Karma, culpa y responsabilidad.


Esta entrada va de cómo comprendí lo que los budistas llaman "Karma"
Así que si no eres budista o no te van los rollos espirituales (o no eres científico), mejor no la leas. Te vas a aburrir.

Uno de los conceptos que me resultan más complicados y conflictivos de entender es el karma. Yo me he educado en la religión cristina, donde toooodo es culpa. Esto es culpa, aquello es culpa, lo de allí también es culpa.
Hasta que el Muso apareció y quise entender cómo funcionaba y me puse a estudiar budismo. 

Pero con el karma tenía un problema. Karma en sánscrito significa acción. Y en la cultura popular se conoce como "si haces cosas buenas, te viene algo bueno, pero si te pasa algo malo, es por algo malo que has hecho previamente".

Yo no puedo estar conforme con esto.

Eso significa que cuando alguien muere, se lo merecía. Que si alguien nace en una guerra, es por su culpa. Y que si tu pinchas mientras conduces, pues también es porque has hecho algo mal.

Sinceramente, esto no es sano. Tú no puedes andar por ahí, en un mundo que al parecer no controlas, pensando que todo lo que ocurre es por cosas que tú haces. Más que nada, porque entonces deberías controlar todas tus acciones. Lo que envuelve la vida en una enfermiza obsesión de control, con mal previsión de futuro puesto a que aunque te encierres en un monasterio a orar por el bien común, si un día cae un rayo en dicho monasterio, vas a pensar que es culpa tuya y resultado de una de tus acciones, con lo cuál lo más probable es que -llevado al extremo- saltes desde el campanario llorando.

Sabéis que durante la pandemia, decidí releer el libro Oveja Mansa, de Connie Willis.

Y aunque la historia la primera vez me pareció floja, en esta ocasión me reí bastante e incluso me entusiasmó. Y cuando le conté de lo que iba al que me enseña, me dijo: "Eso es el karma".

Ah... es que eso no tiene nada que ver.

Oveja mansa

La novela, ya os lo comenté, trata de una socióloga que trata de averiguar el origen de las modas. Concretamente, la del pelo corto el siglo pasado. Aunque le daría igual investigar los Tamagochis o los chinitos de la suerte, o el hula-hoop. Ella quiere saber por qué algo se extiende por el mundo y otras cosas, no.

Tiene una ayudante terrible. Una especie de castigo cósmico, que le complica el trabajo, no sólo a ella, sino a todo el mundo. 

A lo largo de la novela y debido a que la ayudante no entrega un impreso de petición de fondos de un colega suyo, el científico que trabaja en Teoría del Caos, se queda sin financiación y sin empleo.

Y la prota, le dice: vamos a trabajar juntos, yo consigo unas ovejas para estudiar cómo circula la información en un rebaño y tú aplicas tus investigaciones de Teoría del Caos.

Consigue ovejas porque su novio (parece que tiene una especie de novio, pero ella no está muy colada), es granjero.

Le llevan las ovejas a la empresa, y las ovejas no bajan del camión. 

Ella pregunta al novio y el novio contesta: Necesitas una mansa.

La "oveja mansa" no es mejor que las demás. Sólo es aquella oveja un poco más ansiosa, o rápida, o hambrienta. Una que simplemente, se mueve un poco antes. Lo que no sabe es que las otras tienen instinto de seguir a la mansa. De tal modo que al moverse ella, se mueven las demás. Y ella no sabe que las guía, y las demás tampoco saben por qué se mueven. Simplemente, funciona así. 

El final de la novela ocurre cuando la investigadora se da cuenta de que no puede encontrar el origen de la moda. Y entonces como una iluminación comprende dos cosas, la primera, que se ha enamorado de su colega, y la segunda, al poner todos los hechos de la novela bajo su método científico (une todos los cabos, igual que unía cabos entre la gran depresión y el pelo corto, el auge del perfume y el pelo corto, el precio de las pipas de girasol y el pelo corto...) comprende que no hay una única causa. Aunque Flip estaba involucrada en casi todos los escenarios.

Flip es su ayudante.

Al perder Flip el impreso, el colega se queda sin fondos, esto propició que ella le dijera que trabajaran juntos, pero no podía tener los animales porque no había dinero... sólo pudo obtenerlos de la granja del novio. Luego si el novio no tuviera ovejas en ese momento, sino papagayos, la cosa no habría funcionado. De igual modo, no obtendría los permisos de no ser porque sus jefes intentaban ganar una beca multimillonaria (por cierto, la de la beca estaba allí, trabajando de incógnito y observando). 
No hay una sola causa.
Y, desde luego, Flip no era "la causa" que alguien habría señalado como heroica y motivadora de todo. Flip era el accidente. El tornado. El bache que te hace pinchar y luego tienes que ir a ese taller donde conoces al hombre de tu vida. Estaba presente en todos los escenarios, iniciaba todas las cosas (siendo a la vez, parte de la cadena) pero no es una causa única. De igual modo, no había causa única para el pelo corto. 
Según la novela, alguna "flip" entró en una peluquería y se cortó el pelo sin saber lo que estaba desencadenando. Igual que la mansa baja del camión sin saber que van a seguirla cien ovejas.
De igual modo que un animal en un mercado de China puede acabar provocando la tragedia que tenemos. Una mariposa bate las alas en Pekín y en Nueva York hay un tornado.
Eso se llama causa-efecto.

Y por lo visto también es el karma.

"Aaah!" dije "bueno, eso sí, claro, en eso no hay que "creer", eso es una verdad científica".

-Pues ya lo tienes.

Ahora viene la segunda parte. Pero antes debo deciros que en ese momento me cambió una visión que tenía sobre nuestra existencia. Veréis, antes, que se dieran las circunstancias para que en la Tierra surgiera la vida me parecía algo improbable y milagroso. Tras leer y comprender el libro, ya no era milagroso: sucedió porque podía suceder.

Diréis, ¿qué?

Vamos a ver... ¿puede un planeta en una galaxia de mil millones de estrellas recibir el impacto de un meteorito con bacterias y que justamente ese planeta tenga agua, gravedad y condiciones adecuadas para que esa vida prospere? Sí. ¿Por qué? Porque puede suceder. Si puede suceder... sucede. 

Ese capítulo en el que la doctora une cabos de todo tipo (el precio del atún en el puerto con el pelo corto) es maravilloso. Porque si tu marido es pescador y resulta que no hay atún en el océano, y tú tienes una larga melena pero pasas apuros económicos, al final vas a la peluquería y dices: "oiga, córteme el pelo que se lo vendo" y cinco meses después todo el mundo lleva el pelo corto. Eres "la mansa". La que está sentada detrás te copia el peinado, sale y su esposo es periodista, en un acto público con una actriz, ella ve el peinado que te has hecho, lo copia y sale en los medios. Al día siguiente le copian cien mil adolescentes americanas. 
Todo porque no había atún en el océano.

Eso, si es el karma, no hace falta "creer" o "no creer", eso es una red de causa-efectos en la que vivimos. Y cada efecto es causa de una nueva cosa. Y así una y otra vez.
Supongo que es lo que ellos llaman Samsara.

Entonces, que yo compre un móvil hecho con coltan... perjudica a mucha gente, pero bajo mi punto de vista esa gente "no tiene culpa". Me falta unir lo de "actos que traen buen karma" con ese supuesto resultado. Veréis, todo lo que yo haga (lo que hagamos todos) va a tener una repercusión. Los coches afectan a mi salud. Tirar una bolsa de plástico envenena los océanos. Y eso al final, vuelve. Vuelve en forma de pandemia, o perjudica a mi vecino. Pero eso no significa que el vecino sea culpable.

Cuando pregunté esto al que me enseña me dijo que tenía una "gran confusión" (no me ofendo, es verdad lo que dice, es un jaleo tremendo) y luego añadió algo sobre lo que es bueno y malo para mí. Que lo averigüe. Porque, veréis, si todo es causa-efecto, a lo mejor yo le doy una patada a un perro, el perro se enfada, gruñe, pero se va por otro camino y resulta que eso le salva la vida porque un camionero borracho iba a tropellarlo si seguía por esa senda. ¿Conocéis el cuento del hombre que se rompió una pierna y luego vino una gran guerra y no pudo ir a luchar? Sus vecinos le van diciendo: "Hala, qué malo!" "Hala, qué bueno!" y él solo contestaba: "Ya se verá..." Como que nada era bueno o malo porque sí.

Para acabar os voy a contar cómo aprendí la diferencia entre "culpable" y "responsable". 

Hace años alguien me preguntó por qué no iba en avión a mi pueblo. Yo contesté una serie de excusas relativas al tiempo y los aeropuertos, y luego añadí el motivo real:

-¡Además, en el tren nunca pasa nada! ¿Has visto algún accidente en tren? ¡Pues mira, voy en el tren por eso! ¡Ya sé que se tarda más, pero es más seguro!

A los tres días, se produjo un gravisimo accidente de ese tren, en Galicia.

Cuando yo digo que el destino es muy irónico me refiero a esto.

Si el accidente fue el miércoles, yo tenía que tomar ese tren el domingo. El tren se divide en dos llegado un punto, y el que tuvo el accidente fue la mitad que seguía para el norte, hacia Santiago. Mi mitad, se desvía hacia el oeste, hacia Vigo. Pero de todos modos, es un viaje de seis horas y se notaba un ambiente muy... no sé, triste. 

El motivo del accidente es que el tren entró en una curva de no más de ochenta, a casi el doble de velocidad. Y una de las frases que dijo el conductor es que por qué no se había matado él también.

Y aquí es donde la diferencia entre culpable y responsable surgió.

Hablando con alguien que sabía mucho de leyes, me dijo:

-Nelly, un culpable no va a la cárcel.. un responsable, sí.

Esto me chocó muchísimo. "¿Cómo?" en el lenguaje cotidiano, si eres culpable... a la cárcel. En el jurídico, el delito culposo es menor que el delito doloso. 

El culpable era el conductor. (Igual que la culpable de que bajen las ovejas, supongo, es la mansa). Él era el que tenía la velocidad del tren a su alcance.
Ahora, ¿qué ocurre cuando yo diseño una vía para 80 km/hora y permito que un tren que alcanza los 210 circule por ella?
¿Quién es responsable?

Y ahí vino la palabra "responsabilidad". Yo le dije a esta persona:

-En mi lenguaje, prefiero ser responsable que culpable.

Tuvimos un gran debate. Y al final, me entendieron bien:

-Si tú me llamas responsable, me das capacidad de acción. Si yo soy "responsable" de haberme dejado abierto un grifo, es que yo lo puedo cerrar. No sé si me entendéis -dije-, tengo capacidad para actuar. Pero si soy "culpable de haberme dejado el grifo abierto", lloro.

Y esto, al parecer, es meramente subjetivo y linguístico:

"¡Tú tienes la culpa!" (me siento fatal)
"Tú eres responsable de esto" (Nelly, tú puedes cambiarlo, si quieres)

¿Véis la diferencia?

Dejé de usar la palabra "culpa" al día siguiente.
Es raro que la emplee, a veces se me escapa, pero es raro. La culpa ata. Y es un sentimiento malísimo.

Así que... en lo del karma, hay que tener cuidado, porque se usa como "algo has hecho que el destino te trae esta cosa mala" y ... yo no quiero verlo así. No es tan inmediato. Ni tan sencillo. Hay gente que provoca guerras y es rica. Y hay gente pobre que nace en medio de esas guerras y son inocentes. Que todo está conectado, sí, claro. Pero ¿cómo?

Esa es la clave, ¿cómo se conecta? ¿existe de verdad una relación entre hacer cosas buenas y que nos ocurran cosas buenas? ¿es algo más sutil? 

Estas y otras incognitas en la próxima entrada filosófica de Budismo... ¡Jajaja! 

2 comentarios:

David Hernando (Davidel) dijo...

Muy bien explicado Nelly. El libro tiene que estar muy bien. He visto series que tratan y explican el Karma de ese modo. Las mas recurrentes son las de viajes en el tiempo, donde se ve muy bien esto.
Creo que en muchas ocasiones no se entiende bien el Karma y por eso hay gente critica esta ley natural.
Asi que bravo por la explicación. Algo asi de bien tendría que explicar en el canal, aunque no tenga esa melena tan bonita y esa voz tan prodigiosa. Y si me pongo peluca?
Buen domingo Nelly!!

Nelly dijo...

jaajajaj!jajaja!
Estás muy loco!
Buen domingo!

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