Lo que aprendo de Roald Dahl
![]() |
clic a la fuente |
William y Mary
William Pearl no dejó mucho dinero al morir, y en su testamento era sencillo.
(***arrancamos cuento con una muerte, primera frase corta, el lector quiere saber ¿qué más ocurre?)
Con la excepción de unas pocas donaciones destinadas a parientes, legaba todos sus bienes a su esposa.
El procurador y la señora Pearl revisaron juntos el documento en el despacho de aquel y, concluido el asunto, la viuda se levantó dispuesta a marchar. En ese instante, el procurador sacó de una carpeta situada encima de su escritorio un sobre sellado que entregó a su cliente.
-Tengo instrucciones de entregarle esto -dijo-. Nos lo hizo llegar su esposo poco antes de su fallecimiento.
En su respeto hacia la viuda, el procurador, descolorido y almidonado, le hablaba con la mirada gacha y la cabeza ladeada.
-Parece que se trata de algo personal, señora Pearl -continuó-. Sin duda preferirá llevárselo y leerlo en la intimidad de su hogar.
La señora Pearl tomó el sobre y salió a la calle. Ya en la acera, se paró para palpar el objeto. ¿Una carta de despedida de William? Sí, era lo más probable. Una carta solemne. Porque de seguro lo sería: solemne y afectada. Era incapaz, el pobre, de proceder de otra forma. En su vida había hecho nada ajeno a la solemnidad.
(**ajeno a "seguido de sentimiento". Extraña forma de construir, útil, para el futuro. "Nunca hizo nada ajeno a la generosidad... (de su carácter, por ejemplo). Nunca hizo nada ajeno al placer, nunca hizo nada ajeno a... Etc.
"Porque de seguro" "pobre", narrador ¿omnisciente? Nos lleva del lado del personaje, está juzgando al esposo. Si no conoce lo que sienten otros, es un narrador personaje "disfrazado de omnisciente". Hay que seguir leyendo para averiguarlo.)
"Mi querida Mary. Confío en que no permitirás que mi partida de este mundo te afecte en exceso, sino que perseverarás en la observancia de los preceptos que tan bien te guiaron en nuestra mutua asociación. Sé que serás diligente y digna.... Cuídate muy bien de no..., etcétera, etcétera".
La típica carta de William.
(Es narrador personaje. La típica carta ¡jajajaja!)
¿O podría ser que, cediendo en el último momento, le hubiese escrito algo hermoso? Quizá fuese aquello un bonito y tierno mensaje, una especie de carta de amor, por haberle planchado un millón de camisas, dispuesto un millón de comidas, hecho un millón de camas...
(... salto unos párrafos...)
Apartó la mirada, encendió un cigarrillo, le dio una calada y lo dejó en el cenicero.
(avanza las escenas concentrándose en detalles de acciones pequeñas. Importante para el futuro: es una forma de mover los tiempos en la narración, que no siempre son fáciles de manejar).
¿Puede uno negarse a leer la carta de un muerto?
Sí.
En fin...
(¡Jajajaj! Dalh, ¿en serio? ¿Un "En fin..." en un narrador omnisciente? ¡Jajajaj! ¡Tramposo!)
Echó una ojeada a la vacía butaca de William, situada al otro lado de la chimenea....
Si queréis saber qué decía la carta tenéis que leer el cuento. =) Yo no conocía los relatos de Roald Dahl pero es un autor conocido por lo juvenil e infantil: "Matilda", "Charlie y la fábrica de chocolate", "Las tres brujas", etc. Y en la narrativa adulta es un profesor maravilloso del que se puede aprender. Merece mucho la pena :=) De verdad.
¡Saludos lectores!
**El libro se llama: Relatos de lo Inesperado. De momento mi favorito es el del señor que salta del barco y el del joven que pide hospedarse en una casa "que no es". Ese cuento trata de inteligente al lector. Es fantástico, muestra respeto por el que está leyendo la obra (vamos, que no te dice lo que pasa, ¡jajajaj!) Es buenísimo.
0 comentarios:
Publicar un comentario