Acabo de leer la frase del capítulo uno: "Yo me asusto a mi mismo en las alturas" y casi arrojo el libro por la ventana del vagón, para que acompañe, metafóricamente hablando, al de Darcy y su fantástica declaración de amor.

Si no fuera porque me lo recomendó "el muso"....

Dice el libro que la inteligencia consiste en ser feliz, no en descubrir la formula que rige la gravedad a nivel astronómico. Vale. Aceptamos barco. Yo a eso le llamo "inteligencia emocional" pero bueno. Otros distinguen: listo e inteligente. El listo puede ser mas feliz, no lo dudo. Pero sé por donde va y no me parece mal que quiera que el lector piense que el grado de inteligencia se refleja en cuan feliz logre ser.

Lo de "elegir las emociones"...hace meses ni lo habría entendido. Lo cierto es que nos enfadamos y alegramos nosotros mismos. Pero que os diga esto tampoco os va a servir porque yo no se como logre verlo. Me lo repitió mucho alguien... pero no se en que momento paso a ser una verdad. Y es verdad, en serio (quizá meditando). Todo esta en nuestra cabeza.

Trato de encontrar la manera de no llevarme disgustos en el trabajo, pero no puedo. Porque... supongo que creo que llevarme un cabreo monumental mezclado con estrés para aburrir influye en el resultado. Una parte de mi empleo va por objetivos. Hay gente que "pasa" de ellos. Me parecen derrotistas, pero igual lo que son es "sabios". Yo no se que hacer, me obsesionan demasiado. Hay que buscar una solución.

La verdad es que hay un tercer camino entre mis disgustos y nervios y el pasotismo.

Tampoco se si el libro me dara una respuesta. Pero si os soy sincera, presiento que hay otro camino.

¡¡¡leche, acabo de ver un zorro por la ventanilla del tren!!! Husmeando en un sembrado.

saludos,

Eva-Nelly.