Los cinco animales del taichí
Hace años un amigo me dijo:
-Sí.. Menganito da cursos de Taichí... se inventa las posiciones.
¡Jajajajajaj! (yo)
¡Jajajajajajaj! (mi amigo)
Yo:
-¡Soy una vara de junco mecida por el viento! ¡Jajajajajaj!
Mi amigo:
-¡Jajajajajajja!
De aquí vinieron veinte años de qué hacen esos señores moviéndose como caracoles. Pobres, son posiciones inventadas, jajajajajajaj.
En fin, yo no sé cómo he llegado al taichí. Os lo aseguro. Yo creo que soñé con él, o algo. Quizás un vídeo absurdo... no tengo ni idea, pero me dio por el taichí. (Tuve aquel sueño de: Hombre, mucho, mucho, no practicas.... Y me desperté en plan: ¿¿¿qué no¿??? ¿Que no practico?? ¿qué???? ¡Sujétame la novela!)
Y entonces ya, como que me volví loca. Busqué grupos de taichí y llegué al taichí de mi barrio. En el Parque de los Almendros (tiene tela). Me acogieron enseguida. Empecé en la primera clase, y yo llevaba como diez días con la obsesión del taichí. Y cuando no sabía si me iba a gustar o no... sacan una espada.
La cara que se me quedó.
Y ahí los ves.. danzando con la espada como Tigre y Dragón.
Volví a casa diez años más joven y veinte años más ilusionada.
Hubo varios puntos en este camino. El primero fue hacer algo frente al televisor y que era Ranma 1/2. Es decir... yo ya conocía el movimiento. Me pasé cinco años en los noventa viéndolo en una serie de anime.
"Pero... pero si esto es lo que hace Akane"
No había acabado de darme cuenta, cuando el guía (la guía) dijo en el vídeo: Esto son katas. Son artes marciales, lentas.
Semejante descubrimiento me llevó a el origen de la confusión. Mis amigos:
-¡¡pero pero!! ¡Pero pero!!
Uno de mis amigos, riendo, me dijo:
-Dar cera... pulir cera. Pintar valla... ¿no te suena de algo?
Yo puedo acariciar nubes (es así) y resulta que eso para golpes. ¿Lo sabíais? ¡Yo no!
Eso fue antes de buscar profesor. Profesora, más bien.
La profesora enseña un baile con espada. Y taichí.
Así que desde que empecé no me perdí ni una sola clase. Nada más llegar, una mujer de mi edad, me dijo:
-¿Nueva? ¡Síguenos y protege las rodillas!
Efectivamente, casi me lesiono una rodilla en un par de semanas. Lo siento, soy torpe.
Luego me dijeron: "Esta clase es la avanzada... no pasa nada, puedes empezar aquí... pero no somos una clase, somos veteranos que nos reunimos para practicar".
Teniendo en cuenta mi obseilusión por aprender.... no había problema.
Cinco animales del taichí.
Espera... mi compi lo escribió: tai chi
1) La grulla
Del que yo estaba más orgullosa y el que precisamente la profesora me corrigió cuando hablamos por vez primera en la clase. A ver, viniendo de ballet y habiendo hecho clases de gim que son lucha, la que suscribe está orgullosa de su equilibrio. Es normal. Mirad a las bailarinas. Obviamente, solo fueron unos años pero... algo te queda. Y las manos de ballet son parecidas a los pájaros.
-Más sueltas -dijo la profesora.
-¿Perdón?
¿Mis manos? ¿¿¿mis manos perfectas de bailarina????
-Ser pájaro -dijo la profesora (que es china)-, pájaro más sueltas,... así, eso es.
Bueno, vale, pues más sueltas. Las subo arriba.
-No juntar dorso.
Ay, ay ay.
-No juntar dorso, juntar esta parte.
Cuando junto esa parte un enorme problema en un tendón relativo al sobresfuerzo al ordenador aparece.
Me pongo más que roja. Nerviosísima.
"Señora, sus manos son de garza pero yo ... ay, cielos, ¿por qué no me cuido ese bulto?"
jajajajajja
Allá va mi garza perfecta.
Aún así, mi favorito. Color blanco, atardecer, pulmones y relacionado con la tristeza.
Si voy demasiado rápido, no os preocupéis.
El Oso.
Otro que tal baila, me encanta. No entiendo el inicio (no veo a los alumnos de frente) y no sé si muevo bien el abdomen, pero os aseguro que la patada y el movimiento posterior son una delicia. ¡Soy un oso por el bosque! ¡Soy un oso por el bosque! ¡Adelante atrás adelante atrás! Este no trae problemas.
El Mono.
Lo odio. Os lo prometo. Primero, no sabía si era un águila. Yo no sé unir las manos así de rápido. Segundo, ¿¿¿se puede saber por qué lo mira todo como si le fuera a dar un patatús??? Cabreadísima, hoy he ensayado en casa y tras descubrir que el mono me cae fatal, el profesor de internet va y hace una cosa que a mí, en las clases, me chifla.... la bailarina.
Bien, no se llama así, claro. De hecho, sigue siendo el mono. Pero os diré lo que yo veía. Yo veía a esa alumna avanzada que es maravillosa, tomando algo y mirándolo y luego enseñándolo como una bailarina cortesana. Y pensé: "Ah, pues ese movimiento no sé que es pero debe llamarse algo muy hermoso..."
Pues es el mono. La segunda parte del Mono. Casi me dan ganas de perdonar al mono su primera parte, porque la segunda es preciosa. La segunda es como alguien jugando con una fruta que fuera un espejo. No sé, yo veo eso.
El Ciervo.
El primero que aprendí. Creo que fue mi primera semana. Me estuve riendo días por eso de poner las manitas como cuernos. Pero luego me encantó. Cuernos, pezuñas, cuernos, pezuñas. Qué divertido.
Bien, si son cinco animales... ¿Dónde está el quinto?
Ciervo, Oso, Mono, Grulla...
Me falta uno...
¡Ah! ¡Espera! ¡El tigre!
Sí, bueno, ese no está mal. Tampoco exige mucho.
El más complicado es el mono.
Bueno, el caso es que mi compi me dijo una cosa y pensé: "Bueno, ¿y si practico diez minutos de taichí y el resto hago meditación?"
Me dijo que "estupendo".
Tengo una amiga que dice que un amigo suyo se puso fortísimo con el tai chi.
Yo no creo que sirva para ponerse fuerte. Pero desestresa una barbaridad.
Y os confieso que ya he conseguido mi espada.
Anda que... años riéndome de la vara de junco mecida por el viento. Ains.
Con lo que me gustan a mí las contradicciones.
¡Saludos!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario