Hace unas noches (he tardado en escribirlo porque lo sufría) me despertó un dolor de espalda. No es algo nuevo, ya hace tiempo que tengo algún episodio de estos pero.. me enfada tanto que prefiero obviarlo. 

Un ser querido me dijo una vez: "Si el dolor te despierta, tienes que ir al médico".

No le hice caso. Lo sé, lo sé, no es correcto no ir... pero... es que no quiero.

Así que a las 3:55 de la madrugada me despertó el dolor. Me tuve que levantar, no podía estar tumbada. Y... la verdad, lo primero que hice es enfadarme. Tenía planes. No podía perdérmelos. Así que cuando me dio una punzada en las lumbares que bajó hasta la rodilla izquierda y dos lagrimas de frustración me resbalaron por las mejillas pensé: "Está bien, está bien, busquemos un remedio".

Seguro que pensáis: ¿una aspirina? Pues... dio la casualidad de que no tenía medicamentos a mano. Me dijeron que en el botiquín estaba casi todo caducado... Y no lo comprobé.

Aunque una parte de mi mente me estaba diciendo: "vete a por una pastilla", estaba tan enfadada y con tanto dolor que no "me hice" ni caso. Ir al botiquín haría ruido, todas las pastillas están caducadas, esto lo tengo que solucionar yo por mis medios... AAAAYYYY!.

Agarré el teléfono móvil. 

"Conocimiento". ¡Eso es!, la solución de todo. Abrí Google. Y ahí estaba el compendio  de sabiduría de toda la Humanidad. "Dolor de lumbares". Consejos, artículos... estudios, opiniones, testimonios. Menos mal.

Respiré hondo, y me puse a hacer ejercicios.

Dieron las cuatro y media.

Respiré hondo y ese dolor no se pasaba. Con los ejercicios era soportable, pero inmóvil no.

"Vale" me dije, "usa lo que sabes de budismo. Respira y ... AAAAAAAAYYYYYY!"

Ni mantras, ni reiki, nada. Madre mía, qué dolor. Si intentaba meditar lo único que conseguía era que me doliera más. Y lo intenté, pero... bueno, no servía de mucho. Ser consciente y estar presente en la situación, cuando la situación es dolor... en fin, igual no era buena idea. ¿Verdad?

El paso del tiempo me frustraba. "¡TENGO PLANES! ¡MAÑANA TENGO PLANES!". Me dije a mi misma.

A las cinco, viendo que aquello no se pasaba con respiración, me di cuenta de una cosa. Mi enfado estaba empeorando el dolor. Estaba añadiendo sufrimiento a la situación. 

Y me dije a mi misma: "Vale, ok, te duele. No pasa nada. Olvida los planes. Deja de pensar en lo que no hay o no va a ser, y céntrate en lo que es. Y lo que es, es un dolor tremendo. ¿Qué puede tener de bueno esto? Busca algo. Lo que tienes no es grave, se llama lumbalgia. Duele horrores, imagínate la de gente que hay sufriendo ahora mismo dolores, no estás sola. Es lo que hay... y ojalá se nos pase a todos ya mismo".

Curioso. Eso mejoró mi forma de enfrentarme a la situación.

Dieron las seis y media. Dieron las siete. 

A la 7:03 un repentino calambrazo de dolor me hizo decidirme. Una parte de mi mente me decía que si actuaba en vez de tanta queja, y me acercaba al botiquín y me tomaba una estúpida pastilla aquello igual pasaba. Pero como soy una terca cabezota (odio las pastillas, deberíamos ser todos inmortales y no necesitarlas) pues.... Pero sí, ese calambrazo terrible me hizo abrir la puerta, ir al botiquín...

"Esta todo caducado ya verás que.... "

¡Anda!

Había ibuprofeno.

Hum.

Le doy la vuelta a la caja:

- Caduca... este mes... ¡vaya, qué casualidad!

¡jajaja!

Bueno, podía no funcionar. Internet decía que no siempre funcionaba, que las lumbalgias requieren gimnasia y no pastillas. Pero esto es una balanza, superado cierto umbral de molestias, el intentarlo era una opción que me pareció correcta. 

Me tomé el ibuprofeno, respiré hondo y esperé.

Bien, debo decir algo. Cuando a los quince minutos empezó a remitir el dolor, todas aquellas personas dedicadas a la  medicina, investigación y ciencia me parecieron héroes.

Me quitó el dolor.

Los escritores no quitamos dolor, mis enseñanzas espirituales no me quitaron el dolor... la ciencia sí. La mayoría de los trabajos que desempeñamos no son tan valiosos, ni tan importantes, como aquellos que favorecen el bien común. Un bombero... un médico, una enfermera. ¿Somos realmente conscientes de las personas que trabajan o han trabajado en cosas que nos facilitan la vida? 

Así que, llamadme loca, pero ¿no deberíamos invertirlo todo en ciencia y bienestar? 

Yo tengo una teoría pero no sé si alguien más la comparte, creo que el ser humano puede lograr lo que se proponga, si se lo propone. Es decir, si el dinero estuviera en plantar árboles en vez de cortarlos, tendríamos un planeta verde. Podríamos reciclar el plástico, alimentarnos de otra manera, curar enfermedades... pero en vez de eso, pongo la tele y veo gente ganando una millonada por crear mal rollo, difundir mentiras, o pelearse. Un enfermero gana poco, un investigador a veces no gana nada... pero le das patadas a un balón o sales en un reality y te forras. No lo entiendo.

Este hombre:   Antonio Ribera Blancafort  inventó el ibuprofeno y 60 años después a mí me ha curado un dolor de espalda. Un tipo hace seis décadas decide investigar algo y yo gracias a él puedo dormir en el año 2019...  ¿os dais cuenta de lo relacionado que está todo?

¿Sabéis qué? Necesito hacer algo de valor para la Humanidad. Todavía no sé qué, pero... en serio, ni escribir, ni mi trabajo son "cosas que mejoren el mundo". A lo mejor, según como las hagas, con toda tu buena voluntad y entusiasmo, ayudas, pero... me falta algo más.

Y no me vale una ONG, que esas funcionan como empresas (tengo conocidas en ellas y me lo cuentan).
En este propósito sí me puede valer el budismo. Porque, la verdad, jajaja... soy un poco mayor para ponerme a estudiar ciencia ahora, ... jajaja!

Saludos!!

Podríamos cambiar el título a: Buscando una buena causa, ¿somos realmente conscientes de la interdependencia global? ¿qué hacer desde nuestras coordenadas cosmológicas para mejorar el mundo?

Por cierto, a la mañana siguiente llovía así que fue ironía del destino. Tan preocupada estaba yo por mis planes jajajja... Y era de lo más innecesario.