Cosas que no te diré


A veces creo que no hablamos el mismo lenguaje, porque todavía no conocemos el del otro. Pero otras, la realidad es como una ducha de agua helada que me recuerda que quizá no estamos en el mismo peldaño de la escalera.
La confianza que tú me pides, yo no la sé separar de la confianza en la persona. Y no puedo confiar en ti, sino sé quién eres. Seguramente me dirías que soy una impaciente, qué tú lo haces al revés. Ayer me dijiste que "los vínculos no pueden forzarse". Tienes toda la razón, leí de nuevo el texto que mandaste, pero sólo hasta que quedó claro que me conoces demasiado. Sí, yo te entiendo a ti. Pero no me puedo adaptar a lo que pides. 
No es que no esté locamente enamorada, ¡jajaja! No tiene que ver con eso. Me gustas un montón pero de nada sirve si yo no puedo llegar a ti, ni tú eres capaz de llegar a mí.
Parece una negociación entre dos países muy alejados. Que ni siquiera comparten el idioma. A veces hasta me pregunto porqué has decidido sentarte a negociar conmigo.

Yo me tropiezo y caigo -y esto lo hago a menudo-, y encuentro bastante comprensión y apoyo en los que me rodean. Pero si hasta un desconocido se detiene para ayudarme, y tú no estás a mi lado, no puedo luego cerrar los ojos y poner mi mano sobre la tuya, para caminar a ciegas. No depende de mí, yo no funciono así. Cada ser humano necesita una cosa.

Cada persona me parece un universo. Tú pides que ese universo ... se rinda a ti, pero, ¿cómo va a cambiar el universo todas sus leyes por algo que solo ocurre de vez en cuando? 

Me encantan tus historias, las escucharía todas. Aprendería tu lenguaje. Observaría tus tiempos. Te apoyaría en todo. Sería tu refugio cuando lo necesitaras. Cuidaría de ti, cuando fuera necesario. Y buscaría tus brazos para protegerme del mundo, si realmente fuera esa tu intención.

Pero no lo es.

Ojalá pudiera haberte borrado una idea de la cabeza, algo que dijiste estando conmigo. Me propuse quitártela pero no me va a dar tiempo. Yo no sé separar la confianza que tú pides de la confianza en la persona. 

Cuando te vi por primera vez algo interior me preguntó lo que sería estar a tu lado. Y luego, si no me importaría perderte.

Lo que es estar "a tu lado", ya lo sé. 
Respecto a lo de "perderte". Perderte no es difícil así que... La respuesta es, ¿me duele? No tanto como me podría doler. 
No hay una base de experiencias compartidas como para sufrir la ausencia. De eso me alegro. Nunca hemos ido al cine. No conozco a tus amigos. No me has enseñado a bailar...

Como ambas preguntas, hechas por esa parte de mi mente que no entiendo, ya han obtenido una respuesta... supongo que esto es un final. Ya sé lo que es "estar a tu lado", y ya sé lo que es "perderte".

Lo anotaré en mi libreta y...  seguiré caminando.




2 comentarios:

Davidel dijo...

Es lo mas bonito que he leído en mucho tiempo. Eres muy valiente. Hasta a mí, que soy ajeno a esta historia, me late el corazón mas deprisa. Si lo leyera, estoy seguro que no le rompería el corazón. Le rompería el alma, por lo profundo de tus palabras. Quizás le valdría para darse cuenta, que ha perdido a la que podía haber sido, la chica de su vida.
Un beso enorme. Vales mucho.

Nelly dijo...

jajaja! Una vez más, eres un apoyo y un amigo maravilloso. Gracias, Davi. =)
Él es un hombre maravilloso. Y ... poco habitual. Es pérdida mutua... jajaja! Ciau!!!!

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