Comúnmente conocida como constelación de Orión, aunque para mí es claramente una cafetera, con una gigante roja a punto de explotar, llamada Betelegeuse, que brilla cien mil veces más que nuestro Sol.

Acompáñame en este viaje por el Cosmos hacia una galaxia habitada por seres extraños que desconocen el concepto tasa impositiva y que se partirían de risa ante nuestras extravagancias. Y no porque los humanos no seamos lógicos, sino más bien porque nuestra lógica es un tanto primitiva. 

¿Veis la cafetera? Italiana. Con su asa y todo. Vamos, no me digáis que ahí veis un cazador.

Para empezar, ese cinturón... no lo es en absoluto. Lo vemos alineado porque estamos mirando un plano bidimensional, pero en realidad Alnilam, Alnitak y Mintaka no tienen nada que ver.

Pueblos separados por unos pocos cientos de kilómetros en la Tierra se enfadan si les llamas por el gentilicio de los que están a su lado, pero a nosotros no nos importan confundir galaxias y meter a doscientas civilizaciones extraterrestres en Orión. Porque sí.... porque nosotros lo valemos.

Nos creemos muy importantes con nuestro Sol.... 

Dejando de lado que Mintaka pertenece a un sistema binario, a 1293 años luz de la Tierra, y que por tanto orbita danzando junto a otra estrella, podríamos centrarnos en Alnilam. A 1344 años luz, con un tamaño que -de ubicarla más o menos donde está nuestro Sol-, llegaría hasta más  allá de Júpiter... Porque tiene 22.541 millones de kilómetros de radio. 

Ya lo veis, somos diminutos. El día menos pensado esta joven estrella supermasiva de color azulado se convertirá en una gigante roja. Luego crecerá y crecerá y se hará vieja y... o bien acaba como supernova... o quién sabe, convertida en uno de esos púlsares que tanto me chiflan pero a los que no hay que acercarse pues son letales estrellas en rotación de milisegundos, de apenas veinte kilómetros (o cien, da lo mismo, son diminutas), con la masa de dos millones de soles y con una gravedad capaz de mantener sujeto semejante poder colosal.

Estas estrellas de neutrones giran tan deprisa que lanzan enormes chorros de radiación al universo y son bastante comunes, pero tan bellas como peligrosas.

Volviendo al "cinturón": Alnitak está a tan solo 700 años luz de distancia, cerquita de la Nebulosa del Caballo. Esa que queda tan bonita en las fotos.

¿Pero por qué irse tan lejos? ¿Por qué viajar a lugares que se pueden ver tan afectados por la explosión de una supernova?

Ni siquiera conocemos bien la cara oculta de la Luna. No sabemos nada de los océanos de hidrocarburos de Titán. Y esta bien cerquita. ¿Cómo sería nuestra vida si, al elevar la cabeza, viéramos sobre nuestras antenas los amplios pero delgados anillos de Saturno? Todo el día flotando en un mar de metano, sin otra cosa que hacer que bucear hasta las simas oscuras en busca de las piedras que compondrían nuestro alimento.

Pero no,... en lugar de eso nos levantamos para ir a trabajar y pasarnos el día quejándonos.

Y no contentos con eso mandamos un disco de oro al espacio, a bordo de una Voyager, para que dentro de cuarenta mil años llegue a una estrella cercana, y se estrelle, a no ser que antes sea recogido por una nave interestelar cuyo capitán tendrá el honor de escuchar un saludo en 56 idiomas... y un poco de música de cada país. Junto con un mapa con la localización del sistema solar... Así, si no les gusta Beyoncé, pueden venir a decírnoslo en nada menos que cincuenta y seis idiomas, incluido el Acadio y el cantonés...

No contentos con eso, le mandamos también información sobre el cuerpo humano, un diagrama de la deriva continental, esquemas de la reproducción humana y no iba el número de tarjeta de crédito del inventor de la nave junto a las llaves de su apartamento porque quizás lo juzgaron un pelín invasivo...

Menos mal que no apuntamos la sonda hacia Alnilam.

En fin, los humanos tienen sus costumbres....no seré yo quién se oponga. Pero quizás sería aventurado creer que todas las civilizaciones del Universo son buenas solo porque saben navegar a gran velocidad. Quizás alguna nos ha descubierto ya y nos ha clasificado como especie protegida. 

Me pregunto qué haríamos nosotros si nos llegara un disco como el de la Voyager...

¡Buenas noches estelares!

Felices lecturas.