Pidiendo ayuda a la ciencia: Cristina.


En fin... vaya día de lluvia.

Tras cuatro días de gran tristeza al final he pedido ayuda a Cristina. Cristina es psicóloga clínica. Una muy buena... aunque discutíamos mucho.
Después del "no quiero saber nada más de ti" del que se supone que me enseñaba cosas me he hundido tanto... que la he escrito a ella.
Tiene gracia. Hace años le elegí a él porque lo que ella decía no me gustaba (era muy difícil) y la mitad de las consultas las pasamos discutiendo. Yo defendía lo que él me enseñaba y ella se llevaba las manos a la cabeza y repetía: "Nelly, nadie es feliz siempre".

Un día por pura casualidad ocurrió algo que me puso tan nerviosa, que me marché de la consulta. Ella me llamó... pero creo que fue la ... mayor escapada de la historia. Y soy buena en escapadas. Suelo coger un tren, jajajaj!

En fin, el caso es que me veo ya la tristeza de lejos y no se pueden permitir ciertas cosas. Porque cuando estoy triste, de verdad que no tengo fondo. Supongo que es el mismo mecanismo que me hace estar normalmente alegre. No lo sé, no tengo ni idea.

Pero estoy bastante confundida. El que me enseñaba cosas, o yo creía que me enseñaba cosas, sabía algunas que no podía saber. Y lo digo de verdad, es como si te dicen "cuidado con los coches azules" y tú vas andando tranquilamente por la calle y casi te atropella uno. Eso me da terror.

Pero por otro lado, si no le importo, pues tampoco es una cosa grave. No, aunque algo dentro no está conforme con eso. No es justo que el me vea a mí. Con suerte, todo era mentira.

A lo mejor quiero ver a Cris solo para que me diga que todo es mentira. O para que me ayude. 

Sobre todo es para que me ayude. No llevo nada bien el abandono, y sé que esto lo veo como un abandono. Lo veo como si te piden confianza, cuando yo estaba bien, y luego tras dejarte entrar y que veas el mundo que llevas interior, de repente te digan: "hala, vete a paseo". Y todo porque yo vi un documental de la segunda guerra mundial y unos cuantos malos rollos en el trabajo y me entró una crisis de fé.

Es justo ideal para que la persona en la que crees ciegamente, en la que confías, te mande a la mierda.

Bueno, poco a poco.
Cristina se empeñaba mucho en que yo supiera porqué le elegí a él y porqué siempre volvía (según ella a pesar de las... broncas). No sé porque. Porque ese algo de dentro me decía que era lo correcto. Que él sabía algo que yo debía descubrir.

Peeeeero... vemos que esa cosa interior que adivina bolas de colores se equivoca porque, ¡tachán! ¡Nos ha mandado a la porra!

Así que .. ciencia! La respuesta a todo es la ciencia. La psicología clínica que entiende el cerebro. 
A ver si funciona. El remedio que yo conozco es dormir y no salir de la cama pero eso... jo, es que... tampoco es muy adecuado.

Ciau!!!
La escritora deprimida.

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