Asylum: El experimento.

Ayer vi una película que me gustó mucho. La voy a destripar, así que mejor no leáis esta entrada si estáis interesados en verla. 


Yo sé que no es muy correcto lo que estoy haciendo ahora, alejando a todo el mundo de mí, empeñada en quedarme sola y además muy triste porque la única forma que sé de volver a estar como antes, es cargarme todo lo que había hasta que todo esté como estaba antes. Es terrible, pero yo me entiendo. Me va a llevar unos días.

En este contexto emocional, encendí el televisor y justamente estaban echando una escena de un joven doctor llegando a un sanatorio. Habría cambiado de canal por curiosearlos todos pero salió a recibirle Ben Kingsley y ese actor me gusta mucho.

De entrada, el joven médico dice buscar trato directo con el paciente y el director le guía por el sanatorio mental, mientras yo dudaba si cambiar o no de canal y ver qué estaban echando en las otras cadenas.

El joven médico dice que la ciencia recomienda ciertos tratamientos y el director contesta: La condición humana no tiene cura.

Me quedé pensando.
"¿Lo ves? No tiene cura. Y tú buscando cura y felicidad... ¿no lo ves? la gente es infeliz porque sí, y no tiene remedio, ni lo tendrá nunca. Ese médico lo sabe, aunque sea un personaje de ficción".

Así que ese director recomienda música, dar trabajo a los lunáticos, y bailar como medicina. Es muy poco ortodoxo. No parece querer curarlos, la verdad. Más bien parece aceptarlos. Al que se cree un caballo lo deja trotar por las habitaciones. Al que se niega a comer no le obliga.

Unas pocas escenas más tarde, el protagonista baja a la mazmorra donde están encerrados los verdaderos médicos y los empleados del sanatorio.

"¡Anda!"

Giro argumental 1. El director del hospital es un loco. No un médico.

Esto le da la vuelta a toda la película. Lo que habíamos aceptado por bueno (Ben Kingsley es muy convincente) de repente se convertía en algo malo. (Los locos se han amotinado). Vale. Reclasificando la historia.
El verdadero director: Maichel Kaine, le dice al doctor que vaya al pueblo a buscar ayuda. El doctor no lo hace porque quiere rescatar a una joven encerrada allí que... bueno, nadie puede tocarla.
Vale. Aceptamos el argumento de "me voy a quedar por ayudar a la paciente que aprecio".

Unas pocas escenas después (y mientras el espectador piensa que los de arriba son malos y los de abajo buenos) aparece un historial del director impostor,  y en él vemos con detalle las torturas a las que lo sometía el director original, como tratamiento.

Giro argumental 2. "¿Es el loco quien lleva la razón?"

Durante unos segundos, el devenir de la historia parece ir hacia "soy un loco lunático pero en el fondo tengo razón porque el otro director nos intentaba romper a toda costa". Podría ser un final. Pero no parece que el edificio funcione bien bajo el gobierno de los locos. Los enfermos que se hacen pasar por trabajadores, se cansan, no hacen las cosas bien. Algunos son muy violentos.

"¿Quién tiene razón aquí?"

Al final el director impostor ata a Maichel Kaine a una mesa y le somete a un electroshock. Y lo que es peor, obliga al joven médico a hacerlo. Le borra la memoria y le hace creer que es un paciente de verdad.

Nota discordante: "¿Por qué o cómo puede el médico joven (representa la ética) comportarse así?" "No tiene sentido. Ese personaje está en el límite. No tengo claro que sea bueno o malo (¿cobarde?)"

Hubo un par de momentos en los que me dije: "Este personaje es incoherente o tonto". Nadie... se quedaría en esa casa de locos. ¿Y esa manera de dirigirse a la paciente que le gusta? Lo justificas porque está enamorado pero... aún así. 

En la fiesta de navidad de ese año todo se desmorona. Los locos se matan entre sí, todo es un desastre. Lo que hacía el director impostor era dejar que el pirómano hiciera hogueras, que el lunático aullara a la luna, le cepillaba el pelo al que se creía un caballo... es una locura todo.

Llegados este punto de la historia, piensas: "no va a acabar bien". Y otro rasgo super curioso es la falta de empatía de unos por otros.

Es entonces cuando el médico joven habla con la enfermera encerrada abajo. Misteriosamente, no la saca del encierro, hay cosas que (en ese momento) no tienen sentido. La enfermera le dice: "Su primer enfoque era correcto. Véalo como un paciente. Alumbre los rincones más oscuros de su mente con su empatía y trate de buscar lo que tan desesperadamente desea esconder". El médico joven contesta: "¿para derrotarle?" y la enfermera jefe le dice: "No. Para curarlo".

Es típico en muchas historias, esa especie de lucha psicológica entre ambos protagonistas.

Finalmente, como era de esperar, descubre lo que volvió loco a Ben Kingsley, y este se derrumba. El sanatorio se incendia y nada más salir del encierro, los médicos reales, tratan de ayudar a los pacientes a ponerse a salvo.

Hasta aquí, la pelí sería entretenida.

Giro argumental número 3. 

En el epílogo vemos que el marido de la joven encerrada en el hospital, que era un déspota y un maltratador, acude con un médico de Oxford a recogerla. El marido quiere llevársela a a casa, para tenerla bajo su custodia. La enfermera jefe les recibe y dice que ella se encarga del hospital ahora.
El ambiente ha cambiado por completo. Incluso vemos uno de los locos que ha conseguido trabajo y es muy capaz de hacerlo. 
Nada de las torturas del viejo director. Éste está en una mesa jugando al ajedrez con Ben Kingsley, que se comporta debidamente. En realidad esa confrontación de ajedrez es la que han mantenido durante la película, uno diciendo que le den libertad a los locos y otro tratándolos como animales.
La enfermera dice que no puede darle el alta a la joven que vienen a buscar, porque ya se la ha dado semanas atrás el doctor de Oxford. Y el médico que acompaña al marido contesta: "Imposible. Yo soy ese doctor".

Mientras a Ben Kingsely le da por reír (no me extraña). Y anuncia mirando a Maichel Kaine: :"¡Jaque mate!".

Entonces nos enteramos de que el joven doctor de Oxford, era un paciente más de otro hospital. Uno, tan enfermo, que su médico le llama recipiente vacío. Uno que jamás pudieron averiguar quién era. Un caso muy raro. Al inicio de la película, él y ella se cruzan en un pasillo de la facultad de medicina. Ambos estaban allí por una "demostración médica". A ella la vemos pidiendo ayuda. A él, no. Tal como recuerda la historia, da a entender que la vio a ella porque estaba entre los alumnos. Y no es así.

Le tachan de peligroso, de enigma, de ser sin identidad, etc. Y entonces la enfermera dice que se ha curado. "¿Y qué lo ha curado?" "No qué" responde,  "sino quién..."

En realidad al enfermo lo ha curado ella.

La película es preciosa.
Termina en un jardín precioso. Y ...  no hay buenos, ni malos. 


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