Románticas, no.
Tenía una amiga loca por la novela romántica. De hecho, dos amigas. Una me dejó un libro, siendo muy niña, en el que una mujer es obligada a casarse con un hombre que no quiere. Como se pasa todo el libro odiándolo, piensas "pobre mujer". Pero luego, en el final más sorpresivo del mundo, resulta que le gusta y es muy feliz. Al acabar el libro, pensé: "no debo de haberme enterado bien de esta novela".
El segundo intento hizo que mis amigas me obligasen a ver toda la mini-serie de Orgullo y Prejuicio (ey, ¿os habéis dado cuenta de que están cambiados? Él es el orgulloso y ella es la que tiene prejuicios). Cuando la novela llegó hasta mí empecé a leer salones de té y más salones de té... Y más frases aburridas de señoritas cosiendo bordados... y cuando la cosa no podía ponerse más aburrida y yo había saltado páginas y más páginas (¿dónde está el misterio, el enigma, el policía, la trama, la aventura...?) llegamos a esa escena en la que un tal Darcy se declara a una tal Lizzy. Y leo:
-"He luchado contra mis sentimientos pero..."
Y le digo a mi yo interior: "Ahora es cuando viene lo bueno, ya verás. Le dice que la ama, etc." Y leo:
A pesar de proceder de una familia inadecuada, de modales horribles, de su escasa educación, de...
Va y suelta:
-La amo a pesar de mi mismo.
PUM.
El libro salió volando y dio contra la pared. ¿Me tomas el pelo¿??¿? La respuesta de ella fue maravillosa (tuve que levantarme a recogerlo y es lo último que leí):
-Pues mire, si tantas faltas tengo, así me olvida usted antes.
Cerré el libro con una sonrisa por la respuesta (¡bien merecido lo tiene!) y pensé: "Debe de tratarse de la peor novela de amor del mundo".
Cuando dije esto a mis amigas, escandalizadas, fueron corriendo a comprar la mini-serie con ese actor inglés del que se enamora Briget Jones y pasamos un fin de semana de maratón, encerradas en una de sus casas, yo mirando la serie y ellas mirando para mí.
-¿Lo entiendes ya? -me dijeron al terminar, con lágrimas en los ojos.
-Bueno...
Más acertada fue otra amiga que, muchos años después, me dijo:
-Yo sé por qué no lees novela romántica.
-¿Por qué?
-Porque es tu vida. Y no soportas leer de tu vida.
Abrí la boca para contestar pero no contesté. Tiene razón, es cierto. También es cierto que adelanto los finales de las películas más inverosímiles (El Bosque... Gravity, El sexto sentido porque alguien dijo: "pero si al principio ya te cuentan todo" + niño que ve fantasmas = elemental, querido Watson). Sé quién es el malo de Sospechosos habituales o cómo va a terminar la historia de la isla esa donde un asesino en serie reta a toda una sección del FBI dedicados a analizar conductas (nada más llegar: "cuidado con esas bombonas de nitrógeno que ha dejado la marina..." pista del broche de la historia).
Todo eso, bien. En el primer acto de La Vida Secreta de Walter Mity sabía dónde o quién tenía el objeto que todo el mundo buscaba. Mi hermano mayor, escandalizado ("¿A qué sé dónde está la foto? Ya verás como al final la tiene..."), me pregunto si disfrutaba de alguna pelí. Le dije que sí, de muchas.
Pero como la historia sea de amor.... el final se nubla.
En general, evito el género. Pero a veces se cuela en mi vida, por ejemplo, al elegir la película "Yo, antes de ti". Que me gustó tanto que me compré la novela y la novela me gustó aún más. Y mi amiga dice: "Eso es sentimental, no romántico" (ojo, spoiler si cuento el motivo. No lo voy a contar). Para mi es romántico. Estoy enamorada de los dos personajes, los adoro a ambos. A él, a ella, el guion. Adoro la cara de la madre cuando se echa a llorar en el aeropuerto solo con un gesto de ella. Y la presentación de Will es igual de maravillosa. Es maravilloso todo.
Esa se coló en mi vida y compré el libro. También, en su día, me gustó Chocolat. Y tengo el libro.
Pero el segundo tropiezo con el género romántico clásico no salió bien. Empezó con el coche de mi hermano y esta canción:
.
0 comentarios:
Publicar un comentario