Mozart para niños.

Sigo enganchadísima a mi libro de Grecia y Roma y la Historia de los libros. Ahora estoy en Roma, descubriendo que los patricios iban al mercado y compraban esclavos cultos, entre otras cosas porque eran griegos y sabían más de cálculo, filosofía y matemáticas que los propios romanos. En la Antigüedad acabar siendo esclavo era un riesgo alto. Tenías una deuda sin pagar: te vendían. Te invadía otro pueblo: te vendían. Te asaltaban los piratas: te vendían. 

Por algún motivo misterioso, la sociedad romana me parece tan.. similar a la actual, que cuando estoy leyendo siento dos cosas. Primero, qué pequeños somos y qué poco vivimos en este mundo. Cuando leo sobre Roma me da la sensación de estar en contacto con miles de seres humanos a través de muchas vidas. Hablan de lo mismo. Pero el libro me cuenta cómo eran entonces las cosas y cómo son ahora. Y de repente lo ves todo desde fuera. La sociedad contemporánea. Ves que un libro provoca muertos en Francia. Por qué antes las cosas se hacían de un modo, y ahora se hacen de otro. Todo el inmovilismo mental que tengo, se me pasa leyendo sobre Roma. Sobre los cambios. Sobre los grafittis de Pompeya o los movimientos cristianos que acabaron en baños de sangre. Lo que antes era osado, ahora es clásico. Lo que ahora es nuevo y peligroso no es sino un movimiento más de este péndulo infinito que llamamos evolución. Y como yo no estoy de acuerdo con nada, leer me permite seguir viéndolo como si fuera extraterrestre. Digamos que devoro los libros como si estuviera tratando de entender a la raza humana, cuando es más probable que el Muso pudiera enseñarme un camino mejor y más directo. Pero leer me relaja.  

En el libro del actor, cuando Chesterton dice eso de "me pareció haber descubierto el mundo y resulta que estaba en la esquina de mi casa" jajajja, me pasa igual. Veo un montón de cosas con un montón de seres humanos que han sentido lo mismo que siento yo. Y si se sentían raros (si os sentís raros), ¡es absurdo! No hay rareza en el mundo, lo que nos pasa a unos, les pasa a otros. Y si no ahora, les ha pasado durante milenios. Si eso no es tranquilizador....

Tiene gracia que siempre quise ir a Venecia y el viaje me gustó mucho. Pero fue en Roma donde descubrí mi destino favorito y por algo muy simple pero extraño: la ciudad era asequible. Veréis, odio París porque me parece una mole enorme e inabarcable. Sé que es la ciudad de las luces, que el Sena es maravilloso (no sé, yo lo he recorrido con cielo encapotado y sola y me daba otra sensación). He estado en París dos veces. Una de ellas para huir de Madrid. En ambas, quitando MontMartre y Saint Germain, me he sentido pequeña en una ciudad demasiado grande. Y eso que a mi amiga parisina le encanta y fue una anfitriona maravillosa.

Sin embargo, al llegar a Roma, tenía la sensación de que podía bajar a comprar el pan sin perderme. O sea, me sentía en casa. Yo miraba los colores de los edificios, los paisajes... y me era todo abarcable, familiar. Y esto es irracional, puesto que no conocía la ciudad. Pero iba a gusto por las calles. Paseaba como si estuviera por mi barrio. Fue una sorpresa. Luego cerca del circo me compré una sandía jajajja! Hacía un calor terrible y aquella sandía en medio de la explanada fue como... no sé, el manjar más rico del mundo. Una vez de vuelta, el Muso me dijo: "Y te enamoraste de una sandía". Qué rica estaba!!! Hacía tanto calor...

Pero creo que nada de esto tiene que ver con el vídeo que yo quería enseñaros... ¡ah, ya me acuerdo! Ya sé por qué me he puesto a hablar del pasado y del presente. Cuando os he dicho que al leer se une Roma con la actualidad. Es más o menos lo mismo que me pasa cuando la artista que os pongo debajo dice eso de que su padre era un "espabilado de manual". De repente me acuerdo de los Youtuberos y me ha dado la risa... Pues es bastante actual eso de convertir a tu hijo en un artista. En este caso, ya venía de serie: 


Me parece un vídeo muy, muy divertido.
Espero que lo disfrutéis!! 

1 comentarios:

Davidel dijo...

Me encanta Sheila, es encantadora y lo hace fantásticamente.
Referente a Roma, estoy de acuerdo contigo. Roma es muy diferente a París, al fin y al cabo Italia es nuestra hermana. Estuve en Bolonia hace unos años y ocurre que es muy familiar. Sus calles, sus gentes, los bares, etc.
Si te apetece seguir leyendo sobre Roma, te recomiendo a Santiago Posteguillo. Es un gran escritor y experto en la materia. Sus novelas son muy buenas. También hay en Netflix una serie documental sobre Roma. Vi un par de capítulos y es super interesante.
Que tengas un gran día!

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