¡¡Cielos, pero si es muy mayor!! Bueno, de hecho es que está muerto.

¡Tanizaki es un clásico! Vaya...  Pensaba que era de mi siglo. Es por el tema de los personajes, no los justifica porque han sido creados para servir a una situación (una muy enrevesada). El final abierto es maravilloso. jajaja, madre mía, el lector prevé la "segunda parte" de la historia y es tan perversa... que te ríes. Creí que este autor habría nacido en los ochenta (en cierto modo es así, solo que del siglo que no es). Eso solo puede significar una cosa: se puede ser "molón" y rebelde en todas las épocas. (jajajajaj)

Bueno, hoy comienzo "Tus zonas erróneas", este es de auto-ayuda. Lo tuve en la mano una vez y tras regalarle una mirada escéptica pensé: "pffff, yo no tengo ninguna", fuera libro, pum!, de vuelta a la estantería. No me suele gustar la auto-ayuda (no en libro). Pero me lo han recomendado. Así que lo voy a leer atentamente y os cuento mis conclusiones.

Por último, reseñar El Hobbit. De las tres, es la que menos me gusta. Quitando la parte del dragón que está bien, el resto... ufff, me aburrí un poco. Con todo os la recomiendo, es sólo que tanto repetir ciertos clichés que funcionan en las anteriores... aburre un poco. Y luego que si los enanos contra los elfos, los elfos contra los enanos, los orcos contra todos... A ver, ¿por qué maquillan a los elfos de ese modo tan raro? El rey elfo parece "Data", el robot aquel de Star Trek. Con la piel de color amarillo metalizado.... 

Las batallas... en su justa medida. Es demasiado repetir lo mismo, para mi gusto. Falta historia épica. Puede sorprender que diga esto en una película de lucha y fantasía "épica", pero es que... falta miga. El ataque del dragón es interesante, pero dura diez minutos, el resto de la película se podía resumir en: "la codicia es mala y atrajo al dragón". Ya está. 

En la escena final le dije a una amiga: "¡mira, somos tú y yo un viernes, tras un día de trabajo agotador!" a mi amiga le entró la risa (es una escena muy buena). Me caen bien los Hobbits pero, cuando leí el libro de El Señor de los Anillos de quién me enamoré fue de los elfos. ¡Cómo me gustaban los elfos! Pero no los caracterizan bien. A Gandalf no le entendía (con los años, sí...) me parecía un señor con muy mal genio. No era capaz de verlo, ni me imaginaba que hubiera gente así (yo tenía 11 años entonces). Trancos, en la novela, me daba algo de miedo. No luego, claro, pero era uno de esos tipos que si ves te cambias de acera. En la pelí sale fenomenal, pero en el libro hay mucho más. Es un montaraz, un tipo huraño y solitario. Tendría que volver a leerlo pero para el imaginario de una joven lectora de once años, (a la que le encantaba pasear por el bosque) lo mejor era Légolas. Que los elfos son prepotentes, vale, quizá. Pensad que no se mueren nunca, ese tiene que darte otra visión del mundo. Y luego eran muy hermosos, están en armonía con el medio natural. Eran como espíritus superiores o algo así, me tenían enamorada. Y entonces llega Peter Jackson y se gasta un dineral en tinte dorado pero no les tiñe las cejas. Incomprensible.

En una escala del uno al diez donde uno es una película malísima y diez... una obra de arte, se lleva un siete. Pero hay que tener en cuenta que cinco puntos se los doy sólo por ver ese mundo fantástico y recordar lo que la historia trae a mi memoria: una profesora que me entregó las llaves de la biblioteca, la frase "es que no había otro en casa, ya me lo he leído todo" y ella que contestó: "en tres meses no te da tiempo a terminarlo". Leí "El Señor de los Anillos" solo con la obsesiva idea de acabarlo antes que el curso. Jugaba con mis amigos y me reía mucho en clase, pero además, leía muchísimo. Y un día llegué y dije a esa profesora: "Ya están de vuelta en La Comarca, ya está. Puedo hacer el trabajo" y mi profesora contestó: "Lee hasta el final, todavía hay sorpresas". Y semanas después aparecí por clase toda disgustada: ¿¿¿¿pero se mueren??? jajajja. Madre mía, qué expresión debía de tener. Y mi profesora con cara de "sí, se mueren". Yo la frase que más repetía en sus clases era: ¡NO ES JUSTO! Nada de morirse. Y encima así, como si fuera un happy-end.

Wikipedia CC.

jajajajaja.

Leía todo lo que caía en mis manos. Incluso a Poe, con nueve o diez años. 

^_^ Eso y no paraba de reír. Me reía tanto que esta profesora en vez de llamarme al orden acababa riéndose también y decía "de mayor vas a tener la cara muy arrugada". Me daba por imposible. Fueron buenos tiempos antes de que cambiaran el sistema educativo y todo se fuera al traste. Aunque, bueno, viendo las hordas de orcos que nos rodeaban no habría durado mucho. Pero tuve unas clases de lengua maravillosas desde mis siete años hasta los once, y eran con esa maestra. Se llamaba Agustina. 

O sea, que realmente, no sé si la pelí no merece menos puntuación de la que le doy, ya que la historia del señor Bilbo y de nuestro querido "Sotomonte" a mí me trae recuerdos. Y de curiosidad: Tolkien intercambiaba cartas con Lewis, con el de Narnia. Le acusaba de ser "demasiado" cristiano en sus textos (el león de Narnia es una simbología con Dios y con Jesucristo), y a su vez Lewis le acusaba a él de no se qué.

^-^ Cuánta miga tienen las novelas por detrás... (Detrás de la Pluma, jajajjaja) 

FELIZ SEMANA!

Nelly.