Cosas varias.


Ayer fue un día bastante intenso.

Al montar en el coche me puse un audio que ya había escuchado, titulado gratitud. Lo pongo porque al conducir con esa voz de fondo, me tranquilizo y de alguna manera conduzco más fácilmente. De hecho, pensé: "No hace falta ir asustada, van a respetar tu espacio. ¡¿Ves?! No pasa nada, ... ¡pero si estoy yendo tranquila!".

Detenida en un semáforo un coche me golpea por detrás.

¡PUM!

No me lo puedo creer.

Llegó a la oficina, me llega un sms:

Sms1: "Nelly, ven al módulo A"
Sms2: "Nelly, porfa, hablé con menganito y ven al módulo B"
Sms3 (segundos más tarde): "Nelly, por favor, al llegar ven a verme al módulo X".
Sms4: "Nelly, ven al módulo D".

¿¿??

¿Sabéis? En otra época esto me habría estresado. Pero ya no.

Simplemente esperé a que los mensajes se llevaran la contraria los unos a los otros.

Me crucé en un pasillo con otro compañero que me indicó algo (el nivel de energía ya era... poco adecuado para mí) y le dije: "Ven, vamos juntos a ver al emisor del primer mensaje".

Con poco adecuado me refiero a que las otras personas estaban activas y nerviosas. Y yo soy una tía muy sensible. ¡Jajajaj!

Llegamos al emisor del mensaje uno. Quejas. Vale, ok, busca desahogarse. Como entiendo y además respeto a esta persona, tras un rato de hacerme cargo, acuerdo a qué lugar voy y llego a ese lugar. Nada más entrar, el super que había allí me dice: "No, no, no, tú jefa dice..."

"Ya empezamos". Huelga decir que la estructura gramatical: "Tu jefa...." implica amenaza soterrada. Y pienso: "Vamos a ver, puedo explicarle que tengo 8 sms con informaciones contradictorias o puedo sentarme y trabajar".

Opto por lo segundo. Mientras aguardo al compañero al que doy formación, llegan otros 3 sms diferentes, más un correo electrónico.

El compañero viene y me dice que el correo del emisor 1 decía que íbamos a otro módulo.

"Ve y habla con ella" contesto.

Porque... yo vengo de allí. ¡Jajajaj!
Al poco rato, el compañero vuelve, se sienta a mi lado, y resopla.

Se queja.

También le comprendo.

Hay una frase de Jack Sparrow muy buena que dice: "lo único que verdaderamente importa es lo que un hombre puede hacer... y lo que no puede hacer".

Mis amigos se ríen o alzan las cejas cuando la digo, pero es que tiene mucha razón. Yo puedo cambiarme de sala doce veces si es necesario, porque soy flexible. Pero no puedo estar en dos lugares a la vez. Ni atender dos órdenes a la vez. Por tanto, sabiendo esto, tengo que resolver lo demás.

Mientras realizo mi trabajo de formación, echo un cable a otros compañeros que están trabajando con clientes, hasta que me llaman por teléfono. "Que si podemos interrumpir la formación para ir a una sala distinta".

Sí, podemos.

El cierre del ejercicio más el traslado de planta lleva unos 8 minutos. La compañera en dicha sala que pide ayuda se va en 10. Y quien me lo pide, lo sabe. Pero es capitán y yo solo soy marinero.

-Pues si me hacéis el favor...

-Faltaría más... -respondo.

Al acabar la formación tengo un compañero nuevo desconcertado, otra compañera nerviosa y un cierto caos alrededor.
Lo extraño es que yo estoy super tranquila.
Y esto es nuevo.

Pasados esos quince minutos, todo se calma, cesan los agobios y yo sigo igual que antes.
¿Qué es lo que ha pasado aquí?

Lo que pasa es que la gente lleva un nivel de energía del que no es consciente. No significa que sea incorrecto (a mí, al darme con el coche, se me pasó de golpe la cortesía y el buen hacer en carretera, busqué donde detenerme y seguro que obstaculicé a todos). Esto es normal, el cerebro prioriza.

Pero vamos un paso más allá. ¿De qué me sirve enfadarme cuando hay una cola de siete personas demandando cosas? o 9 correos diferentes.

Podría decir que el enfado o el estrés me harían trabajar más deprisa, pero no es cierto. Bueno, acelero el ritmo pero no leo con detenimiento. Mi cerebro me pide "más espacio" para tomar decisiones. Soy mando medio, no olvidemos (jajajaj! lo digo con orgullo jajajaj. Pero pensad en jefe de equipo, que se parece más).

Atender rápido no significa atender bien.

Volvemos a "lo que un hombre puede hacer y lo que no puede hacer". A lo mejor yo solo puedo contestar a 8 correos en un minuto. Otros puede que consigan contestar a 15 y otros sólo a 2. Lo importante aquí es darte cuenta de tú número.

A media tarde, mi jefa me comunica que durante mes y medio voy a tener el puesto (en funciones) que desempeña mi admirado Muso.

¿¿??

Vaya.

Hum.

Esto sí que no me lo esperaba.

Ahora voy a ver si aplico toda esa eficiencia a hablar con el editor (pues me debe un anticipo y un contrato)
Saludos!!!



0 comentarios:

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises