Diario de una meditadora. Día... ni se sabe ya.


Como cada día me he puesto a meditar un poquito. Después de un rato y sin darme cuenta, lo que no es precisamente un buen ejemplo de meditación, resulta que andaba pensando en los personajes de una saga de fantasía de mi juventud.



"...Pues la verdad es que el guerrero que acaba con Tika parecía muy soso cuando yo tenía quince años. Pero ahora, si analizo a todos los personajes...¡No sé yo si no cambiarían mis preferencias! A fin de cuentas, el guerrero te lo presentan como simplón pero..

.... es un hombre de buen corazón.

Pues eso digo yo, si te fijas bien, en realidad el héroe es un atorment.. ¡¡ey, un momento, un momento, no estoy meditando!!"

Esto me pasa a veces. Así que en ese instante fui consciente de mi entorno. Y escuché a mi conejillo de indias dándose un festín a base de lechuga, pimiento y canónigos.

"Caramba, como come....
....eso es alegría de vivir.
Pues sí, lo será, pero no veas cómo está desayunando, jajajajaj... No se ha tomado a mal la muerte de su compañera. O igual sí, a lo mejor (fruncí el ceño) en lenguaje cobayil está muy triste pero como no estamos en el mismo plano comunicativo (sentí un nudo en el estómago), ¿te imaginas que... ¡un momento, un momento, no estoy meditando!!!"

Respiré hondo. Pero bueno, ¿qué puñetas me pasa? Primero los personajes de la Dragonlance y ahora las cobayas! Respiré hondo otra vez. Y pensé que meditar es observar. En vez de etiquetar la meditación del día como un fracaso probé otro enfoque.
Bien, puede que no observe cada segundo de mi mente, pero observando un período más amplio (aquellos 5 últimos minutos), ¿qué teníamos? En plan científica observé lo ocurrido y me dije:

* Mi mente vaga de una idea a otra.
(correcto)
* En mi mente hay mil voces a la vez.
(eso también es correcto.)
* Por no hablar de las cosas que no te das cuenta. 
* Automatismos, respiración, .... mi corazón que late, el suelo que piso. 

Empecé a cuestionarme que fuera casualidad el encender la televisión el día de ayer y captar un trozo de documental dedicado a "la atención".

Bien... es lógico pensar que en según qué ponga yo la atención (personajes de la Dragon, ... tristeza de mi mascota) voy a sentir unas u otras cosas. 

Pero entonces, ¿cuándo me enfado y pienso que me enfado y no tiene remedio...? (la pregunta flotó en mi cabeza unos instantes)... Veréis, siempre he pensado que cuando me enfado, me enfado porque no tengo otro remedio. Y tengo que esperar a desenfadarme. Pero ¿y si el mecanismo de la atención es científicamente exacto? Me explico: y si es verdad que me desenfado porque dejo de prestar atención a ese suceso. 

Eso me hizo pensar en el mundo entero. Y en los desenfados. 

Enfadarse parece algo natural, del mismo modo que "desenfadarse". Porque pasan unos días. ¿Qué ocurre en esos días en mi cerebro? ¿Por qué algo muy grave deja de tener tanto valor? ¿Será por que mi mente se centra en otra cosa? 

¿Y por qué mi mente, cuando deja de pensar en lo que la enfada, es feliz? O sea, alejada de todo estímulo "atacante" o "molesto", el estado natural es ser feliz. ¿Por qué es eso así? ¿Por qué la mente, si la dejas tranquila es así?

**Puede que sea porque es el mejor estado adaptativo para vivir.

Eso es cierto. Luego si la mente, de manera natural, sin estímulos externos, es feliz, porque hemos evolucionado así y por tanto, eso nos ayuda a sobrevivir, eso significa que EL ESTADO DE ENFADO y estrés... acorta la vida. Dicho de otro modo: no es casual que seamos felices y estemos tranquilos como tendencia "normal" de la mente. ¿Por qué si yo paro o me voy de vacaciones, me siento feliz? Nuestra mente está preparada para eso. Algún motivo habrá. 

Entonces pensé en la gente a mi alrededor, en concreto una persona, y en cuando se enfada. Pensé en su reacción y me di cuenta de que su manera de reaccionar, a mí, me hace daño. (No me había dado cuenta hasta ahora, procuraba ser cortés y sonreír). Pero me di cuenta de que no. Su enfado a mí me resulta "atacante". Porque cuando se enfada, y se agobia, ataca. Y entonces pensé: "ah, vale, fenomenal, no me había dado cuenta de eso. Pero, ¿y qué hago yo con dicha persona cada vez que se agobie?"

Y mientras tomaba mi última respiración, meditando, mi mente me sugirió una idea:

((***una capa...***))

Y ya me entró la risa, claro.
La capa del Doctor Strange, no te digo. Una capa. Vaya ocurrencia.

....  oye, pues sabéis qué? Una capa para-golpes no es una mala idea. Una especie de capa invisible tipo: "haz lo que te de la gana que no vas a afectar a mi alegría natural..." ¿no estaría mal, no?

Hasta aquí esta entrada meditadora.
*Posdata: me encanta la capa del Doctor Strange. 

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises