En el que no sé qué hacer para que sean felices.

-Hay una cosa que tienes que saber de la gente, Eva -me dijo un compañero.

Toda la semana estuvo viniendo a hablar conmigo y no se rindió por lo que al final fui sincera con él y me dijo:

-Lo sé... y te pido disculpas. Las formas a veces me pierden un poco.

Como siguió otros tres días más insistiendo (cierto es que no lo sabe pero que no se rindiera sí fue influyente) y ya observándolo detenidamente (sus porqués) y tras inventarme mil posibles malas teorías conspiratorias... al final decidí quedarme con los actos.

Y hablamos... mucho.

-Yo soy una persona razonable y coherente, Eva. Y si me equivoco, pues voy a pedir disculpas. Pero... no todo el mundo es así.

-Ya lo sé.

-Por ejemplo, esta otra persona no te vendrá a decir lo que te he dicho yo. 

Hablamos.

-Me voy a quedar con este dato -dijo, riendo.

Me reí.

Y entonces dijo algo que yo ya notaba pero que me confirmó. Lo cuál es liberador:

-Mira, Eva... tienes que saber una cosa sobre la gente. Si tú ves que todo el mundo se queja de una tarea y entonces tú dices: "venga, me la quedo yo" y ellos ven que estás haciendo esa tarea y que eres feliz con ella... también se van a enfadar.

Eso... lo había notado. 

-Pero, ¿por qué? Si hay que hacerla y nadie la quiere...

-Pues porque la estás haciendo y eres feliz. Y eso tampoco les gusta.

Y aquí viene el quid de la cuestión: ¿¿¿Y entonces qué quieren???

Mientras esa duda siga sin respuesta, no voy a confiar porque el problema principal aquí es encontrar las causas. Las causas son los "desdes", desde los que me habla la gente. Mi compañero dijo: "Eva, aunque habría aceptado la relación fría, profesional y distante que tú me dijiste que íbamos a tener.... que la habría aceptado, ya te lo digo, porque sé que estabas siendo educada y entendí tu postura.... Yo prefiero trabajar con buen rollo"

-¡¡Y yo!! -contesté.

Porque si trabajo con buen rollo no hay que mirar "desdes". Y eso es lo que muchos no saben, y no valoran. Si trabajo desde el buen rollo no me planteo los porqués cuando piden ayuda. "Eva, haz esto". "Hecho", "Eva, consígueme lo otro", "'Vooy", "Eva, se me ha roto el condesador de fluzo y tengo a Marty atrapado en el pasado" "¡Yo lo arreglo!" Jajajajaj.

Me puedo concentrar en los desdes de las cosas. En saber que, si un cliente quiere anular un seguro porque tiene una bicicleta y otra cía se lo incluye, puedo encontrarle un seguro de bicicletas de diez euros, revisar mi contrato con él y ofrecerle una solución en la que no se va y tiene un seguro más completo que el que pretendía conseguir al cambiarse a la competencia.

Busquemos soluciones.

El problema lo tengo cuando la gente me llama para decirme que "No puedo hacer las cosas porque, claro, qué injusto es que Menganito no quiera hacerlas" o "¿te has fijado en lo mal que trabaja Pepita?" o "Yo no tengo porqué cargar con vuestros errores" o "Oye, mira, cámbiate a mi oficina y dile esto a Pepito"

Los cinco primeros los hago. Y luego resulta que una es que no quería porque la bronca le iba a caer a ella. Otra... pero es más simple. Si tú no te levantas a caminar y hablar con alguien de tu Sala y me haces venir a mí de la mía estás actuando desde la mala intención. LO que destruye la confianza.

Me lo haces una vez, sí.

La siguiente no sabré si vienes a hacerme lo mismo o es una conversación límpia.

Ante la duda: te contestaré con sonrisa y monosílabos.

Y cada X tiempo se monta un pollo.

A ver... está claro que no vais a ser felices. No sois el cliente que busca una solución, más bien buscáis una bola en la que rebotar. Visto el panorama, y excluyendo a mi compañero y dos casos más... perdón, tres casos más que no dan nunca problemas, hay que elaborar una estrategia.

Con una persona es fácil,.... basta dejarla en paz. Y, si pide algo extraño, contestar siempre valorando primero porqué te está pasando el marrón a ti, cuando se lo han pedido a ella.

Con otra consiste en no coincidir. No es del todo viable pero sí es fácil de despistar. 

Con dos casos de "no soporto equivocarme y solo yo trabajo bien", lo mejor es apartarse porque se van a dar cuenta simplemente con los años de experiencia. Lo que viene siendo "bajar los humos". Que lo necesitan.

El último de ellos es una maceta. No tiene remedio ni solución pues la raíz del problema está fuera del trabajo. Pero sí tiene algo bueno, es falsamente cordial. Te saluda, sonríes, te sonríe... y acto seguido echa pestes y te pone verde... pero, ¡oye! ¿dónde está el problema?

Con la de cosas que hay por aprender.

Sí, cierto, a veces soy ingenua. No pasa nada. Cientodocemil subtareas y procedimientos para aprender. Un Muso/Maestro. Emotividad. Enseñanzas. Programas. Mil cosas por aprender.

Lo que no quiero aprender, puñetas, es a lidiar con todos esos cambalaches emocionales y búsqueda de desahogo  que presiento solo por el aura que trae consigo una persona. Esos egos disparados, qué necesidad hay. Que os digo lo que al tráfico: "Quieres pasar... pasa." Que yo no tengo problema con ceder el paso, tengo problema con sentir tu posición. Que se te va el coche para los lados, que vas a doscientos y tienes un bus delante... tengo problema con saber que vas a meter un frenazo y esperar a que yo pase. Si yo lo veo, ¿por qué tú no?

Pese a mi ansiedad, he conseguido responder pero solo a uno de ellos:

-¡Es que Menganito se toca las narices, es que...!

Dejo de trabajar.

-A ver, XX, ¿qué estás diciendo?

-Que Menganito se toca las narices.

-¿Quieres su tarea? ¿Pongo en el chat que quieres su tarea?

-¡No!

-¿Y entonces qué?

(Aclárame el motivo al que obedece que estés poniendo a caldo a otra persona, de manera completamente absurda, sin que yo te haya preguntado)

-No, yo solo digo que esta tarea es leve.

-¿La quieres? ¿La vas a hacer tú? ¿Por que es leve? ¡Venga, que lo pongo!

-¡NO! No, no. Yo no quiero hacerla.

Se me ocurren varias ideas: desde personas a las que les gusta quejarse a me aburro, me siento infravalorado. Se me ocurren muchas. Pero mirándolo, no sé cuál es la real. 

Lo que sí me harta es que ves la trayectoria de colisión de varias causas en conflicto y tú deliberadamente no te metes ahí, pero cuando se golpean te llaman. Y eso, amigos internautas, sí me enfada. Lo estás viendo desde hace mucho, mucho, mucho rato. Te da ansiedad, tiras de mantras, te refugias en tu compañero. Y cuando todo estalla, al grito mental de "Oh, que quedo mal", todos te llaman a ti cuando tú estás pensado: "Pero a quién le importa". No quedas mal.

Me tienen aburrida.

Pero no son, hay que decirlo, todos así. Sólo hay tres casos de egos heridos. Pero madre mía, qué guerra dan.

Y mi problema es lidiar con la gente. Normal.

¿Qué tal si "Hola, cómo estas..." significara de verdad eso? ¿Qué tal si, "Eva, me ayudas" no significara: "voy a aprovecharme de ti porque esto es mío pero no quiero hacerlo" repetidamente.?

La jefa, Santa Jefa, me dice: "Úsame de comodín".

¿Por qué es tan complicado elegir una tarea, o dos, cada uno, y hacerla? La frase Un buen trabajo en Equipo implica que hagas tu parte, en solitario, muy bien. ¿No se dan cuenta de que si me dices "barre una playa" yo la voy a barrer? El problema no es la playa... es aguantar las doscientas personas que vienen a decirte que les duele un pie, Mengano les ha pisado, Zulanito les ha... 

¿Creéis que una sola vez en quince años he oído decir al Compañero al que admiro que alguien ha hecho algo mal? ¿??¿?¿?¿?¿??¿?

Nunca.

Y claro que había cosas mal gestionas. Pero ni una cara de menosprecio, ni... nada. No hay ego. Lo hay, pero centrado. No necesita decirle al Mundo quién es. Con una bandera de Yo soy Mejor. No. 

Cuando algo está mal en un programa yo lo primero que pienso y le digo a mi yo interior es:

"Soluciónalo, ¿puedes?"

"¿Cómo se soluciona?"

Pero no, tenemos quince minutos de reunión para ver quién lo hizo mal. Eso se mira luego, gente. Si el iceberg se acerca no te paras a pensar en si había niebla hace dos noches y un frailecillo se sentó sobre una morsa y el iceberg bajó por la corriente. Pero no.

-Ha sido el frailecillo

-¿El quién?

-El frailecillo...

-¿Don Francisquillo? ¡Si es que ese es idiota y no se entera de nada!

-¡Francisquillo no, el Frailecillo! El frailecillo 

-¿Quién?

-El Francisquillo me dijo ayer una cosa, ¿os habéis enterado?

-¿El frailecillo?

Y tú ves el Iceberg.

Y además, si hablas te cortan.

Y piensas: "nos la vamos a dar".

-Eh, chicos... oye...

-¡Calla, que estamos a otra cosa!

(Silencio)

(¿Quieres ver cómo peta todo?)

(¡NO, COSO! No lo hagas)

-El francisquillo y el frailecillo... espera, ¿de qué hablábamos?

Entonces tortazo contra el iceberg, se acaba la reunión y me llaman.

Y empiezas a aguantar egos:

-Es que yo no sé, es que el iceberg... es que menuda torta

Y... entonces yo necesito una balsa salvavidas. Porque, mirad, me importa un carajo el yo no sé, y el otro sabe. Me da igual. Tenemos una vía de agua y la gente está chocando una con otra. ¿Por qué no veis el global?

¿Qué hago? ¿Os organizo? No, no me ven. Estoy encasillada.

Estupendo, entonces me aparto.

Y flotamos.

Como decía el de it, flotamos. Y entonces vas viendo como el del bmw que te adelantó por la derecha mete un frenazo y se mete a dos ruedas entre dos coches. Ves pitar a unos y a otros. Y piensas... ¿qué hago? ¿Cómo les ayudo?

No puedes.

Y acabo el día con ansiedad.

¿Solución? Ni idea.

Mirad, yo supongo soy como un programa, lo que pasa es que no lo sé manejar. Sé que tener la cocina límpia y la mesa cuadriculada me ayuda. Sé que me gusta centrarme con todo mi ser en una sola cosa. Sé que soy eficiente. Solo quiero trabajar. Sé que soy demasiado emocional, y que todo me resulta muy intenso. Sé que la formación se me da bien, aunque a veces me enfade y tenga que ir a ver a mi compañero.

Sé que cuando no hay gente disponible pienso que estarán liados y resulta que el lío es que todos tienen que desayunar a la vez, ergo entiendo que me vean un poco tonta. No soy tonta, es que me pongo en el lugar de la persona que necesita ayuda. Por eso yo no bajo. Y no es una cosa racional, es el mismo mecanismo que me hace despertar en el minuto exacto que deseo, sin necesidad de despertador. Es lógica.

Vosotros, muchos, consideráis ser listo el ser astuto. Que no es igual. Astuto fue Ulises al meter el caballo de Troya en la ciudad. Listo, o inteligente, más bien, fue Einstein. Yo no creo que Ulises pueda explicar la relatividad, sin embargo... vivimos en la sociedad de los Ulises. Salvando las distancias. La sociedad de los Ulises tiene, sí, que tú puedes engañar hasta que el sistema aguanta. Pero cuando explota pierdes todos los beneficios que habías conseguido.

¿Quieres ser un Ulises? Adelante. Pero, por favor, déjame en paz. Déjame ser un Einstein y no me menosprecies por eso. Que luego cuando no entiendes algo vienes a buscarme a mí. 

Un poco de respeto, para todas las personas.

Fin. 

Posdata: ah, y yo tengo que aprender a que esto no me afecte tanto.



posdata dos: si consigo aprender a que no me importe lo que piensen, es probable que me riera mucho del asunto. Sólo tengo que encontrar el botón de mi cerebro que logra eso. ¡Jajaja! 

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