Creo que estoy muy triste..



A medida que avanza el día me doy cuenta de que estoy bastante triste y no sé muy bien como resolver el problema (mi copiloto diría: "¿acaso es un problema?") Es por la... pérdida de mi supuesto maestro budista. Porque lo veo como un abandono. Y las dos veces que he confiado en alguien, una salió fatal, y desde luego esta no tiene trazas de ir mejor.

Me puse a meditar un ratito y comprendí que el mismo mecanismo que me alegra cuando veo un cuadro hace que ahora esté muy triste. Y dejé de estar tan enfadada por sentir tristeza... es como quien tiene una mano y toca un hielo. No puedes enfadar con tener sentido. Es un poco absurdo.

El problema es qué sacar en claro de todo esto. Para mí, estos daños sirven solo para cambiar posiciones y cerrarme más. Desconfiar.

Me da pena que pase pero... ¿para qué otra cosa sirve? La última vez que una persona (esto es otro caso) actuó de una manera totalmente menospreciativa hacia los demás, me sirvió para dejar de tenerla en un pedestal. A partir de ese momento me di cuenta de que no "sabía más que yo" y -que lo supiera o no-, era una persona conflictiva. Su opinión dejó de valer más que la mía.

Alguien muy listo no pareció contento con la situación. "No quiero que haya egos super elevados y que tú te quedes callada". Me encogí de hombros. Es que a mí no me gusta el conflicto.

Este caso es diferente. Tenemos un caso en el que a una persona yo no le importo, o le molesto, o me ha mandado a la porra, y una parte de mi cerebro siente de algún modo super-especial que hay algo ahí importante que yo tengo que descubrir (unir) y que sóla no soy capaz de hacerlo.

Pero me equivoco.

Ya me he equivocado antes. También creí las palabras del viajero... y no eran ciertas. Ni lo son. Una psicóloga me dijo hace muchos años que le dijera al que me enseñaba Dharma que "no juegue ni haga bromas, porque das sus palabras por ciertas y no lo son". Me lo dijo así: "Dile que tomas cada palabra de él de manera literal y que le crees en todo y que por eso debería no decirte ciertas cosas".

Jamás se lo dije.

Sólo sé que esto duele mucho más que lo del viajero.

Lo más extraño de todo, es que no tiene absolutamente nada que ver con él. A él le da igual. He sido yo la que le he puesto en situación indebida. Reconozco que él me ha ayudado un poco porque a ratos sí parecía que me enseñaba. Pero "No quiero saber más de ti", hombre... 

Mi libro de cuentos abierto al azar me ha ofrecido uno que decía: "Por mucho que lo pienses, no vas a solucionarlo". Así que ya sé lo que haré. Si toca estar triste, muy triste, super triste y todo eso, pues se está. 

Lo que no quiero es que vuelva a acercárseme nunca.

Ese es el problema. Tengo pavor al futuro. No me gusta que la gente se acerque demasiado porque están perfectos ahí en su puesto de "eres un elemento decorativo del que espero cortesía y nada más". Todo perfectamente armonioso. ¿Y ahora qué? Ojalá pudiera no verle más. Por lo menos hasta que se convierta en un elemento decorativo armonioso. Pero eso me va a llevar siglos.

Ay, señor. Qué confundida he estado.
Como duelen las cosas que duelen.

Una vez más y, como siempre, lo mejor (el mejor remedio) es trabajar.
^_^ Ciau!

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