Los vagabundos del Dharma.
Entro al metro y consigo un asiento buenísimo. Hace tanto calor que estaba sudando. Pero allí está puesto el aire acondicionado. Abro mi libro de Los Vagabundos del Dharma y me pongo a leer.. Casi todos los viajeros van pegados a pantallas de móvil. Yo también voy así, a veces, pero acabo súper agobiada.
Empiezo a leer...
"Yo a mis bodistavas los encuentro en la calle".
Ajá. Ajá.
Recital de poemas. Un bar de San Francisco. Vagabundos. Y un tal Jhapy??
Pienso, "hay que ponerle un actor a Jhapy, ya que Terry, el prota, es Brad Pitt". Tras unos cuantos párrafos decido que Jhapy es ese actor de Malditos Bastardos que habla ochocientos idiomas y tiene una cara de malo a más no poder....
Con lo que viene a continuación empiezo a reírme mucho. Me podría pasar el día aquí sentada leyendo, pienso, asombrada porque el metro me agobia y de repente estoy super feliz. Y leo:
"Tú eres cara de cabra reencarnado"
Es Jhapy quien habla. Debate sobre el prota y añade que èl es no sé quién sabio reencarnado. Aquí sonrió, pero lo que me hace partirme de risa con el libro es esto:
"Calla, calla... Quién es cara de cabra"
No sé qué de un burro y el barro. Terry contesta "yo soy un soñador hinayana y toda esa modernidad mahayana me parece no sé qué..."
Yo ya veo a Bard Pitt vagabundo hablando con el actor que hace de jefe de las SS pero con perilla y como poeta de San Francisco. Me empiezo a reír mucho. Es todo ironía.
"Mira, todo eso me suena a basura Zen..."
🤣🤣 ((Adiós...))
"De las de te echo barro a la cara para que veas que el barro es una ilusión. Todos esos maestros arrojando al barro a sus alumnos .."
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
"No tienes ni idea. El barro es mejor que las palabras"
🤣🤣🤣🤣🤣
Y yo: (( Ay, madre, es como ver discutir a los de Publicidad de quién es mas famoso...))
Y 🤣🤣 buscaros un trabajo, pazguatos.
Pero ya da igual porque dejo de mirar al libro y levanto la cabeza y me río. Esto no me pasaba desde Sin Noticias de Gurb. Un señor que está mirando a los pasajeros me mira y parece pensar algo. Yo no digo nada, pero reparo en dos viajeros que entran. La señora se apoya en el marido. No es muy mayor pero está, lo sé, agotada. Busca con la mirada un asiento, al no haber, su marido la acoge y le pone una mano en el hombro.
Me quedan muchas paradas.
Pero ahora mismo soy inmensamente feliz.
-Perdone, ¿se quiere sentar?
-Ay, sí. Muchas gracias.
Nada, respondo. Me levanto y pienso : ¿Y si solo damos cuando somos felices? ¿Y si el premio de dar es poder dar?
Ojo, que nadie caiga en el buenismo. No hablo de eso. Hablo de otra cosa.
Y del viaje aprendí algo más. El móvil, la tele, las pantallas, crean ansiedad. Mientras que con el libro, me sentí despejada y me acabé riendo.
Mejor ir con libros.
Saludos!!!!!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario