En el que llegan los calcetines y yo me voy al Puy du Fou.

 ¡¡Ayer por fin llegaron mis copiados calcetines!!

En los mismos colores que tiene mi compañero, a saber: mostaza, verde, azul, naranja, violeta y rojo. 



¡¡¡¡Son enorrrmes!!!

Pero vienen dos juegos, es decir: 12 pares. 

¡¡Voy a empezar por los mostaza!!... Vale, me llegan casi a la rodilla... porque son de chico. ¡Pero son muy suaves y brillantes! Ya me siento más yo... ¡Jajajaja! Es broma, es broma. ¿Sabéis por qué empiezo por los amarillos... amarillo-mostaza? ¡Por que nadie los lleva!

En fin, con estos calcetines me voy al parque histórico de Toledo... Al Puy du Fou.

La primera vez que fuimos al Puy du Fou fue todo un acontecimiento. Lo organizamos, lo preparamos, lo esperamos... lo pasamos fenomenal, hice unas fotos chulísimas, volví con muy buen recuerdo de un barco y unas islas y mis amigos se rieron mucho porque capté a Lope de Vega, de lejos. 

Era una obra de teatro (es un parque de teatro) muy impactante pero salía Lope de Vega, muy alejado de nosotros, por los tejados. Yo fui la primera en darme cuenta de su posición pues, ¡por dónde podía aparecer un poeta-amante! Y mis amigos, sorprendidos cuando lo señalé con el dedo, se rieron y uno dijo:

-¡Jo, Nelly, es que le intuyes la presencia... jajajaja!  

Pero se reían porque Lope tenía muchas novias. Y era poeta. 

La segunda vez que fuimos al Puy du Fou hubo "movida". Teníamos que pernoctar en Toledo y yo no me llevo bien con la incertidumbre. Me pidieron organizar y yo organizando soy muy básica: o sí, o no. Pero "ay, sí, pero no, pero quizá pero te lo digo luego...", es complicado. 

Fuimos tres y dormimos en casa de un amigo. El Puy du Fou nocturno también es muy impresionante.

Me olvidé del Parque y hace unos días sonó el teléfono.

-¡Hola!

-Hola, Nelly, ¿cómo estás? Oye, una pregunta, ¿te apetece ir al Puy du Fou?

Mi cara, perpleja.

-¿Al Puy du Fou?

-Sí, mira, puedo llevar un acompañante pero ... es que no sé, me regala la entrada el periódico. Si vienes tú, voy. Si no, pues no... Nunca he estado, es por dar una vuelta.

Rápidamente en mi interior se desata "un caos". Valorando pros- y contras y pros- y agendas y... Con tanto caos, es difícil atender a mi amigo. 

-Al Puy du Fou -repito.

Últimamente, hago más caso a mi yo interior antes de responder.

La cuestión es: se trata de un domingo, yo ya he estado en el parque, al ser domingo no quiero estar tarde en casa, al día siguiente se trabaja. Pero el parque es una pasada... sobre todo el teatro giratorio con caballos, con el mar... y la historia del Cid. Y me comenta la opción de verlo gratis.

La reflexión termina con la firme creencia de que nada llega por "casualidad".

Llegamos un acuerdo con los horarios y acepto.

Pocos días después, un amigo de Toledo viene a Madrid y le comento este plan imprevisto. Es uno de los que estuvo conmigo en el parque las dos ocasiones anteriores.

-¡Hombre, pues te va a encantar...! ¿Sabes que han puesto un nuevo escenario y una nueva atracción de romanos contra visigodos?

No tenía ni idea.

-¿Pero tú has vuelto a ir? -pregunto, sorprendida.

-Con mi sobrino.

Vaya, qué cosas.

-Así que tú has ido tres veces.

-Eso es.

Doy un sorbo al café.

-Pues esto ha sido casualidad... -le explico-. XXX no ha ido nunca y me pidió que lo acompañara.

-Seguramente tendrá que hacer una reseña en su periódico.

-¡Jajajaja! Sí -contesté.

Es el mundo medios/publicidad.

¡En fin, que llego tarde! Me voy con mis calcetines mostaza.

:D 

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