Cuentos del niño mensajero: El Actor.


Como hacía mucho tiempo que no invitaba al cartero a su casa, Nelly decidió llamarlo. Sólo recurría a él y a Memphis, la científica de la ciudad, cuando necesitaba desentrañar asuntos importantes. Así que aquella mañana soleada y fría, ya sabía quién estaba en el umbral cuando llamaron a la puerta.

-¡Buenos días! -saludó.

-Buenos días, Nelly. Sabes que hoy no me necesitas realmente....

Era un saludo extraño, pero en vez de responder acogió las palabras con una sonrisa. Le invitó a entrar con un ademán.

El niño observó la casa, deteniéndose especialmente en dos grandes pizarras blancas y móviles que había en mitad del salón. "Lo que me gusta de él" rezaba una. Y "Lo que no me gusta de él".

La científica terminaba de escribir con un rotulador. 

-¿Qué te parece? -dijo Nelly-. Y además tengo un plan.

El cartero sin decir nada se acercó a una de las pizarras.

-No fuma...  -leyó-, es tierno cuando quiere. Su vocabulario... Lee mucho.

Luego miró la otra donde sólo había tres cosas.

- "Vida disipada", "¿Valores?" -miró a la alcaldesa con unos ojos profundos y serenos que parecían tener rayos X- y "Esa cara que no sé lo que está pensando".

-Sí. La misma cara del tren, la misma cara que puso al ver a Puca... ¡odio esa cara!

-Es actor....

-Es cuenta cuentos. No es lo mismo.

Nelly se quedó mirando al techo un segundo.

-Es la misma cara que puso el Muso el día aquel, hace tantos años, cuando yo me enfadé. Y le dije: "... Y tú, no sé lo que estas pensando". ¿Te acuerdas?

El cartero asintió.

-¡Pero no importa porque: mira, tengo un plan!

Con un gran "¡Tachaaan!", Nelly acercó una tercera pizarra. Una con una caja, gráficas, un calendario, un balance de cuenta de riesgos y resultados y una conclusión final. Incluso tenía un "timming o calendario".

-Desde luego -dijo Memphis-, es una mujer muy realista.

-¿Verdad? -orgullosa, miró al cartero con los brazos en jarras como si fuera Peter Pan-. ¿Qué te parece?

Primero el joven mensajero sonrió de manera sutil, pero luego se echó a reír y a reír, y tuvo que ir a  sentarse cerca de una ventana. Utilizando una encimera como si fuera un sillón y cruzando las piernas. 

-¿Por qué te ríes?

-Volvamos a ese momento exacto en el que le conociste. Justo cuando salió al escenario.

Nelly se puso roja.

-¡Sí, ya sé! Tú dijiste algo y yo te respondí. Pero no recuerdo lo que dijiste.

-Tus palabras fueron: "Pues me daría igual, es un ser humano normal, con una vida normal. Lo único que se sube a un escenario".

Tras un silencio, el niño añadió:

-No recuerdas lo que te dije porque no usé palabras, y no siempre me sabes traducir.

-¿Qué dijiste?

-"¿Te imaginas lo que se siente al estar a su lado?"

-Ah. 

- Y lo siguiente que te pregunté es si entonces no te importaría perderlo. A lo que respondiste mentalmente cabreada que no te importaría porque "además es FEO!". ¡Jajajajaj!

-¿Yo dije eso?

-Lo pensaste.

-¡¿Y has montado todo este rollo por eso?! ¡Tres meses de e-mails y dos meses de ... lo que sea que esté pasando... porque yo te dije que me daba igual!

El cartero se encogió de hombros:

-¡Enseñanza! -dijo.

-Hum. Bueno.... aún así, mi plan es un buen plan.

-Montado sólo para que no te pueda hacer daño.

-Claro.

El cartero volvió a curiosear las pizarras. La lista de "cosas que me gustan" tenía muchas, pero en la de "cosas que no" parecía haber tres insalvables. Con parsimonia se levantó y borró con la mano donde ponía "Valores".

-No los conoces aún. Cámbialo por "ser egoísta". Lo que también es un modo de protegerse. Amar requiere valor... cosa que a los dos os falta, aunque en distinto sentido.

Nelly se rascó la cabeza.

-Tú sabes que esto no va a funcionar.

Más risas.

-¡Bueno, Memphis lo sabe! Con que lo sepa ella, que es la parte lógica de la ciudad... lo demás no importa.

-Ya estamos con "buenos" y "malos", "blancos" y "negros". Lo que funciona, y lo que no .....

La alcaldesa se cruzó de brazos. 

-Encima de que te invito a la casa consistorial para que veas que tengo un plan y que todo está perfectamente clasificado... 

El cartero miró al techo y recogió la bandolera que había dejado al llegar.

-Tengo que irme. El mundo es amplio y tengo que llevar cartas, mensajes... ya sabes.

-No te vayas lejos, ¡ése actor me asusta!

-No tanto ya. ¡Venga, ponte a escribir que tienes muchas cosas que hacer hoy!

-¡Gracias por venir a verme!

El cartero abrió la puerta y se fue, dejando a Nelly y a Memphis a solas con sus pensamientos.



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