En el que me enfado y esta vez muchísimo.

 Venga, vamos a a ver si soy capaz de explicarlo.




Toranaga no quiere la guerra.

Vamos a ver si alguno de vosotros, que os tengo por inteligentes y entendidos, me comprende. Ahí donde le veis, Toranaga sabe que una guerra destrozaría Japón. Toranaga, como yo, esta rodeado de gente. Pero la historia va de él...

Toranaga tiene personas alrededor cada una con un cuento.

"Mi parcela es pequeña", "En Izu hace frío", "Pues yo quiero que lluevan naranjas", "Pues esto está mal". "Pues esto también está mal", "pues voy a ver si lo traiciono", "pues yo hablo mal de él a sus espaldas", "Pues yo es que quiero traicionar a mi tío", "pues yo es que quiero gobernar Polonia".

No hace falta ser Toranaga para prever una cadena lógica de acontecimientos. No hace falta serlo.

Bien, hoy ha tenido lugar un momento en el que tras oír noventa y ocho quejas y peticiones del reino, y mientras intentábamos evitar la hecatombe, uno de los generales ya ha optado en tratar a Toranaga por idiota.

Toranaga abandona Japón.

Mirad, yo hay cosas por las que no paso. Tener buena voluntad hacia algo y tratar de arreglar algo (demos un salto a ¡No mires arriba!, la película) y de repente oír:

-Vamos a dejar que el meteorito se estrelle... es bueno para la economía.

En ese punto, como la científica de la historia, recoges tus cosas (yo apago la tele) y, si puedes, emigra.

No podemos ser tan idiotas.

Es más, todo el mundo debería ser más inteligente que yo.

Dicho esto, desistes. Tiras la toalla. Y no te pones a patalear (vale, un poco melodramático...) porque sabes que alguien ideó a Toranaga. Porque hay suficiente inteligencia en el planeta, aunque a veces la gente haga rectas las rotondas o acelere para estamparse contra un vehículo parado. Es como: "¿hola?"

Cuando a mi me encargan una cosa, yo la hago, por valores.

(Valor=tienes una tarea, responsabilízate de ella y trata de hacerlo lo mejor posible)

Y claro:

-Yo es que... hace frío.

-Yo, tengo que ir a comprar el pan.

-Oye, yo... yo tengo que tomar café.

-Yo le dije a Fulanito que se encargara.

-Fulanito se fue de vacaciones, ¿no lo sabes?

Muy bien, chicos. Estupendo.

-Yo me voy. Tienes ahí 6 personas formadas.

Es que me canso, de verdad. Me canso.

Os pongo otro ejemplo. Hasta arriba de tareas, viene un compañero:

-Mengano qué poco trabaja. Mengano que lo hace todo mal. Fulanita que...

Estupendo. Siguiente vez que viene:

-Mengano qué poco trabaja.

(Bajemos al nivel humano):

-Perdona, no te he oído. Dices que Mengano trabaja poco, ¿lo dices porque vas a llevar tú la tarea de él?

Estupor.

NO me ven.

-No, que digo que se está tocando las narices. Y Fulanita lo hace todo mal...

-Ah, ya... y quieres encargarte de su tarea. Espera, voy a decirlo al grupo. 

-NO, no... que va. No la quiero. Yo no la voy a hacer.

-Pero si dices que no hace nada. No entiendo. Por cierto, estoy hasta arriba ¿Me ayudas?

Desvanecimiento.

Me cansáis. (Mundo)

Me aburrís.

No tengo tiempo para criticar a Mengano y a Fulano, no tengo tiempo ni para ir a por agua. Y es que me da igual lo que haga Mengano y Fulano. ¿Qué pasa, no tenéis cosas que hacer? 

Tener una persona extremadamente implicada en la labor rodeada de: "Yo es que tengo un pavo en el horno", multiplicado x 7 y elevado a: No leo los Teams pero creo mazo de confusión = "Vamos a dejar que el meteorito se estrelle, es bueno para la economía".

Sí, señor.

Las rotondas, rectas, saliendo desde el interior. El intermitente no existe, sobre todo si tienes un cochazo. Tira papeles al suelo porque cuando nos multe el Alcalde, lo pagamos todos. Y piensa que vas solo tú y tú, y nadie más que tú y tu canción en el mundo. O haz como mi vecino: "Yo voto sí al salva-escaleras, pero no pienso pagarlo". Sí señor, la causa del fracaso del socialismo resumido en una frase: "Yo voto sí, que me lo pague el vecino". Y su voto cuenta. 

No mires el global. Tú mira tu ombligo.

No leas ni escuches al de enfrente.

Sí, señor. La Tierra.

Espera, que voy a mandar un informe a Próxima Centauri.

Hasta las narices, me tenéis.

Y entonces te viene a la mente Toranaga.

Y Mi compañero de Trabajo.

Y todo cambia.

Shogún es una obra maestra de gente ambicionando cosas y Toranaga jugando con ellos. Ese es el libro. El más débil de los señores feudales... lo escribió un puñetero genio.

Estoy harta, ya. Las cosas no son tan difíciles. Es que escucho quejas hasta por el puñetero asiento.

-Yo no quiero sentarme en el módulo XX

-Yo tampoco

-Yo ya estuve

-Yo tengo frío

-Yo... es que no me va el color de la mesa con las pestañas.

Vale, me siento yo.

VENTANAL. UN SITIO FIJO. CERCA DE LA AUTORIDAD. paz. Maravilla.

Vale, a los cinco minutos: "Oye, que hay que cubrir tal módulo."

Y vuelta:

-Yo tengo frío

-Yo es que nieva

-Yo es que.

Contesto: YA VOY YO, Y ALGUIEN OCUPA MI LUGAR. pues este puesto es de obligada ocupación.

Cri-cri-cri-cri.

(Eso es el canto de un grillo en un campo solitario)

¿Sabéis que cada vez que recibo algo o me llega algo pienso en cómo transmitirlo a los demás para que nadie sufra indefensión informativa?

¿Creéis que alguien hace eso conmigo?

Sí, mi Jefa. Que es una Santa. Admiro y agradezco que me conozcan, a los que me conocen. Y también admiro cómo una persona puede liderar un grupo con tanta diversidad y motivaciones distintas. Lo que me mueve a mí no es, ni remotamente, lo que mueve al resto. Y, entre ellos, no sé si hay o no parecidos, la verdad. 

Pero, de verdad... a veces hay que tirar la toalla.

-Esto no está, aquí no hay nadie, esto está sin hacer aquello....

"Ah, pues no sé".  No sé porque... yo he llegado una hora antes para dejar limpio lo de ayer. NO POR VOSOTROS, lo hago por mí. Es mi manera de trabajar. A ver si lo entendéis, yo voy cediendo el paso. Porque es como estoy a gusto, ayudando.

Pero claro...

Hoy vine conduciendo sin pensar en los demás. Normalmente, ando cediendo paso a todos, y eso se nota. Esta vez no. Si es mi carril, te esperas. ¿Sabes por qué? Porque es mi carril. Normalmente lo cedo, pero llego a casa más cansada que los demás. Vamos a no cederlo y seguir la norma.

Y, efectivamente, aunque sabía cambios imposibles de saber sólo con mirar a los otros coches, en lugar de cambiar yo primero, pues... pues por casualidad o lo que sea, pasé yo, y luego se cambió el taxista. Y no le dio un "jamacuco" por haberse confundido de salida. Simplemente, se esperó a que yo pasara. Y eso me devolvió la fe en que NO TENGO que ir SALVÁNDOOS a todos.

¿Quieres dejar que el meteorito se estrelle?

Tú mismo.

Luego no me vengas a decir: "Se ha estrellado". Fíjate. ¿Quién podría haberlo previsto?

En fin.

Bueno... ya se me ha pasado. Al fin y al cabo, mi compañero es inteligente.

No, en serio, no me preguntéis porqué pero pensar en Toranaga (el personaje) y pensar en mi compañero, a mí me da paz. Pienso: "Míralos a ellos y ni uno pierde los nervios". Eso creo yo. Siempre calmados.

Pues eso.

Voy a caminar unos cuantos kilómetros que seguro que se me pasa.

Saludos. 


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