Arte, creencias y publicidad

 
Hoy he entendido por qué estudié publicidad, porque trabajé en publicidad y algo que no esperaba.. y que quiero contaros, porque es raro.
Cuando yo llegué al instituto (al segundo instituto) tuve que elegir entre ciencias, letras puras, y letras mixtas. Por aquella época, yo quería ser bióloga.
Eran tantas las profesiones por las que me había decantado que... abogada, maestra, bióloga, historiadora...

A la hora de elegir de verdad, el problema fue más sencillo (o con menos opciones): odiaba las matemáticas. Y la física, no me atraía nada.

Por contra yo dibujaba, escribía, ya había ganado dinero con cuentos publicados, y me presenté al Planeta (qué tonta fui, por Dios, al ir a recoger el manuscrito el editor se interesó por él y yo contesté: "si no ha ganado es que no es bueno", sin darme cuenta de que era una niña con un libro de Cifi, y que era joven y que era eso lo que al editor le gustó. Mira que me dijo: "¿seguro que no me lo quieres dejar?" y contesté que no y me fui. Y no me di cuenta. Me creía muy mayor. Tan mayor como todos los demás...).

No soy buena tomando decisiones, así que elegir un bachillerato que condicionaba el resto de la vida me pareció algo crucial y dantesco. Lo que viene siendo: me puse mala. Nadie podía elegir por mí, y ... me causaba estrés. No sabéis las vueltas que le di al tema. Tenía 16 años, ¿cómo podía decidir para toda una vida?

Al final la clave me la dio la escritura.

-Mirad -le dije a mis padres, sentados en el sofá-, yo odio las matemáticas. ¿De acuerdo? No puedo con ellas, soy malísima en mates y en física. Por tanto, no puedo ir por ciencias puras. (Por tanto allá va la bióloga marina...). Tampoco puedo ir por letras puras. No me gusta el latín. Y ya es tarde, nunca lo he estudiado en el instituto... 

"La única opción es ir por mixtas". Afirmé convencida.

Economía y Psicología humana.

Esa era la alternativa a física y a latín.

Y fui por ahí. Ambas asignaturas me aportaron mucho.

La Selectividad se me dio fatal por un problema de método de estudio. Yo estudiaba escribiendo. Me hacía un resumen, recordaba el resumen, tenía memoria visual... y luego simplemente tiraba del hilo y componía el tema.

Pero hay un fallo grande en esto. La Selectividad era un examen de toda la materia de los libros.
No tuve "tiempo físico" de transcribir los libros. Fue un error grande. Me pasó factura.

Por suerte, en Economía saqué un 9. Y pese a rozar el 6 en algún otro... mi media fue buena. Además, venía con una matrícula del instituto. 

Tenía un notable alto de media en la Selectividad + Instituto.

Y un listado de carreras.

Por supuesto, las ciencias descartadas. Sencillamente, no podía optar a ellas con un bachillerato mixto.

Miré el listado de carreras que correspondían a mi bachiller.

"Periodismo" (como en La Brujita Gari...)
"Derecho" (ufff, paso...)
"Magisterios" (¿Yo de profe? No creo...)
"Comunicación Audiovisual" (esa es la carrera de mi amiga Parisina)
"Publicidad"
"Psicología"
"Filología"
"Bellas Artes"
"Administración y Dirección de Empresas".

Venga a pensar. Yo sola, en mi habitación.

"Debería elegir periodismo, ¿no? Me pega, ¿verdad? Nelly-la-periodista... Es que sino, ¿qué voy a hacer? ¡No me llama nada! Yo iba a ser bióloga... ¿Y si estudio Psicología? Ay, no sé... "

Tardé no se cuánto hasta que volví a salir de la habitación y a hablar con mis padres.

-Publicidad -dije.

En estas cosas los padres... tampoco pueden hacer mucho.

-Veréis... yo escribo, ¿no? -(eso ya lo sabían todos en casa)-, bueno, pues un copy creativo escribe. ¡Se pasa el día escribiendo! Y yo sé que eso lo sé hacer bien. Así que estudio publicidad. Me gusta y es creativo.

Para publicidad pedían un 7,3 de corte. Estaba muy de moda.
Para periodismo un 7.
Matemáticas pedía un triste 5 (cosa que jamás comprendí, nadie estudiaba algo mucho más importante que lo mío).

Entré en publicidad. Becada.

Acabé publicidad.

Entré en una agencia.

Tres años después abandoné la publicidad. No era mi mundo. Me metieron en "Cuentas". Ejecutiva de Cuentas, por mi aspecto, cuando yo era creativa. Mi único consuelo era la redacción de notas de prensa y de anuncios. Eso era lo que yo quería. Pero acabé en relaciones públicas, ¡yo! ¡que salgo huyendo de reuniones de amigos, obligada a reunirme con gente famosa cuyos nombres era incapaz de recordar!

Mi segunda temporada en la agencia (se dividió en dos y me llamaron) llevé prensa de actores.

Recuerdo a los actores. Recuerdo las entrevistas. Recuerdo alguna anécdota graciosa con un espejo. Y recuerdo volver a abandonar, con la crisis, ya de manera definitiva, el sector.

Y meterme en Seguros.

Y publicar con Espasa.

La Publicidad es... complicada. No a nivel de mensajes, aunque a veces sí, es más una especie de lucha de egos, donde la creencia de ser superior y de ser lo mejor a mí se me atraganta. Vale, mueve millones... pero... ¿de verdad no hay nada mejor que hacer con tu vida que vender alcohol (o tabaco) a menores? ¿Es en eso en lo que hay que poner el esfuerzo creativo?

Ahora resulta que estoy un poquito enamorada de un actor (pero poco, muy poco). Un actor que me entiende, un actor que resultó haber abandonado la carrera de científico, cosa que resulta tan curiosamente extraña... Un actor que eligió la carrera artística. Y hoy tras hablar con él... resulta que necesita una agencia. Es decir... de repente, todas esas horas en las que yo pensaba: "¡Dios, ¿a quién le importa tal y tal revista?!" con el teléfono en la mano... A él le importa. Esas "fiestas de intercambio de tarjetas", ese "yo conozco a ese que conoce a aquel..."... oyéndole hablar...  lo empiezas a ver todo de otro modo.

(Curioso, ayer echaban La La Land en la tele, jajajaj, que trata un poco esto también).

-Bienvenida al mundo real -me dijo.

Qué duro es a veces, pero qué razón tiene. Nunca había pensado que ese trabajo fuera relevante. El de la agencia. Lo aborrecía, de hecho. No era más que una gota de imagen en un mar sobre-saturado. Mi única felicidad era redactar los textos para las revistas. Eso me encantaba. Y luego pasé a una empresa donde redactaba las comunicaciones de Ventas. Y me acuerdo que mi jefe me llamó por una crisis, yo redacté un boletín, el jefe lo leyó, y me miró con una cara:

-Pero... Nelly... has cogido un problema de producción y una decepción y lo has transformado en un regalo y una oportunidad. ¡Si casi parece un premio!

Sonreí.

Claro.

Mi jefe no sonreía nunca (en aquella multinacional) y puso una sonrisa muy rara mientras se alejaba por el pasillo meneando la cabeza y diciendo: "no puedo creerlo, ya no hay crisis...".

Nadie me dijo que en la carta tuviera que salir la frase: "se ha roto la cadena de montaje en China y este producto no va a llegar". En vez de eso, me centré en el producto que sí llegaba y que sustituía al anterior. Y además eran dos, en vez de uno.

Soy buena para eso. 

Pero nunca me había puesto en la piel de un actor.

En realidad es un empresario. Dijo otra cosa que me sorprendió mucho:

-Mi amigo Menganito -dijo-, le llamó XXX (editorial enorme que no vamos a nombrar). Que le quieren encargar un libro porque tiene un millón de seguidores. ¡Le llama XXX a él! Y mi amigo no quiere escribir. Pero lo hace. Y no lo hace bien porque no es escritor ni le interesa serlo, ¿entiendes?. La editorial vende tropecientos ejemplares... ¿y sabes lo que hace con ese dinero? Te publica a ti... O sea que él te paga tu libro. 

-Pero... lo que realmente importa es ser bueno. Escribes bien, el resto llega.

-Ten seguidores, ya verás como llega antes.

Qué mundo tan complejo.

-¡No! -protesté-, Yo no voy a ser una autora por tener seguidores. Yo quiero tener seguidores por ser una autora. ¿Me entiendes? Mis dos mil seguidores... me van bien y soy una autora pequeña...

Y recordé a Jerónimo Tristante en la tertulia diciendo: "Nelly, con 6 novelas ya...hazte valer un poco. Es que no te haces valer, te lo decimos todos...".

¡¿Y cómo?!

No sé cuál es el camino correcto. Estamos sobresaturados de estímulos, cuentas, música, arte, cine, historias (hoy me he enterado de que hay unas cien personas que hacen lo que mi actor).

Perdonad que sea cabezota pero tengo una creencia que es algo bueno, sale. Y ya está. 
¿Acaso no he ganado concursos? ¿Acaso no publiqué con Planeta?

Hay que centrarse en escribir. Lo demás, ¡viene solo! (si tiene que llegar) y si no, no viene.

Dicho lo cuál... reconozco que le he pedido algunos contactos. Pero eso no descuida la calidad de las obras. Él es valioso por el arte sobre el escenario.

-¿Por qué te dedicas a esto? -pregunté-, ¿por qué puedes hacerlo? ¡Porque eres bueno!

-¡No, yo me dedico a esto porque cumplo! Y como cumplo, me puedo dedicar a ello...

-¡Es porque eres bueno!  -le dije-Si eres bueno...

-Claro, como Van Gogh...

Tardé unos segundos en contestar:

-¿Pero qué dices? ¡Van Gogh se murió de hambre! Si no vendió un .... -me quedé callada. Mira que tardo en pillar las cosas a veces-,... sólo cuadro más que a su hermano...

-Van Gogh también era muy bueno.

Me reí.

-Si Van Gogh levantara la cabeza... Pensaría que somos idiotas.

 



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