Un sueño muy raro.


He tenido un sueño muy extraño.

Empezaba con una amiga, de vacaciones, en un extraño país en niveles. O, por lo menos, el hotel en el que estábamos lo era. Tenía un nivel bajo con un río, un nivel medio con jardines y gente feliz, un nivel algo más alto con las casas de los seres humanos y piscinas que subían y bajaban, uniéndolo todo. Supongo que era un hotelazo de lujo con sitios bonitos, de recreo. Y muchos toboganes.

Al comienzo del sueño todo era diversión pero no recuerdo el motivo de que tuviéramos que ir a un sitio concreto y a mitad del recorrido yo me di cuenta de que tenía que volver. Y se lo dije a una amiga y me dijo: "Ah, yo te acompaño" y allá que vamos las dos, por un tobogán, riéndonos mucho y de repente la ropa, las zapatillas y todo se empapaba. Y alguien me pregunta -un empleado del hotel o quizá mi amiga-, por algo que yo debería llevar encima (puede que la documentación) y me eché a reír porque ¡no la llevaba! y es que...

-¿Cómo llevarla aquí si en el tobogán me he empapado? -pregunté-, ¡Jajajaj! ¡Mira! ¡Llevo las zapatillas empapadas! ¡Menos mal que no traje mis documentos! ¡Será mejor ir así, ¿no?!

-Bueno, ¿y así cómo sabes quién eres?

Abrí la boca para decir algo pero me callé. Y me entró la risa. Supongo que, en ese momento, era una chica de vacaciones, empapada.

Esa es una parte del sueño. En la siguiente, que recuerdo, estábamos todos sentados en una mesa, trabajando. Pero, es curioso, porque había como unas escaleras detrás y delante (¿era un círculo, pero cuadrado???), y de vez en cuando, llegaban oleadas de personas. Yo no trabajo en un aeropuerto, pero aquello parecía una especie de sala de tránsito. Y cada vez que llegaban docenas de cientos de seres humanos todo se llenaba de cháchara. "Bla bla bla bla"... yo miraba hacia atrás y allí estaban, cientos, con sus maletas, mochilas, enseres. Y volvían por el otro lado: "¡bla bla bla!". Gente para arriba, gente para abajo. "Bla, bla, bla..." Todo era "Bla, bla, bla..."

En medio, nosotros. Trabajando. No sé en qué. Y de repente mi amiga dice a mi jefe:

-Lo voy a dejar.

Claro, en estos casos, yo pienso: "Verás cuando se entere el Muso". A quién yo llamo "Muso" es un compañero de trabajo que fue mi primer jefe y ... -corrijo, no fue mi primer jefe, pero sí el jefe que más tiempo fue mi jefe- y luego pues me obsesioné un poco con él porque ... le vi meditar. Y ya pues... por varias cosas, me empezó a gustar mucho (admiración) y decidí que todo lo que era él, sin duda lo era por el budismo. Lo que me llevó a un "master" en budismo, ¡jajajaja! que no me ha aclarado nada... ¡jajjaj! Pero ahora que ya no es jefe porque ambos estamos al mismo nivel, yo no dejo de pensar (es mi compañero de Departamento): "¿Qué haría el Muso aquí?" "¿Qué haría el Muso allá?". O frases como: "Esto no le pasaría al Muso". Debo tener la creencia de que para él la vida es maravillosa y nunca le pasa nada malo. 

Lo bueno es que al día siguiente el escenario no cambia y yo aprendo al ver cómo lo enfrenta. Y siempre, la respuesta no es la que yo pensaba. De hecho, hace lo contrario a lo que yo hago. Lo que es maravilloso porque así puedo aprender. Somos muy diferentes. Muchísimo. 

Total, que cuando esta amiga en el sueño dijo: Lo dejo. Pensé: "ya verás..." Y mi jefe me dijo:

-Nelly, redacta un escrito porque ella se va.

¿Un escrito? A ver, ¿cómo que se va? ¡No puede irse! "Verás cuando se entere el otro". "El otro no dejaría que se fuera". Bueno, venga, yo hago un texto, que eso no se me da mal...

El escrito, maravilloso, claro. 

Ambiguo, ni sí ni no, muy educado... vamos, en mi línea.

Pero... "Verás cuando se entere el Muso", "El Muso haría que cambiara de opinión". "El Muso no va a dejar que se marche".

Sigo trabajando, oleada de gente para arriba, oleada de gente para abajo. Miro por encima del hombro, ¿por qué son tan ruidosos los humanos?

Y de repente escucho a mi amiga, con mi papel en la mano, tras haber recibido la aprobación del jefe y todo.

-Sí,... si ya me lo dijo C cuando se lo dije.

C es el Muso. No voy a decir su nombre.

-¡¿C?! -levanté la cabeza, sorprendida-, ¿Qué te dijo C? ¿Cómo que ya te lo dijo? ¡¿Qué te dijo?!

Y mi amiga contestó:

-Pues cuando le dije que me iba me dijo que un cuchillo es un cuchillo y el chocolate es chocolate.

-¡¿QUÉ?!

Y me desperté. "¿Qué? ¡Cómo! ¿Que él sabe que te ibas y le pareció bien? ¡¿Qué eso es un cuchillo es un... qué???! ¡NO! ¡El Muso siempre anima a la gente! ¡Pero si a mí me enseña lo contrari...!"

A todo esto, ya despierta, con el nórdico sobre la cabeza.

"¡¿Pero cómo!!?!" -pienso-, "¡Qué rabia me da eso de enseñar la misma persona dos cosas distintas!!! ¡¡Pero cómo que un cuchillo es un... PERO QUÉ?! ¿Cómo le dice eso?"

Y en esto que reconozco el nórdico, el calorcito de la cama y el olor de sábanas limpitas.

" Vale, espera, ¡respira! Es un sueño. ¡C no ha dicho eso! Es un sueño... Calma."

"Un cuchillo es un cuchillo y el chocolate es chocolate"

¿Pero qué estupidez de Enseñanza es esa?

¿Qué me dice mi "subconsciente" que las cosas tienen una naturaleza? 

¿¿¿?????

¿Sabéis lo que entiendo yo del sueño? Yo entiendo eso, que las cosas tienen una naturaleza. Por tanto, ... he aprendido todo mal. Entonces, ¿qué? ¿hago caso al Muso o a las clasificaciones internas? 

¿O el sueño no pretendía decirme eso?

¿Sabéis qué? No voy a pensarlo más. =) ¡Fuera! 




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