Estaba soñando que algo se extendía por todo el orbe. Una especie de invasión. A efectos visuales, eran como una especie de "machas" o puntos o pequeños bichos. Eran como puntitos negros y marrones... la verdad, se parecían a las semillas de lino que eché ayer en el yogurht ¡hajajajaja!

Cuando esos puntitos tocaban a los seres humanos, se pegaban a ellos, y cuando muchos los manchaban, perdíamos a ese ser humano. Así que este sueño va de "no tocar nada".

La gente trataba de mantenerse a salvo pero "solo con estar" se manchaban. Y, en mi caso, ya que no puedes tocar ni suelo, ni paredes, ni nada, iba volando a todas partes. Aún así, es imposible, te acababan manchando.

Cuando vi que tenía unos de esos pequeños bichos, cosas, o manchas encima me asusté, pero un personaje (adivina cuál...), ese personaje extraño, del que saqué al cartero de mis cuentos, estaba también allí.

- Tranquila -me dijo- no es solo que te toque uno... el problema es cuando se os pegan muchos.

Y era verdad.

Podías tener "unas poquitas manchas" o muchas, pero desde luego, era difícil no mancharse. 

Volando para aquí, volando para allá, acabé refugiada en una especie de bar o casa. Con más gente. Y entonces escuché unos helicópteros. Y la gente se asustó. Alguien dijo que era el ejército que venía a lanzar más "puntitos" de esos sobre todo el mundo. Eso me escandalizó mucho. "¿¿¡Pero por qué??!" y de nuevo al girarme, ese otro personaje me dijo:

- En un conflicto, Nelly, siempre hay quien sale ganando. Por muy terrible que te parezca, hasta en los más horribles del mundo, alguien tiene intereses.

Vaya.

Salí por una ventana. La gente gritaba. Miré hacia arriba, a los aviones.

Y tal cual esto ocurría... también pasó. De repente, sin venir a cuento, esas cosas, manchas, puntitos, lo que sea... comenzaron a desaparecer y dejaron de ser nocivos. Recuerdo que tomé tierra en un parque. Y allí vi una criatura rarísima, que era la causante de todo.

A lo mejor el sueño es una invasión extraterrestre. 

Esa criatura cambiaba de forma, primero era pequeña, pero luego creció hasta parecerse a algo así como el monstruo del lago Ness. Yo, claro, estaba muy enfadada. Pero el personaje del que os hablo me dijo esto:

- No culpes a ese ser.

Me giré. Hasta donde yo razonaba, tenía la culpa de todo.

- ¿Y si te digo que esa criatura estaba confusa? Y que solo ha hecho lo que le han mandado.

¿Qué?

- Estaba confusa por los actos de la Humanidad. 

Miré al bicho gigante. Que movía la cabeza como si no detectara mi hostilidad. 

- ¿Te enfadarías con alguien que está confuso?

Miré al cartero.

Y me posé en el suelo. 

"No"

Entonces el bicho me dio con la cabeza. Su cabeza era tan grande como todo mi cuerpo. Encima, ¡quería jugar! No me lo puedo creer. Y la gente sacudiéndose las manchas de encima. 

Y justo ahí, mi cobaya (en la vida real, es mi mascota) empezó a hacer ruido.

- Esa es Puca -me dije.

El sueño se empezó a desmoronar. Porque pensé: "Tengo que levantarme para dar de comer a Puca. O no... podría quedarme ya que estoy muy cómoda".

El personaje, seguía allí.

- ¿Vas a darle de comer?

- Sí.

 - Es un noble gesto.

¿¿????

No, en serio, tengo unos sueños muy raros. Darle de comer a una cobaya no es un noble gesto. 

- ¿Y si te digo que Puca está inquieta por las acciones de la Humanidad?

Miré al personaje. Todavía estaba en el parque. 

- ¿Cómo?

- ¿Harías algo para que estuviera más tranquila? Darle de comer es aliviar su sufrimiento.

¿¿??

Darle de comer es levantarme de la cama cuando el sol no ha despuntado. 

Pero sí... claro que sí.

- Sí. Voy a darle de comer, si eso... alivia su sufrimiento -repetí.

- Es un noble gesto.

Fue lo último que dijo. 

Y allí me quedé, todavía unos minutos, porque estaba tan cómoda. Fui consciente de las sábanas, la manta, lo suave del entorno, la oscuridad, y pensé: "aaayyyyy, ¿voy  no voy?".

Al final fui.

Aunque, qué queréis que os diga, darle Heno a una cobaya (¡qué tranquila está ahora!) no ... es una gran...acción que vaya a dejar huella en el Universo.

Digo yo, vamos...

FIN de este sueño tan raruno.