Rutina :)
Me levanto y refunfuño.
Me digo a mi misma: "deja de refunfuñar" y voy a la cocina a preparar un café. Mientras lo hago, observo que sobre la encimera hay un cuarto de barra de pan.
Alzo las cejas.
"¿Pan? ¿ha sobrado pan?"
¿Sabéis esos momentos en los que no puedes comer más pero te da pena dejar comida y te la comes aunque en realidad no te apetece, ni lo necesitas? Me refiero a las fiestas navideñas, a las comilonas. ¿Sabéis ese último bocado que no quieres tomar pero te lo comes? Pues eso me pasa a mí con el pan, siempre. Si hay pan, me lo como. Así que ver el pan descansando junto a la caja de tés me resulta sorprendente.
Voy corriendo a meditar.
Esta semana es temática. Llevo muchos días en las mismas meditaciones y hoy he cambiado de Sala.
Meditando se me ocurren mil ideas. Todas buenas y maravillosas. Me despierto del todo, me animo. Me pongo en marcha. Recojo la casa, respondo e-mails que requieren atención. Miro el reloj y digo: "Ahora gimnasia".
Y refunfuño.
"Veeenga, tía pesada" me digo.
Me subo a la bicicleta y me planteo un juego: "Pon la televisión. En el canal 1 aguanta un minuto, luego en el dos, dos minutos más que en el uno, y así hasta llegar al 17. Harás la rutina sin darte cuenta".
De hecho, la rutina es de 30 minutos. Da de sobra ese juego.
Cuando ya he llegado al tiempo resulta que en el canal 18 Ava Max canta está bien ser diferente, porque yo también lo soy.
¿Cómo voy a parar de pedalear ahora con esa canción?
Lo que empezó por: "venga, aguanta un minuto más"... se convierte en 40 minutos.
El dichoso canal 18 encadena éxitos.
Y entonces pienso: bah, ya que estoy, en lugar de 30 minutos podía hacer 50.
Y me engancho y ¡meeeec! llama el cartero.
Bajo de la bici refunfuñando. Primero refunfuño por ponerme, ahora refunfuño por tener que parar. Pero pienso: "Sigue mañana". Me daban ganas de hacer trampa y dejar el pedal dando vueltas para no parar el cronómetro.
Abro y aparece un chico joven cargado de paquetes. Ilusa de mí, suelto:
-¿Todo eso es para mí?
-¡Jajajajajjaja!
-¡JAJAJAJAJJAJA!
Se ríe el chico, me río yo. Es joven y muy guapo.
-No, jajajajja, todos me decís lo mismo cuando me véis.
Comprended esto: normalmente, el cartero es alguien apresurado con un paquete. Este viene con una mochila a la espalda, dos enormes paquetes en las manos y una enorme sonrisa. Parece Papa Noel.
Empieza a buscar mis paquetes (DVD: El Juego de la Sospecha (Clue) + Libro para un regalo)
-Sólo en este edificio -dice-, tengo como cinco entregas... Y no quiero bajar a la fugo, subir...
-Bueno -le digo-, uno de mis vecinos a puesto a su Wi-fi "Mansión Wayne"
-¡JAJAJAJAJJA! -se parte de risa.
-Somos unos optimistas aquí....
-¡Jajajajaj! -se ríe el chico- ¿en serio? ¡Jajajajaj!
Me da los paquetes (ambos comprobamos que son muy pequeños) y tras desearnos mutuamente buen día, se va.
Sabed algo: ponerle "Mansión Wayne" a un piso de este edificio es como llamar Batmóvil a un simca mil... XD
¿Habéis visto la película July y Julia? ¿Esa casa que tiene cocina y salón diminuto....
Mansión Wayne... ¡jajajajaj!
Son estas cosas (y la meditación) lo que hace que no pierda la fe en la Humanidad...
;) ¡Feliz día!
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