Un objeto que desaparece


Os voy a contar un suceso verídico. Y allá cada uno que me crea o no.




El pasado lunes yo perdí un objeto. Un bote morado. Ese bote morado está siempre guardado en una caja pequeña. Compré tres cajas clasificadoras hace un tiempo, de tela, de adorno. En ellas guardo: mascarillas, test de codvid, un bote verde, un estuche de mi trabajo, y más mascarillas.

La caja del medio tiene además ese bote morado.

El lunes me di cuenta de su ausencia, y el hecho me intrigó. Pensé: “Ah, claro, debí dejarlo en otro lado”. Pero, de estas cosas que te da un poco de enojo no encontrarlo y vuelves una y otra vez a su lugar, diciendo: ¿Por qué no está ahí? ¡debería de estar ahí!

Tras más de media hora de búsqueda, saqué las cosas de las cajas. Todas, una por una. Tocándolas.

Las toqué para volver a meterlas, de una en una, en las cajas asegurándome de que el bote (grande por cierto) no estaba allí.

Y no estaba.

El lunes por la noche echaron Doctor Sueño. De lo de la pizarra, el Hello y el Hi. Y que el Muso a mi “hola” contestara “hi” ese día, mejor no os hablo.

Al día siguiente busqué el bote antes de irme a trabajar. No di con él.

Al regresar del trabajo, hice una meditación y busqué el bote de nuevo. No sólo no di con él sino que decidí mirar dentro del sofá (ya sabéis, a veces se cuelan cosas).

No estaba allí.

Entonces me giré hacia la estantería con las tres cajas.

El bote estaba en su sitio.

Sé lo que me vais a decir y la respuesta es NO. Nadie lo puso allí.

Hace muchos años me despertó un ruido en mitad de la noche. No pude volver a dormir, pasé una hora y media tratando de localizar lo que era el ruido. Tardé varios días en descubrir que era un cuadro de Van Gogh que había "mal-pegado" en un armario. El ruido era tan inequívoco (innegable) que no pude aceptar no encontrar la causa y por eso no dormí. Bien.

Colgué el cuadro en otro lugar.

Pasaron tres o cuatro meses. Un día estaba tumbada en el sofá. Y… mi intuición interior dijo algo. Yo me contesté: “bah”, a lo que mi intuición interior volvió a decir algo, a lo que yo repliqué con mi pensamiento:

-¡QUÉ MÁS DA! ¡EL MUSO NO VA A ENTERARSE!

¡PUM!

El cuadro de Van Gogh, colgado en otra estantería, en el salón DURANTE MESES eligió ese preciso momento para caer A PLOMO al suelo, con el consiguiente RUIDO CONTUNDENTE. ¡PAM!

Se lo conté al Muso y tiré el cuadro.

El muso, riendo, me contestó: “Ah, te cansaste de que te hablara”.

¡jajajaj!

El cuadro no me hablaba. LOS CUADROS NO HABLAN. Y LOS BOTES NO DESAPARECEN.

Ya está bien de cosas RARAS!!!! Alsdj ñlasfasfdhkl!!!


6 comentarios:

Davidel dijo...

Yo creo realmente y pensándolo friamente y seriamente...que tu casa está embrujada!!! Ahhhhggg quemala!!!
(Al día siguiente en los periódicos:
Una chalada quema un bloque de viviendas y le echa la culpa a no se qué de un bote que no encontraba y volvía a encontrar. La chalada solo repetía "os juro que ahí no estaba")

Nelly dijo...

Jajajaj, nada de embrujos ni nada. ¡Ciencia! A lo mejor el bote se volvió invisible o esa estantería tiene un acceso a otra dimensión.

Davidel dijo...

¿Ciencia? ...el bote se volvió invisible...otra dimensión...conozco un psiquiatra muy bueno al que voy yo a menudo, es de otro plano paralelo, pero es muy bueno. Te lo aconsejo.

Nelly dijo...

mmmh, ¿no será el Doctor... Strange? ¡JAJAJAJAJ!

Davidel dijo...

Lo conoces??? Es bueno eh?? Jajajajaajajja (conversación de tarados. Todo bajo control, que nadie se asuste!!)

Nelly dijo...

Si conociera al actor del Doctor Strange bailaría con él... he visto en algún documental que por lo visto le encanta bailar, ¡jajaja! Y es muy interesante.

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