En el que tengo que comprar billetes de avión



Ayer tuve un día horrible. Pequeñas tonterías juntas, se me hicieron un mundo. Me enfadé... y yo cuando me enfado soy como el dragón Mushu, con Mulán. Es decir:

"Ya está. ¡Deshonra sobre ti, deshonra sobre tu vaca!"

No sé si habéis visto esa escena pero es brillante. Casi como algunas de los Simpson.

En esos momentos me hago un bicho-bola (erizo) me cubro con mis puas y bajo rodando la ladera de la desesperación mientras el Universo es malo y hostil, y es mejor alejarse de todo para no salir herid@s...

Sólo que esta vez, recurrí a un amigo.

Y mientras bajaba la ladera rodando, él contestó:

-Vamos a ver, locuela. Primero: vales un montón. Y segundo, ¿quieres hacer el favor de confiar en alguien de una vez?

Rueda-rueda-ru...

Detuve mi descenso al abismo emocional.

-Es que... -le dije.

-Ya.

-Pero... -añadí.

-Sí.

-¡Y además...! -repuse.

-Entiendo.

Lo malo de cuando tus amigos te conocen, es que te conocen.

-Primero -me dijo-, te voy a cambiar el humor. Nelly: te quiero mucho.

¡jajaj!

-NO! 

Vi alejarse mi enfado... ¡y lo necesitaba para seguir molesta!

-Sí, te quiero. Te quiero un montón, eres una tía divertida, estás muy loca. Eres la más inocente de todos nosotros... a veces, y...

-¡Calla! ¡Necesito estar enfadada! ¡Te he dicho que lo he dejado! que no va a funcionar, que no quiero saber nada que...

(...deshonra sobre ti....)

-No, no, tienes que oírlo todo.

Y así seguimos un rato.
Luego la conversación se convirtió en una "conversación de tíos" que no voy a reproducir. Los chicos tienen una forma de hablar más directa y que por algún motivo me parece más sencilla de entender que la conversación con mujeres. Las mujeres me dan terror. Porque no sólo hay que atender a lo que se dice, sino a un montón de señales externas. Y, además, las mujeres, como sientan envidia, hacen mucho daño.
Con los hombres es raro que alguno sienta envidia. No compiten.
Así que, ... si quiero ser como soy, casi siempre es con hombres y no con mujeres. Tengo más amigos que amigas. Pero las amigas que tengo, lo son de verdad. (Mi amiga parisina, por ejemplo, es absolutamente maravillosa).

Sólo digo que con las mujeres a veces hay que tener cuidado. No siempre, sólo a veces. 

Total, se me pasó el mal humor. Aún así me dormí pensando: "yo tengo razón y he hecho bien en tirarlo todo por la ventana y huir"

Y como siempre, al día siguiente, se me había olvidado todo, y escribí pidiendo disculpas. No disculpas, sino en plan: "oye, ¿sabes ayer cuando salí huyendo? Bueno, pues que no era para tanto".

Respuesta del otro: "Me alegro de que estés mejor".

Aaainsssss.

Aunque tomemos decisiones acertadas, el modo de tomar la decisión también es relevante. Y las razones. 

Necesito una camiseta de Mushu.

Y decidir qué quiero de cumpleaños.



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