El sol
Ayer, hablando con una compañera de trabajo, se me presentaron dudas.
Le pregunté esas dudas al compañero al que admiro y él me hizo una pregunta. La respuesta a la pregunta incluía una comparativa entre el Sol y lo que yo deseo. No te das cuenta de que las cosas te gustan hasta que piensas en perderlas. Así que mi discurso incluía la frase: "¿No puedo yo trabajar junto al Sol y....?"
Sacada de contexto, no se entiende.
El caso es que me interrumpieron (comparaba el Dharma con el Sol) y tras releer la frase minutos después, me dije a mi misma:
"Acorta y cambia eso. Pon "me gusta tal" y punto".
Eso me dije a mi misma y añadí: "No puedes ir por ahí poniéndole comparativas con soles a la gente. No lo va a entender. Y es excesivo. ¡Oh, tú eres como el Sol! ¡Venga, menos emotividad!".
Como soy muy sentida pues pensé: "Escribe lo siguiente: me gusta esto". Y punto.
Vale. La otra frase es borrada y nunca ve la luz.
A los escasos tres o cuatro minutos de repente ocurre algo extraño.
La luz cambia.
Miro a la derecha y un enorme SOL, gigantesco, enorme, tamaño descomunal, empieza acercarse al horizonte.
-¡Jajajajajaj! -me río para mis adentros.
Pero no digo nada. Al poco se hace si cabe más evidente, quizá pasando a lo extraordinario.
Pero no digo nada. Le hago una foto. Y no digo nada porque aunque lo diga, pienso, es ridículo. (¿No puedo yo trabajar junto al Sol y tener...?"
"¡Olvídate! esto es casualidad. Será subjetivo. Nadie más lo ve".
Entra el jefe de mi compañero en la Sala (es decir, es jefe de ambos, pero particularmente de él) Y dice:
-¡Caramba, Eva! ¿Tú has visto qué maravilla es trabajar aquí, junto a ese sol? ¡Da gusto estar en un sitio así, con ese sol tan increíble, cada día!
¡JAJAJAJAJA!
Y añade:
-¿Has visto qué atardecer? ¡Es tremendo!
Empiezo a pensar que mi "yo interior" está fuera y se mete conmigo.
Hablando del Sol, ya os lo he contado pero como anécdota, un verano hace muchos años, a las seis y media de la madrugada, giré hacia el Este por una calle que conozco bien y me quedé ¡alucinada! Porque toda la calle, es decir, todo el espacio entre los edificios (y, digamos a tres metros del suelo, es decir, ya se veía el círculo completo) estaba el Sol.
Como había niebla (no era niebla, el cielo estaba blanco) las nubes eran altas, entonces, pero... no era nubes típicas, era como cuando el cielo está blanco... Por nubes, pero nubes raras. No se ve la nube, simplemente, se ve el cielo blanco... pues el Sol se veía como un planeta.
Jamás he visto nada así ni creo que vuelva a verlo.
Primero, pensé en la Luna. Porque se veía como la Luna, digamos. Sólo que eso era ocho veces (o más) más grande que la Luna. Era como si colocan un planeta diferente al lado de la Tierra. ¡Como si de pronto te ponen Neptuno delante!
Más que nada porque el Sol no podemos verlo de semejante forma. Era un planeta blanco.
Enorme.
Gigante.
Madre mía, qué belleza.
Se dio la casualidad. No volverá a pasar porque lo he preguntado y sí, pasa en verano, recién sale el sol, pero se tiene que dar que exista esa atmósfera tan extraña (porque si no, lo vemos amarillo y no hay quién lo mire). Aquello era una enorme circunferencia BLANCA. Como un planeta. Enorme.
Me hizo mucha ilusión verlo así, la verdad, porque ¡jajajaj, lo hacía más pequeño! ¡Jajajaja!
Luego me enteré que en realidad se ve más pequeño pero que al amanecer la atmósfera terrestre hace de lupa.
Pero en fin, no quiero extenderme. Resumamos la entrada en: "Qué bonito es el Sol". Ya está.
Chis pum!
;) Feliz jornada.
1 comentarios:
¡Viste el sol del amanecer de la película "El rey león"!
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