En el que dejo las cosas como estaban.


¿Sabéis una cosa? Yo no puedo más. Lo digo miles de veces. Que no soy buena en esto, que soy una chica muy rara. 



... que va todo del revés. 

Y lo intento.

Pero...  imaginaros una balanza. Me gusta ver las cosas en términos económicos.

En un lado, tenemos el corazón. El corazón te dice que quiere cosas, y tiene dos características: es auténtico y le dan igual los prejuicios sociales. Le da igual el sentido común. Lo que no sea presente... El corazón sabe lo que quiere. No tiene dudas. Señala en la dirección correcta. Un día te levantas y sabes que quieres tocar el piano. Aunque tengas las manos muy pequeñas. Otro día te levantas y te apetece cortarte el pelo. Otro te levantas y sabes algo... que acaba pasando. 

Luego tenemos nuestra cabeza lógica. La que lo llena todo de límites, fronteras y trabas. La que evalúa los riesgos. La que te dice: "¿lo has pensado bien?" "¿has hecho un balance de riesgos y beneficios?" "¿has previsto ya este escenario?".

En medio estás tú. Sin saber a que atenerte. 

Le dije a mi parte lógica que el corazón tenía razón, que lo que me había llegado era justo lo que necesitaba, que vamos a mover ... los muros y dejarnos llevar. Que lo tenía todo controladísimo.

Pero no es cierto. 

Y el problema de este corazón es que... no hay quien lo controle. 

Con lo que toca recurrir a la parte lógica.

La parte lógica contesta: "¿Lo apago?"

Sí.., tengo un botón que apaga sentimientos. Es extremadamente espectacular. 
Cuando pulsas ese botón la vida se convierte en una magnífica sucesión de trabajo, horarios, balances de cuentas y gastos, análisis de películas, días perfectamente planificados y rutinas cíclicas.
Luego el corazón se toma la revancha, no os penséis.

Pero es que si la alternativa es incertidumbre, miedo, y echar de menos... cosas que no puedes controlar.. no parece que haya mucha opción.

Así que... nos olvidamos de todo!
Sólo quería avisaros porque... ¡tengo 40 lecturas diarias! siguiendo lo que sin duda parecía una bonita historia interesante entre una escritora y un actor.

Pero se acabó. 

Hay también otro motivo. Si me olvido de todo ahora... para mí él sigue siendo un tipo estupendo y le deseo todo lo mejor del mundo. 
Como de un sólo paso más en su dirección... Lo que venga detrás, no lo sé. 
Y con no lo sé, me refiero a "no lo sé" de verdad. Porque no tengo ni la menor idea dado que jamás he estado ahí. Por triste que parezca, nunca había confiado así en alguien.

Peeeero.. ya está, se acabo. Queda de recuerdo. ¿Tú qué hiciste en 2020? ¡Ah, fue el año ese en que confié en un actor! jajajaj! JAJAJA!

Además, se lo he dicho, así que todos contentos. Se está triste un buen rato, claro, pero luego se pasa y todos contentos. 

Saludos!!! 

Quizá... hasta podamos ser amigos. 

2 comentarios:

Davidel dijo...

Se me refuerce el estomago al leerte. Me pongo muy triste por lo que estás pasando. Es verdad que el tiempo cura bastante, pero ante todo cierra bien el ciclo. Que se acabe, pero con todo dicho y sin que se te quede nada dentro.
Mucho ánimo, muchos besos. Aqui tienes un amigo que te quiere, ya lo sabes.
Buenas noches Nelly.

Nelly dijo...

Desde luego, en otra vida hice algo bien porque si mis amigos fueran joyas... Tendría de un valor incalculable. Gracias, David. Ya verás que esto se pasa... 👍👍

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