Nelly y las pulseras fit.

 Cuando era pequeña y me regalaron un reloj, las cosas se pusieron un poco como en Los Recreos del pequeño Nicolás.

-¡Llegas tarde! ¡Llegas muy tarde! -decía un adulto malhumorado.

-¡Ya será menos! ¡Qué exageración! ¡Pero si han sido dos minutos!

-En realidad llevamos esperando 8 minutos cincuenta segundos.

-¡Gracias, Nelly! 

-De nada.

Ya no me despertaba temprano, sino a las 8:02. Las clases no empezaban tarde, sino a las 10:04, etc.

Es por eso que dejar de llevar reloj fue en parte un alivio. Con la llegada de los móviles, se perdió el reloj como moda.

Además, me vino bien, porque no soporto llevar anillos, joyas, pulseras... no llevo nada. Y gané una pulsera fit y la vendí porque sentirla en mi muñeca resultaba un suplicio incómodo. Era grande y no se ajustaba bien.

Pero en el trabajo nos pusieron un reto de pasos (lo hay todos los meses, un reto de salud) y caminar llevando siempre el móvil es un latazo. Por no hablar de, ¿y los pasos que no cuenta? Yo no paro quieta en casa. Ahora sé que me hago 2000 pasos  del salón al cuarto, del cuarto a la cocina, de la cocina...

Pararme a meditar es sano. Y a leer, sobre todo a leer. 

Tras pensarlo muchísisisisisisisimo me decidí a comprar una nueva pulsera y pasé varias horas reflexionando y comparando, no solo en Internet, sino por las tiendas del barrio. Las vi de cien euros, las vi de quince euros. Pero una buena compra no es sólo el precio: es lo que necesitas.

¿Qué necesitaba yo? No arrepentirme de haberla comprado.

Vale. 

Como motivación para la compra era un poco extraña. Tenía mucho miedo de arrepentirme.

Para eso la pulsera que ata el reloj debía de ser pequeña, porque como lleve algo suelto me pongo de los nervios. Eso define el cierre. Cierre de reloj tradicional, nada de botones modernos. Y después, ¿qué quería? ¿Qué necesidad principal debe suplir este artículo? Contar pasos. Pues eso lo hacen todas. ¿Y qué más? Gastarme poco dinero y que se enlazara con Google Fit. Porque mi Google Fit se enlaza con la app del reto del trabajo. Quiero que sepáis que considero que nuestra tecnología está poco avanzada. No es normal tanta modernidad y tener luego ocho mil cables y Apps... 

Tenemos ideas geniales (los nuevos portátiles, por ejemplo) pero luego necesitas un "dock" o un "hub-usb" con veinte puertos porque tu superportátil, no sé por qué, es muy moderno pero no puedes enchufarle la cámara y el ratón a la vez. ¡Es absurdo! Las mesas de mi oficina parecen la habitación de Lain antes de que fuera absorbida por el mundo virtual y dejara de tener cuerpo físico.

(¿Lo harán a posta los fabricantes para que gastemos más?) 

Como no había manera de conseguir esta última petición sobre Google Fit: que la pulsera se enlazara, manteniendo las demás características de barata, con cierto tipo de cierre, etc., pensé: "Olvídate del reto del trabajo y solo cuenta los pasos. Que al fin y al cabo tú la quieres para motivarte para hacer deporte". Me dije eso a mi misma. Nada de ser la primera en el reto laboral, con que yo supiera lo que ando es suficiente.

Y me llamó la atención una de Amazon. Entre sus cualidades destacaba las siguientes:

"Cuento pasos" 

Ah, pues muy bien. Justo lo que yo necesito.

"Cuento el ritmo cardiaco"

 MMMMh,... interesante, para ver qué picos tengo en el día. Lo del ritmo lo tengo muy superado.

"Sé cuando duermes y cuando no. Evalúo el sueño" 

¡Jajajajja! (mirando la pantalla) ¡Y una leche! ¡Un trasto de estos va a saber si duermo o estoy despierta! ¡Sí hombre! ¡Ahora las ondas cerebrales se captan en la muñeca, no te digo! ¡Menuda estupidez!

Y además era de un bonito color rosa.

Tras nueve horas más de deliberaciones...Compré la pulsera.

Y llegó la pulsera.

Conecté la pulsera al móvil poco convencida, bajé la App, fui capaz de encenderla y para mi asombro va la pulsera y se conecta a Google Fit ella sola. 

"Halaaaa"... todo lo que haga suma para el reto de pasos laboral. "¡Qué reloj tan chuli! ¡Qué bien!"

Me senté en el sofá y la pulsera marcaba 134 pulsaciones por minuto. Lo miré y pensé "Error, esto está confundido". Saqué el pulsómetro que me compré por la pandemia (ese que te mide el oxígeno). Marca 63 y 99% de saturación.

"Vaya, la pulsera está rota, no mide el pulso bien". El pulsómetro sí. 

"Qué pena". 

"No podré usarla para eso pero es normal, mi muñeca es delgada, no lo tomará bien".

 "La tecnología no da para tanto".

"¡Está loca! ¡Ahora marca 130! Y el pulsómetro 66... ¡Jajajaj! ¡No vale para nada!"

Al día siguiente, la pulsera marcaba un pulso más normal. Y al siguiente, la pulsera marcaba 59 en ritmo bajo. "Esa ya sí soy yo", pensé mirándola. Normalmente, tengo 68 pulsaciones por minuto, en reposo, sentada, trabajando... Una vez le pregunté al médico de empresa porque según una tabla de mi gimnasio, para mi edad y mi peso, de 140 a 160 pulsaciones era un ritmo "moderado pero no peligroso". Yo le dije al doctor: "Oiga, a mí se me dispara una alarma dentro y sé que tengo que parar" y casualmente cuando me mido el pulso en esos momentos estoy en 146-147. Nunca más de ahí. Y según la tabla eso es "moderado". ¡Pero para mí es el tope! Lo tengo medido en clase de spinning y en la elíptica.

El doctor contestó: "Claro".

¿Claro? ¿Cómo que "claro? Pero la tabla dice.... que puedes llegar a mucho más. La tabla dice que 160 está bien, que no es peligroso, ¡por qué me salta esa alarma interna!

-Una persona cuyo pulso en reposo son 80 0 90 pulsaciones, si duplica el ritmo en el deporte, se pone en 180.

-Ajá.

-Tú en reposo tienes 61. Si duplicas es...

-120 -respondí.

-¿Entiendes que en 147 se te dispare una alarma? Un ser humano duplica el ritmo pero triplicar es peligroso. 

-Ah...

Qué cosas.

Observando la pulsera me di cuenta de que mide mal, en el sentido en que cuando tengo 66 pulsaciones, me marca 70. Es decir, marca por encima del valor real, a veces bastante. Sin embargo, sí sirve para ver las fluctuaciones. Es decir, cuando estoy durmiendo o meditando, o escuchando algunos vídeos de relajación yo he llegado a 54 pulsaciones (y eso lo tengo recogido por un aparato que mide el pulso solamente y lo mide muy bien), es probable que la pulsera marque 65. Marca de más. Pero sirve para ver si mi corazón se altera o no a lo largo del día.

Y entonces fue cuando vi la gráfica que os quería poner en la entrada. 

A las 12:00 de la noche del siguiente gráfico yo estaba en un bar irlandés con amigas y amigos. Es fácilmente deducible cuándo me fui a dormir. A las 6 me desperté y me enfadé por haberme despertado (también lo recoge). Las múltiples subidas y bajadas de la tarde son causadas por las risas y el ejercicio de mi clase de teatro.

Pero el pico más alto del día es justamente a las 15:30 horas. La pulsera marca 150 pulsaciones (no es correcto), pero aunque no sea correcto, sube más que con las risas y el ejercicio físico intenso en teatro.

¿Sabéis qué lo provocó?




Estaría bien que fuera la frase: "¡Cuidado, el tiburón está vivo!" o "¡Rápido, rescata ese cachorro de las llamas!" o... "¡He perdido el autobús!". "¡Agarra mi mano!"... cosas así.

Pero no. Nada más lejos. Estaba sentada en mi silla.

A las 15:30 horas cuando estaba cerrando la oficina, vi un correo sin responder de Formación, y eso desató una tremenda lucha interna, entre vámonos que es tarde y "qué va a pensar el jefe de ti sino lo contestas".

No me imagino a Superman teniendo una taquicardia porque se le ha olvidado enviar un artículo al Planet.

Y ese es un aspecto a mejorar. 

Tiene tela, un correo, una lucha interna, una duda, un... me dispara el ritmo cardiaco. Algo tan simple, tan absurdo y sin importancia. Algo tan cotidiano. Es un insulto a la fortaleza.

Vamos a lo más misterioso de la pulsera:

Sabe cuando estoy durmiendo. 

Me fui a dormir el primer día con ella y pensé: "bueno, no te creas que esto va a funcionar. Es una pulsera cutre". Me desperté. Conecté la pulsera y resulta que de noche recoge datos, aunque no esté conectada. Miré una gráfica muy bonita donde ponía sueño profundo y ligero y me quedé a cuadros cuando vi que el sueño acababa en el minuto exacto en que me había despertado. "Hum..." me dije. Casualidad. Será porque he conectado el móvil y el aparato recoge eso. Seguro.

Segundo día: Duermo, me despierto. La pulsera sigue sabiendo el minuto exacto. 

El jueves me pasó lo que suele ocurrirme los miércoles: es mi día menos preferido de la semana porque no descanso. El turno de mañana me afecta muchísimo y para mal, sobre todo si me toca trabajar en la oficina. No me adapto a despertar a las 6:00 de la mañana. Así que cuando estoy de mañana, empiezo a desvelarme de manera intermitente la noche del martes al miércoles y progresivamente si continúo en ese turno. Todo empieza con que un día me despierto y es la una de la mañana, luego al día siguiente me despierto dos veces, al siguiente me despierto a las cinco y pienso: "bah,  ya para qué voy a dormir". Es un desbarajuste dañino. Y eso me pasa cuando trabajo de mañana. Esta semana, por suerte, podía teletrabajar, no obstante, la tendencia aparece igualmente en la gráfica. El color amarillo señala esos desvelos y, de seguir otros 7 días más de mañana, yendo a la oficina, mi calidad del sueño cae muchísimo. *

Lo interesante es que la pulsera lo sabe. Y me marcó en amarillo cuando desperté en otra gráfica que indica el detalle de cada noche.  


 

Mi puntuación arranca con 90 y hoy recupera un 94. Los próximos 15 días hago turno de tarde. Ya veréis como esto mejora un montón. Si nada me molesta, yo duermo ocho horas y media todos los días, del tirón y me despierto muy descansada. Además, tardo poquísimo en dormirme.

No entiendo que la pulsera sepa si mi sueño es profundo o ligero, me parece poco creíble, pero sí que haciendo la simple prueba de observar, reconozco que marca a la perfección los minutos en los que me he despertado (hay otras gráficas, pero no las pongo). 

Hoy me ha pasado una cosa, me desperté según mi reloj interno (¡casi siempre despierto antes de que suene el despertador, un par de minutos!) pero al ser fin de semana, me di la vuelta y dije: "¡bah! ¡Es pronto!" y al poco rato sonó "CLONC". Ese sonido es el intento del segundo despertador de sonar (pongo dos, el móvil y por si ocurre una tragedia que se carga los móviles, o sea, que no haya batería o algo así, pongo uno analógico). El analógico no llega a sonar nunca. Y, por supuesto, los fines de semana los apago (no como mi vecino, ejem, ejem...) El CLONC del segundo reloj me indicaba que eran las 7:50. Es una prueba innegable de la hora. Puedes saberla sin mirar, te lo indica ese sonido.

"Hala, ya sabes qué hora es", me dije. Me di la vuelta y seguí acostada.

No me levanté hasta las 9:20. Y pensé: "¿Qué hará la pulsera? ¿Dirá que he dormido hasta las nueve y veinte?". Es lo suyo, ¿no? Yo estaba tumbada, ¿verdad? Me quedé incluso un poco dormida...

Encendí la pulsera:

Hora de despertar: las 07:41 a.m.

¡Jajajajja!

A 10 minutos del CLONC.

¡jajajajaj! Encaja.

¡Lo sabe! ¡La pulsera lo sabe!

"¡¡¡¿Pero cómo puede saber un trozo de plástico a qué hora me despierto?????!!!"

Misterios sin resolver. 

Como me conozco, no quiero obsesionarme por las gráficas; sólo les echaré un vistazo cuando considere que no duermo bien, o deba prestar la atención necesaria a este aspecto. En general, sólo quiero este aparato para que me ayude a ganar premios laborales (de momento, tengo un masaje gratis), para que me de la hora y, como ventaja adicional, me avisa de los mensajes de Whasap y Twitter. Pensé que esto me resultaría molesto pero me ayuda mucho. Sé que si la pulsera no vibra no tengo nada pendiente. Por ejemplo, durante las dos horas que dura la clase de teatro. 

El medidor del corazón sirve para saber si algo me altera, pero no las pulsaciones exactas (cuenta por encima).

¡¡¡Saludos!!!


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