Metaprogramas y funcionamiento del cerebro

 Estos son algunos de los meta-programas que existen:


Motivación: Problema-Meta.

 Imagínate que estás en una reu de trabajo, con mucha gente hablando de diferentes departamentos. Si tú fueras mi jefe, y quisieras mi implicación en algún proyecto, sería de lo más adecuado empezar una frase así:

-¡¡Para lograr esto...!!

Para lograr, para conseguir, vamos a... el objetivo es...(la meta)

Es probable que en tu oficina siempre haya alguien que dice: "Para evitar", "sí, pero esto tiene este problema", etc.

Con algunas personas, no hay que enfocarse en la meta, sino en el problema.

-¡¡Para evitar esto...!!

Probad a poner los puntos suspensivos lo que queráis, comprobaréis que se puede decir lo mismo, pero según con quién hables, te escuchará o se implicará más o menos, con una u otra fórmula. 

Claro que yo me enfoco en la meta pero por algo muy sencillo. De por sí soy miedosa. Si la frase empieza por: "Para evitar..." anticipo problema, por lo que -aún sin querer-, me tenso. Mientras que si alguien dice: "Para conseguir..." me abro.

Este es el metaprograma de Motivación "Problema-Solución".

No significa que una persona enfocada en metas no vea los problemas. Es sólo que primero visualiza la meta, y luego el problema. Lo que quieren es alcanzar la meta. Mientras que los enfocados al problema, lo que quieren es evitar una situación mala. "Haz los deberes para tener tiempo libre" y "Haz los deberes para no pasarte la tarde ocupada" es lo mismo, pero con diferentes enfoques según el tipo de metaprograma de tu interlocutor.

Tamaño: Globalidad - Detalle

Las personas con tendencia a la globalidad necesitan una visión panorámica de la situación. Usan palabras como "estrategia", "perspectiva", "globalidad", etc.

Algunas nos sentimos más cómodas en pequeñas parcelas de información. Nos interesan más las secuencias, procedimientos y etapas.

Eso no significa que no necesitemos entender "lo que hacemos" a nivel global, antes de hacerlo a nivel detalle. Lo que ocurre es que los detalles "nos atrapan". Cosas absurdas como el nombre de una campaña que oyes en un pasillo (485 y 484), el color de los calcetines de un compañero o el detalle de algo que dijo el otro día sin darle importancia. Lo que nos llama la atención es lo pequeño. El detalle.

Puedes decirle a un policía la ropa que llevaba un delincuente al entrar en una cafetería porque algo en su actitud no te gustó y sin embargo no eres capaz de recordar el nombre de tu compañero de al lado, no así sus siglas y su número de empleado que sí se te queda grabado SIN ESFUERZO.

Quizá eso explica que ponga el parasol dentro de un parking... ¡Jajajaja! O que riegue plantas de plástico cuando estoy nerviosa...

(Yo soy del detalle)

Por contra, soy incapaz de recordar cosas más sencillas. 

Comparación: personas divergentes vs personas convergentes.

Esto es la mar de simpático de descubrir. Nos hicieron un experimento hace unos años. Varias figuras geométricas (triángulos) en dos conjuntos. A la izquierda y a la derecha, presentaron la imagen. Y la pregunta era:

-¿Qué veis aquí?

-Dos triángulos azules y uno rojo del revés y...

Un divergente si fija primero "en lo diferente"

-Dos subconjuntos iguales de triángulos, sólo que unos están invertidos y otros no. Unos tienen cierto color y otros no.

Un convergente se fija primero en lo que nos une.

Leo por internet cosas como que un divergente es más creativo y... No va por ahí este meta-programa. Va de que te guste o no la novedad. 

El divergente se fija en lo desigual y único de cada cosa. Son buenos en investigación, primero se centran en lo que es distinto y luego en las semejanzas. Usan palabras como: que pasaría sí, la noche y el día, revolucionario... Les atrae lo nuevo. 

A los convergentes no nos gusta el cambio.

Lo primero que vemos son las semejanzas. Lo que une. Perciben la igualdad con excepción. Usan palabras como: lo mismo, idéntico, siempre, en común, tan bueno como...

(Ahora que caigo, creo que yo no he dicho "esto es algo revolucionario" en toda mi vida...)

Si tu compañero de trabajo es divergente, dile algo así:

-¡¡Tengo un procedimiento absolutamente novedoso para hacer esto...!!

Si es convergente, procura evitar eso. Lo que le funcionará será:

-Esto es lo mismo que hacíamos antes, pero con un paso nuevo... (o similar)

"Esto es lo mismo que hacíamos antes, solo que...", tranquilizará mucho al que no le guste el cambio. 

Los convergentes son buenos negociadores (diplomáticos)

El Muso es divergente. Si entrara por la Sala diciendo: ¡Ey! ¡Tengo una novedad revolucionaria! ¡Un procedimiento nuevo para...! Él se alegraría, prestaría atención. Yo me pondría nerviosa.

Yo me centro en el detalle, la tarea pequeña que a otros les resulta pesada, a mí me relaja.

También aprendo mucho en "procedimental". 

Os voy a poner un ejemplo. 

Cuando yo era muy pequeña, (gateaba, de hecho, para subir los peldaños), los mayores me preguntaron que cómo sabía en qué piso vivía si todavía no entendía los números y las letras. Eso es algo que les intrigaba sobremanera.

Se debían pensar que yo era especial o algo. Pero no tenía gran misterio.

Fácil.

-No, no es fácil, Nell. ¿Cómo sabías en qué piso estabas? ¡Casi no llegabas a los peldaños!

Yo subía las escaleras con manos y rodillas (ya os digo que era muy chica), y cuando veía el garabato en uno de los peldaños, sabía que mi casa estaba un piso más arriba.

Lo que los adultos creían era que "la pequeña sabe leer el número 3 cuando es algo imposible", y no. Lo que yo sabía era subir un tramo más de escaleras pasado el peldaño con un garabato marrón.

Esos "truquis" son los que hacen que parezcas muy inteligente, y en realidad no lo eres. Pero supongo que una mente que se enfoca en los detalles tiene sus ventajas.

Como desventaja, lo que a muchos les resulta sencillo a mi me cuesta un montón, y como me ponga nerviosa (y en esto estoy trabajando ahora) desconecto por completo de la realidad. No soy capaz de asimilarla. La gente me ve "despistada", pero no es despiste, es pánico. Es como si entrara en conflicto mi "estupendérrima mente detallista" con una marea de "nerviosismo incontrolable" que lo colapsa todo. Y, en esos momentos, pongo parasoles al coche dentro de un parking o riego plantas de plástico.

No pasa nada, porque el caos resultante es gracioso. Al menos, en apariencia.

:=) Pero a mí me molesta.

No puedo prestar la debida atención a las personas, porque internamente estoy ocupadísima tratando de controlar el pánico.

Por extraño que os parezca si alguien me pregunta ahora mismo cuál es el pedal del embrague o del freno del coche, no sabría decírselo, pero si me monto en el coche y me dicen: pisa el embrague. Lo piso.

Hay una cosa importante a la hora de aprender. El aprendizaje consiste en traducir "pisa el embrague" a la acción en sí de pisar el embrague. A veces mis compañeros me preguntan: "Nelly, ¿cómo se hacía esto?" y así, ¡a bote pronto! Estoy tan perpleja como ellos... hasta que les digo: pásame el ratón.

-¿Cómo era? ¿Por dónde se llegaba a la ficha? ¡Es que no me acuerdo! ¿Tú te acuerdas?

-Pásame el ratón.

En cuanto mis manos tocan el ratón: "pim, pam, pum" "Ya lo tienes".

Sin tocar el ratón la respuesta es: "No, no lo sé. Estoy bloqueada..."

Una vez llegué al garaje pensando como aparcar. Estaba particularmente nerviosa y tras mil maniobras, no había manera: "esto está corto, aquello está largo, ahí no cabe, he girado de más, y si..."

De repente me vino la feliz idea o intuición de aparcar sin pensar.

"¿Ah sí?" "Vale". ¡Venga, que aparque esa otra parte de mi mente!"

Casi acepté la intuición como desafío. Llevaba media hora bloqueada intentando aparcar y no había forma.

Pim pam pum a la primera.

"¿¿PERO QUÉ...?????"

Faltaba el Maestro Yoda a mi lado diciendo algo como: "Hazlo o no lo hagas, pero deja de pensar en cómo hacerlo..."

¡Jajaja!

Feliz finde!!! 

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