En el que mi compañero de trabajo... brilla.

 Que conste que estas cosas no voy a volver a escribirlas.

Ayer llego a la oficina... bueno, esperad, empiezo por el principio. La noche anterior me digo a mi misma: "Haz el favor de ponerte algo bonito mañana... ¡mira, la falda con las botas altas y las medias negras con un dibujo!".
Esa falda va con un jersey negro.
Al día siguiente, me preparo y observo con divertimento que las medias con dibujo tienen un efecto muy divertido. No sé, son entretenidas.
Me pongo delante del espejo, dispuesta a arreglarme un poco y cuando aprieto el bote del maquillaje sale un montón por donde no es (vamos, que no sé cómo apuntaba hacia mi vestido) y me pongo perdido el jersey negro.

A diez minutos de salir de casa.

Lo normal es cabrearse pero en vez de eso, me dije:

"Habrá que ponerse la falda con otra cosa"

En realidad no es una falda, es un vestido. Pero como es un vestido "palabra de honor" y no quiero ir a la oficina enseñando los hombros (más bien, con ese escote), siempre me lo pongo (casi siempre) con un jersey negro que combina. En esa ocasión, me dije, abriendo el armario, me tocaba elegir una camiseta de manga corta y una chaqueta negra.

No sabéis lo afortunado que fue.

Por la noche al llegar a casa comprendí que, de haber ido con el jersey negro, me habría asado de calor. No me lo habría quitado por no quedarme en "palabra de honor" y lo habría pasado mal. Tiene gracia porque mientras hacía todo esto le decía a mi yo interior: "No, no pasa nada, puedes seguir llevando la falda... Es solo que no irá con el jersey negro".

Vale, llego a la oficina. Me cambio de sitio 3 veces. Tres pérdidas de conexión. Tres...

Bueno. 

Tardo como una hora en comprender (ah, fueron 4 veces en realidad, jajajaja, me conecté primero a mirar cosas yo sola en otra planta...) que las cosas hoy no van bien. 

No por nada lógico. 

"A ver, organízate" me digo.

Me digo mil cosas pero no hay manera de centrarse. 

"Vale, ponte un reto".

Nada.

"Vale, busca un reto para cuando estés fuera del trabajo"

Nada. (Nada que me ayude, retos hay muchos)

"¿¿¿Pero qué puñetas te pasa????"

Nada.

Es el calor, es el ruido...  Al final lo aceptas. 

Mi compañero me manda un arco-iris a modo de saludo. Me hace sonreír. Y me recuerda que no hay por qué aceptar estados de ánimo enfadados.

Tiene gracia. Me lo ha mandado en el momento adecuado. 

-Ya está -me digo a mi misma, y más tarde a un compi que viene a verme a mi módulo-. Es el café. He traído uno muy rico pero que no es nada fuerte.  

Empieza a dolerme la cabeza.

-Ya está -le digo a otro compi al cabo de dos horas-, ¡es que no veo ni torta!

Esto es verdad que me cabrea, internautas, he llegado a esa edad en la que los ojos se resienten... y como no los cuido. Mi enfado, por no ver, se duplica. 

Mi jefa, amablemente, me comenta la opción de usar lentes progresivas.

No quiero usar lentes progresivas, quiero ser joven eternamente y correr por el campo como la de Brave, lanzando flechas al atardecer con la melena al viento... ¡¡Un poco de orden!!, me digo.

Algunos días no sabemos qué nos molesta. 

A ultimísima hora escribo a mi compañero (el que admiro).

-¿Como evitas...?

Hago la pregunta y a los dos minutos aparece una compañera sonriente que casi siempre me anima mucho. En ocasiones cuando  interactúo con el compañero, responde Coso. (Coso= Universo) 

¡¡Vaya!! ¡Qué alegría verte!

Mi compañera se ríe mucho.

-¿Has ido a ver...? -pregunto.

-¡No, vamos ahora! 

-¡Vale!

Y vamos a visitar al compañero.

Al llegar a su Sala, yo no sé vosotros, porque vosotros veríais un ser humano normal, trabajando. Yo lo que veo es ((Un brillo Azul inmenso)). Me fijo bien. Pues.... 

(Jovialidad) (Inmenso azul brillante turquesa)

"Hombre, no sé, mira que es una persona" me digo a mi misma.

Nos reímos mucho, mi compi, él y yo. Y en un momento dado, abre un armario y veo El sombrero de Shopie.

-¡Jajajajaja! 

Es que es clavado.

¡Jajajajajaja!

Ahora resulta que mi empresa tiene a Miyazaki y su Universo en un armario.

¡Jajajajaj!

Y yo enfadada y mohína.

Le digo unas cuantas cosas al compañero y volvemos.

Me da envidia. ¿Por qué no tengo yo tanta energía siempre?

Otro compañero, muy serio, pasa por mi lado y dice:

-¡Os he oído con vuestro adorado! ... ¡Os tiene el coco comido!

-¡Jajajajajaja!

No me enfado. Me hace gracia porque gruñe pero su forma de gruñir es divertida. Generalmente.

Y porque como fin a esta entrada, me parecía adecuado. Es un poco el contrapunto.

¿Cómo puedes tirarte trabajando 8 horas y estar fresco y turquesa? (¿está más joven???)

O yo estoy cegata y no le veo el cansancio (a saber qué veo cuando le miro) o tiene algún secreto. Bueno, lo de ayer, ya os aseguro yo que lo que vi es verdad (no os lo puedo contar, se lo dije a él. Ya me consta que cuando veo las cosas, las veo). Pero aún así....

Tienen algo nuevo en su vida y estaba feliz. Os lo aseguro. Un viaje, un proyecto. Bah, qué se yo de estas cosas...








0 comentarios:

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises