En el que me vuelvo muy, muy vaga...


Me desperté pronto, aunque hoy no trabajo. Y me volví a dormir.
Pasadas las nueve y cuarto me levanté y rodé hasta el salón, me senté subiendo las piernas a esa especie de manta de oso que últimamente me produce la sensación de estar en una barca, siendo un náufrago en mitad del océano, y miré el libro de Tuareg.

"Ah, Gacel... estás a punto de lanzarte a través del desierto en una aventura descabellada".

Resulta que salí elegida al azar para moderar el club de lectura, propuse varios libros, pusieron pegas a todos y finalmente añadí dos a la lista: Carrie y Tuareg. Éste último les encantó. Dado que es probablemente de mis cinco libros favoritos ( El Guardián entre el centeno, Middlesex, Libertad, El hombre que se enamoró de la Luna, Sin noticias de Gurb) me pareció fantástico. 

Puse la tele, abrí el libro, quité el volumen y me puse a leer. No había atravesado ni cien metros del desierto cuando lo dejé. Y la tele tampoco valía para nada. Me preparé un zumo de naranja y volví al salón. Salvo una película, en la que dos personajes de los tempranos años veinte bailaban jazz, los demás canales no valían para nada. Me pregunté si no era la estética lo que me llamaba la atención.

Y así dieron las diez, las once.. a las once y media miré el reloj con desconfianza. "¿Qué me pasa hoy?" Normalmente, soy un polvorín de energía. Sin embargo, podría quedarme en sofá sin hacer nada horas y horas....

Mi corazón late a 60 pulsaciones por minuto y tengo la tensión baja. En una de las ocasiones que me levanté para ir a la cocina me dio un mareo de lo más incómodo. Si estoy tumbada, llego a 54 pulsaciones. Soy un vampiro.

"Bueno, ya está bien" pensé.

Miré alrededor: "Vamos a hacer cosas".

Pero una parte de mi mente decía, ¿para que? "Vamos a hacer esto"... ¿para qué? "Vamos a hacer lo otro"... ¿para qué?

Genial, "¿Voy a quedarme todo el día en el sofá haciendo la croqueta mientras afuera llueve?"
(Sí.)
Pues no.

Entonces entendí por qué la gente hacía pasteles. Y panes. No es que tenga hambre, jajajaj...

Llamé a mi tía, su estado de ánimo era tan alegre que me dio pena no poder igualarlo. Es increíble, el tema de la energía y el teléfono. Bueno, la comunicación en sí. Colgué.

Eran casi las doce. Si volvía a subir los pies a la manta peluda... estaría perdida...

Bien, cerebro, pensé, ¿no quieres espabilar? Verás cómo lo arreglo...
Me acerqué al móvil, (jejejeje, que mala soy) y puse música.
Allá fue la pereza por la ventana al ritmo de Ava Max. La de Torn me tiene enganchada estos días. 

^_^ Ahora sí... 

Cambié la ropa de la cama, puse mi favorita, saqué de mi armario "de invitados" una taza de café diferente a la de los otros días, me preparé uno; puse una barrita de incienso al buda que hay en el salón, abrí las ventanas, metí las sábanas viejas en la lavadora, saqué el café del micro, le eché azúcar, confundí las tapas,  jajajaj! me dio un ataque de risa. Tapé el bote de cristal con la tapa del azucarero, la del azucarero la empleé para tapar el bote de café. "Eva, se te la va la pinza" me dije, acercándome al estudio para ponerme a trabajar en la novela...

Eva 1, cerebro 0

¡Jajajajaj!



Son 4 los días de vacaciones que tengo por delante y no pienso dedicarme a perder el tiempo. Esta genial quedarse amodorrada un rato (ayer me eché una siesta... de dos horas), y es genial (y raro) en mí hacer algo así. Pero un poquito de disciplina, por favor... ^_^ !!





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