Expectativas vs Realidad.

 Ayer varias personas me dijeron: "No sé qué me pasa, estoy dormidísima".

El hecho no tendría importancia de no ser porque estaban en diferentes espacios, a muchos kilómetros y yo había sentido un extraño sopor minutos antes. Y otra persona más me lo dijo después: "Madre mía, qué tarde tan pesada".

Lucía un sol espléndido.

Estando sentada, trabajando, noté ese coso en mi estómago y pensé: "Vale, ¿qué te pasa?"

((....)))

Y entonces se me ocurrió:

"¡¡Ah, ya!! Tú lo que necesitas es ir a ver al compañero. ¡Luego vamos!"

Luces, colores, arco iris y una cascada de agua brillante bajo un cielo infinito.

"Vale, luego vamos... Lo que me pasa es que estoy harta de meter el mundo en cajitas de color. Llevo cuatro horas enterrada en Excels. Sí, sí, no te preocupes... luego vamos a ver al compañero".

Otra compañera mía y yo nos escribimos y bromeamos sobre ir a verle. Y una tercera compañera, muy afable, nos miraba y se reía (bueno, nos vio un día y se rió mucho) y nos decía: "Estáis las dos muy locas".

Total, que a última hora (pero no a la última del todo) me acerqué a ver al compañero con la clara expectativa de encontrarme un módulo casi vacío y pequeño y solitario y (un río, agua clara, espacio infinito) y colorines. Y fue llegar y ver un sitio lleno de gente y quedarme un poco "noqueada".

-¿¿Pero qué??

Mi compañero atendía de pie.

Hacía un calor terrible.

"Pero... pero... ¿¿¿¿pero y la espaciosidad y los colorines???"

Gente.

Pensando, sintiendo, energías entremezcladas en un espacio reducido.

-¿¿¿No hace demasiado calor aquí????

Y, mi compañero, de pie.

(¿Por qué pasa el peso del cuerpo de una pierna a otra? ¿¿¿¿Por qué atiende de pie???¿? ¿¿¿y sus calcetines?? ¡no son de colores! ¡Oh, Dios mío... ¿¿¿y si es solo un ser humano??? oh, no)

Seguro que si leéis eso de arriba, pensaréis: hombre, Nelly, si tiene dos piernas, dos pies y respira en la Tierra, muy probablemente sea un ser humano.

Ains, suspiro.

Me vino a la mente una escena de hace muchos años. Yo iba a la Iglesia y ocurrió una cosa rarísima. Un cura, no recuerdo quién, se subió al estrado, nos miró a todos y de pronto dijo:

¿Y si nos equivocamos nosotros?

Fue maravilloso.

Absolutamente maravilloso. Dedicó el sermón a preguntarse si la religión verdadera era otra... y enlazó eso con la comprensión, el amor y los valores que la religión cristiana pretendía transmitir.

Mirando los calcetines de mi compañero, que apenas asomaban por encima de unos botines que también investigué a fondo de pronto pensé: "Oh, cielos, ¿y si sólo es un ser humano?"

Esto ocasionó una crisis existencial condensada en treinta segundos en un lugar hasta arriba de gente, donde se dirimían otras cuestiones.

Y pensé: "A ver... concéntrate, que seguro que ves toda esa espaciosidad y luz".

Nada.

"¿Y un poquito de espaciosidad y luz?"

Tampoco.

"Esto no es justo".

Tras ponerme hiper nerviosa y no aclararme... volví a mi sitio.

Así no se puede... 

Primero, me reí, llevaba toda la tarde imaginándome un lugar que no tenía nada que ver con cómo era el lugar en realidad. Eso me hizo reír muchísimo. Nunca sabemos las cosas tan bien como creemos. Me hizo reír un montón. Es como quien dice: "Ah, mi vecino sí que es feliz. Ahora mismo debe de estar en su piscina..." y vas y descubres el lugar en obras. Bah,... 

En segundo, y esto lo he pensado hoy, me he dicho: "Ni se te ocurra volver a visitarlo hasta que no se vaya toda esa gente".

No es justo.

Porque ahí... es humano. ¿Me entendéis? Es un señor muy eficiente haciendo eficientemente su labor. Pero... bueno... yo lo que quería era un bosque con un río...¡jajajaj! No sé. 

A lo mejor soy de esas personas que necesitan apariencias pero mi yo interior dice que de apariencias, nada. No es un tema de apariencias, es otra cosa.

Quizá había demasiada gente. Debe de ser eso. 

Fui a ver si encontraba un bosque y encontré como el ruido ese de las cadenas de producción. O, como si estás todo el tiempo cerca de una campana de cocina... al final te entiendes pero no te das cuenta de lo molesto que es el ruido hasta que se apaga. 

¿Era el calor?

era la actividad.

¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!

Jobar. ¡Era eso!

Por eso movía el peso de su cuerpo de una pierna a otra. Ya.

Vale.

No se paraba quieto él y no paraba la Sala.

Bueno. Vale.

Luego llegué a casa y recordé el incidente de la cortina. Vi una cosa (fui testigo) que no me pareció justa, además entendí a ambos agentes implicados. Pero no dije nada. No dije nada, y seguí sintiendo lo que ambas personas estaba haciendo y entonces va la cortina que tiene detrás y se cae.

Esta "caída" inexplicable (ya estamos con los fantasmas) interrumpió la energía que se estaba formando y los asustó.¡Jajajaj!  Y yo me partí de risa. No sabéis qué mirada de susto los dos y luego... vuelta al tema.

Lo siento, es que empiezan a ser cosas muy divertidas.

Fue un momento de ruptura total con la mala energía contenida que tenían.

En casa pensé en eso. Y en por qué la tarde podía ser "pesada", para gente separada en diferentes ambientes. Era una tarde brillante. Y me lo habían dicho más personas. Gente que estaba en casa, teletrabajando.

Como me sentía mal, decidí darme una ducha rápida, si bien, como era la segunda, me pareció que no era adecuado lavarme el pelo. Simplemente, me di una ducha rápida porque sé que el agua me ayuda a relajarme y al salir de la ducha, en mis propios pensamientos, me dije:

"¿Ves? Ya he aprendido a cuidarte, ¡he descubierto algo nuevo!".

Entonces sonó CRASH.

Y eso ya no tuvo gracia.

Imaginad que salís a una casa oscuras, de noche, y oyes deliberadamente que alguien ha tirado algo al suelo. 

No es un "se cayó". 

No.

Frente al espejo del cuarto de baño me atravesó un terror instintivo y pensé:

-Venga ya. NO tiene pizca de gracia.

Fui a la cocina. Porque el ruido era cristal o vidrio.

En serio, acababa de dejar la cocina hace un rato y no había nada "caíble"

Y sé que eso era cristal. Me esperaba un auténtico estropicio.

Miré y nada estaba fuera del sitio.

"Pero... ese ruido..."

Entonces lo ví.

Un vaso se había caído...

No se había roto. Estaba sobre la encimera de piedra y se volcó. 

Alcé las cejas.

"Oye" pensé, "cuando digo que si las cortinas se caen o los objetos se mueven, o que si me quedo a oscuras en la oficina y todo eso... ¡¡¡¡no estoy diciendo que eso tenga gracia!!!!"

Se lo dije mentalmente a la oscuridad.

Porque una es científica de mente abierta. Yo sé que el vaso se caería por a saber qué ley física aplicable. Igual que la cortina se desprendió y se puso a rodar porque (imagino) la resistencia del aire cedió en ese preciso momento. Lo gracioso es "cuando" cede. Lo gracioso es la coincidencia. 

Una cosa es esa... y otra que yo deseé más incidentes como el del cuadro de Van Gogh cayéndose de la estantería cuando le daba la gana.

Ese cuadro salía volando, literalmente, a su antojo. Y no cada dos por tres, no. Lo pegué bien pegado y ahí se pasó meses hasta el día aquel que mi "yo interior" dijo algo y le contesté: ¡y qué más da, el compañero no va a enterarse! y entonces, ante mis ojos, el cuadro salió volando y aterrizó en mitad del salón.

Tiré el cuadro. A la basura.

Se lo dije al compi y se echó a reír y va y me contesta:

-¿Ya te has cansado de que te hable?

Perdona???? Era un cuadro. Un objeto inanimado. Carente de voluntad. 

Así que, en resumidas cuentas: no visitar al compañero hasta que sea muy tarde y... por favor, nada de fantasmas en casa. ¿Vale? 



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