¿Os cuento una cosa?
Hace unos días bajé a hablar con mi compañero (yo tengo un Equipo nuevo al que estoy dando formación), y le conté una cosa y mi compañero me hizo un pregunta. Me costó un poco pero del encuentro conseguí averiguar algo: no le preocupaba el hecho en sí, no era eso lo que quería saber, sino como afectaba al interlocutor (en este caso, yo) que tenía enfrente.
-Lo que quiero saber es cómo te ha afectado y... ya lo veo. Lo demás me da igual -dijo.
Tras esto y durante el resto de días de la semana, me saltaba una alarma interna en algunos momentos que me llevaba a preguntarme:
"Si digo esto, ¿qué estoy aportando?" o "¿hacia dónde va la conversación?".
Os puede parecer trivial pero... Voy a intentar transmitíroslo y no es fácil, así que espero conseguirlo. Imaginad que voy conduciendo y un ser humano se salta dos señales de ceda y empieza a hacer zig-zag entre los vehículos. Yo me enfado. Imaginad que ese ser humano... incluso, sufre un accidente. O le para la policía. Da igual. Tú vas corriendo a contárselo al compañero, o a quien sea, la gente en general, seguimos el bucle de "hala, ¿sí? Qué fuerte" etc. Y ahora esto lo podéis cambiar por la crítica, etc. Conversaciones que no conducen a nada. Incluso, yo pensaba que si te quedas callada, sin participar, a lo mejor el otro se calma, pero no... a veces cuando eres cortés todavía critican más.
Y piensas: "bueno, a ver, se está desahogando... y eso no es malo, no tienes que hacer nada".
Pero fijaos en mi compañero.
Sólo quería saber cómo te ha afectado el hecho a ti.
Es decir, y si viene alguien a criticar a otro o a contarme algo y yo contestara:
-¿Y tú estás bien? ¿Cómo estás?
Fijaos en el "desde".
Para empezar, la otra persona se olvida de lo malo que ha pasado y se centra en sí misma.
En segundo lugar ¿desde dónde me habla el compañero? ¿Le preocupa ese hecho externo que no puede controlar? ¿Necesita analizarlo, diseccionarlo, hallar las causas...? ¿quiere reírse del otro? (jamás).
El hecho le da igual. Lo que le preocupa es el bienestar de quien tiene enfrente.
Ni le importa el cotilleo, ni se regodea en los detalles del suceso, ni agranda los hechos que acaban de ocurrir. Porque si se agrandan, al final crees que vives en un mundo inseguro. Si todo el mundo habla mal de alguien y eso no se corta... al final ves a ese alguien y puedes pensar que es malo.
Así que las dos siguientes veces que estaba en una conversación con otras personas, me asaltó una alarma mental.
("Si digo esto, ¿qué aporto?")
Esa pregunta le hago a mi yo interior. Que no contesta, la verdad. Está ahí, nada más. Pero me sorprendí porque... de pronto tuve claro lo innecesario de seguir con un caso.
("Si continuo en esta conversación, ¿estoy contribuyendo al bienestar?")
Es increíble como puede cambiar un entorno.
Y es por su "desde".
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