La gente PAS
Os voy a contar mi sábado.
El sábado por la mañana me enfadé con mi casa. Diréis, ¿qué? Tiene su explicación. Detecté durante la semana varias cosas rotas. Primero, me enfadé y me asusté. Luego llamé a quién podría solucionarlo. Pero quien podría solucionarlo vino con la mente centrada en otras cosas y con mucha prisa.
Eso elevó mi enfado, más.
A continuación tuve un problema con el agua. Lo que me llevó a indagar y tener que hablar con la presidenta, que me recibió en bata y me dijo:
-Espero que no te asusten los gatos.
Tenía yo la mente como para ver siquiera al gato. Pero al entrar en su piso (cajas, remodelado, reciente mudanza, ella sin embargo parece tener raíces aquí de hace tiempo, es como si ya hubiera vivido en esta casa)
-Me acabo de mudar, todo es nuevo -me dijo, cruzando la bata sobre el pecho-. Yo vivía aquí de niña, con mis padres, así que en realidad soy de toda la vida, pero como estuve fuera años... No sé, es como si todo fuera nuevo aunque no lo sea.
Repito: tenía yo la mente como para si quiera escucharla.
Estaba realmente disgustada.
Y yo en la mente tenía las últimas palabras que le dije al compañero de trabajo al que admiro (por acortar, lo vamos a llamar Mentor) y su respuesta, que fue: "Igualmente" y yo le creí. Esto lo dejamos aquí, y seguimos con la historia.
La presidenta de la comunidad me dice:
-Bueno, pues allá va mi plan de hoy porque otro problema más de esta comunidad. Vamos a llamar al fontanero de urgencia, voy a avisar de que suspendo el plan...
Se levanta y entonces veo al gato. Si bien, os digo, es una gata. No sé por qué. Ya que solo veo una bola naranja gigante que me mira y mira a su dueña. "Sí, gato. No sabes quién soy ni lo que pasa pero estás notando la situación". La gata me mira y yo la miro. Ya están hechas las presentaciones. Tiene los ojos de un extraño color naranja. Pero como su pelo es naranja, el conjunto le da un aire de gato feliz. Está acostumbrado a cosas sencillas, comer y que le den cariño y sentir placer.
La predisposición de ella me hace "descender" a hablar con mi "yo interior".
(Urgente)
(No, esto no es urgente. Espera, hay que parar esta situación)
-Oiga, no... no suspenda sus planes de hoy. No es urgente.
-¿Seguro?
-Sí, no es urgente -repito-, no pasa nada si se arregla el lunes.
De vuelta en mi piso, la que suspende planes soy yo. No estoy, ni remotamente, para atender, ayudar o acompañar a otros. De meditar, ni hablamos.
Y aquí es donde entra la gente que puede ser tu amiga, y la que no. Los amigos, y parejas, que no pueden ser ni tus amigos, ni tus parejas, son los que ni ven esto ni son conscientes. Porque el gato de la vecina tiene más inteligencia emocional que ellos (siento ser dura, cada cuál tiene sus virtudes). Es decir, ante esta situación yo me calló. Mi forma de ponerme nerviosa y bloquearme es tensión y no hablar. Y con no hablar, me refiero a que a veces me da hasta pena el que tengo al lado. Pero de verdad, no puedo hablar, porque tengo un nudo mental que ni os imagináis.
Lo normal es que me vaya de los sitios.
Mi mejor amigo, en lugar de: "Jo, tía, qué mal, me has abandonado...", respondió un: "Vale, calma. No te preocupes, nos vemos otro día".
Si se lo contara a amigos no tan cercanos, esto que os acabo de contar, la respuesta de alguno sería:
-Ah, pues a mí el martes me ha pasado esto en el trabajo.
Y piensas: "¿Tú me ves?" Y te sueltan su mega rollo del trabajo y es frustrante. Normalmente, atiendes todas las historias de todo el mundo, pero cuando no puedes atender la tuya propia, mira, lo siento, me tengo que ir a casa....
En serio, he visto conversaciones en paralelo entre personas que supuestamente están dialogando. A veces, si estoy de mal humor, juego a hacer lo mismo. La persona no te escucha y habla solo de lo que le interesa y yo respondo:
-Pues a mí el lunes me dieron un regalo...
Y esos segundos en los que la persona te mira confundida porque no le haces ni caso yo pienso: "¿Te gusta? ¿Es divertido no escuchar a otros y hablar solo de uno mismo? Pues para eso vete a casa y hablas con una pared".
Os digo lo que ya os he dicho otras veces, me encanta escuchar. Me gusta mucho. Pero lo que no me gusta es que la persona me utilice y no me escuche a mí. He roto amistades en las que yo escuchaba horas a la otra persona y cuando le decías: "Bueno, pues a mí me ha pasado esto", la persona cambiaba de tema o te cortaba la conversación con cualquier tontería a los veintisiete segundos exactos del desplazamiento del centro de atención de él/ella.
Y es como: "Mira, vete al psicólogo y lo pagas".
Lo más bonito de la interacción humana es la conexión. Pero eso requiere ambas partes.
De nada sirve que tú conectes (como el personaje del agua en Elemental), si los demás son rocas.
Tras recoger y organizarme un poco, y tras esa agitación, y recordando el arco iris del Mentor (es largo de contar, quedaos con todo es lo mismo pero en otro orden) y un caos resultante igualmente luminoso, me senté sobre la colcha de mi cama.
No podía meditar. (Hoy sí podré)
"Vale" me dije "necesito hablar con Coso y centrarme pero no sé cómo lo voy a hacer... ¡Espera! ¡Las cartas!"
Compré unas cartas del Tarot hace tiempo. No os asustéis y seguid leyendo, no soy una bruja de las de la tele. Una amiga mía las usaba como juego (amiga que resultó una tremenda decepción) y me dijo que a la porra los manuales, que lo importante es lo que las cartas te dijeran. Como si decides adivinar el futuro mirando hojas de tilo. El tema no son las cartas. El tema es lo que rodea a las cartas.
Así que me senté y dije: "Muy bien. Vamos a hablar" y se cayó una carta.
Mi amiga me dijo: "Si alguna vez barajando se te cae una carta, no la metas de nuevo en la baraja. Esa carta es relevante".
Y lo creí.
Sota de Copas.
Un hombre mirando un pez.
"Vale, pues... bueno, no sé... esto está ahí y ya está".
Como no sé ni técnicas ni me interesaban en ese momento, me dije: hago una cruz. Lo del centro soy yo, la carta izquierda de lo que vengo, la derecha el futuro. La de arriba lo que me es favorable, y lo de abajo los obstáculos.
"Vale, muy bien, ya está".
Había barajado meditando.
Mirad, esto es como lo de las bolas de colores, o saber cosas o fluir. Así que sabía que esas cartas estaban bien.
Otra cosa es leer el mensaje.
"Lo que yo soy ahora, en este momento".
Di la vuelta a la carta. Un Rey de Oros, sentado en su trono, mano apoyada en su preciada bola de oro dorada. Se le ve bien, pero ceñudo. Inmóvil.
Pensé: Pues sí, mira. ¿Ves? Tiene un trono y tú una casa pero se le ve... preocupado.
Saque el diccionario de cartas. Leí.
Persona con aptitudes mentales.
Aaaaaaaaaaaah. Qué bonito. O sea, un ser inteligente. Muy bien, Coso, muy bien. Gracias por la confianza.
Miré la carta de la reciente mañana.
Pensé: Bueno, vamos a ver qué acaba de pasar o qué es todo este caos, toda esta mala mañana. A lo mejor viene la causa. O a saber, mira... igual es una cosa que nada tiene que...ver. Yo busco la causa. La pregunta es "La Causa" de tanto malestar.
Levanté la carta y salió El Diablo.
La carta es horrible.
Pero que no cunda el pánico.
"Es el cambio". "El diablo es el cambio". "Madre mía, que aspecto tiene por favor, ¡jajajaj! Es que le va que ni al pelo. Menos mal que yo no soy mal pensada ni me lo tomo a mal..."
Saque el diccionario de cartas. Leí.
Predestinación.
Pensé: Bueno,...
Pestañeé.
¿¿Predestinación?? ¿¿Destino??? ¡Coso que las cosas pasan porque tienen que pasar!
Me vino a la mente una frase en inglés (sale en la pelí de Forrest Gump) que me hizo reír mucho.
Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah. Entiendo. Sí, eso es. Así que todo lo malo de la mañana es porque tenía que pasar.
Me fui a la carta del futuro. Levanté una Bellísima Luna Invertida, reflejándose en un lago y con cara de mujer esperanzada.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOoooohhh, Coso, qué bonito. Me chifla.
Saque el diccionario de cartas. Leí.
Inconstancia.
¡Jajajajaj! ¡Jobar, que no! (protesté)
Quedaban dos cartas. (¡yo no soy inconstante!)
"Lo que me es favorable"
Caballero de bastos. Leí:
Las rupturas.
AAAAAAAAaaaaaaaaaaaah. Sí. Vale. Esto no lo había contado. Pero da igual, yo lo entiendo. Estaba en el buen camino. O no... a saber. No se refiere a rupturas con seres, se refiere a cambiarlos de sitio. En realidad, estoy volviendo a crear talleres literarios. No es una gran ruptura, es volver a hábitos que dieron buenos resultados en el pasado. Pero mira, si es favorable, pues bien.
"Queda lo que me frena. Los obstáculos"
As de bastos. Invertido. Leí:
Encantamiento, ilusiones.
"Buah.... vale, vale. Muy adecuado"
De esto tampoco vamos a hablar.
Fue entonces cuando reparé en la otra carta (ya me había olvidado de ella)
"Coso, ¿qué es el .... la sota de copas?"
Y pensé: "¿Será un chico?"
Leí:
Hombre joven, bello, amable, presto a servir, naturaleza femenina, estudioso, con el que la persona Consultante tendrá relación. Otros significados: mensaje, aplicación, estudios. También en los negocios.
Y, claro, pensé: "Un novio. Es un novio".
Y me olvidé del asunto.
Tardé en sentirme bien hasta que reflexioné sobre la casa de la vecina, llamé a otra amiga y saqué una ventana. Veréis, el problema no es que se vaya el agua, el problema es que yo no sé repararlo. Y mi casa envejece. Y eso me está sacando de quicio. Pero no porque se vaya el agua sino porque el agua se puede ir. Del mismo modo me cabrea que las ventanas de la cocina estén sucias pero no porque haya que limpiarlas cada cuatro días sino porque no tengo bastante fuerza para sacar del sitio esas ventanas. ¿Me entendéis? Así que subirme a la encimera y limpiar una hora me enfada porque siguen igual de sucias y yo llevo una hora de esfuerzo.
El problema, por tanto, es de técnica.
¿De qué me sirve a mí meditar nueve horas si no sé hacerlo bien? Claro que llevas nueve horas meditando... pero igual el resultado es cero.
Sin embargo, usas las técnicas del Mentor (de la página que me recomendó) y avanzas.
La técnica te indica la relevancia de un "Maestro".
Quizá esto es muy trascendental, pero lograr sacar esa ventana del sitio (y la cabezonería subsiguiente porque no me rendí y podíamos habernos caído ventana y yo al patio) me aportó tranquilidad.
Pensé: "ahora voy a limpiar las ventanas todos los días" ¡Jajajajaja!
Tampoco tanto. Pero lo del agua, lo del marco, lo del suelo, lo de... Yo no tengo la técnica para arreglarlo y me enfadé. Me enfadé con la casa. Y mi casa es muy buena. No hay que enfadarse. Luego hablé con una amiga que constató que en diez años las cosas se estropean. Por tanto, estaba enfadada con el mismo tiempo. Una vez más, con el mundo.
Esa fue mi mañana.
Por la tarde, era anfitriona de un Taller Literario pero casi no lo publicité porque si venían cuarenta personas me daría algo. Al final, fue casi una reunión de viejos amigos. Nos apuntamos 7 y vinieron 6. Intenté que tres de ellos volvieran a organizar conmigo. Una de mis amigas me contó que había estado en un grupo de debate de gente PAS.
-Ah, ya... -dije.
-Fue muy gracioso, Eva -siguió diciéndome-, éramos treinta personas, todas con su café o su té. Y de repente una dice: "Cómo se nota que somos PAS, todos estamos dándole vueltas a nuestra bebida con la cucharilla... Y NO SE OYE UN SOLO RUIDO".
-¡Jajajajjajajaja! ¡jajajajajja!
Eso es.
-¡Jajajajajaj! -me reí más.
Ese es el tema. Es ese constante sentir de los demás. Sé como le va a sentar esto al que tengo enfrente, no distingo mis emociones de las de los otros, no sé ponerles una barrera, me abruman. Me afecta todo sobremanera.
-Eva, ¿tú adivinas cosas alguna vez y no sabes cómo?
Miré a mi amiga, muy seria.
-¿Te ha pasado? Lo que piensa la otra persona... colores, cosas... cosas que luego ocurren.
("¡Jajajaja!, venga te digo el DNI del cliente" "¡Jajajaja! Vale, compañero 473..." "¿¿Cómo?? Tía, empieza por esos números, ¿pero cómo? ¿Cómo lo sabes? ¡Quién eres! ¡Pero tía qué fuerte! ¿Pero cómo has dicho esos números?")
Y así, todo el tiempo.
-¿Sabes que es un rasgo hereditario? -preguntó mi amiga.
Lo que sé es que resulta difícil de entender.
-¿Qué es un PAS? -preguntó otro asistente al taller.
-Yo te diría que una desventaja -respondí-. Básicamente, son personas que tienen problemas ante lo que para muchos no es más que una situación social habitual. Te lo voy a explicar con un ejemplo: tú ves un atasco, y sales del atasco y te olvidas. Un pas está en un atasco, siente una actitud inadecuada de otro conductor y ocho horas más tarde la sigue sintiendo. Es ser... hiper sensible. Todo te abruma. Te escapas a lugares cerrados y sin gente para volver a centrarte. Te sientes mal enseguida... Lo bello es muy bello, lo malo es el infierno. Es todo exagerado, ¿entiendes?
-O tienes un poder asombroso -añadió mi amiga-, cuando dejas de pelearte con ello.
-¡Jajajajajajaja!
Mi amiga es más mayor que yo.
Hablamos de muchas cosas. Mi otra amiga (Petra) me dio mucha caña con el amor. Mucha. Vale, sí, de acuerdo, no encajo. Al volver a casa, mi madre (por teléfono) me dio más caña todavía pero acabó riéndose. No sé, yo me enfado y la gente se ríe. Debo de tener unos enfados la mar de divertidos.
Vi un rato Loky (me gusta) y sus líos del tiempo y el galimatías del pasado/presente. Me fui a dormir y como tenía las cartas junto a la cama, pensé (hecha un ovillo y con mucho sueño), ¡podía sacar la carta de cómo va a ser mi día de mañana!
¡O no! ¡Coso, dime los años que voy a tardar en encontrar a mi medio pomelo! ¡Pero dímelo, ¿eh? Quiero que salga un número en la carta!
Diez de Copas.
¡¡Diez años!!
Oh... bueno. Puff, me puedo dedicar a otras cosas mientras tanto.
Y pensé: "¿¿Diez años??? ¡Voy a ser una vieja!"
Me quito un peso de encima, eso sí. Si durante diez años debo olvidarme del amor.
"¡Coso! ¡Que salga una carta de lo que el compañero de trabajo es para mí! ¡Resúmelo en una carta! ¡Defínelo en una carta! ¡Venga, el compañero, el compañero!"
Saco la carta.
Sota de Copas.
¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJA!
¡JAJAJAJAJAJAJAJJAJA! 🤣
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