Ayer me enfadé. Con el compañero.

Y pensé que sin duda me equivoco, que ya me ha pasado más veces, ¿y si es malo? ¿y si esto es mentira? ¿y si aquello...? Mira que te lo han dicho veces... etc. etc

Se me pasó un poco pensando en su intención, pero aún así.

Total, que me levanté, fui a jugar al tenis con un amigo. Nos hicimos fotos. Tomamos café. Luego una clara y él un refresco (hacía casi años que no bebía una cerveza, aunque sea con limón), regresé a casa y pensé: "Ya está... eso es la vida, consumir y trabajar, y no busques más porque luego te dicen algo y te pones como esos gatos de Instagram cuando se asustan y tiran abajo toda la casa... Si no eres capaz de aprender con él (con el compañero), no aprendas. Quédate así toda la vida, no hay más".

Comí cosas muy sabrosas, me fui a dormir y soñé... con el inframundo. 

Un montón de seres sin cuerpo, envidiosos, porque echan de menos nuestro ¿¿¿¿plano??? (Esto empieza a ser ridículo) y yo tengo cuerpo y ellos, no.

No podía despertarme.

Y uno se vino conmigo. Me desperté.

"¡¡Ah, eso sí que no!!!". Busqué en Google información pero Google no tiene sección para Brujas y Magos.

"Ah, pues no", me levanté.

Directa a mi rinconcito de meditar. Levanto el cuenco tibetano

(verás lo que vibra ahora..)

¡¡Calla, calla!!

Apenas rozo el cuenco la música suena en otro lado del Universo.

Dejo de tocar el cuenco y sigue sonando.

Y sigue sonando...

Y sigue sonando...

.... y

sigue...

... vibrando.

¡¡¡¡¡¡aaaahhhhhh!!!! (pienso) ¡¡¡un fantasma, me he traído un fantasma envidioso sin cuerpo conmigo!!!!! ¡Aaaaaaaaaaaahhhhhhhh!!! ¡Fuera fantasma, fuera! 

Oye, algunos se levantan de la siesta con dolor de muelas... yo resulta que me traigo zombies astrales.

Se supone que el sonido del cuenco tibetano asusta a las malas influencias y que protege, pero por algún motivo extraño hoy el cuenco está cantarín. Hay días que cuesta tocarlo y en esta ocasión con un leve toque vibra en tonos altísimos. Y da igual si le doy girando el palo en el sentido de las agujas del reloj o en el contrario, da lo mismo, suena alto igual. 

Busco en Internet: Cómo librarse de un parásito sin cuerpo de otra dimensión.

Y pienso: "Sí, señor, Nelly... ante todo eres científica. Si el astrónomo viera tu historial de búsquedas".

Por fin, una web recóndita dice:

(resumido a mis palabras):

"A veces hay bichos de otros planos astrales que nos causan enfermedades. Esto a veces ocurre porque los invitamos a acercarse con sentimientos negativos, con emociones como la ira o el miedo...

(vaya por Dios, y yo diciéndome que mi compañero de trabajo miente)

.... y otras veces es por causa de la órbita de la Tierra".

Frunzo el ceño.

"No siempre depende de ti, a veces nos cruzamos con ellos".

Aaaaah. Vale. Ok. 

Vaya, el escritor del artículo debía de ser un sabio (¡jajajaj! lo digo con ironía. No creo que se pueda saber tanto de otros mundos).

Bien y sigue diciendo:

Algunos síntomas pueden ser: tener pensamientos muy negativos, estar muy estresados,... o comer en exceso. A lo mejor de repente te apetece alcohol, o tabaco o mucho chocolate...

(Cielo Santo.)

¿Cómo limpiar?

(Sí, porfa)

Incienso.

Ok, de eso tengo. Me recorro todas las habitaciones de la casa con una barrita de incienso y un mantra de fondo.

Rosa del desierto.

¿¿??¿¿??¿¿?? En serio???? Tengo una del desierto de Sáhara, de cuando estuve allí, pero no se ha ido a la basura de milagro.

Gemas.

Vale.

Echa agua con sal en un vaso y mete cuarzo dentro.

Sí, vale... pero como cambie de color os juro que llamo al cura.

^^ (escribo la entrada en tono jocoso, pero tengo miedo)

Mantras o un cuenco tibetano.

¡Bah! ¡Fantástico!

Si llego a saber que en casa tengo el botiquín...

Si lo que quiere son mantras y meditación, de eso tengo mucho.

Así que toco el cuenco, recorro la casa con incienso, limpia que te limpiarás y voy a meditar y darme una ducha y ...

... Y entonces recuerdo que ha sido un sueño.

Ains, menos mal.