La teoría de las botellas


Ayer alrededor de unas cuantas, de cerveza, nos juntamos. Dos relacionados con el mundo del arte, y una psicóloga clínica.
Después de un rato de risas, desahogos, opiniones e ideas... no sé qué tema salío (¡ah, sí, de una frase de mi amiga), y le dije... (a mí es que me asaltan frases cuando menos me lo espero):

- Ayer estaba subiendo las escaleras y me acordé de una vez que dijiste: "¿Y qué somos cuando todo se para?"

Mi amiga se echó a reír. Conozco a dos psicólogas clínicas y las dos se parecen en la forma de abordar algunos temas. Es una profesión que respeto mucho. En general, todo lo que tenga que ver con humanismo me fascina. El teatro también. 

- ¡Oye, ¿tú tomas apuntes cuando hablo?!

(¡¡jajaja!!!)

- Sí, bueno... es que he pensado -comencé-. Para mí... yo lo veo así: las personas somos como botellas.

(Y tal cuál lo visualicé).

Bien, tú te levantas por la mañana -les dije-, y eres un recipiente vacío (me vino a la memoria, vagamente, cierto símil que me puso el Muso una vez con una botella y el agua de dentro). Pero relegué a un segundo plano la idea para exponer lo que quería decir a continuación. La botella está vacía y la vas llenando de cosas.

- Te dices: "soy profesora", "soy madre", "soy hija", "soy escritor"... es decir, ¡él, por ejemplo! El escenario llena el 80% de su botella. Y eso afecta al resto de su vida.

Mi amiga protestó enseguida:

- ¡¡Son complementos!! Las personas... buscan complementos fuera que les definan.

Me quedé pensando. 
(¿Complementos?)

- No, no... o sea... no. Están dentro de su botella. Son como líquidos que rellenan su botella.

- No me lo digas -contestó mi amiga-, en tu caso son líquidos de colores, unos encima de otros, y que no se mezclan. 

(JAJAJAJAJA!!)

- ¡Basta! ¡Deja de meterte conmigo! A ver, ¿no lo hace todo el mundo? ¿Buscar con qué llenar su botella? Y entonces la vida llega y ¡pumb!... -ladeé mi Desperado-, tira la botella,... Y tienes que empezar otra vez. 

Estoy absolutamente convencida de que todas las personas actúan así. Lo veo. Me compro un Rolex porque soy guay, conduzco un Porche porque no soy de utilitario, o conduzco un utilitario porque soy práctica y no pertenezco al estatus de Porche. La gente se etiqueta: soy madre, soy esto, soy lo otro. Es más, ...me pregunto qué ocurriría si descubriera a un personaje que fuera totalmente inesperado en cuanto a suposiciones y ....imposibilidad de ser clasificado.

- La botella ya esta llena antes -dijo mi amiga.

Para mí la botella era una botella transparente y vacía. Esperando al mundo.

- Incluso aunque se volcara, Nelly -añadió ella-, seguiría siendo una botella. 

Jo. Eso casi me sentó mal. JAJAJAJ! .... Nadie quiere ver una botella volcada. Casi me enfadé, pero no con mi amiga, claro. Fue el símil. Soy muy visual. Mucho. Mientras hablábamos yo veía una botella (la mía de refresco, sin etiqueta y transparente). Sin tapón, claro, pues de eso se trata, de estar conectada con el mundo. En fin. Luego ya la conversación derivó por lo que llamamos "vulnerabilidad" y otros derroteros en los que mi opinión y la suya (la de ellos), no coincide. Yo intento por todos los medios evitar ciertas emociones, y mis amigos están empeñados en que no hay rehuir nada. Pero vamos a ver, ¿a quién le gusta que le pique un mosquito? ¡A nadie! 

Total... que hoy tendiendo la ropa (ya ves, jajajaja, 9 horas después...)me dio por pensar en mi teoría de la botella. Acabé pensando en que deberían poner una asignatura de meditación en los colegios ya que hoy en día nos movemos en un mundo muy superficial. Donde todo es confusión por los símbolos y las etiquetas: "yo soy + profesión", "yo soy + madre",  "yo hago", "yo me dedico a ", "yo tengo".
Creo que si todos supiéramos lo que somos no habría conflictos en el mundo. ¿Qué necesidad tengo yo de atacar a otro si sé perfectamente quién soy yo y quién es el otro? ¿Dónde estaría el conflicto? ¿Dónde la necesidad de destacar o de diferenciarme?

Y al final, como no podía ser de otra manera, he pensado en personajes.
El aparente bloqueo a la hora de escribir novela adulta. Porque no puedo seguir la vida de un personaje sin juzgarlo en la página 3, empezar con lo que yo haría, lo que yo no, lo que va a pensar el otro... ufffff. Me agota. Eso se come la creatividad como un monstruo.

Y en fin, me puse a pensar en las novelas que idolatro. Un preso por una condena injusta que es capaz de sobrevivir con libertad dentro de la cárcel. Una mujer que no es perfecta pero que quieras o no, su vida es su vida y así le va, entre un amor y otro (tengo que releer Libertad). La historia de un hermafrodita que viaja hasta descubrir su identidad mientras el autor me describe la vida de tres generaciones de su familia, inmigrantes griegos en américa...

Bien, soy yo, ¿o aquí hay una especie de....sentido oculto? Me gustan los libros de personajes que son. El dichoso Richard de Las Horas, cuando dice que ha fracasado como autor porque no puede encerrar la realidad en una palabra. ¡Pues bienvenido al club! ¡No hay quien la ordene! ¡Puñetas! Haría falta le mejor best seller del mundo... y ahora sí que me estoy enfadando de verdad...

Si me disculpáis, a Puca le ha dado por dar vueltas dentro de mi papelera JAJAJAJA.
Que oportuno. 
Se pone a hacer el payaso cuando hace falta ^_^



Posdata: ¿no es curioso que durante 5 años me dedicara a la publicidad y ponerle etiquetas a la dichosa botella? Ufff. Qué extraña elección de carrera universitaria.

¡Saludos! 


2 comentarios:

José Cruz dijo...

Si es que a quién se le ocurre irse a beber con una psicóloga zumbada.

Nelly dijo...

muy mal, muy mal. No aprendo, jajajaja!!!

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