo son miradas amenazadoras... hasta el punto de ser algo ridículo.

Luego pensé en Dellwood Baker y me puse roja. Roja como un tomate. Pero no por el actor. 

"Tengo que volver a leer la novela".

Esa novela es lo más audaz (y raro) que he leído nunca. 

Pero también El Pistolero de Stephen King era merecedor de revisión. No tiene nada que ver.. pero nada.. la esencia de Rolando en el desierto con la película rollo futurista que han echado en el cine. Que sí, que la película también está bien pero... le falta algo. ¡Mirad esa imagen! ¡Es que cómo se puede poner esa cara de malo! Si alguien ha leído el libro, ¡Roland deja caer al chico y lo abandona! Ese tipo de ambigüedad sale en este film, pero no se ve reflejada en la pelí moderna. No obstante, reconozco que Marten está muy bien hecho. Sobre todo cuando dice aquello de: "vamos una vez más a girar en la rueda, tú y yo", o algo así.  

Avanzada la trama me llevé una sorpresa con el personaje femenino del film, que no me gusta. Me cae bien Cheyenne, pero ... hay un montón de cosas, logicamente, que están desfasadas y -curioso-, no me gusta Armónica.

No es que no me guste, es que... esta muy bien hecho.

No sé en español cómo será pero en inglés es un personaje con un punto... más de allí que de aquí. Esos puntos raros los tienen personajes geniales. Tenemos otro ejemplo en el niño de En La Casa. Es un punto. Un punto misterioso. Lo tenéis en Holden también. Pero no en todo el libro, sólo en algunos momentos, como cuando habla de los patos. O cuando "odia cordialmente". 

"Dellwood"

"Otra vez con esas" pensé, más roja todavía. "Sí, bueno,... sería un buen Dellwood". Eran los ojos, más que nada. La mirada.

Al día siguiente, o sea, hoy, me paré en la marquesina del autobús y pensé que ya que estaba tan feliz y contenta podía hacer alguna cosa buena. Normalmente, meditaría en plan gratitud por las cosas bellas. Pero ... no puedo meditar porque, me dije "¿Cómo se medita después de haberme pillado un cabreo enorme y haber dicho que odiaba todo eso?" 

"Con humildad"

¡jajajaj! 

Me encaminé a la biblioteca.

"Con humildad..." Sí, eso. Es genial, cada luna llena lanzas todas las enseñanzas por la ventana y te enfadas con el mundo. Y luego repetimos el bucle. NO, no, no. Mejor dejamos los bucles en paz e intentamos no molestar. 

Pensando esto, entre en la biblioteca.

"Liiiibrooossss". Y, sobre todo: "Cineeee".

Buscaba True Blood. No preguntéis porqué. Ayer echaron Tarzán, el actor sale en True Blood, y me dije: "mañana la saco de la biblioteca". No la tenían. 

Busqué Ant-Man, por recomendación de un twitero que me dijo que hablaban de cuántica.

Saqué Deadpool, por recomendación de mi hermano.

Mi mano tropezó con El Guardian Invisible. ¿¿?? La saqué. El porqué, ni idea.

Di la vuelta a la estantería, saqué El Círculo (aunque con mis dudas)

Y entonces, mientras buscaba La Conjura para documentar mi nuevo libro, tropecé con "It".

Hubo un diálogo interior entre mi parte racional y la otra parte. Solo que no lo puedo traducir a palabras. Externamente, era una chica indecisa frente a una librería repleta de DVDs. Puedo decir que quizá la película es innecesaria en este momento. Pero allí parada pensé que era conocida y... bueno, a lo mejor me interesa verla otra vez. 

.. o no. ¡Con el miedo que da!