Cómo cambian las cosas. 

Esta mañana medité un rato, unos veinte minutos, luego comí, puse una lavadora,... puse dos. Me dio tiempo a echarme un rato, sobre la cama, sintiendo una paz absoluta. Luego fuimos a Aranjuez, dimos de comer a unos patos... vi a viejos amigos.

Tras cenar, se me pleanteó la cuestión de que algunas cosas de la relación al copiloto le estaban pesando mucho. Pero mi respuesta es inamovible. "No puedo decirte otra cosa... que lo que hay". Y en esto no hay culpables. Imaginad una persona que quiere quedarse hablando hasta las seis de la mañana y otra que necesita irse a dormir a las 11 y dormir ocho horas. Ni la que tiene que dormir tiene la culpa, ni la que desea quedarse hablando de filosofía hasta las seis tiene la culpa. 

Tras un buen rato super-incómodos, yo le dije que le entendía. Pero entenderle solo llevaba a una única respuesta: "busca alguien mejor para ti". La respuesta que él quería... no se la podía dar. Así que se fue. 

De todos modos, si os soy sincera, ya llevaba una semana yendo y viniendo jajajaj!

Quiso darme un abrazo pero el contacto físico era lo último que yo deseaba en ese momento. En general, no suele gustarme que me toquen, ni que invadan mi espacio personal. 

Supongo que el Universo trata de enseñarme cosas sobre la impermanencia y la tolerancia a la incertidumbre. Y yo me estoy enseñando hasta que punto puedo llegar a ser fría. 

No estoy triste.

Estoy perpleja. No comprendo porqué escribo tanto al que me enseñaba Dharma, y le cuento mil cosas cuando está claro que ... en fin, no le importo. NO lo digo como algo malo, solo digo que ... él tiene su vida. Y, sin embargo, a mí, parece que el hecho de que una persona no me haga ni caso hace que yo decida confíar.... y sin embargo, otra persona que parece que quiere estar ahí, solo me causa desconfianza.

No tiene mucho sentido.

Tampoco lo tiene ponerte triste cuando estás sola, si resulta que con alguien te agobias una barbaridad. ¿¿?? Es como: "A ver, corazón, aclárate". Es como ... estar obligada a formar parte del capítulo del Universo sobre Seres Incohrentes. Yo escribiría así el anuncio en Júpiter: "¡Conviértete en ser humano! ¡No saben lo que quieren ni lo que necesitan!"

Es más, conviértete en mujer. Ya verás que jaleo mental. 

Ya dejando de lado las bromas, y hablando en serio, me encantan mis viejos esquemas, me encanta mi espacio y me encanta mi casa, y mis libros. En estos momentos, son cosas maravillosas, fijas y espero permanentes. Cuidado con lo que deseáis meditando. Ahí lo dejo. 

^_^

Ciau.

Ah, tengo otra cosa en la carpeta de deberes. Tengo que dejar de escribir al que me enseñaba cosas. He tomado la manía de escribirle. Y es absurdo. Lo único que tengo que hacer ahora es estar conmigo misma.