En el que os cuento por qué me compré estos dos libros.
El otro día en una tutoría le dije a un profesor de derecho que "¡según la página 8-2, se puede recurrir un Real Decreto ante el Tribunal Constitucional con el recurso de inconstitucionalidad... si lo pone ahí, ¿por qué luego en el examen me pone que está mal?"
Me faltó poner: "Mire, mire... lo pone ahí, justo ahí, ¿ve?"
La respuesta del profesor ha sido: ¿No estarás confundiendo un Real Decreto con un Real Decreto Legislativo, no?
(Nota Mental: El segundo apellido importa)
Profesor: No es lo mismo un Real Decreto que un Real Decreto Ley, o un Real Decreto Legislativo.
En serio, en el libro solo pone "Real Decreto".
Pero no importa, porque si me contestas así 🤣😂 en pregunta y dando por sentado que no puedes estar cometiendo semejante error... ¿verdad? pues mi respuesta es: "claaaro" "claaaro que no, ¿yo? ¡Por quién me toma! ¿Cómo voy a confundir yo un real decreto con otro real decreto?"
Un desastre.
Por no hablar de hice un examen de aritmética y saqué un 4.
¡¡Un cuatro, internautas!!
Vamos a ver: sin calculadora, ¿alguno de vosotros me sabe calcular la raíz cubica de 343????
Sin calculadora.
¡Oh, qué fácil! me diréis, vale pues intentad esto:
0,02% de 25.0000 =
Y luego le sumáis 2/5 de 4/9 y me lo multiplicáis por 7.
Resultado: arco iris de colores.
¡Así no se puede aprobar!
Pero como buena cabezota... espera que le pille el truco a la aritmética porque si hace falta pasarse el verano airtmetequeando puedes tener por seguro que lo haré.
Me ducharé cantando las tablas de multiplicar. Haré deporte recitando la tabla periódica.
Dicho esto, hace un par de semanas me llegó un aviso del Club Literario.
El Mar de la Tranquilidad - Taller de lectura.
"Anda, Adri lo ha programado en pleno agosto", pensé.
Hum.
Hum-Hum.
"¿Qué tengo yo ese fin de semana?" Hum....
Miro la portada del libro.
(¿Poemas?)
El-Mar-De-La-Tranquilidad.
Pues... será un señor que se jubila (jajajaja, seguro) y está muy tranquilo. ¿No?
Seis días después decidí ir al taller. ¡Seis días, internautas! ¡Imaginad lo que tardo en comprarme unas zapatillas! Tengo que valorar los pros y contras, los quizás y los porqués... ¡Voy!
Y entonces resulta que no tengo el libro.
"Bueno, hay tiempo, ya lo buscaré".
En estas que, durante este periodo, subo a ver a mi compañero de trabajo. Hablamos, no sé qué le digo, en un momento dado, pienso: "jolín, que no le dejo hablar a él. ¿Qué le pregunto? ¿Qué le pregunto que sea de él y muestro interés?"
"Coso" o Mi Yo Interior, o La Intuición, o... cada cuál que lo llame como quiera, es "muy claro" en ciertas ocasiones. Son ocasiones realmente extrañas: trabaja sobre un escenario // cuidado con el coche blanco // ese va a dar un volantazo dentro de trescientos metros, no te pongas en paralelo. No va por el carril que quiere ir....
Son cosas tan alucinantes... que no tienen explicación.
Más que nada porque el coche blanco circulaba "fuera" del garaje y yo aún estaba dentro y a punto de subir una rampa. El que trabaja sobre el escenario lo dejé sin palabras. El coche que llevaba dos horas circulando tranquilamente por el carril derecho, pues sí, dio un volantazo de lo más absurdo en la propia salida y casi se traga un bidón... suerte que yo me había echado al central y tuvo espacio.
Es un misterio.
Creédme, lo he puesto a prueba con la lotería. En el tercer lugar consecutivo que me tocó (haciendo caso a Coso) dejé de jugar. Son premios pequeños... ¿¿pero puede alguien explicarme por qué??
Todavía fue más raro... una vez iba andando por la calle y lo sentí: "En ese puesto, un premio grande"
Internautas, me dirigí al puesto en línea recta y a dos centímetros del mostrador va un hombre y se cuela. Tal cual. Pero no pasa nada. Yo no digo nada.
Le dan el boleto.
Lo rasca allí mismo.
-¡¡¡Hala, vaya premio!!! ¡Hala!
-¡¡Enhorabuena!! -dice la lotera- ¡¡Caramba!! ¡¡Enhorabuena!!!.
y yo: eeeeeeeh
jajajajajajaj
Y yo a Coso: "eeeeeehhhh ¿¿¿¿¿era eso??? ¿Era eso lo que decías??"
(Sí)
¡¡¡¡SERÁ POSIBLE!!!!
El tipo se coló delante y le toca.
(¿Me quedo, me va a tocar a mí algo?)
(No)
Y como esto me pasa una vez cada seis meses o diez... pues... bueno, yo no juego a la lotería. Creo que existe una relación entre los números por lo que solo me gusta la primitiva... pero os aseguro que he jugado a ver si la descubro (una o dos veces al año) y no lo consigo. Es decir, creo que hay relación entre todo ¿me entendéis?
Seguramente no, porque no me entiendo ni yo.
De todos modos, da igual. No soy millonaria y gano premios de 3 euros así que Coso debe "tocarme las narices" lo justo para que yo sepa que hay algo más... y no logre entenderlo NUNCA.
Volviendo a ese momento, con mi compañero de trabajo, "¿qué le pregunto que sea de su interés, que demuestre interés?"
Y la respuesta fue clara:
Pregúntale qué está leyendo, porque mezcla lo budista con algo más.
-¿Qué LIBRO estás leyendo?
Mi compañero me mira. Debéis saber que yo creo que él sabe quién es Coso. Así que... me mira más de lo que cualquiera de vosotros me miraría si os pregunto esto. Me mira y piensa. Me mira y decide si... ¿contestarme? Por lo que pueda provocar.
-Los vagabundos del Dharma.
Ahí está. Dharma. Eso quería decir Coso.
-¡¡¡De qué va!!!
Me lo dice.
-¡¡¡Ay, me lo compro!!!!
Sí, es lo que tiene. Mi compañero me mira y casi parece que la cara de antes de la pregunta iba por la situación producida tras su respuesta.
-No sé si te va a gustar -valora.
Me cuenta de lo que trata.
Ese fin de de semana por casualidad vuelvo de la piscina por un camino diferente y topo con una librería que parece la de la Historia Interminable. Ya he consultado en dos tiendas donde está descatalogado, ambos libros, el del Mar de la Tranquilidad y el de mi compañero.
-¡Enseguida voy! -dice una voz.
No veo al hombre porque tiene delante UNA MONTAÑA de libros que tapa una puerta. No sé cómo va a salir por ahí. Detrás de mí hay tres montañas. No he visto tantos libros tirados en toda mi vida. Dos pasillos de libros hasta el techo. Tres mini-montañas en el suelo y más libros tras el mostrador. Un estante con libros, de los que giran sobre su propio pie. Saco de él uno de un médico japonés. Pero decido dejarlo... no puedo llevarme tantos libros.
-Busco El Mar de la Tranquilidad y Los Vagabundos del Dharma.
-Descatalogados.
Entra un señor vendedor ambulante en la tienda. El librero le dice que hoy no quiere nada.
-¡Mujer hermosa! -dice, mirándome.
Me pongo más roja que un tomate.
Añade algo más pero no lo voy a repetir. Decía que en su país, yo valía por lo menos dos mil camellos.
((Tierra trágame))
Salgo de la librería y decido comprar por internet los libros. Cuando lo hago me doy cuenta de que El Mar de la Tranquilidad, que yo busco, pues hay 4 con ese nombre, lleva el título por referencia a un mar de la Luna.
Y yo pensando en señores jubilados...
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